EL ENIGMA DE ANA
Para continuar con el Mes de la Mujer, nos quedamos en España, pero es necesario retroceder en el tiempo, al pasar de 1966 a 1895. De una mujer que saca todo lo que tuvo guardarse durante 23 años a una joven aspirante a violinista profesional que quiere averiguar quién escribió una nota en la partitura que quiere practicar. Ese el argumento de El enigma de Ana de la autora española María Teresa Álvarez.
La novela está dividida en 16 capítulos y nos cuenta la historia de
Ana Sandoval, una joven que quiere convertirse en una violinista profesional
pese a las limitaciones de su tiempo y quiere investigar la identidad de la
persona que escribió en una partitura del Capricho
24 de Niccolò Paganini, algo que la llevará a viajar a la ciudad andaluza
de Córdoba y las italianas Roma y Pienza.
Ana Sandoval es lo que se denominaría como protagonista señuelo o
falsa protagonista, pero también representa al punto de vista del lector. Con
veintidós años, se ha graduado de la Escuela de Música y Declamación
recientemente y al mismo tiempo tiene que vivir el duelo de perder a su padre,
al cual estaba muy unida. Ya tiene decidido que quiere ser una violinista
profesional pese a la oposición de su madre, la cual desea que case con Enrique
Solorzano, un destacado abogado aunque un prometido aburrido para Ana. Por
ello, no es de extrañar que ella quiera tener la oportunidad de enamorarse de
verdad.
Una de las grandes metas de Ana es aprender a tocar los Caprichos de Paganini, en particular el
24 que por alguna razón llama su atención, algo que descubre después de una
sesión de hipnosis, la cual le permite despertar un recuerdo reprimido. La
búsqueda de la partitura de esta composición es lo que la lleva a encontrar una
nota que conduce al misterio sobre quién escribió la nota y cuál fue su
paradero. Esto lleva a Ana a un viaje en el que se entera de la identidad de
dicha persona, descubre una historia de amantes desventurados, que su padre
tenía una relación cercana con la persona del Capricho 24 y finalmente siente lo qué es el verdadero amor.
Elsa Bravo es la verdadera protagonista de la novela y es la mujer
que dejó un escrito en la partitura de Capricho
24. En 1870, era una estudiante de violín que vivía con su madre viuda y su
hermano, un destacado político, y tenía un noviazgo con Bruno Ruscello, el
bibliotecario de la Escuela de Música, siendo el predecesor de la señorita
Belmonte, la actual bibliotecaria. Tenían un noviazgo inolvidable que culminó
de manera abrupta en 1870 cuando ocurrió el atentado del general Juan Prim, el
cual falleció tres días después. Antes de desaparecer, Elsa le dejó a Bruno la
nota en el Capricho 24, que era el
favorito de ella, para que él pudiera seguirla, cosa que Bruno no pudo hacer.
Después de 1871, el rastro de Elsa se pierde.
Lucrecia Boccia es una misteriosa mujer que había muerto unos meses
y que podría estar relacionada con el misterio. Era violinista e italiana de
familia argentina, cuyo heredero fue Renato Brascciano, del cual hablaré más
adelante. Al conocerlo, Lucrecia y él se convierten en amigos a pesar de que
Renato la ama. Sin embargo, Lucrecia nunca pudo corresponderle porque estaba
enamorada de otro hombre. Juntos se dedican a la enseñanza hasta que la salud
de Lucrecia le impidió seguir con su carrera. Tras la muerte de su madre, Lucrecia
se entera de que sufre tuberculosis avanzada, por lo que pronto le seguirá a su
madre. De hecho, Renato revela que ella había fallecido meses antes de que él
se encuentre con Ana, pero antes de morir nombra a Renato como heredero de sus
bienes y lo deja a cargo de un diario para que la persona adecuada pueda leerlo.
Ese diario sería clave para que Ana descubra que había detrás de la identidad
de Lucrecia Boccia.
Bruno Ruscello era el bibliotecario de la Escuela de Música y
Declamación en 1870. Nacido en Zaragoza de padres italianos, solo tuvo un hermano
mellizo Giovanni, el cual murió cuando tenía 11 años. Bruno usó el nombre de su
hermano como seudónimo en sus cuadros, ya que era pintor aficionado.
En calidad de bibliotecario, Bruno conoció a Elsa Bravo y los dos
tuvieron una relación amorosa intensa que se vio interrumpida por el asesinato
del general Prim. Elsa se ve obligada a exiliarse, no sin antes dejarle una
nota a Bruno en la partitura del Capricho
24 de Paganini. La última vez que se vio a Bruno fue en enero de 1871 por
la misma época en la que Elsa se marchó de Madrid puesto que después nunca más
se presentó a trabajar y su rastro se perdió. Hacia el final Ana descubre qué
pasó con Bruno y esto daría un giro inesperado.
Elvira Sandoval es la tía de Ana, a la cual ha apoyado desde
pequeña, al ser la única sobrina que tiene. Al igual que Ana, también estudio
música, violonchelo en su caso, pero a diferencia de su sobrina, nunca se
convirtió en una música profesional, solo tocando el chelo en funciones y
fiestas de sus amigos. Desde joven, mantiene una larga relación con Juan, un
pintor, algo que pone mucho a pensar a Ana, pues no entiende porque su tía
nunca ha contraído matrimonio con él. Hacia el final de la novela Elvira le
explica la razón a Ana. Como dato curioso, le gusta coleccionar payasos pero lo
interesante es que el que está en su casa de Biarritz no lo considera parte de
su colección porque vino con la casa. Por tal razón se lo regala a Ana.
Inés Mancebo es la otra violinista destacada que también tocaba el Capricho 24 con gran destreza y que
podía ser la persona que escribió la nota en la partitura. Ana descubre que
vive en Córdoba desde 1871 y que está casada con un hombre llamado Luis Pérez.
Allí Inés regenta una tienda de regalos y asegura que hace mucho tiempo que no
toca el violín debido a una manda. Sin embargo, Ana nota cierta hostilidad en
ella y un sentimiento de que oculta algo sospechoso. Más adelante, se descubre
la personalidad manipuladora de Inés y que, tal como Ana sospechaba, esconde
más de lo que se imagina.
Luis Pérez es el dueño de una tienda de regalos con su esposa Inés.
Se lo describe como un hombre tranquilo y con una salud un tanto delicada. Sin
embargo, cuando ve la carta que Ana le envía a Inés, tiene la impresión de que
debe ir a Madrid a ver a la primera y va a para ella. Cuando ve que Ana tiene
en sus manos a Bepo, sufre una crisis. Una crisis que lo llevaría a descubrir
sobre sí mismo y por qué a ver al payasito tuvo esa angustia.
Renato Brascciano es amigo de Elsa y su heredero universal. Fue un
violinista con gran habilidad en su campo, en especial en los Caprichos de Paganini, algo que lo llevó
a tener una carrera exitosa y a viajar por el mundo. Sin embargo, cede ante el
deseo de volver a su ciudad natal para convertirse en profesor. Allí conoce a Lucrecia
Boccia, y se convierten en grandes amigos. Sin embargo, Renato está enamorado
de ella aunque esta no le corresponda. Cuando Lucrecia fallece sin herederos,
Renato hereda sus bienes y su diario personal al ser el designado. El diario es
el bien más valioso de Lucrecia, por lo que ella le encomienda a Renato
entregarle el diario a la persona que ella más ha querido para que puedan saber
su verdad.
Cuando Renato conoce a Ana, lo hace luego de un recital de violín
en Roma. Al ver a Ana, le recuerda a Lucrecia, el nombre con el que conoció a
Lucrecia, por lo que no duda en buscar su atención. Ya en confianza, Renato le
cuenta a Ana la historia de Lucrecia, para lo cual ambos viajan a Pienza, y
después de que Ana sospeche que la difunta Lucrecia podría ser Elsa, recibe el
diario personal de Lucrecia, el cual responde a varios interrogantes que Ana ha
intentado averiguar. Renato no solo termina siendo algo más que la persona que
desentraña todo el misterio sino que Ana se da cuenta de que sus sentimientos
por Santiago no son tan fuertes como ella creía y que Renato despierta en ella
algo que curiosidad.
Santiago Ruiz es el profesor de violín de Ana. Tuvo la posibilidad
de tener una carrera con concertista profesional, pero al ser el único sostén
familiar y al no querer dejar a su madre y a su hermana discapacitada, tuvo que
enfocarse en la enseñanza. En un principio pareciera que sería el interés
amoroso de Ana, el hombre por el que dejaría a su prometido. Eventualmente, Ana
se da cuenta de que Santiago no es el hombre que ella ama.
Ernesto Bravo es el hermano mayor de Ana. Era un destacado político
madrileño, muy cercano a Antonio
de Orleans, duque de Montpensier, cuñado
de la reina Isabel II de España. Fue su relación con este polémico miembro de
la realeza la que lo llevó a ser un objetivo tras el magnicidio del general
Prim, pues se cree que él fue de los responsables de ese atentado, por lo que
no tiene más opción que huir. Su rastro se perdió después de 1871, pocas
semanas después de ese evento, pero sufriría el mismo destino que casi todos
los relacionados con el asesinato de Prim.
Pablo Sandoval es el difunto padre de Ana. En su juventud, estudió
violín en la Escuela de Música y Declamación y allí conoció a Elsa Bravo, de la
cual se enamoró perdidamente. Sin embargo, al darse cuenta de que ella prefería
a Bruno, decidió dejar la Escuela de Música y estudiar derecho, convirtiéndose
en un destacado abogado hasta su muerte. Unos años después se casó con Dolores
Navarro, y juntos tuvieron a Ana. No fue un matrimonio feliz.
Sin embargo, Pablo nunca perdió su amor por el violín y por Elsa.
Durante muchos años, conservó una grabación del Capricho 24, el cual siempre escuchaba en su fonógrafo, hasta que
ocurre un evento en el que perdió este objeto, algo que lo entristeció el resto
de su vida. Por ello, fomentó en su hija Ana su amor por la música y le
permitió estudiar violín, contra la voluntad de Dolores, que no le gustaba que
Ana recibiera una educación superior ni que él se dedicara a Ana y en cambio la
descuidase a ella. Además, hacia el final descubrimos que él está relacionado
con Bepo de lo que Ana y Elvira sabían.
Está claro que El enigma de
Ana es la típica novela de misterio, pues hay muchos elementos asociados a
dicha narrativa como el arma de Chéjov, el arenque rojo (del cual hablé en La piedra lunar), el final inesperado y
ese tipo de recursos narrativos, aunque también hay otros que aparecen en otros
tipos de narrativa como el falso interés amoroso, el falso protagonista (de lo
cual hablé antes), la joven enérgica, etc. La autora hizo una historia en la
que los recursos pudieran ser utilizados en la misma, pero no necesariamente la
hacen predecible, sino todo lo contrario. Explicaré algunos de ellos.
La partitura del Capricho 24
y Bepo, el payaso que Elvira le regala a Ana, son dos ejemplos de recursos
narrativos asociados a la narrativa de misterio. El Capricho 24 es el elemento que detona toda la trama, pues sin esa
partitura Ana nunca hubiera investigado el paradero de la persona que dejó la
nota en ella. En cuanto a Bepo resulta ser un arma de Chéjov, pues al principio
se lo desdeña como un payaso de peluche que estaba junto con la casa de
Biarritz pero hacia el final de la novela descubrimos lo significativo de su
rol.
Otro recurso narrativo que se puede encontrar en El enigma de Ana es el falso interés
amoroso. En un principio, la novela nos hace creer que el profesor de violín de
Ana sería su interés amoroso en lugar del soso prometido que su madre le ha
impuesto. Sin embargo, cuando llega viaja a Italia Ana se da cuenta de que en
realidad no siente por él lo que ella pensaba que sentía.
A pesar de ser una novela detectivesca, la novela deja claro que
Ana es una mujer que busca ser violinista profesional en una época en que lo
único que se esperaba era que se casasen y tuviesen hijos. Ella desea ejercer
su profesión y seguir lo que su corazón le dicte y no lo que los demás le
impongan.
El enigma de Ana es una historia que plantea varias pistas que pueden conducir a la verdad y giros inesperados sobre los personajes. Como novela detectivesca funciona y como novela femenina también, ya que no se siente forzada. Es una novela que sin duda recomendaría.
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