EL TATUAJE DE LA CONCUBINA


La entrada de esta última semana de marzo es El tatuaje de la concubina de la autora estadounidense de origen chino-coreano Laura Joh Rowland, especializada en misterio. El Tatuaje de la Concubina es el cuarto libro de una serie de dieciocho libros sobre un detective del Japón del siglo XVII, Sano Ichiro1, que se encarga de resolver misterios durante la dictadura del shogun Tokugawa Tsunayoshi.
Desafortunadamente, la serie no ha sido traducido en su totalidad en español (el último libro fue publicado en diciembre pasado) y además las editoriales que la publicaban lo hicieron en desorden y sólo tradujeron siete de ellos, así que sólo he podido este libro hasta ahora y lo hice en 2013 por primera vez. Sin embargo, cada vez que puedo, lo releo para captar más detalles.
Antes de hablar del libro, quiero hacer un resumen histórico: el shogunato Tokugawa empezó en 1603 y terminó en 1868, con la abolición del cargo de shogun, equivalente al cargo occidental de dictador, y el restablecimiento de los poderes del emperador. A esto último se le llama restauración Meiji. Tokugawa Tsunayoshi, el shogun que se menciona en el libro, fue el quinto Tokugawa. Es muy conocido por el apodo de “perro shogun” por sus leyes de protección hacia los perros, las cuales eran tenían un corte draconiano y fueron uno de los primeros ejemplos de leyes contra el maltrato animal.
De acuerdo con el pequeño resumen de los tres primeros libros que aparece allí, Sano Ichiro era hijo de un ronin2 e inicialmente era un doshin3. Cuando resolvió su primer caso de asesinato (descrito en Shinju, el primer libro) y el intento de uno contra el shogun Tokugawa Tsunayoshi, este lo elevó al cargo de sosakan4. Luego de resolver otros dos homicidios descritos en Bundori y en El Camino del Traidor, se gana el prestigio de la corte pero también a enemigos muy poderosos como el chambelán del shogun, Yanagisawa, el cual quiere destruirlo a toda costa.
En este libro, mientras contrae matrimonio con Ueda Reiko, la hija de un magistrado, a Sano se le encarga resolver la muerte de una de las concubinas del shogun, la Dama Harume, que era su favorita y la más reciente, la cual se había hecho un tatuaje amoroso en el momento de su muerte. Durante esta difícil y peligrosa labor, Sano se topa con la limitada y triste realidad que tienen las mujeres de su tiempo, lo cual cambiará su forma de pensar y lo hará discutir y plantearse su matrimonio con Reiko. Más aún Reiko resulta ser una mujer persistente, obstinada y con grandes habilidades de detective, algo que para Sano es duro de aceptar, pero finalmente logra hacerlo.
Para poder investigar sobre la muerte de la Dama Harume le pide ayuda a su aliado, el doctor Ito Genboku, un ex médico de la corte imperial condenado al depósito de cadáveres de Edo de por vida por haber realizado disecciones, algo ilegal en la época. El doctor Ito revela, mediante el uso de ratones, que la tinta presente en el tatuaje fue la que causó su muerte, que este veneno era bish y que probablemente había sido vendido por un buhonero llamado Choyei, que ya debía de ser anciano pero que era prófugo de la justicia. Sano también decide investigar el diario íntimo de la Dama Harume en busca de algún amante puesto que el tatuaje indica que no para el shogun.
Luego Sano y Hirata van al Interior Grande, las dependencias de las mujeres para entrevistar a la madre del shogun, la Dama Keisho-in y a la otoshiyori5, Chizuru. A pesar de sus reticencias y su temor hacia su superiora, Chizuru revela que Harume no era una joven querida por todos y que tenía problemas con dos personas: la Dama Ichiteru y el teniente Kushida Matsutatsu. Después de ir a ver al bakufu6 y de recibir una protección inesperada del chambelán Yanagisawa, Sano se va a entrevistar al teniente Kushida y Hirata a la Dama Ichiteru, pero este último lo acepta un poco aterrado debido a su falta de experiencia con mujeres de clase alta.
Las entrevistas dejan claros varios detalles: Sano ve que aunque Kushida era un hombre obsesionado por Harume, no cree que haya envenenado a Harume por su forma violenta y repentina de reaccionar a la ira y su gusto por la naginata7, así que de haber querido usarla contra Harume lo habría hecho. Por su parte, Hirata no logra sacarle información a la Dama Ichiteru pues ella lo seduce y su atracción inmediata por ella hace imposible que pueda interrogarla de manera adecuada. Durante las investigaciones de Sano y Hirata, se muestra el punto de vista del chambelán Yanagisawa y cómo planea usar el caso de la Dama Harume para destruir a Sano y a su otro enemigo en la corte, que sólo sabremos más adelante. Luego Sano presencia la disección de la Dama Harume y descubre que estaba embarazada, lo que complica aún más la situación si el bebé era del shogun.
Mientras todo ello se da, Reiko se niega a aceptar su situación de casada y quiere ayudar a Sano a resolver el asesinato de la Dama Harume, con la consiguiente negativa de él y el deterioro de su relación, así que Sano aprovecha el tiempo que debería dedicar a Reiko para leer el diario de la Dama Harume y descubre que ella tenía dificultades para acoplarse a su situación, igual que Reiko y que tenía un amante, el cual identifica de inmediato: el caballero Miyagi Shigeru, daimio8 de la provincia de Tosa, al cual entrevista junto a su esposa. Está claro que la dama Miyagi compró el frasco de tinta y que el daimio no tuvo relaciones íntimas con Harume, pero si la veía desnudarse porque él sólo se excitaba cuando veía mujeres.
Entretanto, Reiko se pone a investigar a escondidas de Sano interrogando a su prima Eri, una funcionaria de palacio9. Reiko se entera de que Kushida se había metido en el cuarto de Harume unos días antes de su homicidio y que la Dama Ichiteru se había peleado cuerpo a cuerpo con Harume y la había amenazado. Cuando Reiko revela sus hallazgos a Sano, este se burla y ella se molesta con él, diciéndole que no volverá a hablarle de sus avances. Entonces Sano va a ver al magistrado Ueda, para averiguar sobre los sospechosos y cómo puede arreglar su matrimonio con Reiko. El magistrado Ueda menciona un homicidio de la hija de un soldado que involucraba a los Miyagi, pero que ni la Dama Ichiteru ni el teniente Kushida tenían antecedentes. El magistrado Ueda le dice que debe intentar complementarse con Reiko y que debe dejar de lado su terquedad.
Esa misma noche, el teniente Kushida irrumpe en la mansión Sano y después de una gran lucha, es reducido por Sano, Reiko, Hirata y varios guardias. Cuando lo atan, lo interrogan para que diga por qué irrumpió en la mansión. Nos enteramos que Kushida mintió en parte de su testimonio porque si había entrado en el cuarto de la Dama Harume, lo que confirma la información de Reiko. Kushida dijo que mintió pero que sólo había entrado allí para poder robar el diario y saber quién era el amante de la Dama Harume y cuando supo que el diario estaba en la mansión Sano, decidió irrumpir allí para hurtarlo. Sano lo envía de inmediato a prisión domiciliaria, no a la prisión de Edo como se acostumbraba, debido a su clase samurái. Después lee de nuevo el diario de la Dama Harume y descubre que había un poema escondido sobre un amante oculto de ella que por su fama y su clase podrían ponerlos a él y ella en peligro. Sano intuye que debe haber un amante desconocido.
Sano se va a interrogar de nuevo a Chizuru sobre los orígenes de la dama Harume y entendió al fin porque Harume no encajaba en el Interior Grande. Luego de recibir el permiso de Chizuru, se va de nuevo a buscar en el cuarto de la Dama Harume y encuentra una bolsa con cabello y tres uñas que él se guarda para saber por qué ella la tenía y una carta de amor amenazadora firmada por la Dama Keisho-in. Para buscar información va a visitar a Jimba, el padre de Harume, que le confirma que Harume temía a alguien dentro del Interior Grande. Poco a poco comprende que a la Dama Harume le costaba asumir su rol como mujer al igual que Reiko.
Entretanto, Hirata va a ver a su informante del bajo mundo, La Rata, que dirige un espectáculo de fenómenos que llama su “Casa de los Monstruos”, puesto que le pidió que informara sobre algún hallazgo de Choyei, el buhonero, pero La Rata niega haberlo encontrado, aun así Hirata no lo cree. Luego de todo eso, se va a ver a la Dama Ichiteru puesto está ansioso por verla otra vez. Ichiteru droga a Hirata y le dice que la Dama Keisho-in y su confesor y amante, el sacerdote10 Ryuko mataron a la Dama Harume porque quieren gobernar Japón. Hirata va a revelarle sus hallazgos a Sano.
Mientras todo eso ocurre, Sano va a ver un juicio al que fue invitado por su suegro, el magistrado Ueda. Ahí descubre que la víctima tenía los mismos síntomas que tuvo la Dama Harume, lo que indica que se usó el mismo veneno. Cuando se reúne con Hirata para buscar a Choyei, encuentran que este ha sido mortalmente herido por un cliente desconocido. Aunque Sano y Hirata intentan hacer que Choyei describa a su asesino, no lo consiguen antes de que este muera. Y para empeorar las cosas, el teniente Kushida ha escapado de su prisión domiciliaria.
A escondidas de Sano, Reiko va al templo de Zojo para entrevistar a su ex maestro de koto11, Fukuzawa, ya que este dictaba clases a las mujeres en el Interior Grande. Como sabe que Sano piensa inculpar a la dama Keisho-in y al sacerdote Ryuko y sabe que ello le causaría la muerte a toda su familia, necesita salvar a su marido y a si misma, pero Fukuzawa, que ya es anciano, no recuerda haber conocido a Harume ni detalles sobre el Interior Grande.
Mientras Reiko tristemente contempla el lago artificial, de repente Fukuzawa recuerda haber visto al actor Shichisaburo, el amante del chambelán Yanagisawa, entrando a la habitación de la Dama Keisho-in, sacando algo parecido a un papel (su carta) y yendo a una habitación del fondo (la de la Dama Harume) pero Fukuzawa lo reconoció aun cuando estaba vestido de mujer por los ademanes que su familia hacía de generación en generación ya que el maestro Fukuzawa había tocado para el abuelo de Shichisaburo y también había visto actuar al joven. Finalmente Reiko intuye que todo es un plan del chambelán Yanagisawa para provocar la caída de Sano e intenta regresar al castillo de Edo para alertarlo.
Precisamente en ese momento Sano y Hirata llegan a los aposentos de la Dama Keisho-in para acusarla a ella y al sacerdote Ryuko de cometer el homicidio de la Dama Harume con base en su diario íntimo, la carta de la Dama Keisho-in, los testimonios de Jimba y la Dama Ichiteru. La dama Keisho-in explica que la carta era para el sacerdote Ryuko, pero Sano se niega a creerle. Después de que Ryuko les advierte las consecuencias de tal acusación, de repente llega la nota de Reiko en la que le revela la estratagema del chambelán Yanagisawa. Es ahí cuando se da cuenta de que la Dama Keisho-in es otro rival para el chambelán Yanagisawa, que desea que sea exiliada, puesto que el shogun jamás mataría a su adorada madre. Y la razón de todo ello era porque estaba cansado de la cantidad de dinero que se gastaba en los templos budistas y quería expulsar a los sacerdotes y apoderarse de los templos, protegidos por ella. Después de descubrirlo todo, Sano, Hirata, la Dama Keisho-in y el sacerdote Ryuko unen fuerzas para derribar al chambelán Yanagisawa.
Finalmente Sano reconoce el valor, la tenacidad y la intuición de Reiko, que resultaron más acertadas que las suyas ya que de no ser por ella, ambos habrían sido ejecutados. Ambos logran entender que pueden ser tanto esposos como compañeros y por fin tienen su noche de bodas. Sano y Reiko acuerdan seguir con la investigación; Sano iría a Asakusa para averiguar sobre el amante secreto de la Dama Harume y Reiko entrevistaría a los Miyagi.
Ya en Asakusa, Sano va a la posada donde se veían la Dama Harume y el caballero Miyagi e interroga al dueño que confiesa que ella se veía con un joven samurái vestido con ropa sencilla, lo que confirma que su amante no eran ni el caballero Miyagi ni el teniente Kushida. Después se va a la parte de atrás de un templo y encuentra unos manipuladores de cadáveres que vendían pelo y uñas de cadáveres, lo que explicaba la bolsa de la Dama Harume. Cuando interroga a los manipuladores de cadáveres, que eran etas12, estos confirman que la Dama Harume compró una vez sus productos y que ella tenía un romance con su jefe, de nombre Danzaemon. Entonces Sano se da cuenta que el amante secreto de la Dama Harume era un descastado y que por su romance prohibido ambos hubieran sido ejecutados de haber sido descubiertos.
Por su parte, Reiko va a la mansión de los Miyagi para tratar de averiguar si la pareja tuvo que ver con el asesinato. Mediante la conversación, Reiko está casi segura que el asesinato lo cometieron los Miyagi, pero decide acompañarlos a su cabaña de las montañas para confirmar sus sospechas.
En ese momento, Sano va al poblado de los etas guiado por Mura, el asistente eta del doctor Ito y el único descastado que Sano conoce. Mura lo lleva a la casa del jefe de los etas, Danzaemon. Este le habla sobre su romance con la Dama Harume, el cual empezó cuando se encontraron en el Templo de Asakusa, pero ellos ya se conocían desde niños. Dijo que amaba a Harume porque el amor que le daba lo hacía sentirse limpio, puro y amado, algo que no podría darle otra mujer de su condición, ni siquiera su esposa. Nos enteramos que el hijo que esperaba la Dama Harume era de él, puesto que el shogun no podía ser y el caballero Miyagi no la tocaba. Él también indicó que además de la Dama Ichiteru y del teniente Kushida, había otra persona que le había arrojado una daga a la Dama Harume y que aunque no pudo ver la totalidad de su rostro, supo que era una mujer de clase noble por sus cejas rasuradas13. Después de terminar la entrevista, Sano pudo ver la dignidad de Danzaemon, su liderazgo y su amor por su gente. Piensa que si no fuera por su cuna, lo consideraría un mejor líder que el propio shogun.
Después de reunirse con Hirata, está listo para acusar a la Dama Ichiteru, ya que es la que mejor encaja con la descripción de Danzaemon y por su claro odio a la Dama Harume. Hirata aún es incapaz de aceptar que la Dama Ichiteru sea la asesina, pero luego recordó la conversación con La Rata y notó que en realidad La Rata habría sido sobornado o estaba haciendo chantaje ya que se había visto con una mujer, supuestamente una clienta. Él asume que probablemente la clienta era la Dama Miyagi por su voz grave, aunque nunca la había visto, ya que esta también tenía una voz así. Sano parece aceptar la teoría de Hirata y se van a ver a Reiko, que ya debía de haber entrevistado a los Miyagi, pero encontraron que sabía ido con ellos.
Entonces Sano y Hirata se van directo al palacio de los Miyagi para buscar a Reiko y ver a los Miyagi, pero descubren algo macabro: las concubinas del caballero Miyagi habían sido asesinadas en el baño y la culpable era la Dama Miyagi. Esto confirma que ella es la asesina de la Dama Harume y de Choyei. Sólo pueden ir a la cabaña de los Miyagi para intentar salvar a Reiko, que ya también ha descubierto que la Dama Miyagi mató a la Dama Harume, a Choyei, a la hija del soldado, a la cual también envenenó como a Harume y que incluso intentó asesinar a La Rata, pero la aparición de Hirata le salvó la vida. Por el contrario, el caballero Miyagi, a pesar de su voyeurismo, es un hombre inocente.
Al llegar Sano y Hirata empiezan a enfrentarse a la Dama Miyagi y luego se suman el teniente Kushida, que está dispuesto a limpiar su honor matando a la Dama Miyagi pero se enfrenta a Hirata, que también quiere limpiar el suyo, y el propio caballero Miyagi, que quiso enfrentarse a Sano para proteger a su esposa, pero es derrotado por este ya que nunca fue preparado para enfrentarse en combate a alguien, así que para limpiar su honor se practica el seppuku14. Cuando la Dama Miyagi presencia esto, está dispuesta a matar a Reiko, pero ella y Sano la reducen y la Dama Miyagi cae a un precipicio. Finalmente Sano ha aprendido a aceptar las habilidades y la ayuda de Reiko y Hirata ha recuperado su honor.
Cuando Sano revela su informe ante el shogun, se revela el plan del chambelán Yanagisawa en contra de Sano, la Dama Keisho-in y el sacerdote Ryuko. Ante la posible ejecución, Yanagisawa culpa de todo a Shichisaburo y dice que el joven actor actúo por su cuenta. Sorprendentemente, este se declara culpable y ello se debe a su verdadero amor por Yanagisawa por el que haría cualquier cosa incluso morir. El shogun, siendo tonto e ingenuo, le cree y le condena a muerte. Lejos de estar aliviado, Yanagisawa entendió que había destruido a la única persona que lo amaba de verdad y que tendría muchos seguidores pero nunca alguien que lo amara de verdad.
Hirata se reúne por última vez con la Dama Ichiteru. Ya ha averiguado que ella quiso hacerle daño a la Dama Harume y había fallado, pero aun así está dispuesto a castigarla. A la Dama Ichiteru no le importa porque para ella su castigo es su futuro, ya que ha sido relevada de concubina y deberá regresar a Kioto después de trece años infructuosos de intentar dar a luz un heredero para el shogun. Hirata finalmente puede ver que ella tiene una situación peor que la suya e incluso siente compasión por ella. Ahora puede seguir su camino sin dejarse seducir otra vez.
Al final del libro, Sano y Reiko finalmente pueden celebrar su boda como es debido y pueden ser  compañeros en el amor y en el trabajo. Ahora tienen el apoyo de la Dama Keisho-in y están dispuestos a enfrentar las próximas intrigas de Yanagisawa.
Uno de los temas que trata la novela es la situación de la mujer japonesa en la época Edo, la cual sería muy similar a las tuvieron las mujeres hispanoamericanas hasta bien entrado el siglo XX o incluso hoy. Las mujeres eran consideradas menores de edad y no podían muchas profesiones distintas de ser esposa, monja, granjera, mendiga, prostituta, concubina o criada. El matrimonio ni siquiera era garantía de felicidad y tranquilidad ya que muchos maridos eran crueles con sus esposas como se menciona con la hermana del chambelán Yanagisawa, la niñera de Reiko o la mujer del juicio que Sano presenció. Muchas mujeres eran analfabetas o casi analfabetas ya que no podían estudiar más que caligrafía, música, ceremonia del té, artes manuales y arreglos florales si eran de clase noble o samurái. Las mujeres que tenían una educación superior a las demás eran vistas como raras por los demás, como ocurría con Reiko, la esposa de Sano. Aun así varias mujeres tratan de luchar contra los prejuicios para encontrar la felicidad en sus vidas aún a costa de sus vidas, como Reiko y la Dama Harume.
Otro tema que trata es la homosexualidad, un tabú antes y ahora. En el libro, Rowland muestra que la homosexualidad era bastante común en la clase alta; los hombres de clase noble o samurái se casaban con mujeres para mantener las apariencias pero preferían dedicarse a sus amantes masculinos; tal era el caso del chambelán Yanagisawa o el propio shogun. De hecho, la orientación sexual del shogun era conocido por todos pero nadie se atrevía a decirlo en público por temor a la ejecución. Además la madre del shogun, Keisho-in, no aceptaba la sexualidad de su hijo a pesar de que ella era bisexual.
Un detalle que se puede ver en el libro que, a pesar de que el bakufu tiene una red de espías por todo el país denominada metsuke, el chisme y el cotilleo son iguales o incluso más eficientes que esa red. Las mujeres, sobre las de clase alta, se le pasaban comentando las cosas que hacían sus maridos sin temor que a las encontraran puesto que muchos vendedores tenían lugares especiales y ocultos para ellas. De esta forma fue como Reiko, por medio de su prima funcionaria de palacio, se enteró de detalles que a la larga terminaron siendo irrefutables.
Me hubiera gustado hablar aquí sobre los personajes femeninos de El tatuaje de la concubina, pero decidí que es mejor que mencionarlas en una entrada gemela que publiqué junto con esta. Por lo tanto sólo puedo decir que este libro ayudó a fomentar mi interés por los distintos relatos de detectives y de investigación (léanse El Escarabajo de Oro). Me gusta el estilo detallista de Rowland, es excelente describiendo una habitación, una calle o la indumentaria de un personaje y me gusta mucho el estilo femenino y a la vez masculino de este libro. Para resumir, tiene de todo un poco; así que es una lástima que no hayan terminado de traducir toda la saga a nuestro idioma.
Concluyo que si les gusta el misterio, las intrigas, las escenas eróticas y las peleas, este es un libro recomendado.
NOTAS
1 En Japón cuando se nombra a una persona, primero va su apellido y luego su nombre de pila.
2 Samurái sin amo.
3 Patrullero/policía de bajo rango en la era Tokugawa.
4 Investigador de homicidios.
5 Funcionaria mayor de palacio, es decir, la superiora de las funcionarias de palacio. Su autoridad sólo estaba por debajo de la madre o la esposa del shogun y su principal función era vigilar la puerta de la alcoba del shogun cuando estaba con una concubina para evitar que las demás se aprovecharan en ese momento.
6 Palabra para designar al Gobierno militar de Japón, es decir, el shogunato.
7 Lanza japonesa de hoja curva con un largo asta. Parecida a una alabarda o una archa.
8 Señor feudal.
9 Encargadas de controlar y manejar los asuntos de las concubinas. Casi siempre eran ex concubinas.
10 En este caso, es un sacerdote budista.
11 Instrumento de cuerda japonés de la familia de las cítaras.
12 Término feudal para los burakumin, un grupo social japonés que recibe un trato similar a los intocables de la India. Ello se debe a las ocupaciones que tenían sus ancestros como carniceros, curtidores, sepultureros, verdugos, etc.
13 Las mujeres de clase noble se rasuraban las cejas y si estaban casadas, se teñían los dientes de negro.
14 Aun cuando en Occidente se le llama harakiri al tradicional suicidio ritual y así se lo llama en el libro, los japoneses usan este término que menciono en la entrada por ser poético y más refinado.

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