LA DAMA NEGRA Y LA DAMA PÁLIDA
Para empezar un nuevo Mes de Halloween, lo haré con dos lecturas
del escritor Alejandro Dumas, padre. Una nos transporta a Alemania y la otra a
Rumania. Las dos tienen en común un personaje femenino principal. La primera es
sobre una mujer fantasmal que necesita ser liberada y la segunda, una mujer en
una tierra de vampiros. La primera es La
dama negra y la otra se llama La dama
pálida. Al tratarse de dos lecturas, las dividiré en dos.
LA DAMA NEGRA
La dama negra fue publicada por primera vez en 1841 en un libro de viajes
llamado Excursions sur les bords du Rhin,
que sería traducido como Excursiones por
las orillas del Rin, aunque no sé este libro se encuentre disponible en
español. Ustedes me lo pueden hacer saber en los comentarios.
Como dije antes, La dama
negra se desarrolla en alguna parte de Alemania y nos presenta a Wilhelm,
un joven que quiere talar un arce para construir una mesa, pues está por
contraer matrimonio en la fiesta de San Martín. Considerando que se trata de
una región alemana, no es otro que San Martín de Tours, por lo que su
matrimonio era el 11 de noviembre. Es posible que la historia se desarrolle a
comienzos de otoño, más o menos a finales de septiembre o principios de
octubre. Mientras eso ocurre, se le aparece una dama vestida de negro, la cual
se le aparecería un total de dos veces a él y posteriormente a su hijo. Todo
ello se da cuenta porque ella necesita que su alma sea liberada luego del daño
que ella hizo en vida.
Los personajes principales son la Dama Negra, Wilhelm, la esposa de
Wilhelm llamada Roschen y el hijo de Wilhelm y Roschen, el cual no tiene
nombre.
La Dama Negra es un espectro que solo podía aparecer al que fuera
capaz de talar un arce conocido por su durísima madera. Se la llama así por su
vestimenta negra, posee una tez pálida y tiene un característico carbúnculo
(rubí) en su dedo. Esto se debía a su pasado: ella estuvo comprometida con un
conde opositor al emperador, el cual incumplió su palabra al casarse con otra
mujer, algo que llenó a la Dama Negra de un profundo resentimiento, el cual
descargó contra dicha mujer cuando el conde muere en batalla, dejando a su
viuda y a su hijo pequeño en una grave situación al verse obligados a escapar
de los partidarios del emperador.
Para entonces, la Dama Negra aún vivía en su castillo cuando la
viuda de su antiguo prometido le pidió que la recibiera pero la Dama Negra, que
todavía sentía un profundo por el difunto y por ende por su esposa, se negó a
hacerlo, algo que llevó a la condesa viuda a tomar una decisión drástica junto
con su bebé, lo cual sería el detonante de la larga condena de la Dama Negra en
el mundo de los vivos al morir tres años después de ese evento.
La Dama Negra necesita ser liberada pero solo puede hacerlo el hijo
del hombre que logre talar un arce, el cual es el elemento más significativo de
la novela, tanto en el pasado de la Dama Negra como el presente del hijo de
Wilhelm y Roschen. Con el arce talado debía realizarse una serie de pruebas que
sería la clave para la liberación de ella, razón por la que buscó que Wilhelm
cumpliera su promesa y que su hijo también lo hiciera.
Dado que el evento de la condesa de Windeck tuvo lugar en lo que
hoy conocemos como Alemania y que entre él y cuando Wilhelm decide talar el
arce (recuerden que la historia se desarrolla a mediados del siglo XIX), lo más
probable que la historia de la Dama Negra haya tenido lugar durante la Guerra
de los Treinta Años (1618-1648), un conflicto librado en la Europa Central, o
por lo menos eso puede deducir.
Wilhelm (Guillermo en español) es el falso protagonista de la
novela, un concepto que expliqué en El
caballero de Rauzán, por lo que no redundaré en ello. En su primera escena,
a Wilhelm se lo muestra intentando talar un arce conocido por su madera
imposible de cortar. Él necesita talarlo porque quiere hacer una mesa para
casarse con su prometida Roschen, con la que lleva un noviazgo de tres años.
Mientras Wilhelm tala el arce, se le aparece la Dama Negra, la cual
le dice que puede talar siempre que prometa usar la madera del árbol para
construir una cuna para su futuro hijo. Uno pensaría que Wilhelm no cumpliría
dicha promesa pero lo hace. Nueve meses después de su boda con Roschen, nace el
hijo de ambos.
Roschen (Röschen en el original, Rosita en español) es la prometida
y posterior esposa de Wilhelm. Como su marido, es una mujer que da crédito a la
dama negra pues cuando esta le pide que guarde una rama seca del arce del que
se hizo la cuna hasta que el niño cumpla los 16 años, tiempo en el que ella
debe introducirla en agua pura. Roschen obedece a la Dama Negra y guarda la
rama. Cuando su hijo cumple los 16, ella pone la rama en el agua y esta recobra
la vitalidad de cuando la cortaron. Sí, realmente Roschen no tiene mucha
participación.
El hijo de Wilhelm y Roschen es el verdadero protagonista de la
novela. Cuando cumple 16 años, su madre le pide que se dirija a la Torre del Oriente,
tal como se lo había indicado la Dama Negra. En efecto, el adolescente lo hace
y al llegar a la Torre de Oriente se le aparece la Dama Negra, la cual le
cuenta su historia, sus malas acciones que la llevaron a convertirse en un
espectro y la razón por la que el joven se encuentra allí. Es allí cuando el
joven comprende que nació para cumplir una misión y decide hacerlo.
La dama negra es la típica historia de una persona fallecida que no puede
descansar en paz debido a sus acciones en vida y que solo puede ser liberada
por un ser humano vivo siempre que el lugar donde la persona a la que le hizo
daño pueda a su vez descansar en paz. Se trata de una historia de cómo el odio
lleva a una persona a vengarse de alguien que no lo merecía y que tiene que vivir
con las consecuencias de ello.
Sin embargo, La dama negra
también posee un lado redentor: al arrepentirse de su pecado, Dios le da la
oportunidad de esperar a que nazca y crezca el joven que se encargará de
liberarla al buscar a la condesa de Windeck para que tanto ella como La Dama
Negra puedan descansar en paz. Por ello, La Dama Negra le pide al matrimonio
conformado por Wilhelm y Roschen que guíen a su hijo ya que él será el joven
que romperá el castigo que Dios le impuso por su rencor.
LA DAMA PÁLIDA
La dama pálida es una novela corta que se publicó por primera vez en 1849 como Histoire de la Dame pâle, es decir, Historia de la dama pálida y ha recibido
otros títulos como La bella vampirizada
y El vampiro de los Cárpatos,
haciendo parte de la compilación Los mil
y un fantasmas del mismo año.
La dama pálida se divide en cuatro partes: Los
montes Cárpatos, El castillo de
Brankovan, Los dos hermanos y El monasterio de Hango. La historia
trata sobre una joven polaca que se ve obligada a huir a la región de los
Cárpatos con la ayuda de un par de hermanos, que la llevan al castillo
familiar. Allí ella es testigo de la difícil relación entre los hermanos, de su
madre y de apariciones nocturnas que de a poco va haciendo mella en su salud.
La historia se desarrolla en la región de los Cárpatos entre julio y noviembre
de 1826, justo después de la revuelta decembrista. Ya
hablaré un poco de la imprecisión de esto más adelante.
La primera parte, Los montes
Cárpatos, nos muestra a Hedwige, la protagonista, huyendo de Polonia tras
la muerte de sus hermanos y de la invasión del castillo familiar, quedando allí
solo su padre. Ella parte hacia los Cárpatos para refugiarse en el mismo
monasterio en el que lo hizo su madre durante la Segunda Partición de Polonia. Pero
durante el viaje, ella es atacada por un grupo de bandidos, pero estos respetan
su vida y los líderes del grupo, un par de hermanos la llevan a su castillo.
Para la segunda parte, El
castillo de Brankovan, Hedwige llega al castillo de Brankovan y tiene una
conversación con Grégoriska, en la que ambos se cuentan sus historias. En ella,
Hedwige entiende el porqué de la relación tensa entre Kostaki y Grégoriska, a
pesar de ser hermanos. También conoce a la princesa Smeranda Brankovan, la
madre de ambos.
En la tercera parte, Los dos
hermanos, Hedwige recibe la muerte de su padre mientras presencia la
tensión cada vez más creciente entre Kostaki y Grégoriska, pues ambos están
enamorados de ella. Hedwige se siente más atraída a Grégoriska, pero Kostaki la
desea al punto de decir que mataría a cualquiera que la pretenda. Por su parte,
Smeranda prefiere que Hedwige se case con Kostaki con su frase en moldavo:
Kostaki ama Hedwige. Luego de que Kostaki sale una noche en la que también Grégoriska
se ausenta, al día siguiente se revela que ha sido asesinado, lo que lleva a Hedwige
a sospechar de Grégoriska, al igual que su madre. Aun así, esta última le pide
a Grégoriska que mate al asesino de Kostaki, lo cual él promete.
Para la cuarta y última parte, El
monasterio de Hango, Hedwige se recupera de su desmayo tras el funeral de
Kostaki y se entera de que Grégoriska se ha ido al monasterio de Hango, del
cual ya le había con anterioridad. Al mismo tiempo, Hedwige empieza a dormir
siempre a la misma hora y tener sueños extraños todas las noches, a lo que
después del funeral se le añadió una sensación de terror. Grégoriska le
pregunta si conoce la historia que se ha contado de generación en generación y Hedwige
responde que sí, por lo que le pide que lo acompañe para terminar con la
maldición que está sobre ella antes de que la mate. Una vez que lo que aquejaba
a Hedwige termina, Smeranda hace una revelación sobre su linaje.
Los protagonistas son Hedwige, una refugiada polaca; los hermanos Grégoriska
y Kostaki y la madre de estos, Smeranda.
Hedwige (en algunas traducciones como Edgive o Hedwigia) nació en
Sandomir (actual Sandomierz), una ciudad polaca, en una familia rica dado que
poseen un castillo, siendo la segunda de tres hijos y la única mujer. Desde
niña, ha tenido que presenciar la autoridad rusa sobre la población polaca
debido a las particiones que Polonia había sufrido a finales del siglo XVII,
algo que se nota en que su padre y sus hermanos rechazan la autoridad del zar,
por lo que se unen a la lucha en su contra. Esto es lo que lleva a Hedwige a
refugiarse en los Carpatos y a buscar el monasterio de Sabastru, en el que se
había refugiado su madre durante la Segunda Partición de Polonia. Junto a ella,
también parte un grupo de personas.
Durante el viaje a dicho monasterio, unos bandidos interceptan al
grupo y los asesinan a casi todos. Hedwige fue la única sobreviviente, al serle
perdonada la vida por el jefe de los bandoleros, un noble moldavo llamado Grégoriska.
Junto a su hermano Kostaki, Hedwige es conducida al castillo perteneciente a la
familia de la madre de ambos. Ella nota como los hermanos se han enamorado de
ella y no está segura sobre ello. Aunque se siente atraída por Grégoriska, teme
las represalias de Kostaki si ella se decide por el mayor, más cuando la madre
de ellos quiere que ella se case con Kostaki.
La muerte de este lo cambia todo pues desde entonces Hedwige
empieza a ser atormentada en sus sueños por una figura de ojos rojos, los
cuales le llegan siempre a la misma hora, y comienza a ponerse pálida. Al
contarle esto a Grégoriska, le pide que lo acompañe al monasterio de Hango
porque sabe que ella está siendo atormentada por un vampiro y debe hacer una
acción para librarse por completo de dicha maldición.
Grégoriska es el hermano mayor, siendo el hijo de Smeranda de su
primer esposo, Servan Waivady, un príncipe de una familia menos ilustre que la
de su esposa, una Brankovan. Cuando su madre los dejó a ambos para irse con el
que sería su segundo esposo y el padre de Kostaki, su padre muere al poco
tiempo y por ello es Grégoriska el que recibe la carta de su madre en la que
pedía el divorcio. Para no encontrarse con el segundo esposo de su madre,
decide partir para el extranjero pero cuando recibe la noticia del asesinato
del conde Kropoli, concluye que debe regresar a Rumania a consolar a su madre.
Al regresar al castillo de Brankovan, descubre que su madre ha tenido un hijo
con su segundo esposo, el cual no es otro que Kostaki.
Cuando Grégoriska ve por primera vez a Hedwige, se enamora de ella,
algo que lo lleva a perdonarle la vida. Después de ello, Grégoriska la lleva
sana y salva junto a Kostaki al castillo de Brankovan y con el tiempo ambos
desarrollan una relación cercana, lo suficiente como para revelarse sus
pasados. Por su conocimiento en las leyendas vampíricas de los folklores
húngaro, rumano y polaco, deduce que lo que atormenta a Hedwige es un vampiro y
por eso parte al monasterio de Hango ya que necesita matarlo. Allí se revela una
sorpresa sobre el vampiro y sobre lo que le ocurrió a Kostaki.
Kostaki es el hermano menor, hijo de la princesa Smeranda con su
amante Giordaki Koproli, un conde de ascendencia griega. A diferencia de su hermano
Grégoriska, tiene una personalidad más hosca y salvaje. Como Grégoriska,
Kostaki también se enamora de Hedwige, lo cual unido a su personalidad hacen
que la desee al punto de decir que matara a cualquiera que la pretenda. Esto
hace que Hedwige tema que los hermanos terminen matándose solo por ella.
Las cosas se ponen más misteriosas cuando Kostaki deja de
frecuentar los bosques para estar más en el castillo y luego un día el caballo
de él apareció ensangrentado y sin Kostaki como jinete, lo que lleva a suponer
que ha sido asesinado. Y en efecto, más tarde se descubre su cuerpo con signos
de haber sido asesinado y del que se sospecha de Grégoriska, por lo que se
realiza un funeral. Sin embargo, existen pistas de que la muerte de Kostaki
tiene mucho más misterio del que parece y que tan involucrado estuvo Grégoriska
en ella.
La princesa Smeranda es la madre de Grégoriska y Kostaki. Es una
mujer que proviene de gran linaje al punto de que el castillo familiar es
propiedad de ella a través de su familia; de ahí que sea llamado el castillo de
Brankovan, el apellido de ella.
Smeranda se casó por primera vez con el conde Servan Waivady, con
el que tuvo a Grégoriska. Pronto la relación entre ellos se enfría y ella
inicia una relación con el conde Giordaki Koproli, con el que tiene a Kostaki.
De hecho, ella pensó en divorciarse del conde Waivady para casarse con el conde
Koproli, pero no llega a hacer ni lo uno ni lo otro.
Para el momento de la llegada de Hedwige al castillo de Brankovan,
Smeranda se muestra alegre ante la idea de la llegada de una mujer con la que
tal vez alguno de sus hijos pueda casarse. Aunque ella no pueda hablar francés
ni polaco, sino solo en moldavo, Smeranda le hace saber a Hedwige que Kostaki
la ama. Es decir, Smeranda desea que Hedwige se case con Kostaki.
Cuando ocurre la extraña muerte de Kostaki, Smeranda le pide a
Gregoriska que vengue a su hermano matando al asesino aunque se da a entender
que ella también sospecha de Gregoriska. Luego de todo lo que ocurre en el
monasterio de Hango, Smeranda le explica a Hedwige un hecho que un ancestro
hizo contra un sacerdote y que condenó a su linaje a una maldición, algo que
ella cree que fue la razón de lo todo lo que le ocurrió a sus hijos. Le da su
completa bendición a Hedwige.
La dama pálida se desarrolla en un contexto histórico bastante pesado. En la
novela Hedwige dice que su padre y sus hermanos luchan contra el nuevo zar. En
efecto, en 1825 hubo cambio de zar en Rusia: Alejandro I, que había gobernado el
país entre 1801 y 1825, murió de forma inesperada en diciembre. Al no tener
descendencia (legítima) que le sobreviviese, se esperaba que fuese su hermano el
Gran Duque Constantino Pávlovich fuese el sucesor. Sin embargo, como este había
renunciado a sus derechos de sucesión para contraer matrimonio con una noble
polaca de bajo rango tres años antes, el trono le correspondió al siguiente
hermano varón, que era el Gran Duque Nicolás Pávlovich, el cual se convirtió en
zar como Nicolás I.
El ascenso de Nicolás I no fue bien recibido por los sectores
liberales de la nobleza rusa, los cuales quería una Rusia democrática y
constitucional. Por ende, no aceptaban que el sucesor de Alejandro I fuese su
hermano Nicolás, alguien aún más conservador y autocrático que su hermano mayor,
prefiriendo instalar en el trono a Constantino, a pesar de que este ya había
jurado lealtad a su hermano menor como zar, por lo que intentaron convencer a
los militares de que Nicolás I no era más que un usurpador. La revuelta
fracasó: los cabecillas fueron ejecutados y varios de los participantes fueron
deportados a Siberia.
Como la revuelta decembrista ocurrió en diciembre de 1825 (ya casi
se cumplen los 200 años) y los eventos en La
dama pálida empiezan en julio de 1826, es posible que lo cuente Hedwige en
esos seis meses entre un hecho y otro sea una rebelión polaca de corte
nacionalista, algo que tendría sentido ya que el pretendiente al trono de los
decembristas, Constantino Pávlovich, era gobernador de Polonia. Es posible que
la revuelta decembrista hubiese alentado a los polacos de la novela como el
padre y los hermanos de Hedwige a rebelarse contra Nicolás I, que tan pronto
como subió al trono, empezó a limitar las libertades que les habían sido
otorgadas tras el Congreso
de Viena y que les habían convertido en un reino dentro del Imperio Ruso. Esto
causó el temor de que el zar acabase convirtiendo a Polonia en una provincia
vasalla de San Petersburgo, algo que en efecto acabaría ocurriendo con el
tiempo: tras el subsecuentes levantamientos de 1830 y 1863, la constitución
polaca de 1815 fue completamente suspendida y, por ende, toda la autonomía que
Polonia había tenido hasta entonces. No hay registros de una rebelión polaca en
1826, así que debo suponer que es una licencia histórica por parte de Dumas,
similar a las que cometió en La
hija del marqués, novela de él que ya analicé en este blog.
Independiente de las licencias históricas, ¿La dama pálida cumple con mantener el misterio y el terror? Bueno,
fungiendo en un estilo que recuerda a El vampiro
y Carmilla,
sí lo hace. Logra hacer que el lector esté a la expectativa sobre lo que aqueja
a Hedwige, sobre el misterio de la muerte de Kostaki y sobre el rol de
Gregoriska al respecto. A eso le sumamos el que Hedwige no note su palidez
hasta que Gregoriska se lo hace ver, lo que demuestra que ella no se da cuenta
de lo enferma y maldita que se encuentra, lo cual es una sorpresa un poco
precipitada.
La dama negra y La dama pálida son dos
historias que reflejan dos criaturas asociadas al terror y a las que familias
terminan acercándose de una u otra forma. Mientras que La dama negra busca que un joven la libere del suplicio al que ha
sido condenada por negarle ayuda a alguien que lo necesitaba, La dama pálida necesita liberarse del
espectro que la está acechando y para ello necesita saber qué ocurrió entre los
hermanos antes de que lo que la atormenta la mate. Dos historias interesantes a
su manera, aunque son de esas que es posible que generaran más impacto en su
día. Las recomiendo.
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