DARK WATER: DEL PEOR AL MEJOR


Para finalizar el Mes de Halloween, pasamos de Transilvania al Japón de la década de 1990, en donde exploraremos historias relacionadas con el agua. Esa es la compilación de historias Dark Water del escritor japonés Kōji Suzuki (el mismo escritor de El aro [Ringu]) y con esto cumpliría el reto literario del mes, que es leer un libro de terror. El libro se publicó en 1996.

Dark Water es una colección de ocho historias que Suzuki escribió a principios de 1990, justo después del estallido de la burbuja inmobiliaria en Japón, por lo que esos relatos reflejan la época. El nombre por el que es conocida es una traducción aproximada del título en japonés Honogurai mizu no soko kara (仄暗い水の底から) que significa literalmente En las profundidades del agua oscura. Dark Water tiene un total de nueve historias con la primera siendo el prólogo, luego siete historias y la última que sería el epílogo, la mayoría de ellas teniendo lugar entre 1995 y 1996, con algunos saltos en 1975 y 1976.

Sin embargo y como hice antes, analizaré las nueve historias que se encuentran en Dark Water, desde la menos llamativa hasta la que yo considero la mejor. Como siempre les digo, esta es una opinión personal; así que si tienen su propia lista la pueden dejar en los comentarios. No siendo más comenzaré.

 

UN CRUCERO DE ENSUEÑO

La quinta historia de Dark Water fue adaptada a la televisión en la serie de Showtime Masters of Horror, en el último episodio de la serie, el cual fue titulado Dream Cruise. No la he visto, así que no puedo hace un punto de comparación con esta historia como sí de una que hablaré más adelante.

El argumento de Un crucero de ensueño es el siguiente: Masayuki Enoyoshi es invitado al yate del rico ministro Ushijima y su esposa, Minako, a los que conoció durante una reunión de egresados de la secundaria. Enoyoshi no había conocido a Ushijima y desearía no haberlo hecho nunca debido al abierto clasismo de la pareja y su condescendencia, por lo que solo espera poder regresar a tierra para seguir con su vida, ya que Ushijima y Minako quieren convencerlo para que entre en un negocio multinivel.

En un momento dado, Enoyoshi descubre un zapato de Mickey Mouse, dándose cuenta por el tamaño de que es el calzado de un niño. En ese momento, el yate se detiene sin explicación, por lo que entre Enoyoshi y Ushijima deciden averiguar la razón. Este último nada hasta el fondo pero aunque descubre lo que pasa, esto lo deja tan aturdido que básicamente queda fuera de combate para el resto del relato. Todo ello tras ver a un niño aferrado a la quilla.

Ante la cantaleta de Minako y la incapacidad de Ushijima, Enoyoshi decide que él buscará la forma de desatascar el yate y salir de allí, por lo que se lanza a la mar a encontrar la razón del cese del movimiento de la embarcación. Ya en el agua, Enoyoshi sabrá si Ushijima dice la verdad pero al mismo tiempo descubrirá si puede salir de ese embrollo.

No voy a mentir, este es el cuento más débil de la compilación. Si bien hace un buen trabajo al mostrar como el estallido de la burbuja inmobiliaria agrandó las desigualdades socioeconómicas en Japón, en cuanto a terror es una historia que se queda corta puesto que tiene una resolución bastante ambigua, los personajes cuando no son insulsos son insufribles y su desarrollo es lento. Es una historia olvidable.

 

EL BARCO A LA DERIVA

En este cuento, el sexto de Dark Water, un barco atunero se topa con un yate abandonado. Ante la negativa de cualquiera de la tripulación a ir hasta allí, Kazuo Shiraishi, que es el miembro más experimentado, decide hacerlo a pesar de que se había prometido a sí mismo que este sería su último trabajo en la mar ya que está por contraer matrimonio.

Dentro del barco, Kazuo descubre que el yate pertenecía a una familia de clase alta pero que misteriosamente desapareció luego de que la hija pequeña empezara a tener sueños que aterraron a la familia, después advirtiera que había alguien más en el yate y luego se obsesionara con una concha bivalva dentro de una botella corchada sin que se entienda como esta acabó dentro de la botella considerando la estrechez de su cuello. Entretanto, la estancia de Kazuo ha hecho que su barco lo dejara allí, por lo que ahora no solo debe buscar la botella sino la manera de salir de ese yate.

Si no fuera por el giro final, este sería un cuento bastante perezoso. Aunque tiene esa atmosfera de misterio, obsesión y giros, en general es un relato en el que no hay una resolución clara sobre lo que pasó con la familia y eso hace que uno quede decepcionado.

 

PRÓLOGO

La primera historia de Dark Water nos presenta a Kayo y Yūko, una pareja de abuela y nieta. Yūko, que vive en Tokio, va a pasar vacaciones en la prefectura de Kanagawa donde vive su abuela Kayo. A ambas les gusta ir al cabo Kannon porque les permite ver Tokio desde el otro lado del mar, ver pasar las embarcaciones, además de los objetos que flotan sobre el mar y que llaman la atención de Yūko. Kayo le dice que a Yūko que cada objeto tiene su historia, la cual puede ser agradable o espeluznante, dependiendo del objeto, algo que Kayo hacia desde hacía veinte años tras encontrar un objeto que ella considera su tesoro y que despertó su visión imaginativa. Kayo planea dejarle algo a Yūko cuando muera, pero no sabe si a ella le gustará.

Es una historia corta y cuya atmósfera no genera tanta intranquilidad como la de los otros cuentos que la preceden. De hecho, al principio solo parece la típica historia de una abuelita y su nieta que viene a visitarla por vacaciones; sin embargo, Kayo es de esas personas que pueden ver con detalle lo que otros no pueden hacer y quiere que Yūko lo comprenda bien. Este es un relato que se complementa mejor hacia el final con el epílogo ya que este responde algunas inquietudes del prólogo y está conectada con una de las seis historias, descontando el epílogo.

 

ISLA SOLITARIA

La tercera historia nos presenta a Kensuke Suehiro, un desencantado profesor de escuela, al cual un día lo llama Sasaki, su ex tutor y ahora convertido en subdirector en otra escuela. Este último le propone a Kensuke que vayan a explorar la prohibida isla de Daiba VI, para lo cual ha recibido permiso para explorar la flora y algo que Sasaki ya había hecho años antes. Pero ahora desea que Kensuke lo acompañe, lo cual este acepta porque tiene sus propios motivos.

Nueve años antes, Kensuke conoce a Yukari por medio de su amigo de la escuela Aso. Aunque Kensuke le agrada Yukari, Aso muestra un enorme desprecio hacia Yukari por falta de educación formal y por sus vínculos con un culto, por lo que pide a Kensuke que no haga migas con ella.

Un tiempo después, Aso le presume a Kensuke que llegó a la isla Daiba VI para dejar abandonada a Yukari, de la cual ya estaba cansado y no quería asumir la responsabilidad hacia ella, que había quedado embarazada de él. Esto pone a dudar a Kensuke, que sabe que si siquiera poner los pies en Daiba VI es un delito, y no sabe cómo disipar esa pregunta, algo que solo puede hacer cuando se entera de que Aso se está muriendo de cáncer.

Ya en el presente, Kensuke acepta la oferta de Sasaki para saber si Yukari sigue viva después de nueve años. La realidad resulta ser más sorprendente.

Esta historia me sorprendió bastante con sus giros argumentales y al igual que Un crucero de ensueño, hace hincapié en la brecha socioeconómica generada por la crisis económica japonesa de la década de 1990, aunque para mí este relato lo hace de una manera menos molesta. El hecho de que Kensuke quiera conocer el paradero de Yukari y de su hijo nonato hace que uno quiera saber si uno o los dos se encuentran. Si Isla solitaria no está más arriba es porque hay historias que son mejores en cuanto a atmósfera y misterio.

 

LA ACUARELA

En la séptima historia, una compañía de teatro decide desarrollar una obra de teatro entre los pisos 3 a 5 del edificio Mephisto, en los que antes estaba una discoteca. Entre los integrantes de la compañía dirigida por Kenzo Kiyohara se encuentran Ryuchi Kamiya y Noriko Kikuchi, una ex bailarina de la discoteca (en su caso, la quinta planta) y que entró a la compañía gracias a Kamiya.

Kiyohara desea hacer una obra de teatro más innovadora que cualquiera de las que han presentado, por lo que ha decidido asignarle el rol principal a Noriko y delegar a Kamiya a asistente de mezclador de sonido a pesar de ser uno de los actores más destacados de la compañía. Todo ello debido a un desacuerdo entre él y Kiyohara.

Un día, el día del estreno, Kiyohara le pide a Kamiya que vaya a averiguar al piso superior a solucionar un problema de agua que está haciendo goteras en el piso en que se encuentra, por lo que Kamiya debe subir un piso para inspeccionar de donde viene la fuga. Allí descubre no solo de dónde viene la causa de la gotera en el piso de abajo, sino que tiene la impresión de que no está solo.

Al principio, esta historia inicia como una narración predecible pero cuando Kamiya tiene que subir al piso de donde vienen las goteras no solo se inquieta al encontrar la fuente primaria sino la impresión de que no solo un piso abandonado. Además, las críticas que acompañan el final del cuento no solo demuestran el éxito de la obra sino también como la ambientación claustrofóbica fueron de su agrado. Para ser una historia que involucra misterio, el que termine con críticas especializadas es bastante sorprendente, pero también le quita seriedad al ritmo. Como dato curioso, es de La acuarela de donde vienen las goteras que caracterizan de Dark Water, tanto la japonesa como la estadounidense, cuya base narrativa tiene otro nombre pero lo explicaré más adelante.

 

EL BOSQUE EN EL FONDO DEL MAR

La octava y penúltima historia comienza a principios de invierno de 1975, cuando dos espeleólogos, Fumihiko Sugiyama y Sakakibara, deciden buscar una cueva subterránea, la cual se cree que es la fuente de un arroyo que se cree desaparecido. Para Sugiyama, planea que este trabajo sea el último pues a los 31 años, ya casado, con un hijo y otro en camino, ha madurado y quiere dedicarse a su familia.

A pesar de que solo debían localizarla, Sugiyama decide investigar en la cueva sin importar que. Pronto Sugiyama y Sakakibara descubren que la cueva es más profunda de lo que parece pero cuando logran bajar, Sakakibara queda en medio de un derrumbe y bueno, ahí acabó. Mientras tanto, Sugiyama sigue bajando hasta que logra su descubrimiento aunque al mismo tiempo sabe que no podrá salir de allí, al menos no vivo.

Casi 20 años después, Takehiko, el hijo mayor de Sugiyama, llega a la cueva para terminar el trabajo que su padre no pudo concluir. Para ello, tiene la carta y el mapa que su padre le dejó y que recibió en su buzón cerca de un año de la muerte de él. Ya en la cueva, Takehiko descubre lo que su padre halló veinte años antes y quizá el joven revelará.

Esta es de las historias que más cumple con su objetivo: atmosfera claustrofóbica y que tensiona al lector, unos protagonistas dignos de empatizar (padre e hijo), uso adecuado de temores como la oscuridad y temáticas como lo desconocido y uso de pistas para darle misterio a la historia; en este caso para que Takehiko resuelva lo que su padre no pudo resolver por su muerte prematura y la manera cómo obtuvo el mapa y la carta de la ubicación del agua subterránea. Para el lector, esto sería un hueco argumental pero es en otra historia donde se da la respuesta.

 

 

AGUA QUE FLOTA

Esta es quizá la historia más conocida de esta colección por ser la base de dos películas llamadas Dark Water: una versión japonesa en 2002 y un reencauche estadounidense de 2005. Tuve la oportunidad de ver esta última una vez en televisión y si tuviera que calificarla, sería con un meh.

La historia, la segunda de la compilación, es la misma: Yoshimi, una madre recién divorciada y su hija de seis años Ikuko se van a vivir a un edificio de apartamentos por el bajo costo y la comodidad de la cercanía al trabajo de Yoshimi que le permite llevar a una guardería cercana a Ikuko, esto a pesar de que el edificio está casi vacío por ser casi exclusivamente de oficinas. Pero aun con todo esto, Yoshimi no se ha acostumbrado al sabor del agua, el cual le parece extraño.

Un día en que Yoshimi e Ikuko exploran la azotea, encuentran un maletín rojo de Hello Kitty, lo que Yoshimi se extraña ya que ella y su hija son la única familia que vive en el edificio, por lo que le pregunta al conserje. Por las vagas pistas que da este, Yoshimi entiende que puede tratarse de la niña de la familia que vivía en el segundo piso un año antes de que ella e Ikuko se mudaran y que sigue desaparecida. Al mismo tiempo, empiezan a ocurrir sucesos extraños como que el ascensor se mueve de manera inesperada, quedándose en el segundo piso o que Ikuko hable de una amiga imaginaria llamada Mi. Todo eso lleva a Yoshimi a investigar más y a comprender lo que está pasando, lo cual termina por aterrarla.

Otra historia que nos muestra las consecuencias de la ruptura de la burbuja inmobiliaria en Japón a finales de la década de 1980, algo que contribuyó al estancamiento económico en la década siguiente. Un ejemplo de ello es el edificio donde vive Yoshimi, el cual se había construido para personas pudientes pero el término de su construcción coincidió con la bajada del mercado inmobiliario, por lo que la edificación y el área en cuestión perdieron valor y en el inmueble solo hay oficinas, lo que lo convierte en un lugar fantasma. El bajo precio es lo que motiva a Yoshimi a vivir allí a pesar de que no hay familias, a excepción de una que se mudó dos años antes.

Agua que flota también es un cuento que cumple con su ambientación misteriosa y tensa, un personaje que quiere resolver el misterio de una niña desaparecida y que se va llenando de terror a medida que más sucesos ocurren. A diferencias de las adaptaciones, Agua que flota presenta un final que solo se puede definir como un final y basta. Y contrario a lo que se piensa, Agua que se agita no tiene ninguna fuga de agua en el techo: eso corresponde a La acuarela, una historia que analicé antes.

 

EPÍLOGO

Kayo, la anciana del prólogo, reaparece haciendo su paseo a Cabo Kannon como hace cada mañana para agradecer a los jizō por la salud de sus dos hijos, uno que vive en Tokio y el otro en Sapporo y a veces por sí misma. Un ritual que Kayo ha hecho desde hace veinte años cuando sufrió una hemorragia subaracnoidea y tuvo una cirugía de emergencia, quedándole solo un arrastre en el pie izquierdo.

Empezó con el paseo hasta Cabo Kannon luego de un impulso que tuvo y mucho después de que su médico le insistiera de manera constante que caminara como parte de su rehabilitación. Aunque al principio se agotaba, al ver una angélica y cortarle sus hojas, decide volver para saber si al día siguiente tienen olor y han crecido. Sin darse cuenta, el paseo a Cabo Kannon se volvió costumbre y un día encuentra una bolsa con una carta, un mapa y un carrete fotográfico. Al ver esto, Kayo decide que llevara la carta a su destinatario, haciendo que ella se ponga como meta ir en tren de Yokosuba a Tamagawa, para lo cual les rezó a los jizō y les ofreció hojas de angélica para que su pierna sanara y cumplir su promesa de entregar la carta a su destino. Para el verano, época de floración de la angélica, finalmente la pierna de Kayo está lo suficientemente bien como para ir a Tanagawa por su cuenta y entregar la carta. El destinatario resulta ser una sorpresa para el lector. Veinte años después, Kayo espera que Yūko reciba de buena gana el tesoro.

Epílogo tiene un gran manejo de las analepsis y las prolepsis pues nos indican cómo comenzó el ritual de Kayo, su encuentro con la carta y su viaje para llevarla a su dueño, algo que ocurrió en el pasado y lo cual influyó en su futuro y el de esa persona, conectándose con una de las historias ya mencionadas. Además, da a conocer cuál es el verdadero tesoro que Kayo quiere dejarle a Yūko, siendo también la única historia de la colección que no tiene un elemento sobrenatural. 

Otra razón por la que me gusta es que fuera de la historia que está conectada con ella, el estilo de Epílogo me recuerda a la serie danesa Riget, en concreto a las escenas de una pareja de lavavajillas, ambos con síndrome de Down, que comentan los extraños sucesos en el hospital, por lo que te pone a dudar si lo que sucede en ese lugar es real o producto de la imaginación de ambos. Lo mismo ocurre con Epílogo: me hace preguntarme a mí misma si las historias fuera de la que tiene relación con la última historia son verdaderas o son producto de la imaginación de Kayo. Pero hay una historia que yo considero que es la mejor de Dark Water y esa es:

 

EL AGUJERO

La cuarta historia nos presenta a Hiroyuki Nagaki, un pescador alcohólico y violento con su mujer y su hijo mayor. Es un hombre descontento en su matrimonio, con su esposa Nanako (la cual teme a su violencia), su hijo Katsumi (que también le teme y su padre no le tiene cariño por su carácter similar al de su madre y por su falta de vocación hacia el mar), y su hija Haruna, que padece afasia. Además, debe mantener a su padre Shōzo, ex pescador que lo maltrataba a él y a su desaparecida madre y el cual ahora padece demencia senil temprana.

Un día, Nanako desaparece y Hiroyuki se pregunta dónde puede estar. Al mismo tiempo, tiene que lidiar con el resto de su familia y con un dolor de cabeza intermitente. Inicialmente cree que Nanako huyó pero que volverá ya que no tiene dinero ni familia. Luego de dos días, Hiroyuki ya está preocupado; sin embargo, no puede seguir aplazando su trabajo, por lo que va hasta el mar a pescar anguilas. Es estando en el mar que descubre lo que en realidad pasó con Nanako y por qué su padre acabó con demencia, sabiendo ahora que no podrá escapar de ello.

Sin duda, El agujero es la mejor historia. Es la que mejor plantea los misterios y el tema de lo desconocido al brindarnos una atmosfera acuática que proporciona las respuestas que Hiroyuki necesitaba saber, pero de una manera que el lector sabe que él no saldrá de allí. Si bien Hiroyuki es un ser detestable, no es más que el reflejo del ciclo de violencia intergeneracional, algo que Suzuki deja en claro. Para Hiroyuki, las respuestas en el mar son las que permitirán que quizá su hijo logre romper ese ciclo de violencia. Es una historia que se mantiene uniforme, proporciona un clímax impecable y un final inesperado.

 

Con este conteo de cuentos, cierro el Mes de Halloween. En este mes tuvimos a una mujer que necesita descansar en paz, una mujer que huye de un levantamiento anti-gobierno solo para ser acechada por un vampiro, un hombre que sube hasta un castillo para encontrar a su morador y confrontarlo una vez más y una serie de historias en las que el agua proporciona el misterio y el terror psicológico en sus personajes. Espero que el siguiente octubre sea tan misterioso como este. Gracias y hasta luego.

 

                                                                    NOTA

1 Bodhisattva (ser iluminado) protector de los niños (incluidos los fallecidos y los nonatos), los viajeros, los peregrinos y las almas que sufren en el mundo de los muertos. Se le atribuye poder espiritual de protección y longevidad.

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