ALICE
Para empezar un nuevo Mes de la Mujer, empezaré en la misteriosa y fantástica isla de Cerdeña, donde tiene lugar la novela Alice de la escritora italiana Milena Agus. Este es el reto de lectura de Marzo al ser una novela escrita por una mujer.
Alice está dividida en tres partes. La primera parte tiene 15 capítulos,
convirtiéndola en la parte más larga; la segunda parte, 6 capítulos y la
tercera, solo uno, el cual funciona más bien como un epílogo. La novela trata
una joven universitaria de nombre homónimo, Alice, que vive en un edificio de
apartamentos en el que es testigo de las vivencias y las historias de los
habitantes. Se podría decir que es una historia en las que ricos y pobres se
mezclan para crear situaciones. El nombre original de la novela es Sottosopra, que significa al revés o
patas arriba, lo cual hace alusión a las historias del edificio que realmente
ponen patas arriba la vida en el edificio y la cambian tal como su dueña y sus
inquilinos la conocían hasta entonces. Un cambio de nombre en la traducción que
me recordó a algo similar que ocurrió con la novela La palabra más hermosa.
La primera parte nos describe al personaje homónimo, su nueva vida
en el apartamento de la familia de su madre tras una catástrofe familiar, cómo
socializa con los habitantes del primer piso y con los del segundo piso y es
testigo de cómo uno de los habitantes del primer piso tiene una relación
adúltera con otro del segundo piso, la cual pronto sale a la luz.
En la segunda parte, la pareja producto de la infidelidad deciden
vivir juntos y la ex esposa del piso superior se siente aliviada de que
finalmente puede terminar su matrimonio, el cual ya no funcionaba. Sin embargo,
la tía de Alice quiere vender el edificio porque dejará de vivir en Cagliari y
quiere mudarse a un pueblo a media hora de allí, algo que Alice no quiere hacer
porque no quiere dejar el edificio. Sin embargo, no sabe qué hacer para evitar
la venta completa del edificio, por lo que acude a la señora Johnson a pedirle
consejo. Esta última le revela un secreto familiar.
Para la última parte ya han pasado algunos años: Alice ha terminado
sus estudios y acaba de escribir una novela sobre sus vivencias. También se revela
si el edificio aún es importante en su vida.
La protagonista de la novela es Alice, una curiosa y analítica joven
estudiante de literatura. Antes de su llegada al edificio de apartamentos,
vivía con sus padres hasta que, cuando tenía diez años, descubre que su padre
era infiel a su madre, lo que provoca una tragedia familiar pues este se
suicida y su madre se sumerge en la demencia, apenas reconociendo a su hija. Aunque
Alice intenta seguir viviendo con su madre, en el pueblo acaba por considerarla
una paria y los niños dejan de jugar con ella.
Luego de todo ello, la hermana de su madre se convirtió en su
tutora y Alice se va a vivir en el edificio de apartamentos, propiedad de sus
abuelos maternos. Allí conoce a los Johnson, a Anna y a Natascia, y se convierte
en testigos de la convivencia entre ellos que cambiaría la vida de todos.
Pese a que las dos familias acaban por enredarse en el juego de la
infidelidad, Alice no pierde la relación con ninguna de las dos, algo que
podría estar en riesgo cuando su tía quiere vender el edificio para mudarse por
completo al campo, algo que Alice no quiere hacer porque ama vivir allí. Sin
saber qué hacer, consulta a la ex señora Johnson, que le dice cómo puede hacer
para quedarse en Cagliari y en el edificio. En el último capítulo nos enteramos
si Alice siguió viviendo en el edificio.
Para Anna, le es difícil comprender por qué Alice prefirió estudiar
Letras en lugar de una carrera más adecuada para su personalidad como los son
las relacionadas con la ley. Sin embargo, para un futuro escritor prestar
atención a las conversaciones es un hábito recomendado a la hora de formular
futuros diálogos entre personajes, por lo que Alice siempre busca entablar
conversación de cualquier tema.
Un dato particular es que Alice tiene cierta fascinación malsana por
el sexo a pesar de que se da a entender que jamás ha tenido intimidad, por lo
que no se asquea con las revistas pornográficas del señor Johnson. La misma
Alice explica el porqué de su necesidad de saber sobre el sexo:
Oí decir que la estudiante de la que se enamoró
mi padre, esa por la que se suicidó, era una máquina de guerra del sexo.
Después de la muerte de Lady Diana, leí en un periódico que en vez de preferir
a su guapísima esposa al príncipe Carlos le gustaba esa otra señora feúcha,
Camilla, y era siempre por el sexo, y también leí que el rey Eduardo VIII de
Inglaterra renunció al trono por amor a Wallis Simpson, una plebeya, y que
Wallis lo conquistó con las artes aprendidas en un establecimiento de dudosa
fama de Shanghái. Pensé que si yo también aprendía esas artes, nunca me
dejarían por otra, como le pasó a mamá con mi padre. La estudiante esa era fea,
si hasta tenía un poco de bigote, y recuerdo que cuando me besaba para despedirse,
me pinchaba. Y aun así… Siento curiosidad por todo lo que pueda conducirme al
establecimiento de dudosa fama al que fue Wallis Simpson en Shanghái (p. 60-61).
Al leer esto, el lector comprende que, pese a ella quiere
ocultarlo, la pérdida de su núcleo familiar ha dejado en Alice una herida más
profunda de lo que ella piensa y que solo la señora Johnson sabe y comprende. A
su manera, porque la señora también tiene su propio dolor.
En el piso inferior viven Anna y su hija Natascia. Anna trabaja
limpiando casas en varias zonas de Cagliari, pues ella vive sola con Natascia
tras el abandono de su esposo que la dejo por otra mujer. Nació como la hija de
una trabajadora sexual y de un soldado que, si bien la sostuvo económicamente,
no tenía deseos de casarse con una dama de la noche. Tiene una gran habilidad
para el canto aunque tuvo que conformarse con cantar en la iglesia debido al
alto costo de ese tipo de educación. Además de la música sacra, es fanática de
The Beatles y Marlene Dietrich. Como dije antes, estuvo casada pero su
matrimonio siempre fue carente de amor, por lo que se sintió aliviada cuando su
esposo se fue con otra mujer.
Anna es una paciente cardiaca, pero necesita el trabajo, por lo que
cuando el señor Johnson la contrata como ama de llaves en el piso superior, no
puede más que aceptar el trabajo. Ya en el piso superior, Anna se encarga de
mantener el apartamento de los Johnson en buen estado; sin embargo, la cercana
con el señor Johnson hace que ambos se enamoren a pesar de que él es un hombre
casado.
Natascia es la hija de Anna. De naturaleza celosa, quejumbrosa, un
poco pesimista y algo dominante, no está de acuerdo con que su madre trabaje
para los Johnson y le hubiera preferido que su padre se quedara con ellas a
pesar de que este en realidad nunca la amó. Tiene un novio al que ama pero que
él, al ser atractivo, la deja por otras mujeres. Quiere casarse con él pero
para eso necesitan que él trabaje, algo que al joven le cuesta conseguir.
Desde el primer momento en que se entera de que su madre es el ama
de llaves de los Johnson, Natascia hace todo lo posible para que su madre lo
deje, llegando a criticar las revistas porno del señor Johnson y a molestarse
con Alice por su amistad con Johnson junior. Sin embargo, le surge un evento
inesperado que la hace primero pensar en quitarse en la vida pero con la ayuda
de Alice, ella decide hacer lo que es correcto.
Los ocupantes del piso superior es la familia Johnson, conformada
por el estadounidense Levi Johnson; su esposa sarda; Levi Johnson junior, el
hijo de ambos; y el hijo de este y nieto de la pareja, Giovannino.
Levi Johnson es un violinista retirado, hijo de un vaquero de
Oklahoma y una violinista judía francesa, de la cual heredó su talento. En su
juventud, tuvo una carrera exitosa como violinista hasta que se retiró porque
sentía que eso ya no lo llenaba, por lo que se dedicó a su esposa y a su hijo
Levi junior. Al no dársele bien el dinero, dejaba que su esposa lo
administrara. Luego de una vida de vivir entre Estados Unidos y Europa,
decidieron establecerse en Cerdeña, la isla natal de su esposa, para tener una
vida tranquila. Un detalle de Levi es que es vegetariano ya que no le gusta ver
a los animales ir al matadero, quizá producto de su estilo de vida cuando era
niño y vivía con su padre vaquero.
Cuando su esposa se ausenta, el señor Johnson le pregunta a Alice
si puede contratar a una mujer como ama de llaves en el piso superior. A Alice
no se le ocurre alguien más que Anna, la cual el dinero y la cercanía del
trabajo le caerían bien en lugar de tomar los cuatro buses de ida al trabajo y
de vuelta a casa. La cercanía entre el señor Johnson y Anna hace que ambos se
den cuenta de que tienen muchas cosas en común como la música y un pasado
familiar complejo, por lo que él y Anna se enamoran.
La historia deja claro que el señor Johnson pudo tener una carrera
más exitosa en la música si no hubiera sido por su propia manera de ser. Nunca
se ha sentido como un músico habilidoso, sino como un hombre que solo toca el
violín. Quizá por ello rechazó contratos que le hubieran generado dinero y fama,
pero también es fácil que el señor Johnson es el tipo de persona que es feliz
con poco, en contraste con su esposa, que desea cosas mejores.
La señora Johnson (de soltera Urgu) es la esposa del señor Johnson.
Proviene de una familia sarda rica por lo que, de hecho, es por ella que la
familia puede darse ese costoso estilo de vida. A los dieciséis años, conoció
al que sería su esposo y un tiempo después se casaron, teniendo a Johnson
junior juntos. Aunque ha vivido en París y en la ciudad de Nueva York y de que
ella siente que Cerdeña es su casa, para ella viajar por el mundo es algo que
siempre le ha gustado y es un consuelo para su personalidad pesimista y cínica.
Sin embargo, con el tiempo el matrimonio se estancó y ambos se
dieron cuenta de que el matrimonio ya no funcionaba, aunque ninguno quería
admitirlo. Además, la relación entre la señora Johnson y su hijo tampoco es muy
buena pues ella no aprueba que haya tenido un hijo sin y que este no tenga una
relación con la madre del niño. Ella siente que su vida familiar es muy desgraciada
porque siempre tenía el sentimiento de que ella era un elemento aparte y nunca
logró que su esposo aceptara algún contrario o se rozara con alguien que podría
ayudarle en su carrera musical. Para la señora Johnson, es doloroso saber que
su esposo y su hijo son felices con poco, algo que ella ve como extraño y en lo
único que puede pensar es en acabar con su vida. Por eso cuando se entera de
que el señor Johnson le es infiel, no puede sentirse más que aliviada de salir
de un relación que hace mucho es inexistente, a pesar de que ella considere que
una relación adúltera entre dos personas de la misma edad es “contrario a la
naturaleza” (p. 58).
Una de las cosas que la señora Johnson lamenta mucho es su mala
relación con su hijo Johnson junior, debido a la orientación sexual de él y su
decisión de tener un hijo por gestación subrogada. Para ella, que su nieto sea
criado por dos hombres lo convertiría en un paria, algo en lo que Alice no está
de acuerdo.
Levi Johnson junior, más conocido como Johnson junior es el único
hijo de los Johnson. Se ha criado en los Estados Unidos, un país que según su
madre, le ha hecho mucho daño, convirtiéndolo en un hombre contrario a la
naturaleza. Es un hombre alegre y de buena disposición, con el que a Alice le
agrada conversar, casi enamorándose de él, algo imposible cuando ella se entera
de la boca de su madre de la orientación sexual de él y de su verdadero origen.
Giovannino Johnson es el hijo de Johnson junior y nieto de los Johnson.
Es un niño que desborda alegría y muy popular en su clase, a la que parecer no
le importa que sea hijo de un padre soltero, a diferencia de lo que cree su
abuela. Siempre busca acercarse a Alice, la cual se entera del origen del niño
y de lo mucho que costó que Giovannino naciera (literalmente, por el alto costo
que implica una gestación subrogada), algo que ella considera que lo valió.
La historia me recordó un poco a la novela La luz en casa de los demás, más en el concepto que en otra cosa, en el sentido de que un
personaje huérfano tiene una relación estrecha con los habitantes del edificio.
Para Alice, el hecho de que su familia sea la dueña del edificio le permite
interactuar con los inquilinos y experimentar las distintas problemáticas que
los aquejan, sin importar qué posición socioeconómica tengan ellos.
Cuando ella está con Anna y Nataschia, entiende las penurias
económicas que ambas tienen, identifica el fracaso marital de Anna con el de su
madre y aconseja a Nataschia cuando esta se ve obligada a tomar una decisión
importante en su vida. Cuando le hace compañía a los Johnson, ella es capaz de
ver la falsa unidad familiar que ellos tienen y experimentar el amor no
correspondido. En general, Alice logra saber y comprender más sobre el amor, la
feminidad, el sexo y la libertad.
Bueno, algunos dirán que ella tiene a su tía materna y a los primos
de su madre. Sin embargo, en los pocos pasajes en que ella aparece la
interacción entre ambas es algo tensa y se nota que la tía asumió su cuidado
porque no había más parientes, además de que al ser mayor de edad ella
considera que Alice ya puede vivir sola, algo que queda más claro cuando
conversan sobre la venta del edificio, algo en lo que Alice no está de acuerdo
pues no quiere dejar Cagliari y mucho menos ver otra vez a su madre, la cual no
la reconoce. Para Alice, convivir con ambas familias no solo es una forma de
adquirir habilidades para su formación como escritora sino también que las ve
como sustitutos familiares de esa familia que ya no tiene.
Al ser la protagonista una estudiante de literatura, es fácil esperar
que la novela haga referencias literarias. Por ejemplo, Alice menciona a Hamlet cuando habla la demencia de su
madre, a la cual compara a Ofelia, personaje de dicha obra que pierde la razón
luego de la muerte de su padre a manos de Hamlet, de quien está enamorada.
Precisamente, la demencia de la madre de Alice tiene mucho que ver con el
desamor y la muerte de su esposo, muy al estilo de Shakespeare. Como dato
curioso, la madre de Alice también se llama Ofelia.
La novela nos muestra a una serie de personajes con heridas emocionales con las que deben luchar pero al mismo tiempo el convivir entre sí ayuda a entenderse a sí mismos y también le da a la protagonista las ideas para poder escribir su historia y la de ellos. La búsqueda de una identidad y de una nueva vida. ¿La recomiendo? Es complicado, ya que tiene cierto estilo psicológico que puede hacer la trama algo lenta; sin embargo, la convivencia entre ricos y pobres es algo que a veces no puede dejar pasar.
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