AMORCITO

Para continuar el Mes del Amor y de la Amistad, pasamos de Japón a Rusia. De un sacerdote que intenta ignorar lo que siente por la concubina del emperador a una mujer que no puede vivir sin amar y ser amada por un hombre. De eso se trata el cuento Amorcito del escritor ruso Antón Chéjov.

Amorcito, también conocido como La querida (Duschenka en el original), es un cuento que fue publicado el 3 de enero de 1899 en la revista Semya (Familia en ruso) y luego fue compilado en sus volúmenes que conglomeró toda su obra luego de su muerte.

Olga «Olenka» Semiónovna Plemiánnikova es la protagonista de la historia, siendo la hija de un asesor colegiado retirado. Es una mujer que necesita estar en una relación en la que puede dar todo su amor y no tenga que dar su opinión. Por ello, se casa tres veces con tres hombres distintos e intenta ser una figura materna para un niño. Su personalidad tranquila hace que sea llamada por muchos como «amorcito».

Toda su vida ha vivido por y para los hombres de su vida, ya sean su padre, sus dos esposos, su interés amoroso o el hijo de este, lo cual en cierta forma no es bueno para ella. Ninguno de ellos es abusivo con ella pero Olenka es el tipo de persona que solo ve por los ojos de cualquier hombre o persona al cual ama o desee su atención y no por los de sí misma. Básicamente, Olenka deja cualquier deseo, meta o responsabilidad por alguien más. Además, ella da la impresión de que si no tiene un hombre a su lado se siente sola y sin valor, incluso si se trata de un niño.

Iván Petrovich «Vánechka» Kukin es el primer esposo de Olenka y un administrador de teatro. Desde el principio desea que Olga se case con él, lo cual es reciproco, porque ella lo ama con el tiempo cuando ambos comparten tiempo de calidad y acepta su propuesta de matrimonio, conmovida y deseosa de tener a alguien a quien ama luego de que su padre muerta. Al casarse, ella lo apoya en su teatro y los dos parecen un matrimonio feliz a pesar de la mala salud de Kukin, la cual al final termina atrapándolo.

Vasili Andreich Pustavalov es el segundo esposo de Olenka y es un comerciante de madera. Olenka lo conoce poco tiempo después de quedar viuda y tan poco como los dos pasan tiempo juntos. Como ocurrió con Kukin, Olenka empieza a ver por los ojos de Pustavalov tal como lo hizo con su primer esposo, pues intenta apoyarlo en su negocio de madera de tal manera que descuida sus deberes para con el teatro que heredó de Kukin. Sin embargo y como pasó con su primer esposo, Pustavalov se enferma y muere después de cuatro meses.

Vladimir Platónich «Volodechka» Smirnin es el siguiente hombre con el que Olenka se relaciona. Los dos se conocen por la época en la que ella estaba saliendo con Pustavalov, pues él era amigo de su segundo esposo. Es un veterinario militar. Mantiene una relación difícil con su esposa con la que tiene un hijo, un detalle en él que Pustavalov le aconseja que busque reconciliarse con ella. Con el tiempo, eso ocurre pero solo porque se retira del ejército y desea un retiro tranquilo para que su hijo pueda tener una buena educación.

Aleksandr Vladimirovich «Sasha» o «Sachenka» Smirnin es el hijo de Smirnin y el siguiente objeto de devoción por parte de Olenka. Olenka les ofrece su casa para que se queden allí luego del retiro de Smirnin y de reconciliarse con su esposa. Allí se quedan y Sasha se convierte en el objeto de amor de Olenka, al cual asfixia de afecto hasta el cansancio y actúa como si fuera su madre, algo que pone nervioso a Sasha y siente que es excesivo.

El tema principal de Amorcito es la codependencia. Olenka siente que necesita estar con un hombre de manera obligatoria para sentirse completa como mujer, ya sea un esposo o un hijo putativo, y para dar amor. Ella piensa que el amor es entregar y dar sin preocuparse por ella misma porque en su mente si ama a alguien es suficiente para ella.

Si bien no está mal que una mujer considere que solo cuando tiene una relación amorosa con alguien se sienta plena como ser humano, descuidarse, pensar en el amado y no en sí misma, solo viendo por las opiniones de él es lo que está muy mal. Olenka deja de ser un ser humano cuando se fija en un hombre pues lo que él piense es lo que ella piensa, las acciones de él son las de ella y así. Este tipo de comportamiento puede ser un problema si alguien se aprovecha de él, lo cual en el cuento no ocurre, pero deja pensando en que cómo hubiera sido la historia si Olenka se hubiese casado con un hombre manipulador y abusivo.

Este cuento me hizo sentirse un poco triste por la manera de ser de la protagonista. Se siente como si fuera el comportamiento de una mujer abusada, aunque no sea el caso, pero al mismo tiempo no es sencillo empatizar con ella. Por supuesto, por la época se muestra lo difícil que es para una mujer vivir a finales del siglo XIX, pues Olenka busca hacer lo que se espera de una mujer de su tiempo como ella. Sin embargo, también se muestra lo que no debe hacer en una relación amorosa: estar unidos y que cada uno sea una persona a la vez. En ese sentido, recomiendo su lectura.

Comentarios

Entradas populares de este blog

TIERRA DE JAUJA