OTRA VUELTA DE TUERCA


Advertencia: para aquellos que no han leído la novela o visto sus adaptaciones, hay algunos destripes.

Para terminar el Mes de Octubre y después de haberlo retrasado por varias semanas, lo haré con la novela corta Otra vuelta de tuerca del escritor estadounidense Henry James, que fue publicada en 1898. Es, sin duda, una de las historias más conocidas de este autor, sino la más conocida y es única en su bibliografía por ser un trabajo en el que incluye elementos sobrenaturales, siendo la mayoría de los trabajos de James novelas de sociedad.

Otra vuelta de tuerca está compuesta por un prólogo y veinticuatro capítulos. El estilo de la novela recuerda a las memorias de cualquier persona, algo que el prólogo deja menos ambiguo cuando mencionan el origen de la historia. Se da a entender que los hechos ocurrieron más de veinticinco años antes del prólogo debido a un detalle en teoría menor pero que da sentido. La historia se desarrolla en Bly, una quinta ubicada en Inglaterra y trata sobre una institutriz que llega a Bly y empieza a ver presencias fantasmales en la mansión. Al mismo tiempo, se pregunta si los niños tienen mucho que ver con los espíritus de la casa.

La institutriz, de nombre desconocido, es la protagonista y la narradora de la historia. Hija de un pastor anglicano, tiene unas creencias muy firmes aunque también se da a entender que la estricta educación le ha generado cierta represión en su personalidad, como se ve en su forma de asumir el puesto debido a que ha desarrollado una fijación hacia el tío de los niños.

 
 
 

En el sentido de las manecillas del reloj de izquierda a derecha: Deborah Kerr en la adaptación fílmica de 1961, Lynn Redgrave (junto a Megs Jenkins) en el telefilme de ABC de 1974, Michelle Dockery en el telefilme de la BBC de 2009 y Mackenzie Davis en la adaptación de 2018.

Es contratada por el tío de los niños para ser inicialmente la institutriz de Flora y luego de Miles cuando este es expulsado de la escuela. Desde el principio detecta dos presencias en Bly, pero luego de descubrir la identidad de ambas y la relación que los niños tenían con ellas, intenta hacer todo lo posible para salvar a los niños, al menos a Miles.

Miles es el hermano mayor de Flora. Es un niño amable y educado, algo propio de su clase social. Fue expulsado del colegio por razones que se revelan más adelante en la novela. Es el más apegado de los dos hermanos a la institutriz y por ello se muestra más cariñoso con ella que Flora. Sin embargo, su angelical y cariñosa presencia esconde algo tenebroso.

Flora es la hermana de Miles, de ocho años de edad. Como era habitual en las niñas de su condición social de su época, recibe educación por parte de institutrices. A diferencia de Miles, no es tan receptiva hacia la institutriz porque ella era cercana a la predecesora de esta última, la señorita Jessel. Como en su hermano, en ella también se esconde una habilidad y un secreto escalofriantes.

La señora Grosse es el ama de llaves de Bly. Como ha trabajado allí desde hace mucho tiempo, es consciente (o tal vez no) sobre lo ocurría en la casa con respecto al señor Quint y a la señorita Jessel. Se revela que es iletrada cuando la institutriz le pide que la lea la carta y ella dice que no puede.

La señorita Jessel era la institutriz anterior a la protagonista. Se sabe que Flora tenía una relación cercana con ella, al igual que con Peter Quint. Deja su puesto de forma misteriosa por vacaciones un año antes de los acontecimientos actuales para luego morir de forma misteriosa.

Peter Quint era el ayudante de cámara del tío de los niños y a pesar de ser el asistente personal del tío de Miles y Flora, vivía en Bly por cuestiones de salud. Al parecer se llevaba muy bien con Miles y con la señorita Jessel, al punto de que ambos pasaban mucho tiempo con los niños. Como la señorita Jessel, muere de manera extraña.

Un detalle de Otra vuelta de tuerca es su capacidad para ser interpretada de muchas maneras. Puede ser vista como una historia de narrador no fiable como puede que no ¿Por qué? Veamos. La institutriz ve presencias fantasmales en la casa y considera que los niños también las pueden ver, pero por su educación anglicana considera que esto es contrario a lo que ha aprendido e intenta salvar a los niños de lo que ella cree son espíritus malignos.

Sin embargo, en la novela se hace patente que aparte que solo ella y (cree) que los niños pueden ver a los fantasmas, pero el ama de llaves, la señora Grosse, no los ha visto, si bien cree saber sus verdaderas identidades. Debido a esto, algunos considerarían que la institutriz es una narradora no fiable porque ella tiene visiones que en realidad podrían estar nada más que en su mente.

Pero también se puede interpretar de otra forma: ¿qué tal si todo lo que decía la institutriz era verdad? ¿Y si los fantasmas si existieron? ¿Los niños sí podían verlos? Pero entonces: ¿por qué empeñarse en ayudarlos? Puede ser que, debido a la limerencia que ella sentía hacía el tío de los niños, ella intentara hacer todo lo posible para mantener el orden en ellos y así ganarse, al menos, el respeto del tío. Sin embargo, hay pistas de que podría haber querido ayudar a los niños de verdad, por lo menos a Miles, puesto que ella se llevaba bien con él y quería saber por qué había sido expulsado del colegio. El final de la novela apoya esto último.

Otra vuelta de tuerca es una novela con una gran versatilidad de interpretaciones debido a los sucesos que ocurren y a los comportamientos de los personajes. Su ritmo lento puede dificultar seguir la lectura, pero allí encontrarán una historia mutable que da el poder de imaginar lo que ocurre. Definitivamente la recomiendo.

Con esta novela termino el Mes de Halloween. Fue un mes difícil en el que tuve que publicar de manera intermitente por problemas que estuvieron más allá de mi control. Sin embargo, me di la oportunidad de leer y analizar historias que antes ni siquiera se me habrían pasado por la cabeza. Espero que el próximo año las cosas sean mejores. Gracias y hasta luego.

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