DESPOTRIQUE: CON AMOR, TU HIJA



Advertencia: para los que no han leído la novela, habrá alerta de destripes (spoilers).
Después de haber estado en el sur de los Estados Unidos, ahora el destino es México. Esta semana leí una novela bastante controversial en mi opinión: Con amor, tu hija del escritor mexicano Jorge Alberto Gudiño Hernández.
Con amor, tu hija trata sobre un escritor que pasa las vacaciones con su hija Emily y la amiga de esta, Antonia. Para el escritor y para Emily, las vacaciones son especiales pues no se habían visto mucho tiempo cuando él se divorció de la madre de Emily.
Seré honesta: la novela no fue lo que esperaba que fuera y no de buena manera. A continuación, enumeraré cuáles son los problemas de Con amor, tu hija.
El primero es la estructura. Aunque es una novela corta, es una narración continua, es decir, sin capítulos ni pausas para pasarse de una secuencia a otra. No digo que esto es malo, no es así. Si una narración continua se emplea de manera adecuada puede ser fluida y dinámica. Un ejemplo es Papá Puerco de Terry Pratchett. Por desgracia, en el caso de Con amor, tu hija, la narración no es dinámica ni inteligible, sino confusa y tediosa y por supuesto, esto hace que su ritmo sea irregular.
Y de ahí pasamos al problema número dos: la narración. Con amor, tu hija tiene tres hilos conductores: un narrador homodiegético e interno y dos narradores cero. Es obvio que el primer narrador no es otro que el escritor mientras que los otros son voces en off. La primera cuenta las vacaciones del escritor desde afuera y la segunda nos cuenta el argumento de Bajo la sombra blanca del abedul, una novela por la que el escritor se hizo conocido.
Sé que muchos pensarán “pero muchas novelas tienen varios hilos conductores”. Es cierto. La multiperspectiva y la narración enmarcada son elementos que muchas novelas han usado y que en los últimos años se han rescatado. Dos ejemplos de multiperspectiva son dos novelas que analicé: Ursúa y La otra raya del tigre, las cuales menciono no porque yo las analicé o porque pertenecen a la literatura de mi país, sino porque yo consideró que la narración de Con amor, tu hija es la más cercana a estas novelas. En cuanto a narración enmarcada, esto lo expliqué en la entrada de Frankenstein y esa novela es un gran ejemplo de narración enmarcada. El problema de la multiperspectiva es que si no se usa de forma clara y comprensible la narración que se obtendrá será confusa y frustrante para el lector. Debido a esto, considero que Ursúa y La otra raya del tigre son novelas para lectores ávidos y no para alguien que no posee la costumbre de leer. En cuanto a la narración enmarcada, depende del estilo del autor y del propio lector si la novela es entendible o no.
¿Cuál es el problema de Con amor, tu hija? La estructura que ya de por sí es enredada hace que los hilos narrativos confundan al lector y no entienda cuando está hablando el escritor o la voz en off. El único hilo conductor que se puede entender es el de Bajo la sombra blanca del abedul. El concepto de incluir esta historia sin relación con la principal me recuerda a la novela gráfica Watchmen que tiene un cómic, Relatos del navío negro, el cual cumple con su rol ofreciendo una especie de pausa en la historia principal. Lo mismo ocurre con Bajo la sombra blanca del abedul. Sin embargo, esta idea se pierde en su ejecución debido a que los dos puntos de vista de la historia principal crean una narración confusa.
Analicemos al protagonista, que quizá podría ser rescatable. Ese es el problema número tres: no lo es. Es un escritor presuntuoso, que sólo ha escrito una novela exitosa y que hace alarde de ella como si siguiera siendo la novedad. Además, es un hombre divorciado, que no está satisfecho con la relación de pareja que ahora tiene, por lo que busca nuevos aires y cree que piensa hallarlos en dos veinteañeras. Eso no tiene nada de malo, sino fuera porque una de ellas es su propia hija. Tener deseos de acercarse más a su hija no está mal, pero de ahí a tener pensamientos sexuales con ella…
Lo cual nos llevamos al problema número cuatro: el complejo de Electra, que es la contraparte femenina del clásico complejo de Edipo. Es claro que Emily lo tiene y que no lo resolvió ya que sus padres se divorciaron y ella se fue a vivir con su madre, por lo que tiene deseos de conectarse con su padre otra vez, pero no son los deseos que uno esperaría sino unos que llegan al incesto. Esto en lugar de resolver los problemas entre padre e hija, muestra la falta de moral del padre y su carácter oportunista.
Y por último veamos el argumento, que es el problema número cinco. La trama es genérica: un hombre divorciado que se pasa las vacaciones con su hija y la amiga de su hija. Con el tiempo, desarrolla sentimientos por Antonia, la amiga de su hija, pero poco a poco se va aburriendo de Antonia y redirige sus deseos a, como dije antes, su hija Emily. Suena escabroso, pero es así. No entraré en detalles; sólo diré que el final es predecible y que hace que cualquier lector se sintiera en el mejor de los casos sonrojado o en el peor asqueado y con deseos de no leerlo nunca más.
Con amor, tu hija es un ejemplo de un buen concepto que salió mal. Quizá de haber tenido un mejor argumento, un estilo adecuado y una estructura sólida hubiera funcionado. Pero cuando combinas personajes desagradables, argumentos horribles y estilo enredado, lo único que se consigue es un mal producto.

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