URSÚA


Esta semana les doy de regalo una entrada dedicada a Ursúa de William Ospina, un libro que leí el año pasado como trabajo de la universidad. La entrada que les presento fue mi ensayo final y un tío me dijo que lo publicara debido a su buena calificación. En particular, esta entrada se la dedico a dicho tío.
La novela Ursúa de William Ospina tiene como propósito mostrar el ascenso, la caída y el renacimiento del conquistador navarro Pedro de Ursúa, en el que se exhiben sus logros, sus fracasos, sus arbitrariedades y en general sus relaciones tanto con las mujeres como con los hombres que estuvieron bajo su mando, así como otros conquistadores.
Antes de empezar a hablar sobre la novela, quiero hablar hacer una pequeña biografía sobre el autor, William Ospina, que nació en Padua, en el departamento del Tolima, en 1954. Durante toda su vida se ha dedicado al periodismo y a la literatura, habiendo publicado su primer libro, una compilación de poemas llamada Hilo de Arena en 1986. Le seguirían La luna del dragón (1992) y El país del viento (1992), además de ensayos como Es tarde para el hombre (1992), ¿Dónde está la franja amarilla? (1996), Las auroras de sangre (1999), La decadencia de los dragones (2002), América mestiza (2004) y La escuela de la noche (2008). Es en 2005 que publica su primera novela, Ursúa, la cual es la que he trabajado durante el cuatrimestre presente y la que da inicio a la trilogía sobre Pedro de Ursúa, siendo las otras El país de la canela (2008) y La serpiente sin ojos (2012).
La novela Ursúa está compuesta por un prólogo, treinta y tres capítulos y un epílogo o una nota, como la llama Ospina, que no sólo habla sobre el periodo de su vida que abarca desde los dieciséis años hasta los treinta años sino que también aclara la existencia de algunos personajes, reales o ficticios, y cómo algunos detalles fueron mezclados, añadidos o simplificados por Ospina para agilizar la trama o darle más profundidad a los personajes.
El prólogo de la novela es una síntesis de los cincuenta años que el narrador estuvo explorando en el nuevo mundo y como a través de todo ese periodo conoció a los distintos hombres que serían trascendentales en la conquista del continente, pero especialmente a un hombre que desde los diecisiete años luchó en distintas guerras y batallas, fundó importantes poblaciones y se convertiría en uno de los conquistadores más importantes de su tiempo: Pedro de Ursúa.
Los títulos de los capítulos de Ursúa, a diferencia de la mayoría de las novelas, no son títulos en si sino las frases iniciales de cada uno de los treinta y tres capítulos. Sin embargo, esas oraciones iniciales son reflejo del contenido de los capítulos. Por ejemplo, el primer capítulo que se llama No había cumplido diecisiete años y era fuerte y hermoso, es una descripción exacta de un joven Pedro de Ursúa cuando se encuentra por primera vez con su tío, el explorador y conquistador Miguel Diez de Aux, que aparentemente ha dejado renombre en la isla Borinquén (actual Puerto Rico), pero que al investigar más a fondo se descubre que no es así. Es gracias a Diez de Aux que Ursúa decide irse a explorar y conquistar el nuevo mundo.
Entre los capítulos dos al seis se mencionan los periplos por lo que pasó Ursúa antes y al llegar al nuevo mundo, es decir, lo que él realiza antes de llegar a lo que sería el territorio de Nueva Granada (actual Colombia). También hace mención de la vida de Miguel Díaz de Armendáriz, tío materno de Ursúa, antes de ser nombrado juez de los territorios correspondientes a Nueva Granada y cómo ayudó a su sobrino a conquistar el norte de Nueva Granada.
Los capítulos correspondientes entre el siete y el once hablan del ascenso de Ursúa, convirtiéndose en comandante de las tropas del reino en Nueva Granada, cómo fundó la ciudad de Pamplona, y cómo se convirtió en gobernador de la Sabana, sucediendo al conquistador de la misma, Gonzalo Jiménez de Quesada, no sólo gracias a sus esfuerzos sino también a la ayuda de su tío. Poco a poco Ursúa decide seguir con sus conquistas, esta vez, el norte, es decir, el territorio correspondiente a Santa Marta y su Sierra Nevada, movido por el deseo de riqueza y poder.
Los capítulos que van desde el doce al veinte mencionan la historia familiar del narrador y lo que hizo antes de unirse a Ursúa y de cómo este sigue triunfando antes de llegar a Santafé; pero también empiezan a aparecer los problemas no sólo para él sino también entre los otros conquistadores con el aumento de los asesinatos de indígenas y el asesinato de Jorge Robledo por parte de Sebastián de Belálcazar.
Desde el capítulo veintiuno hasta el veintisiete muestran la lucha de Ursúa con los taironas, que culmina en la derrota del jefe y la matanza de varios de ellos a manos de sus hombres, así como su entrada en Santafé. Sin embargo, en estos capítulos también se pueden ver que estas violentas acciones por parte de Ursúa serían el principio de su caída como gobernador de la Sabana.
Entre los capítulos veintiocho y treinta y uno ocurre el clímax de la historia con las acusaciones de la Corona a Ursúa, a Díaz de Armendáriz y a Belálcazar, por sus acciones en contra de la población indígena, y en el caso del último, el asesinato de Robledo. Los tres pierden todos los honores recibidos y tanto Belálcazar como Armendáriz regresan a España en calidad de condenados. Ursúa, por su parte, se fuga y es buscado.
Los dos últimos capítulos reflejan el renacimiento de Ursúa. Tras pedirle ayuda al narrador, logra una entrevista con el recién nombrado virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza. Este le pide que guie las tropas para capturar al líder de los cimarrones, Bayano y así, detener la rebelión de dicha comunidad. Después de varias luchas sin imposición de algunas de las fuerzas, Ursúa y Bayano hacen un acuerdo, pero posteriormente Ursúa cumple con el trabajo encomendado capturando a Bayano. De esta forma Pedro de Ursúa recupera los favores y se convierte en gobernador de Panamá.
En la nota final, Ospina nos habla sobre los numerosos personajes de Ursúa y sobre si los personajes son reales o ficticios y cómo algunos hechos fueron alterados para simplificar o unir a los distintos personajes, cómo ciertos personajes fueron creados para que tuvieran una relación con Pedro de Ursúa, como el narrador y Z’bali, la joven indígena que lo acompañaba. También menciona los textos en los que se basó para realizar la novela, información que le sirvió para establecer la vida, el temperamento y las relaciones interpersonales de Pedro de Ursúa.
Uno de los puntos fuertes de la novela Ursúa es su narración. El narrador, siendo testigo de los viajes de conquista del nuevo mundo se une a distintos conquistadores y con el tiempo va desarrollando su punto de vista sobre lo que fue la conquista y sobre su participación en la historia. Sin embargo, su focalización y su tipo de narración hacen que esta sea difícil de definir.
Analicemos la focalización. Se podría decir que su punto de vista es cero puesto que gran parte de la narración está en tercera persona y nos da la apariencia de omnisciencia y omnipresencia, pero cuando se trata de marcar contrastes con personajes como Ursúa y el hijo de Diego de Almagro, que era mestizo como el narrador, habla en primera persona, es decir, su focalización es interna cuando lo requiere. En resumen, hay momentos en que la perspectiva de narración pasa de cero a interna.
Aquí hay un ejemplo de cómo el narrador habla de manera interna:
“Yo era un mestizo que se fingía europeo, y andaba buscando un lugar en el mundo después de una infancia de dudas y una juventud azarosa”.
Capítulo IX, No tuvo que esforzarse por alcanzar el poder.

Ahora mostraré otro ejemplo, esta vez en punto de vista cero:
“No había cumplido diecisiete años, y era fuerte y hermoso, cuando se lo llevaron los barcos”
Capítulo I, No había cumplido diecisiete años y era fuerte y hermoso.

Los ejemplos que siguen son una muestra de la transición de la perspectiva cero a la interna:
“Ni el más compasivo entre los españoles hacía tales esfuerzos por un indio cualquiera, y al verlos sufriendo más bien procuraban abreviarles las penas con la espada o con un oportuno tajo en la garganta. Ursúa no era menos salvaje, aunque yo sólo vi su crueldad en la guerra y no pude creer a quien me dijo que una vez había entrado con siete esclavos negros para dar tormento a un anciano en casa de su tío”.
Capitulo X, Sabía bien lo que Cortés encontró en el país de Moctezuma.

“Yo puedo ver la luz que brillaba en los ojos de Pedro de Ursúa ante aquellos relatos. Era como si todos sus sueños de adolescencia se estuvieran volviendo realidad de repente, y desde aquella hora no pensó en otra cosa que en viajar a las tierras que gobernaba Miguel Díez de Aux, y avanzar más allá, a la conquista de las tierras grandes”
Capítulo I, No había cumplido diecisiete años y era fuerte y hermoso.
  
“Él buscando la selva, yo viajando a los reinos de Europa, con la creencia ingenua de que allí olvidaría las violencias de mi juventud… y casi tengo que refrenar mi mano para que respete el orden de la narración, para que siga contando la vida de Ursúa y no ceda a la tentación de contar mis propias aventuras.”
Capítulo IX, No tuvo que esforzarse por alcanzar el poder.

“Diez años he viajado como una sombra siguiendo sus pasos, diez años, si puedo decirlo, intentando tejer con palabras lo que él destejió con su espada, no sólo los reinos que venció y destruyó, sino su propia vida, que también fue gastando y rompiendo como se gasta y se mella una ilusión contra las paredes de los días”
Capítulo VIII, Todo ser nuevo que encontramos viene de otro relato.

Cabe notar que en los dos últimos ejemplos el narrador compara sus deseos con los de Ursúa para crear contraste y mostrar la diferencia pero al mismo tiempo lucha por mantener la objetividad a la hora de relatar la historia de Ursúa.
En cuanto a qué clase de narrador es, a veces el narrador es extradiegético puesto que sus relatos muestran los viajes y conquistas de Pedro de Ursúa pero al mismo tiempo parece estar al margen de la acción por su falta de interacción con los demás personajes, aparte de Ursúa. Sin embargo, también se lo puede considerar intradiegético porque a veces hace parte de la acción.
Varios de los personajes de la novela son personajes redondos o como se denominan en inglés round characters, los cuales consisten en que su personalidad no es unidimensional sino que tiene varias facetas. Pedro de Ursúa es un gran ejemplo del personaje redondo pues las descripciones que el narrador hace dan a entender que cuando no estaba en batalla podía ser agradable y calmado como cualquiera, pero que en el momento de los enfrentamientos era tan despiadado y cruel como la mayoría de sus colegas que habían llegado antes que él y que eran al menos veinte años mayores. Del ejemplo del capítulo X que ya mencioné, extraigo un pedazo que refleja el pensamiento del narrador sobre la forma de comportarse de Ursúa en la guerra.
“Ursúa no era menos salvaje, aunque yo sólo vi su crueldad en la guerra y no pude creer a quien me dijo que una vez había entrado con siete esclavos negros para dar tormento a un anciano en casa de su tío”

El narrador es un contraste en cuanto a desarrollo de personajes. Si Pedro de Ursúa es un personaje con múltiples facetas, el narrador es un personaje plano y unidimensional, pero que tiene sentido dada su condición de testigo de los hechos, habiéndolos observado y al mismo tiempo estando al margen. Esto se ve cuando da pocos detalles de su vida, la mayoría de ellos relacionados con su vida antes de irse en viajes de conquista. De hecho, el ejemplo de narración homodiegética del capítulo IX también se puede usar como ejemplo para describir el pensamiento del narrador.
Otro ejemplo personaje plano aunque en este caso real es Miguel Díaz de Armendáriz, juez de Santa Marta y tío de Ursúa, un personaje cuya misión era aplicar las Leyes Nuevas, que protegen a los indígenas, pero que realmente permitió que este hiciera acciones que contradecían dichas leyes. Su destino final es una muestra de su personalidad y sus pensamientos.
Además de la diferencia entre personajes planos y redondos, también está la diferencia entre personajes reales y ficticios, como lo aclara Ospina en su nota final. Juan de Castellanos es el ejemplo de un personaje real que se encuentra en una historia ficticia y que es decisiva para esta. Aunque el personaje de la novela en sí no es muy profundo, no sólo estuvo en contacto con Ursúa durante varios años sino que sus poemas serían una de las bases para la realización de la novela.
De la misma manera, hubo personajes que fueron creados para explorar aún más la personalidad de Ursúa, como el narrador, Z’bali, Oramín y Teresa de Peñalver, aunque hay altas probabilidades de que Z’bali y Teresa de Peñalver hayan existido. Las visiones del narrador fueron extraídas de los hombres que acompañaron a Ursúa durante todas sus campañas y que fueron condensadas en un testigo que es presencial y a la vez está al margen de la historia.
Considero que Ursúa tiene una gran importancia debido a que su narración nos permite tener una idea, no sólo de la manera como Pedro de Ursúa vivió desde sus dieciséis años hasta los treinta años, sino también una visión sobre la conquista en nuestro país. La manera de descripción que hay en el libro hace que se sienta que uno se encuentre leyendo un libro escrito en el siglo XVI y no hace diez años, como ocurre. A veces es difícil no confundirse cuando primero hablan de un personaje y después terminan hablando de otro pero con el tiempo es más fácil de comprender.
Es, finalmente, por la forma como los personajes fueron diseñados, la distintiva narración y la manera particular en cómo está escrita la novela, lo que hace a Ursúa una novela compleja pero al mismo tiempo innovadora.

Adenda: La próxima semana no habrá entrada por semana de Carnavales.

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