FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO


En 1816 ocurrió el llamado Año sin Verano, ocasionado por diversos factores que no voy a mencionar para centrarme en la obra. Sea como sea, el Año sin Verano dio lugar a grandes manifestaciones culturales en la pintura (como los cuadros de  J. M. W. Turner) y la literatura, ya que fue durante este año que escritores británicos como Lord Byron, los Shelley y John Polidori se encontraban en Villa Deodati, cerca de Ginebra y al verse obligados a permanecer dentro a causa de las lluvias y del mal tiempo, deciden pasar el tiempo contando historias de terror. Algunas de las historias que salieron de esta tertulia fueron El vampiro de John Polidori, que es la base de Drácula de Bram Stoker, Oscuridad y Fragmento de una novela, ambos de Lord Byron, y por supuesto, la gran creación de Mary Shelley: Frankenstein o el moderno Prometeo, el nombre completo de la novela.
Antes de hablar de la obra, hablaré un poco de la autora. Ella nació como Mary Wollstonecraft Godwin el 30 de agosto de 1797. Sus padres fueron grandes intelectuales de su tiempo: su padre era el filósofo William Godwin y su madre, la escritora feminista Mary Wollstonecraft. Desde el principio tuvo que sobrellevar algunos momentos difíciles como la muerte de su madre en el parto y el nuevo matrimonio de su padre con una viuda, con la que Mary nunca tuvo una buena relación.
Cuando tenía diecisiete años conoce a uno de los seguidores de su padre: Percy Bysshe Shelley, cinco años mayor que ella. Ambos se enamoraron y sin importar que él ya estuviera casado, se fugaron. Durante 1814 y 1816 estuvieron en el continente europeo y estuvieron juntos con sus amigos Lord Byron y John Polidori, precisamente en la época del Año sin Verano y se casaron a finales de diciembre de 1816, cuando la esposa de Percy se quitó la vida. Residirían durante todo su matrimonio en Italia, con breves viajes a Inglaterra.
Durante el corto tiempo que Percy y Mary Shelley estuvieron casados tuvieron que enfrentarse a las deudas, los embarazos problemáticos de Mary y las muertes prematuras de sus hijos, sobreviviendo uno solo a la infancia. Cuando su esposo fallece en 1822, Mary pasa unos meses más en Italia antes de regresar permanentemente a Gran Bretaña en donde se dedicó a publicar y a editar las obras de su difunto esposo y a hacer algunos viajes al continente europeo. Ella murió el 1° de febrero de 1851 después de haber pasado muchos años enferma.
Volviendo a la novela, esta tiene una narración enmarcada, es decir, hay una historia dentro de otra historia. A principio empieza con un estilo epistolar, una novela hecha a partir de cartas, pero a medida que la novela avanza cada historia narrada contiene otra historia también narrada. En total hay tres hilos conductores: Robert Walton, Victor Frankenstein y la criatura a la que Frankenstein dio vida.
Frankenstein está dividida en tres partes pues cuando Mary Shelley la publicó inicialmente de forma anónima en 1818 estaba dividida en tres volúmenes. El hecho de que la publicación no tuviese nombre llevó a creer que la novela era de su esposo Percy debido a que el prefacio de la novela fue escrita por él y tenía una dedicatoria a William Godwin, padre de Mary y suegro de Percy. Cuatro años después la reeditaría con su nombre y la reduciría a sólo dos volúmenes.
La primera parte empieza con las cartas que el capitán Robert Walton le escribe a su hermana, que vive en Gran Bretaña, a bordo de un barco en el Polo Norte. En un momento dado, un hombre llamado Victor Frankenstein se encuentra con la embarcación y pide a hablar con el capitán a bordo, es decir, Walton. Este accede y tras cuidar de Victor, este último le cuenta su historia. En los siete capítulos que tiene la primera parte, Victor narra sus primeros años en Ginebra, su amor por su prima Elizabeth, su amistad con Henry Clerval, la muerte de su madre, sus estudios de medicina en la Universidad de Ingolstadt, la creación de una técnica para revivir a los muertos con electricidad y cómo terminó creando un ente, que él mismo repudió y no quiso volver a ver. Además habla sobre el homicidio de su hermano menor, William, de la injusta condena a muerte de la niñera del pequeño y de sus sospechas sobre el posible rol de la criatura en el asesinato.
La segunda parte tiene nueve capítulos y habla sobre el encuentro de Victor Frankenstein con la criatura. Aquí se abandona momentáneamente la historia de Victor y la criatura cuenta la suya. Habla sobre su aprendizaje de la naturaleza que lo rodeaba, como aprendió a leer y analizar las situaciones y los sentimientos de los seres humanos. Al mismo tiempo, narra su resentimiento con Victor por haberlo creado en un mundo que siempre estaría dispuesto a rechazarlo y cómo lo sació matando a William. Le exige que si quiere librarse de él, debe crearle una compañera para así poder abandonar Europa.
La tercera y última parte tiene los últimos siete capítulos de la narración de Victor. Prácticamente muestran cómo tras romper su promesa a la criatura, su mundo se desbarata y pierde a sus seres queridos, quedando únicamente su deseo de acabar con la criatura. Cuando termina la historia de Victor, se retoma el hilo de la historia de Walton, que desea regresar cuanto antes a Inglaterra. También presencia la muerte de Victor y tiene una última conversación con la criatura, que ahora desea autodestruirse para acabar con su maldad.
Ahora voy a hablar de los personajes. Primero empezaré con los que proporcionan las tramas que componen Frankenstein: Victor Frankenstein, la criatura y Robert Walton. Luego haré lo mismo con los secundarios más importantes: Elizabeth Lavenza, Henry Clerval, William Frankenstein, Justine Moritz y el padre y el otro hermano de Victor Frankenstein.
Victor Frankenstein es un ginebrino que se crió entre las comodidades y el amor de su familia, inicialmente compuesta por su madre, su padre, sus dos hermanos menores, Ernest y William, y él. Con el tiempo se les une una prima paterna huérfana de madre, Elizabeth Lavenza, de quien se enamora desde el primer momento. También tiene una sólida amistad con Henry Clerval, el hijo de un comerciante. Unos años después de la llegada de Elizabeth, esta contrae escarlatina y también la madre de Victor. Elizabeth se recupera, pero la señora Frankenstein muere.
Cuando Victor se hace mayor, decide estudiar medicina en la Universidad de Ingolstadt, una prestigiosa universidad pública de ese entonces. Allí desarrolla un amor por la ciencia y una técnica para crear vida de manera artificial, con la que da vida a una criatura de forma humanoide hecha con partes de cadáveres. Sin embargo, al verla la repudia y la abandona. Su posterior reencuentro con la criatura sería el principio del fin para todo lo que rodea.
Victor Frankenstein desea ser reconocido y que su nombre quede en la historia pero su ambición y su mal uso de la ciencia lo llevan a cometer errores que terminan no sólo destruyendo su vida sino también con las de sus seres queridos. No es un personaje malvado, sólo es un hombre que se deja llevar por la ambición y no mide las consecuencias. Sin embargo, tras su experiencia desea que su historia sirva de lección para Walton.
Robert Walton es un británico que busca ser reconocido y llenarse de gloria y cree que explorar el Polo Norte hará que su nombre quede en la historia. Su único pariente es una hermana casada, a la cual escribe con frecuencia. Está tan obsesionado con la expedición que no hace caso de las sugerencias de sus tripulantes sobre regresar a casa. Al recoger a Victor Frankenstein, este decide contarle su historia para advertirle las consecuencias de buscar la gloria de manera obsesiva. Después de que Victor termine con su relato, Walton analiza las circunstancias, decidiendo terminar con la expedición y regresar a Inglaterra. A pesar de no tener mucha relevancia, es Walton quien da a conocer la historia de Victor Frankenstein en las cartas a su hermana.
La criatura no tiene nombre; sólo se refieren a ella como “demonio”, “diablo” o “engendro” y esto es debido a que Victor la repudió tan pronto como le dio vida. Además de su gran estatura y fuerza, tiene una velocidad sobrehumana, contrario a la mayoría de las adaptaciones. Intenta tener interacción con los seres humanos pero su aspecto físico lo convierte en un paria y desea tener a alguien como él y con quien pueda compartir su vida. Su odio hacia su creador por traerlo a un mundo que nunca lo aceptaría lo lleva a vengarse contra él, matando a los seres más queridos de Victor, sólo para que este último no sea feliz en su vida.
Aunque la criatura no tuvo escrúpulos en matar a todas las personas que Victor amaba, se muestra arrepentido cuando Victor fallece pues siente que su muerte no le ha proporcionado el alivio que buscaba sino sólo remordimiento. Siente que con su creador muerto, no tiene sentido seguir con vida y está dispuesto a cometer suicidio para no causar más daño ni repulsión.
Elizabeth Lavenza es el interés amoroso de Victor Frankenstein. Hija de un noble italiano y de la hermana de Alphonse Frankenstein, padre de Victor; por tanto, su prima. Cuando era niña fue enviada a vivir con los Frankenstein pues su madre había muerto y como su padre se había vuelto a casar, este pensaba que ella estaría mejor si se criaba con sus primos en Ginebra. Junto con su tío, cuida de la mansión, de sus sobrinos y de su amiga y niñera de William, Justine Moritz cuando la señora Frankenstein muere.
El amor entre ella y Victor viene de muchos años y es reciproco y leal pues cuando se entera que Victor está enfermo en Ingolstadt viaja junto con Henry Clerval para cuidar de él. También apoya a Victor cuando Justine es acusada del homicidio de William y ejecutada por ello. Elizabeth se convierte en la cuarta víctima de la criatura y la tercera directa, estrangulándola en su noche de bodas, tal y como él se lo juró a Victor.
Henry Clerval es el único hijo de un comerciante y el amigo de infancia de Victor Frankenstein. Es un amigo leal de Frankenstein al punto de aconsejarle sobre lo que debe hacer con respecto a la criatura y acompañarle cuando enferma. Esta intromisión convierte a Henry en la tercera víctima y la segunda directa, una muerte que llevaría a Victor a culparse a sí mismo por arrastrar a Henry con él.
William Frankenstein es el hermano más pequeño de Victor y la adoración de todos en la hacienda Frankenstein. Es cuidado por Justine Moritz y es el primer Frankenstein que se encuentra con la criatura. A pesar de ser un niño pequeño, rechaza a la criatura por su aspecto y lo amenaza con su padre. Al enterarse que el niño es un Frankenstein, lo asesina, haciéndolo su primera víctima.
Justine Moritz es la niñera de William Frankenstein y es la única sobreviviente de cuatro hermanos. Fue acogida por la familia Frankenstein a causa de los malos tratos que sufría por parte de su madre y es considerada una empleada especial de la familia pues cuidó de la señora Frankenstein durante la enfermedad que acabó con su vida. Justine también se contagia, pero al igual que Elizabeth, la supera. También cuidó a su madre cuando esta estaba muriendo, a pesar de lo mal que la había tratado. Por ser la niñera de William, estaba con él cuando fue asesinado y fue inculpada de ello pues la criatura puso en uno de sus bolsillos el relicario de la señora Frankenstein que William siempre usaba.
Un detalle de Justine es que pese a ser inocente, algo que tanto Victor como Elizabeth creyeron, al final termina asumiendo la culpa del crimen a causa de su confesor, que le dijo que si seguía insistiendo en su inocencia acabaría en el infierno. Siendo una católica devota, ella le hace caso, se declara culpable y es ejecutada.
A pesar de que Justine es la segunda víctima de la criatura, es la única indirecta pues si bien la criatura no la asesina hace que ella sea ejecutada por un crimen del cual es inocente.
Los otros dos miembros de la familia Frankenstein, Alphonse y Ernest, son el padre y el hermano de Frankenstein respectivamente y tiene poca relevancia en la historia. Sin embargo, ambos se caracterizan por su frágil salud, en particular el señor Frankenstein que muere víctima de una apoplejía a causa de la pena por sus seres queridos muertos. Ernest no vuelve a ser mencionado tras la muerte del señor Frankenstein.
Sé que algunos se preguntarán, ¿por qué el moderno Prometeo? Según la Biblioteca mitológica, Prometeo fue el creador de los hombres a partir de barro, algo similar a la Creación. Debido a su amor por la humanidad, Zeus le castigó encadenándolo a una cadena en el Cáucaso y en donde un águila le comía el hígado cada día, el cual se regeneraba todas las noches. La novela Frankenstein es una analogía de dicho mito: al crear una vida de manera artificial, se deben asumir las consecuencias negativas que lleva. Así como Prometeo se atrevió a crear unos seres contra la voluntad de los dioses y fue castigado por ello, Victor Frankenstein hizo una criatura en contra de la naturaleza y también recibió su castigo; en su caso, por parte del mismo ente que creó. Mientras Prometeo creo a los hombres para que pudieran habitar la Tierra y se preocupaba por su bienestar, Victor Frankenstein sólo buscaba reconocimiento y tras darse cuenta de su error, quiso acabar con su creación.
Algo que también se ve Frankenstein es una crítica a ciertas doctrinas de algunas religiones, en este caso, la mea culpa. Justine es inocente y está convencida de ello pero su confesor, que la considera culpable y por lo tanto, una pecadora, la obliga a aceptar su “pecado” y su “culpa” para recibir la absolución. Al ser devota e ingenua, Justine lo hace y es condenada a muerte.
Otro detalle es la prevalencia de la apariencia por sobre el carácter. La criatura deseaba interactuar con los seres humanos pero es rechazada por su aspecto físico. Después de varios intentos fallidos de entablar relaciones humanas, desarrolla resentimiento y odio por su creador, creyéndolo el culpable de su mísera existencia.
Me gustó mucho la novela a pesar de que no posee esa sensación de terror que probablemente tenía cuando fue publicado hace casi doscientos años. Para los amantes de los clásicos de terror y de novelas pioneras de ciencia ficción, esta es una buena novela.

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