RAQUEL HABLA CON DIOS

Esta semana analizaré el cuento Raquel habla con Dios del escritor austriaco Stefan Zweig.

En Raquel habla con Dios ocurre algo que solía ocurrir muchas veces en la Biblia: los hebreos olvidaban las enseñanzas de Dios y este los castigaba con algo terrible, ya sea siendo invadidos por una nación extranjera o siendo exiliados. En este caso, Dios decide hacer que varias figuras bíblicas salgan de sus tumbas, aunque no actúan como zombis, sino como personas con mente consciente. Y entre estas personas aparece Raquel, segunda esposa de Jacob y madre de José y Benjamín.

Como si fuera Eliezer y Rebeca o La tienda roja, Raquel habla con Dios nos presenta un punto de vista de un personaje bíblico que apenas conocemos, aunque en el caso de Raquel, sabemos un poco de ella: fue la hija de Labán que Jacob escogió para casarse, que tuvo problemas de fertilidad y que murió tras dar a luz a su segundo hijo. Pero en este cuento, Zweig nos muestra un poco más de ella.

Raquel habla con Dios es una especie de monólogo porque Raquel le habla a Dios sobre sus sentimientos, sus pensamientos y los pecados que cometió junto a su hermana Lía para estar junto a Jacob. Al igual que la Raquel de Diamant, la Raquel de Zweig es una mujer un tanto celosa, pero a diferencia de la de Diamant, también es comprensiva y piadosa, como se ve cuando siente rencor hacia su padre y hacia Lía por engañar a Jacob al mandar a Lía en lugar de Raquel con Jacob. Sin embargo, luego se compadece de su hermana cuando esta se sincera sobre el plan de su padre, por lo que Raquel la secunda en el plan, para luego cumplir su deseo de casarse con Jacob. Al hablar de su compasión, del sacrificio y del dolor que tuvo que pasar para estar con el hombre que amaba y para tener a sus dos hijos, le pide a Dios que también muestre la misma compasión con sus descendientes, a los que ella considera hijos del propio Dios.

Todo el cuento es una referencia a la cita de Jeremías 31:15, la cual dice:

«[…] Grandes llantos y lamentos oyó la gente de Ramá. Es Raquel, que llora por la muerte de sus hijos, y no quiere ser consolada» (Lenguaje Actual Interconfesional).

 

Si lo analizamos desde cierto punto de vista, Zweig se refiere a los hijos de Raquel como el pueblo hebreo, por el cual ella suplica a Dios que no los castigue de manera severa y que muestra compasión por él. Al estar familiarizado con la tradición judía a causa de su religión y su educación, Zweig mostró en esta leyenda que la compasión es mejor que el rencor y a la ira desmedidos. Para él, este es el sentimiento que se debería tener en el corazón.

Ahora bien, ¿Dios escuchó a Raquel? Eso es algo que solo se ve al final, pero para los que estén interesados en leer esta leyenda les pido que lo averigüen. ¿Recomiendo leer Raquel habla con Dios? Por supuesto que sí, porque es una historia que nos muestra un punto de vista que no lo hay en la Biblia: una mujer que le ruega y que conversa con Dios. Además, deja claro que Zweig tenía en alta estima a los personajes bíblicos femeninos al darles voz e importancia que casi nunca tienen en el libro mayor. Para mí, Raquel habla con Dios es una historia que todos deberíamos leer al menos una vez en la vida.

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