SEÑORA DE ROJO SOBRE FONDO GRIS
Advertencia: en esta entrada habrá destripes (spoilers).
Para terminar con el Mes de la Madre, pasamos de Francia a España. A un hombre que le escribe a su hija sobre cómo era su madre antes de que esta falleciera. Este es el argumento de Señora de rojo sobre fondo gris, novela con la que regreso al universo literario de Miguel Delibes.
La protagonista es Ana, esposa del narrador y madre de la hija a la
que la carta está dirigida. Al principio, pareciera un ama de casa más pero es
una mujer con profundidades ocultas: es una mujer amorosa y paciente pero
también valiente y determinada, como lo demuestra cuando ella decide ir a la
cárcel para ver a dos de sus hijos, que habían sido detenidos por rebelión y
abandonó la universidad por razones que solo Nicolás conocería cuando Ana
enferma. Además, es una mujer que cuida bastante su salud, al punto de no comer
grasas y cuidarse demasiado durante sus siete embarazos. Adora a su esposo, a
sus siete hijos y a sus dos nietos, a los que incluso cuidaba como si fuera sus
propios hijos.
La detención de su hija también llamada Ana y del novio de esta y
el estrés que ello le genera serían condicionantes en las molestias en su
vista, oído y dolores de cabeza y en uno de sus brazos. Todo ello provenía de
un tumor cerebral benigno alojado cerca del nervio facial, para lo cual solo
había una solución: una cirugía complicada y peligrosa. Aunque al principio la
cirugía sale bien, las cosas no resultan como Nicolás y sus hijos esperan.
Nicolás es el esposo de Ana, un hombre que, sin lugar a dudas,
amaba a Ana. Admiraba su determinación a la hora de abogar por la liberación de
su hija, aun sabiendo que podía ser peligroso para su libertad e incluso para
su vida. También le agrada la resiliencia de su esposa ante el diagnostico de
un tumor cerebral benigno, pues él cree que la actitud de ella era una muestra de
sus verdaderas cualidades.
Uno de los puntos débiles de la novela son los hijos de la pareja,
que apenas tienen relevancia en la historia, más allá de ser siete y darles un
par de nietos a Ana y a Nicolás antes de que Ana empiece a enfermarse. Solo una
hija sobresale, la cual también se llama Ana. En el momento en que tiene lugar
la cirugía, Ana se encuentra en prisión por distribuir material subversivo
junto con su novio Leo, por lo que no puede estar presente en la cirugía y en
el desenlace. Debido a esto, su padre es la única persona capaz de narrarle
todo lo que le ocurrió a su madre. No solo eso, también le habla sobre cómo
había sido la vida de esta antes de casarse y de tener hijos.
La novela hace una reflexión sobre el duelo ante la pérdida de un ser
tan importante como una madre. La familia se siente inmediatamente como si
hubieran perdido el ancla o el norte, porque Ana era el eje de todo. Ana era el
ser más amado por Nicolás, una madre comprensiva para sus siete hijos y una
abuela cariñosa para sus nietos. Pero además, era una mujer con mucha más
fortaleza y profundidad de lo que parecía: era una mujer que comprendía lo que
ocurría a su alrededor y buscaba hacer lo que ella considerara que era lo
correcto. No es de extrañar que toda su familia sintiera mucho la pérdida de
Ana, más para su hija tocaya que no pudo estar junto a ella en sus últimos
momentos.
La descripción sobre la pérdida de Ana y los sentimientos que
generó en su esposo y en sus hijos tiene un trasfondo personal. Miguel Delibes
perdió a su esposa Ángeles de Castro en 1974, la cual solo tenía 50 años en el
momento de su muerte, una pérdida que sin duda lo marcó tanto en su vida como
su trabajo literario, el cual se tornó mucho más crítico con el abandono de las
raíces rurales, algo que Delibes siempre defendió en vida. Delibes siempre
quiso plasmar cómo el dolor de perder a su esposa lo afectaron a él y a su
familia, pero solo a finales de la década de 1980 logró transmitir sus
sentimientos a través de Señora de rojo sobre fondo gris, título que hace
referencia a una pintura que se le hizo a su esposa.
El dolor de perder una madre es algo indescriptible, algo que me
tocó vivir a través de mi madre cuando mi abuela falleció a principios de 2017
luego de varios años de enfermedad. Mi madre pasó días llorando por las
condiciones en las que ella falleció, pasó 18 meses vestida de luto y aún tiene
momentos en que extraña su presencia. Para todos aquellos que han perdido a su
madre, entenderán el dolor y el sentimiento de pérdida de vacío que ello genera
y leer esta novela recuerda esto.
Esta novela me pareció bastante más profunda de lo que esperaba y
es una obra con la que fácilmente uno puede empatizar si se ha sufrido una
pérdida como la que tuvieron Nicolás y sus hijos. Si también les gustan las
historias que son narradas como si fueran una historia continua o una carta,
Señora de rojo sobre fondo gris será de su agrado.
En este mes exploramos los prejuicios que causan en sus hijos la adicción de una madre, a una madre que quiere encontrar el misterio sobre otra y una madre a la que su esposo y sus hijos extrañan por igual. Espero que el próximo año podamos mantener la regularidad y seguir analizando obras literarias. Gracias y hasta luego.
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