LIBROS QUE FUERON UN RETO EN 2020

Este fue un año muy difícil para todos en este mundo, sobre todo para mí. Debido a problemas externos, padecí una enorme depresión que quizá tuvo un gran impacto en mis entradas, tuve que tomar varias pausas por dificultades con varias entradas, sobre todo las relacionadas con octubre, además de que en noviembre me contagié con COVID-19 el cual, aunque me tuvo con mucha fiebre un día, también me perjudicó en las entradas, sobre todo en las relacionadas con Lo que el viento se llevó.

Este es un momento para repasar que novelas, cuentos u obras de teatro fueron bastante difíciles de leer para mí este año, así que vamos a empezar.

Los versos satánicos de Salman Rushdie – Digamos que esta novela es más conocida por la polémica en torno a su contenido que al contenido en sí. Si uno no está familiarizado con la cultura y la religión islámica, es difícil comprenderla. Además, el ritmo de los relatos en ella se diluye conforme avanza la novela.

Buenos presagios de Neil Gaiman – Como no está dividida en capítulos, sino que es una narración larga con algunas pausas y escrita en forma de novela dialogada, su lectura es compleja. Aun así, la novela está llena de humor y mordacidad. Recomiendo su lectura.

El acoso de Alejo Carpentier – Debido a que hace demasiadas vueltas en la historia, la misma se hace complicada sin necesidad de hacerlo. Además, el lenguaje rebuscado y los párrafos excesivamente largos hacen la lectura complicada. Digamos que el experimento de hacer una novela donde la música es parte integral de la trama no funcionó muy bien para Carpentier.

La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa – Los múltiples hilos conductores que tiene la novela son los que generan mayor complejidad en la lectura de esta novela. Sin embargo, su retrato sobre el ejército, la crítica sobre cómo la educación castrense puede dañar la conciencia del individuo y la consigna de “comer o ser comido” son elementos que nunca se dejan pasar.

Carta a mi madre de Georges Simenon – En la carta Simenon hace muchas divagaciones sobre su relación con su madre, por lo que es complejo leerla, aunque su retrato de la relación entre una madre y su hijo siempre es bienvenida.

Las Bacantes de Eurípides – Aunque la novela para hacer un punto de vista materno, pues la novela como tal la analizaré el próximo año, es una novela que tiene muchos elementos que dificultan su comprensión.

El vino de la soledad de Irène Némirovsky – Al ser una novela de tipo aprendizaje, abarca la vida de la protagonista desde su niñez hasta su juventud, y dado el estilo de Némirovsky, la novela no es fácil de comprender. Sin embargo, si se le da una segunda oportunidad, se encontrará una relación carente de afecto y llena de rivalidades entre madre e hija.

La abeja reina de Robert Holles – Aunque es una novela de suspenso, esta es una de las novelas más perturbadoras que he leído en mi vida, en particular el capítulo 17, que a pesar de lo repugnante que podría llegar a ser, es necesario leerlo para comprender mejor la trama, si se tiene el deseo de seguir leyendo, porque este capítulo puede hacer que mucha gente deje de leer la novela.

Por favor, cuida de mamá de Kyug-Sook Shin – Como en ella se usan dos tipos de narradores: narrador paradiegético (segunda persona) y narrador homodiegético (primera persona), esto crea dificultades a la hora de leerla, más que nada porque el narrador en segunda persona es el más difícil de usar. Sin embargo, uno encontrará una historia sobre una mujer que esconde más de lo que su apariencia muestra, su difícil vida y la relación con tres de sus hijos y un final que deja la libertad de imaginar lo que ocurrirá. La recomiendo mucho.

Todos eran mis hijos de Arthur Miller – Teniendo un argumento y desarrollo similares a los de El pato salvaje, esta obra nos plantea varias preguntas: ¿es mejor confrontar la verdad o dejarla escondida? ¿Es mejor seguir adelante con nuestra vida o permanecer aferrado al pasado? En ella estas son respondidas y mantiene la línea de Muerte de un viajante de criticar el sueño americano.

Zipper y su padre de Joseph Roth – Otra novela de aprendizaje cuyo ritmo lento hace que no siempre se pueda comprender. De hecho, es necesario leer varias veces para entenderla.

La hija del este de Clara Usón – Como ocurre con novelas como El cuento de la criada, los capítulos impares siguen la historia de la protagonista, mientras que los pares tratan sobre la historia de los Balcanes desde la Edad Media hasta la década de 1990, además de los personajes históricos relacionados con las Guerras Yugoslavas. Suena difícil, pero es una historia llena de historia, tragedia y magníficos retratos sobre la paternidad entre las distintas etnias que pueblan en los Balcanes.

Pálido caballo, pálido jinete de Katherine Ann Porter – Escrito por una sobreviviente de la influenza de 1918, este es un excelente relato y retrato sobre cómo una mujer padecida dicha enfermedad, su lucha para sobrevivir y cómo cambia su vida una vez se recupera.

Cóndores no entierran todos los días de Gustavo Álvarez Gardeazábal – Es una novela que no está dividida en capítulos, a pesar de que no es larga, por lo que uno debe leerla con mucho cuidado y de forma continua para poder comprenderla. Describe el ascenso y la caída del jefe de uno de los primeros grupos armados en Colombia, y cómo una idea puede terminar corrompiéndose y siendo peor que el mismo problema para lo que fue creada.

En Chimá nace un santo de Manuel Zapata Olivella – Como la novela está dividida en cuatro partes, que se narran de manera continua, haciendo la lectura un tanto dificultosa. Hace un retrato del sincretismo religioso y a la vez es una crítica a los denominados “santos populares”. En ese sentido, la novela hace bien su trabajo, pero la manera cómo está dividida hace que leer cada una de sus cuatro partes sea difícil.

El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez – Esta novela es el más grande reto de lectura que cualquiera pueda hacer, pues sus seis capítulos están escritos con una oración tan larga que ella sola es todo el párrafo y a la vez es todo el capítulo y posee varios narradores. A pesar de tener un alto nivel de dificultad, su descripción y su crítica hacia las dictaduras sigue estando vigente el día de hoy ¿Se puede leer? Por supuesto, pero recomiendo dejarla como el último libro cuando se está leyendo a Gabriel García Márquez.

Los pecados de Inés de Hinojosa de Próspero Morales Pradilla – Una novela que narra la vida de una mestiza que prefiere seguir las pasiones de su corazón y vivir su sexualidad bajo sus propios términos en lugar de las reglas que le impone la sociedad de su tiempo, sociedad que jamás la aceptará, lo que la lleva a cometer crímenes. Muy recomendada, a pesar de su longitud.

Pantalones azules de Sara Gallardo – Es una típica historia de amantes desventurados que no terminan juntos por los prejuicios religiosos y sociales de la época, de los cuales uno de los dos no logra desprenderse. Creo que la novela hubiera explorado más la relación entre ambos, porque al leerla deja esa sensación, pero al mismo tiempo muestra la dificultad de una relación interreligiosa en una época histórica bastante convulsiva en la Argentina.

Un grito de amor desde el centro del mundo de Kyoichi Katayama – La historia se desarrolla bien, pero su concepto se ha usado en tantas otras novelas, que esta no resulta innovadora. Sin embargo, el tema sobre la muerte y los amores imposibles hacen que la novela cumpla con las expectativas que se esperan de ella.

La hija del marqués de Alexandre Dumas, padre – Aunque la novela tiene diecisiete capítulos, el capítulo nueve recoge un diario que hizo la protagonista durante la época del Terror en París. Sin embargo, el problema no es ese sino el ritmo de los primeros capítulos y las inconsistencias históricas que hacen trabajosa su lectura.

El aro de Kōji Suzuki – Esta es una novela que se debe leer de manera minuiciosa porque, de lo contrario, será muy difícil de comprender. Allí se muestra como no seguir las instrucciones o ser descuidado puede causar la muerte de cualquier persona que vea el vídeo y cómo la venganza puede ser realmente destructiva. Sin embargo, posee un gran giro final que deja la posibilidad de pensar si el protagonista tendrá éxito o no.

El monte de las ánimas de Gustavo Adolfo Bécquer – El cuento hace un excelente uso de los recursos narrativos que hacen parecer que la historia es más bien presentada en lugar de narrada. También es una muestra de que Bécquer era capaz de manejar tan bien como la poesía.

El monje de Matthew Gregory Lewis – La novela tiene una gran longitud (cerca de 500 páginas) y sus capítulos son bastante largos, pero lo que la diferencia de muchas novelas góticas es que el mal es representado de manera mucho más amplia que el bien, pues las otras lo hacen de manera más equilibrada. También muestra como los clérigos se aprovechan de sus posiciones para cometer abusos y toda clase de crímenes, algo que por desgracia está más vigente que nunca.

Otra vuelta de tuerca de Henry James – El estilo de narración hace que la imaginación del lector vea la historia de varias maneras y se pregunta si la narradora está diciendo la verdad o no o solo es producto de una mente trastornada. Sin embargo, puede que el ritmo lento de la novela no sea del agrado de cualquier lector.

Rhett Butler de Donald McCaig – Como la novela en la que estaba basada, es bastante larga porque básicamente es la misma historia contada a través del punto de vista de Rhett Butler, uno de los personajes más populares y un gran ejemplo del pícaro estadounidense. Si se es amigo de las novelas largas y de los puntos de vista alternativos, esta es una gran opción. Sin embargo, ver la misma historia hace que uno se pregunte si esta novela debió existir.

Scarlett de Alexandra Ripley – Quizá la razón por la que mucha gente detesta esta novela es porque la personalidad de Scarlett cambia bastante en ella, aunque mantiene su espíritu persistente y luchador. En personajes está un poco mejor trabajada que McCaig y se puede leer si el número de páginas no intimida al lector, pero también deja la sensación que esta novela es innecesaria en el universo de Lo que el viento se llevó.


La peste de Albert Camus – Los elementos filosóficos de la novela la convierten en uno de los retos de lectura más difíciles que existen. A mí me llevó tres intentos para poder hacer la entrada y entenderla correctamente, razón por la que tome un descanso en una semana de noviembre. Es un retrato sobre cómo las actitudes que las personas tomarían durante una epidemia y cómo las autoridades manejarían la situación, pero también muestran las creencias individuales y cómo las mismas pueden cambiar al encarar un gran acontecimiento. Muy recomendada.

Entre los libros que entran en el campo personal de Sorpresas del Año están La trilogía tebana (la cual siempre sorprende, puesto que siempre se le encuentran detalles), Un tranvía llamado Deseo, La luz en casa de los demás, Heidi, Emily de Luna Nueva y Calixto Garmendia.

Las novelas que no cumplieron con mis expectativas o de plano me decepcionaron mucho este año son las ya mencionadas Los versos satánicos y El acoso. De ellas debo decir que tenía altas expectativas; la primera, por ser objeto de controversia de la que ya hablé en la entrada y la segunda, porque había leído dos novelas de este autor que me encantaron. Por desgracia, ninguna de las dos cumplió con lo que yo esperaba de ellas.

Esperemos que este 2021 sea un año mejor para todos nosotros y que a la vez pueda lograr todas las metas que me he propuesto. Les deseo Feliz Navidad y Feliz Año 2021.

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