LOS SIETE CONTRA TEBAS



La entrada de esta semana es la número 400 de este blog, Para este aniversario, analizaré una tragedia griega que trata sobre como un rey intenta defender su ciudad de siete hombres que ha llegado allí para tomar la ciudad y proclamar rey a uno de ellos, el cual es el hermano del rey. Ese el argumento de Los siete contra Tebas de Esquilo.

La obra consta de una sola escena, una estructura que ya había visto en obras de teatro escritas en siglos posteriores como La señorita Julia y Salomé, lo que la hace una de las obras de un solo acto más cortas que he leído y que se puede leer en menos de una hora.

El protagonista de la obra es Eteocles, rey de Tebas. Es uno de los dos hijos de Edipo, el personaje que Sófocles hizo famoso en su trilogía. Aquí Eteocles es el rey de Tebas, pero su reinado está bajo amenaza ante la rebelión de su hermano Polinices, que quiere gobernar en Tebas bajo el acuerdo que ambos hermanos habían hecho de que cada uno sería rey por seis meses y que Eteocles incumplió. Eteocles no está dispuesto a ceder ni un ápice de Tebas y demuestra ser un gran estratega al enviar a seis guerreros a luchar contra los seis mercenarios que se encuentran en seis de las siete puertas de Tebas. Además, se lo muestra como un hombre dispuesto a luchar al frente, cuando decide luchar contra su propio hermano en la séptima puerta.

Aunque Eteocles es un gran estratega y es diestro en el combate, también es bastante arrogante y muestra un enorme desprecio por las mujeres, haciendo que su tío Creonte parezca humilde en comparación con él. ¿Por qué decir esto? Porque se muestra poco receptivo ante las advertencias y los consejos de las mujeres del coro, que saben lo que está por venir.

Si bien Polinices no aparece sino hasta el final, ya cadáver, su presencia se puede sentir en la obra. Es un hombre que lucha por lo que considera justo: que su hermano ceda el trono por seis meses como fue el acuerdo. Ante esto, recluta a seis mercenarios de toda Grecia a que luchen junto a él para conseguir el trono tebano, demostrando su habilidad como líder y estratega.

Los seis hombres que acompañan a Polinices, al igual que este, no aparecen, pero son relevantes por el rol que fungen en la rebelión contra Tebas. Ellos son:

  • Tideo, que está en la primera puerta, Preto.
  • Capaneo, que se encuentra en la segunda puerta, Electra.
  • Eteoclo, ubicado en la tercera puerta, Neiste.
  • Hipomedonte, que está en Onca Atenea, la cuarta puerta.
  • Partenopeo, ubicado en Bóreas, la quinta puerta. Cabe destacar el hecho de que, aunque combate por Argos, no nació allí, siendo considerado un meteco, que era como se denominaba a los residentes en las polis (ciudades) pero que no nacieron allí.
  • Anfiarao, que se encuentra en Homoloide, la sexta puerta.

Por supuesto, Eteocles designa a seis hombres (que tampoco aparecen) para que luchen con los mercenarios de Polinices, los cuales son:

  • Melanipo, hijo de Ástaco. Enviado para luchar contra Tideo.
  • Polifonte, que pelea contra Capaneo.
  • Megareo, hijo de Creonte, por lo tanto primo de Eteocles y Polinices. Lucha contra Eteoclo.
  • Hiperbio, protegido por Zeus y enviado a pelear contra Hipomedonte.
  • Un hermano de Hiperbio, de nombre desconocido. Lucha contra Partenopeo.
  • Lástenes, que pelea contra Anfiarao.

Además de todo esto, aparecen personajes que tienen más o menos relevancia en la Trilogía tebana, como Corifeo, consejero del difunto Edipo y ahora de Eteocles, y las hijas de Edipo, Antígona e Ismene. Al igual que en Edipo rey, las recomendaciones de Corifeo no son tenidas en cuenta por el arrogante Eteocles y, como en Antígona, el personaje homónimo no está de acuerdo con que le den sepultura a uno de sus hermanos y se la nieguen al otro y quiere darle una sepultura digna.

La tragedia nos muestra el clásico defecto de los personajes de estos trabajos griegos: la soberbia o hubris, como ellos la llaman, algo que tienen todos los personajes de la familia Edipo-Creonte. Eteocles es demasiado arrogante como para aceptar lo que le aconseja Corifeo y lo que le dicen las mujeres del coro. Al mismo tiempo, Polinices es demasiado orgulloso para aceptar la derrota y quiere ocupar el trono de Tebas tal como le corresponde.

Al mismo tiempo, es un ejemplo más de la importancia del destino para los antiguos griegos, pues las tragedias nos dejan claro que, sin importar lo que se haga, el destino ya está escrito y no se puede cambiar. Así como Edipo predijo que sus hijos se matarían entre ellos por haber renegado de él cuando más los necesitaba, esto termina ocurriendo. Además, esto también sería clave en el camino que Antígona traza.

A pesar de su corta duración, Los siete contra Tebas resulta ser la lectura que le da coherencia a la Trilogía tebana, puesto que retoma la historia donde Edipo en Corinto se quedó (aunque no se menciona la razón de porqué Polinices se rebela contra su hermano Eteocles) y le da coherencia a Antígona, pues sin ella no es fácil saber por qué a Polinices se le niega la sepultura, al menos no de manera clara. Es una obra que recomiendo leer luego de leer Edipo en Corinto y antes de Antígona.

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