EL CUENTO DE LA CRIADA



Y para terminar marzo, nos trasladamos a un Estados Unidos, que ya no se llama así. En esta novela, dicho país pasó de ser una república laica a una teocracia cristiana en donde las mujeres han perdido todo derecho y sólo valen por sus ovarios. Ya saben a qué novela me refiero: El cuento de la criada de la canadiense Margaret Atwood, que este sábado tiene a su lado a Fortunata y Jacinta.
El cuento de la criada es una distopía en la que las mujeres sólo están valoradas por su fertilidad y han sido clasificadas por ello. Una distopía en la que Estados Unidos ahora se llama República de Gilead1. En este ambiente opresivo, la protagonista, Defred, tiene que encontrar la manera de subsistir.
El cuento de la criada está en quince partes, dispuestas en números romanos, y cuarenta y seis capítulos, de las cuales las partes que tienen número impar sólo tienen un capítulo mientras que las poseen un número par tienen los capítulos distribuidos de la siguiente manera: Las partes II, IV, VIII, X y XIV tienen cinco capítulos cada una; la parte VI, cuatro y la XII, nueve, siendo esta la parte más larga de la novela y la que más capítulos posee. Excepto por la parte V que se llama La siesta, todas las partes impares se llaman La noche. Después de esto, la novela acaba con unas notas históricas de unos expertos en la historia gileadiana, que analizan el testimonio de Defred.
Atwood se inspiró para hacer el título de los Cuentos de Canterbury, que suelen llamarse El cuento de – y se le añade la profesión que tenga el personaje de la historia en cuestión. Esto también los mencionan los estudiosos de la historia de Gilead.
El cuento de la criada tiene tres adaptaciones, una película de 1990, una ópera de 2000 y una serie transmitida en Hulu en 2017. Mientras que la película de 1990 no tuvo buenas críticas, pasó desapercibida y cayó rápidamente en el olvido y la ópera de 2000 tuvo críticas diversas, la serie de 2017 ha sido alabada por los críticos, se ha hecho popular de manera rápida, ganó ocho Emmys2 y logró hacerse un hueco en la cultura popular. Incluso varias mujeres han usado atuendos de Criadas como una manera de protestar ante sus gobiernos, como ha ocurrido en Estados Unidos y en Costa Rica.
La protagonista de El cuento de la criada es una mujer cuyo nombre como criada es Defred, ya que aparentemente ese el nombre de su Comandante, el hombre que la posee. Según los estudiosos de Gilead, Defred usa seudónimos para referirse a los personajes que tienen nombre para protegerlos y dejó grabaciones que sirvieron para el manuscrito llamado El cuento de la criada. Por estas circunstancias, Defred es una narradora homodiegética, protagonista e interna.
Obviamente, en la novela la función principal de las criadas es tener hijos para el Comandante y para su Esposa, basándose en la ley de Gilead, que se inspira en la sola scriptura, es decir, sus leyes se fundamentan en la práctica exacta de La Biblia. La norma de las Criadas viene de una cita bíblica, Génesis 30: 1-3, que incluso aparece antes del comienzo de la novela.
Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob:
—¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!
Pero Jacob se enojó muchísimo con ella y le dijo:
—¿Acaso crees que soy Dios? ¡Es él quien te ha hecho estéril!
—Aquí tienes a mi criada Bilhá —propuso Raquel—. Acuéstate con ella. Así ella dará a luz sobre mis rodillas, y por medio de ella también yo podré formar una familia.”
Génesis 30: 1-3, Nueva Biblia al Día

En esta distopía, la natalidad ha disminuido de manera vertiginosa y sólo los bebés más sanos llegan a sobrevivir. Ante esta situación, surge un movimiento cristiano llamado Hijos de Jacob, que se apodera del gobierno de Estados Unidos al asesinar al presidente y a gran parte de la rama legislativa y lo reemplaza, transformando al país en una teocracia cristiana llamada República de Gilead. Este gobierno elimina los derechos de las mujeres de manera paulatina hasta dejarlas prácticamente sin ninguno y las clasifica de acuerdo con su fertilidad. Todas las mujeres, menos las Tías, deben usar velos o tocas en el caso de las Criadas, para que no puedan ver sus rostros. En el caso de las tocas de la Criadas, son usadas para que no puedan ver y para que tampoco puedan ser vistas.
Clasificación en la sociedad de Gilead, en la que no aparecen las Jezabeles. Derechos reservados: Pictochart y Observations from a simple life, 2017
En la clase alta, las Criadas son las mujeres de rango más bajo y excepto por sus gorros blancos, toda su vestimenta es roja, para simbolizar su rol. Sólo son escogidas las mujeres que se prueba que son fértiles. Una vez se convierten en Criadas, pierden su nombre de nacimiento y se les asigna un nombre, De, que va en conjunto con el nombre del Comandante al que pertenecen.
Las Criadas no tienen permitido fumar ni beber alcohol o café, deben realizar un paseo diario y las compras para la casa del Comandante que siempre hacen junto con otra Criada, para vigilarse la una a la otra. Tampoco pueden tener fósforos, no sólo por el asunto del tabaco sino porque al parecer algunas Criadas los usan para incendiar sus cuartos y las casas en las que viven a manera de suicidio o de escape. Por la misma razón tampoco pueden comer con cuchillo, sólo con cuchara y tenedor. El índice de suicidio entre ellas es alto, obviamente debido a su función y a las condiciones en las que viven.
Luego les siguen las Marthas, mujeres estériles o que ya no están en edad de concebir, las cuales se encargan del servicio doméstico en la casa de un Comandante, y si hay niños, fungen como niñeras de estos. Están vestidas de verde apagado (gris claro en la serie). Después vienen las Hijas, que pueden ser naturales (nacidas del Comandante y/o de su Esposa o una Criada) o adoptadas (por este y por su Esposa) que suelen vestir de blanco (rosado en la serie). Cuando se casan mediante un matrimonio arreglado por sus madres, visten del color de acuerdo con la condición social de su esposo.
Por último, están las Esposas de los Comandantes, que deben estar presentes en la Ceremonia, cuando el Comandante tiene sexo con la Criada, ya que literalmente la Criada debe estar entre las rodillas de la Esposa. Las Esposas visten de azul (verde azulado en la serie), como lo indica su estatus. Nunca caminan a pie, siempre van en carro. Al enviudar, las Esposas se convierten en Viudas y visten de negro. Según Defred, hay pocas Viudas, lo que significa que estas no poseen una esperanza de vida muy elevada.
En la parte del gobierno, se encuentran las Tías. Son las encargadas de capacitar, educar, vigilar y corregir a las aspirantes a Criadas y suelen ser mujeres de mediana edad, que ya pasaron su edad reproductiva. A pesar de que las Tías son crueles a la hora de corregir a una Criada que se porta mal, no poseen armas de fuego sino pistolas eléctricas o tasers y son las únicas mujeres que pueden tenerlas, ya que ninguna mujer en Gilead tiene derecho a llevar un arma de fuego, sólo los hombres. Su indumentaria es marrón y también son las únicas mujeres a las que se les permite leer y escribir, en calidad de funcionarias de Gilead.
Sin embargo, en las notas históricas se duda de la lealtad de muchas de las Tías, pues los que realizaron las notas creían que muchas veían su cargo como una forma de asegurar su supervivencia y de tener un poco de control en sus vidas.
En la novela, se menciona un tipo de mujeres que pertenecen a los hombres menos ricos de la sociedad de Gilead: las Econoesposas. Las Econoesposas visten de rayas azules, verdes y rojas para mostrar que deben cumplir con los tres deberes: ser esposa, realizar los oficios domésticos y concebir y dar a luz. En la novela Defred no interactúa con ellas porque no pertenece a un nivel económico bajo, así que no se sabe mucho de ellas.
En la sociedad femenina de Gilead hay un común denominador: el desprecio a las Criadas por parte del resto de las mujeres, ya sean Marthas (con las que las Criadas no pueden fraternizar), Esposas o Econoesposas. Esto es porque la mayoría de ellas piensan que las Criadas son promiscuas al estar obligadas a procrear para aumentar la población y dar descendencia a su Comandante y a su Esposa.
Ni siquiera los hombres se escapan de la clasificación. En primer lugar, están los Comandantes, que no sólo tienen una Esposa y pueden tener Marthas, sino que también tiene el derecho a tener una Criada en caso de que su Esposa no pueda tener hijos. Visten de negro. Luego siguen los Ojos, que son los policías secretos y los espías. Después, están los Ángeles, soldados que se encargan de proteger las fronteras de Gilead y pelear en las guerras. A los Ángeles se le permite casarse y con el tiempo, pueden ser ascendidos a Comandantes.
Por último, están los Guardianes de la Fe, que visten de verde, usan penachos en las hombreras y una boina que tiene como símbolo dos espadas cruzadas encima de un triángulo negro. Sus labores van desde la vigilancia hasta realizar deberes de lacayo, como lavar el carro de un Comandante o cavar la tierra en los jardines de las Esposas. Los Guardianes suelen ser hombres que no pueden ascendidos a Ángeles por ser demasiado mayores, estar discapacitados, ser considerados “estúpidos” o porque son demasiado jóvenes. En este último caso, los más jóvenes son ascendidos a Ángeles cuando tienen la mayoría de edad.
Pero ¿qué ocurre con los hombres y las mujeres que no encajan en Gilead? A menos que logren exiliarse, las adultas mayores, las feministas, las lesbianas (llamadas Traidoras de Género en la novela), las monjas que ya no están en edad de concebir, mujeres que pertenecen a grupos de oposición contra Gilead, las mujeres estériles o las Criadas que no conciben un hijo después de tres asignaciones que duran dos años cada una son clasificadas como No Mujeres y son enviadas a las Colonias, campos agrícolas a los que son enviadas a morir por la polución que hay allí.
También hay mujeres que no logran convertirse en Criadas debido a su “indisciplina”. Estas mujeres se convierten en Jezabeles, que es como llaman a las prostitutas en Gilead, y son esterilizadas para evitar inconvenientes, siendo las únicas mujeres que tienen ese derecho. Se encuentran en burdeles que no son oficiales, pero son ignorados por el estado. A esos lugares sólo acuden los Comandantes y sus invitados. Las Jezabeles suelen vestir atuendos eróticos como criadas francesas, conejitas, gatitas, viudas alegres, etc., y por lo general son mujeres de elevada educación. Cuando pierden su atractivo o dejan de ser atrayentes son descartadas y asesinadas o enviadas a las Colonias.
En cuanto a los hombres, los homosexuales o Traidores de Género, los médicos que incumplen con su labor y los clérigos que no se convierten a los Hijos de Jacob son ahorcados y colocados en el Muro como una manera de advertencia. Algunos Traidores de Género son enviados a las Colonias.
Muchas denominaciones del cristianismo que no apoyaron a los Hijos de Jacob como los cuáqueros3, los baptistas, la Iglesia Católica, los Testigos de Jehová, etc., son considerados enemigos y sus edificaciones acaban siendo demolidas. Las monjas jóvenes tienen la opción de convertirse y se vuelven Criadas, pero nunca podrán convertirse en Esposas de Comandantes por ser consideradas un peligro potencial. Aun así, muchas prefieren las Colonias. En cuanto a los judíos, se les da la libertad de emigrar a Israel si no desean convertirse, algo que a Defred le genera dudas, mismas que se confirman en las notas históricas posteriores a la historia de Defred.
A las mayores las envían directamente a las Colonias, pero a las jóvenes y fértiles intentan convertirlas y, cuando lo logran, todas venimos aquí para verlas cómo celebran la ceremonia de renunciar al celibato y sacrificarse por el bien común. Se arrodillan y el Comandante reza y luego ellas toman el velo rojo, tal como hemos hecho todas nosotras. Sin embargo, no se les permite convertirse en Esposas. Aún se las considera demasiado peligrosas como para que accedan a posiciones de tanto poder. Parecen rodeadas de olor a bruja, algo misterioso y exótico; algo que permanece en ellas a pesar del fregado y de las llagas de los pies, y del tiempo que han pasado aisladas. Siempre tienen llagas, ya las tenían en aquel tiempo, o eso se rumorea: no se les quitan con facilidad. De todos modos, muchas de ellas eligen las Colonias. A ninguna de nosotras le gusta tenerlas como compañeras de compra. Están más destrozadas que el resto de nosotras; es difícil sentirse a gusto con ellas.
p. 167-168

La mayor parte de ellos emigraron, si es que se puede creer en las noticias. Los vi por la televisión, embarcados en un carguero, apoyados en las barandillas, vestidos con sus abrigos y sus sombreros negros y sus largas barbas, intentando parecer lo más judíos posible, con vestimentas rescatadas del pasado, las mujeres con las cabezas cubiertas por chales, sonriendo y saludando con la mano, un poco rígidas, eso sí, como si estuvieran posando. Y otra imagen: la de los más ricos, haciendo cola para coger el avión. Deglen dice que mucha gente escapó así, haciéndose pasar por judíos; pero que no era fácil, a causa de las pruebas a las que los sometían, y a que ahora se habían vuelto más estrictos.
De todos modos, no cuelgan a nadie sólo por ser judío. Cuelgan al que es un judío ruidoso, que no ha hecho su elección. O que ha fingido convertirse. Eso también lo han pasado por televisión: redadas nocturnas, tesoros secretos de objetos judíos sacados de debajo de las camas, Toras, taleds, estrellas de David.
p. 153

La Patria Nacional y el proyecto de embarque de los judíos también fueron creación suya, al igual que la idea de privatizar el programa de repatriación de los judíos, con el resultado de que más de un barco cargado de judíos fue hundido en el Atlántico con el objeto de aumentar los beneficios.
p. 225

Cuando un bebé nace en Gilead, si está sano se le considera como tal. Si llega a tener algún defecto físico es declarado No Bebé. Casi siempre mueren al poco de nacer, pero se desconoce que ocurre con los que sobreviven al parto.
Analicemos a los personajes.
La protagonista, Defred, cuyo nombre probable es June y que es con total probabilidad un seudónimo, funge como narradora. Nos menciona como era su vida antes del gobierno de Gilead. Estaba casada con un hombre llamado Luke, tenían una hija y trabajaba en una biblioteca. Tres años antes, intentaron huir, pero fueron capturados y separados y su hija fue adoptada por una familia de clase alta leal al gobierno. Defred se describe como de metro setenta y de pelo castaño (rubio en la película de 1990 y en la serie).
  

Natasha Richardson (izq., Juego de gemelas) en la película de 1990 y Elisabeth Moss (Peggy Olson en Mad Men) en la serie de Hulu. Derechos reservados: Metro-Goldwyn-Mayer y Hulu.
Luke era el esposo de Defred antes de Gilead. Se divorcia de su primera esposa para casarse con ella y luego tienen una hija. Según la ley de Gilead, los segundos matrimonios son nulos y los niños que nacen de un segundo matrimonio son considerados ilegítimos. Debido a esto, los niños son despojados de sus madres, las cuales son declaradas indignas de educarlos, y son dados en adopción a familias de clase alta, leales a Gilead. Tras el fallido escape, el destino de Luke es desconocido.
O. T. Fangbenle como Luke en la serie de Hulu. Derechos reservados: Hulu.
Su Comandante, cuyo probable nombre es Fred porque es el nombre asignado a la protagonista al llegar a su casa es Defred, es decir, perteneciente a Fred. El Comandante Fred no sólo tiene sexo con ella para tener un hijo (aunque lo más factible es que él sea estéril), sino que también la manda llamar a una habitación en la que sólo puede estar él. Allí le permite leer y escribir (algo que no puede hacer ninguna mujer en Gilead fuera de las Tías) y jugar al Scrabble con él. Es descrito como un hombre de sesenta años y con el cabello gris.
 
Robert Duvall (izq., Tom Hagen en El padrino y El padrino, segunda parte) en la película de 1990 y Joseph Fiennes (Wiliam Shakespeare en Shakespeare enamorado) en la serie de Hulu. Derechos reservados: Metro-Goldwyn-Meyer y Hulu.
Más tarde descubrimos que el Comandante Fred intenta hacerle la vida más llevadera a Defred para evitar que ella siga el mismo camino de la anterior Defred, que se suicidó. En las notas históricas se cree que su nombre completo es Frederick Waterford.
La Esposa del Comandante es Serena Joy, aunque después dice que su verdadero nombre es Pam, pero también este es un seudónimo. Según los estudiosos de Gilead, el nombre de ella era Thelma. Antes de Gilead, era una conocida teleevangelista4 que hacía programas de contenido cristiano para niños. Tiende a ser áspera con Defred, aunque tiene sentido dada la desigualdad social que hay entre ellas. Para ella, Defred es la mujer que le dará un hijo y nada más. Es descrita como rubia natural, a pesar de su edad, y padece artritis.
 
Faye Dunaway (izq.) en la película de 1990 e Yvonne Strahovski en la serie de Hulu. Derechos reservados: Metro-Goldwyn-Mayer y Hulu.
Nick es el Guardián asignado al Comandante Fred. Se encarga de lavar el carro y trasportarlo a él y a su Esposa. No se conoce su edad, pero es probable que sea joven, aunque se puede suponer que no ha ascendido a Ángel por ser considerado “inadecuado”. Cuando Serena Joy asume que no habría hijos con el Comandante, exhorta a Defred a que tenga sexo con Nick, ya que muchas Esposas hacen lo mismo con sus criadas. Hacía el final y en las notas, nos enteramos del verdadero rol de Nick en el relato de Defred.
 
Aidan Quinn (izq., Tommy Gregson en Elementary) en la película de 1990 y Max Minghella (Divya Narendra en La red social) en la serie de Hulu.
Derechos reservados: Metro-Goldwyn-Mayer y Hulu.
Deglen es la compañera de compras de Defred. Se la describe como una mujer de rostro sonrosado. Las dos logran tener cierto tipo de relación cercana a la amistad y ella le revela a Defred sobre un grupo de resistencia llamado Mayday, que ayuda a escapar a las Criadas. Sin embargo, después de un Salvamento y ante lo ocurrido durante él, Deglen tiene un desenlace trágico.
 
Blanche Baker (izq.) en la película de 1990 y Alexis Bleder (Becky en La ciudad del pecado) como la serie de Hulu. Derechos reservados: Metro-Goldwyn-Mayer y Hulu.
Dewarren, perteneciente al Comandante Warren y antes Dewayne, es conocida por Defred, ya que ambas estuvieron en el mismo Centro Rojo donde fueron entrenadas para ser Criadas. Su nombre antes de ser Criada era Janine. Estando en el Centro Rojo cuenta un secreto por el cual es culpada y luego, entre lágrimas, ella misma asume que el error fue de ella. Si se mirara bajo nuestro punto de vista, uno pensaría que en realidad ella no es culpable de lo que le ocurrió, sino que fue una circunstancia que una mujer jamás debería sufrir. A pesar de todo, es muy querida por Tía Lydia, la encargada principal del Centro Rojo.
 
Traci Lind (izq.) en la película de 1990 y Madeline Brewer (Tricia Miller en Orange is the New Black) en la serie de Hulu. Derechos reservados: Metro-Goldwyn-Mayer y Hulu.
Se menciona que Dewarren/Janine tiene dos embarazos siendo Criada. El primer nació a los ocho meses y fue mortinato, es decir, murió al nacer. Su segundo bebé, una niña que fue mencionada en un extraño ritual conocido como el Día del Nacimiento y que fue llamada Ángela, aparentemente nace sana, pero muere a los pocos meses. Pronto nos enteramos de que el origen de la niña no es precisamente de su Comandante Warren. Peor aún, la muerte de la niña la hace sentirse aún más culpable por haberle mentido a su Comandante. Al final de la novela, tiene un terrible final, pues ella es una de las victimas del Salvamento descrito en la novela. Debido a su trauma antes de llegar al Centro Rojo y a todo lo que le ha ocurrido, es muy propensa a estallar en lágrimas y a culparse a sí misma.
Moira es una de las mujeres del Centro Rojo que estuvo con Defred y ambas se hacen muy buenas amigas. Es descrita como una mujer de pelo oscuro y pecas. Dejan de verse cuando Moira escapa del Centro. Estuvo a punto de llegar a la frontera con Canadá, pero es descubierta y detenida. Al ser considerada “influencia corruptora” no podía ser enviada al Centro Rojo otra vez, por lo que le dieron dos opciones: irse a las Colonias o convertirse en prostituta. Moira escoge la segunda alternativa, lo cual no le molesta porque ya tenía las trompas ligadas antes de ir al Centro Rojo. Moira y Defred se reencuentran cuando el Comandante Fred se la lleva a un Jezabel, para pueda conocer cómo es uno.
 
Elizabeth McGovern (de rojo, a la izq., Lady Cora Grantham en Downton Abbey) en la película de 1990 y Samira Wiley en la serie de Hulu como Moira. Derechos reservados: Metro-Goldwyn-Mayer y Hulu.
Defred menciona constantemente a su madre. Para su madre, Defred es un ejemplo de un bebé deseado porque la tuvo cuando tenía treinta y siete años, una edad madura no sólo por la fertilidad, que para entonces disminuye vertiginosamente, sino porque el peligro de malformaciones genéticas es mayor y por el hecho de estar soltera. Aun así, a su madre no le importó y siguió adelante con Defred. Esta última dice que en sus años de adolescencia, ella tenía los típicos conflictos de la época, por lo que solía discutir con ella; pero que su relación mejoró a medida que transcurrió el tiempo y cuando nació su hija. Cuando se convirtió, nunca supo que le ocurrió a su madre, aunque por un comentario de Moira, su destino no fue bueno.
La novela nos muestra una distopia en la que se muestra las consecuencias de una teocracia cristiana y de adherirse a la sola scriptura, algo que básicamente es imposible porque ninguna religión aplica en sus principios la Biblia al cien por ciento. Esto la diferencia de otras distopías como Nosotros y la no oficial trilogía distópica5, porque aquí se enfoca en que sucedería que si un país se convirtiera en una teocracia basada en la religión predominante de dicho país. Este caso, es el cristianismo, aunque la denominación cristiana que se describe en el libro es una que se basa en los principios del Antiguo Testamento, en concreto, el Pentateuco6.
También muestra un mundo en el que las personas son estériles y se intenta buscar distintas formas de aumentar la tasa de natalidad. Esto podría aplicarse en la actualidad a muchos países de Europa Oriental y el este de Asia que están encarando problemas por la baja fertilidad, aunque en dichos países ocurre ante los matrimonios tardíos, la tardía maternidad y las condiciones económicas desfavorables, aunque también puede que la contaminación tenga algo ver como en El cuento de la criada.
Además de la alta contaminación, la esterilidad y la baja natalidad en El cuento de la criada se deben a las enfermedades de transmisión sexual y a la alta tasa de mortalidad de personas jóvenes a causa de la epidemia de SIDA (cabe aclarar que el libro fue publicado en la década de 1980, cuando el SIDA hizo su aparición y se esparció rápido). De hecho, en las notas históricas se menciona eso y también se dice que países como Rumania lograron mejorar la situación prohibiendo los métodos anticonceptivos y mejorando los sueldos y los subsidios con base en la concepción de hijos. En su lugar, Estados Unidos desapareció como nación y se convirtió en una teocracia donde el valor de las mujeres era equivalente al estado de sus ovarios.
Es evidente que Atwood tomó como referencia, además de las ya mencionadas novelas, el contexto en el que estaba viviendo. Hay que recordar que hacía unos pocos años se había declarado la primera nación teocrática en el mundo: Irán, en la que los derechos de las mujeres se restringieron hasta el día de hoy. Además, la Guerra Fría estaba en su apogeo y había una gran preocupación debido a la epidemia del VIH/SIDA, del cual muchas figuras religiosas de América del Norte se valieron para culpar a la comunidad homosexual y decir que todo se debía a la inmoralidad social. Posiblemente, todo esto influyó a Atwood a la hora de realizar la novela.
Cabe destacar que Atwood también muestra a la madre de Defred como un ejemplo de una mujer empoderada y dueña de su propia vida. A pesar de los malos comentarios de otras mujeres, no le importó tener su hija a una edad a la que no se deberían tener hijos, sino que decidió criarla por su cuenta. Desafortunadamente, también muestra que este tipo de mujeres estaban destinadas a desaparecer en la ultraconservadora Gilead.
¿El cuento de la criada es una novela feminista? Para el concepto de Atwood y para mí, sí, porque a través de ella, reivindica los derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y sus vidas ¿El cuento de la criada es una novela atea? No. Defred, a su manera cree en Dios, se apoya a sí misma en la frase en falso latín Nolite te bastardes carborundorum, No dejes que los bastardos te carbonicen, y piensa que el régimen gileadiano no puede estar bendecido por Dios.
Recomiendo leer El cuento de la criada, no sólo como una lectura feminista, sino como una distopía más, una distopia que muestra como una dictadura teocrática cristiana podría causar tanto daño como cualquier otra.
Para terminar, lo hago con un dibujo que sacó Pictoline cuando la serie arrasó en los Emmys y con un vídeo de Ted Ed sobre la novela.
 
Derechos reservados: Pictoline.


Derechos reservados: Ted Ed.
BIBLIOGRAFÍA
Atwood, M. El cuento de la criada.
Atwood, M. Margaret Atwood on What ‘The Handmaid’s Tale’ Means in the Age of Trump. Disponible en: https://www.nytimes.com/2017/03/10/books/review/margaret-atwood-handmaids-tale-age-of-trump.html Consultado el 12 de febrero de 2018.
Sociedad Religiosa de los Amigos. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_Religiosa_de_los_Amigos Consultado el 12 de febrero de 2018.
Quakers. Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Quakers Consultado el 12 de febrero de 2018.
NOTAS
1 Llamado Galaad en español, era una región montañosa en la que residieron las tribus de Rubén, Gad y la mitad de la de Manasés. Se encuentra situada en la actual Jordania.
2 Premios que se entregan cada año en reconocimiento a la excelencia en la industria televisiva de Estados Unidos.
3 Llamada Sociedad Religiosa de los Amigos, fue fundada con George Fox en 1652 y se llaman amigos entre sí. No poseen unas creencias oficiales, pero consideran que el ser humano es capaz de acceder por sí mismo a la “luz interior” o a “la luz de Dios en cada persona”, defienden la justicia, la vida sencilla, la honradez estricta, la igualdad entre hombres y mujeres, y el pacifismo. Profesan el sacerdocio de todos los creyentes, es decir, que todos puedan predicar sin distinción, ya que rechazan la jerarquía clerical. Son conocidos por su activismo social, que incluyen la abolición de la esclavitud, la reforma penitenciaria y proyectos de justicia social. En la novela, por ser objetores de conciencia, por su activismo social y por su creencia en la igualdad entre sexos son vistos como enemigos por los Hijos de Jacob, y de hecho varios de ellos han escapado o ayudan a escapar a personas a Canadá o a Inglaterra -si se consideran las notas históricas- desde la clandestinidad.
Ahora nos está explicando que una red clandestina de espionaje ha sido desarticulada por un equipo de Ojos que trabajaba con un informante infiltrado. La red se dedicaba a sacar clandestinamente valiosos recursos nacionales por la frontera de Canadá.
«Han sido arrestados cinco miembros de la secta herética de los Cuáqueros», anuncia, sonriendo afablemente «y se esperan más arrestos».”, p. 70.
Los elegí a ellos porque eran una pareja casada y los matrimonios eran más seguros que cualquier soltero, y más aún que cualquier homosexual. También recordé la designación que había junto a sus nombres. Era una Q, que significaba Cuáqueros.”, p. 188
[…] Los de la otra casa también eran cuáqueros y representaban un recurso interesante porque eran una de las estaciones del Tren Metropolitano de las Mujeres. Cuando la primera pareja se fue, me dijeron que intentarían sacarme del país.”, p. 188
La misma autora, Margaret Atwood, explica el rol de los cuáqueros en una entrevista de 2017: “Los cuáqueros han pasado a la clandestinidad y tienen una ruta de escape a Canadá como -sospecho que- lo harían. […] En el mundo real de hoy, algunos grupos religiosos lideran movimientos para la protección de grupos vulnerables, incluidas las mujeres”
4 Término que surge de la combinación de tele (televisión) y evangelista para definir a un ministro religioso que difunde y dedica su ministerio a la teledifusión.
5 La trilogía está compuesta por 1984, Un mundo feliz y Fahrenheit 451.
6 Los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

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