EL SACERDOTE Y SU AMOR
Para seguir con el Mes del Amor y de la Amistad, ahora viajamos hasta Japón para analizar a un sacerdote y a una concubina imperial que compartieron tiempo pero que debido a las circunstancias ninguno fue capaz de revelar lo que sentía cada uno. Eso es El sacerdote y su amor del escritor Yukio Mishima, publicado en 1954.
El protagonista es el personaje homónimo, también conocido como El
Gran Sacerdote, un sacerdote budista que se encontraba dedicado a su labor
espiritual y está a cargo del templo. Para él, las mujeres no son más que «meros
seres materiales» (Mishima, p. 65), es decir, son seres que no se dedican a lo
espiritual. Hasta que un día acude ante él una mujer de la corte imperial por
la que empieza a tener sentimientos románticos. Prueba de ello se ve cuando él
la frecuenta y hace sus labores cerca de ella, como una forma de estar a su
lado.
La concubina imperial es una mujer proveniente de la provincia de
Kyōgoku, siendo elegida como concubina del emperador, una posición que muchas
mujeres envidiarían, pero que en realidad conlleva muchos sacrificios y una
gran responsabilidad.
Para aquellos que han leído mi blog desde 2014, recordarán mi
análisis sobre la novela El tatuaje de la concubina, en la que se exploran los deberes de estas mujeres. Aunque la concubina de este cuento hace parte del
harén imperial, está en la misma situación que la dama Harume y la dama
Ichiteru, miembros del harén del shogun y personajes de dicha novela. Es una
mujer supeditada a su deber de acostarse con el emperador y concebir un hijo de
él, algo que sin duda le genera tristeza y soledad e intenta buscar en la
espiritualidad la respuesta a ello. En ese clima, conoce al sacerdote y ambos
se vuelven cercanos.
A pesar de que ambos sienten lo mismo el uno por el otro, es decir,
afinidad emocional y sexual (aunque los dos nunca intiman), es evidente que la
relación entre ellos nunca será posible porque los dos son presas de su propio
deber. Por ello, al final el sacerdote decide dejar de prestar atención a la
concubina y luego deje de verla.
Sin duda, el cuento trata del amor no expresado. Este consiste en
que dos personas sienten una limerencia, es decir, la atracción romántica de una
persona hacía otra, pero debido a diversas razones (timidez, incomodidad,
deber, etc.) no es capaz de revelar sus sentimientos al otro. Es decir, ninguno
de los es capaz de tomar la iniciativa de manifestar sus verdaderos
sentimientos.
Esto mismo pasa con el sacerdote y la concubina. Los dos se sienten
atraídos en el sentido romántico y no solo en lo espiritual y eso es algo que
los dos notan, pero ambos tienen votos que impiden cualquier posibilidad de
estar juntos. El sacerdote hizo un voto de castidad (Mishima, p. 65), por lo que
no debe tener relaciones íntimas con ninguna mujer. Por su parte, la concubina
debe mantener su fidelidad mientras pertenezca al harén imperial. Solo puede
tener sexo con el emperador y con ningún otro hombre. El hecho de que los dos
se apeguen tanto a los votos y a los deberes que han tomado significa que no
solo no podrán expresar sus sentimientos sino tampoco podrán consumar una
relación.
Sin embargo y a pesar de que nunca podrán estar juntos, eso no
significa que no podrán dejar de pensar el uno en el otro. El final nos muestra
cómo se dedican a actividades que les permite mantener la mente ocupada, pero al
mismo tiempo se recuerdan el uno al otro, pero ya no con tristeza sino cierta
alegría nostálgica.
En general, el cuento logra describir una relación amorosa que nunca es capaz de consumarse por el compromiso al deber por parte de ambas personas. También nos muestra cómo el pensamiento que se tiene sobre un género en realidad no es más que una generalización que llega a ser incorrecta, tal como lo demuestra el final el cual, si bien deja claro que los dos siguen con sus vidas, sus encuentros han cambiado su manera de pensar para siempre. Sin duda, recomiendo leer El sacerdote y su amor. Ahora es el momento de dejar Japón…
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