EL BAILE



Para empezar con el Mes de la Madre, me situaré en la Francia de los años 20. Una historia sobre una madre arribista que busca tener el reconocimiento de la sociedad parisina y una hija que no desea ser excluida de los eventos. Una difícil relación entre madre e hija. Eso es El baile de la escritora ucraniana nacionalizada francesa Irène Némirovsky.
El baile es una novela corta publicada en 1930 de tan sólo seis capítulos, que se desarrolla en la París de 1928, periodo conocido como los Locos Años 20 o Roaring Twenties, una época de la historia que ya analicé en Fiesta (The Sun Also Rises). La diferencia es que en lugar de tratar sobre un expatriado estadounidense los protagonistas son una familia de nuevos ricos franceses de origen judeoalemán, los Kampf.
Hablaré sobre los personajes.
El señor Alfred Kampf es un hombre judeoconverso hecho a sí mismo pasando de ser un portero a un corredor de bolsa en sólo cuatro años. Durante un pánico económico logró mantener sus ganancias y asegurar una excelente posición económica para su esposa e hija. Con su progreso, logró permitirse una casa elegante, ropa costosa y servidumbre.
La señora Rosine Kampf es una ex mecanógrafa. De religión católica, fue criticada por su familia al haberse casado con un judío, aunque él se convirtió tiempo después. Cuando su esposo empieza a progresar en el sentido económico, asume su nueva posición y estilo de vida, lo cual la hace feliz, pero desea ser tenida en cuenta por la rica sociedad parisina, que no los acepta por ser nuevos ricos. Por eso, está desesperada por encajar y no cometer ningún error al hacerlo, incluso si eso implique ser estricta con su única hija hasta el extremo sin siquiera mostrar cariño o sensibilidad materna. En resumen, Rosine Kampf es la típica nueva rica arribista, lo cual es evidente en su forma de vestir y actuar.
La única hija de los Kampf, Antoinette, tiene catorce años. Gracias a la posición económica de su familia, goza de una buena educación típica de una señorita de la década de 1920. En cierta forma, su manera de actuar es algo más refinada que la de su madre, como se ve cuando les habla a sus padres de forma respetuosa para que la dejen asistir al baile.
Como la adolescente que es sabe que se está acercando a la edad en que debe ser presentada en sociedad, está ansiosa por ello y piensa que el baile será la mejor forma de conocer a lo más selecto de la sociedad parisina, lo cual demuestra cierto grado de arribismo por su parte al igual que su madre, con la que no tiene una relación armónica. Sin embargo, su madre le niega el derecho de estar en el baile, algo que la joven no toma nada bien y la lleva a vengarse de su madre. Cuando está frustrada, se muerde la mano hasta hacerse sangrar.
Miss Betty es la institutriz inglesa de Antoinette. Se muestra como la única persona que trata bien a Antoinette ante la frialdad de Rosine puesto que la consuela cuando se le niega la asistencia al baile y la acompaña a un paseo para que la joven se sienta menos triste. Habla de forma un poco musical cuando se refiere a su alumna, pues pronuncia su nombre como Ann-toinette y no ɑ̃twanet, la pronunciación habitual. Siendo inglesa, a veces habla en inglés.
La tensa relación entre Rosine y Antoinette es un retrato de la vida real de la autora. Se sabe que ella y su madre tuvieron una difícil relación llena de reproches y falta de cariño al punto en que Némirovsky pensaba que era una carga para su madre. Además, las continuas infidelidades de su madre a su padre le generaron una gran inseguridad sobre el amor y las relaciones, misma que plasmó en su obra.
Esto mismo ocurre con Rosine y Antoinette. Rosine trata a su hija con frialdad y no se inmuta por las muestras de cariño que la adolescente le hace, porque bajo su concepto a los niños no se les debe complacer ningún gusto y no quiere cometer los mismos errores que su madre cometió con ella. Hasta cierto punto, su crianza era lo habitual para la época porque los niños debían de ser respetuosos con sus padres y aceptar las imposiciones de estos. Sin embargo, es difícil justificar su rechazo al cariño de su hija.
El baile es una clara crítica al arribismo social. Némirovsky nos muestra como una familia de nuevos ricos intenta hacerse un lugar entre la alta sociedad de París, conformada con aristócratas y personas adineradas de varias generaciones, gente que a menudo se irrita con los nuevos ricos porque los consideran vulgares y por supuesto, arribistas que sólo buscan estar a la par con ellos. Rosine Kampf es un ejemplo estereotípico de un nuevo rico más que cualquier otro personaje.
Incluso Antoinette, que critica la manera de actuar de su madre, también es un poco arribista pues ella ve el baile como una oportunidad para darse a conocer entre la alta sociedad parisina y todos alaben su belleza e inteligencia.
Una de las críticas que se le ha hecho a El baile es que muestra un disimulado antisemitismo, tanto por parte de los personajes como de la autora. Rosine menciona que fue repudiada por su familia por haber contraído matrimonio con un judío y en ocasiones cuando está más frustrada insulta a su esposo sobre la base de su origen judío a pesar de que este ya sea convertido en católico, algo que a este le molesta y de inmediato le responde tildándola de verdulera.
Analizaré un poco esto: hay que tener en cuenta que los judíos sufrieron persecución en países como Rusia y esto llevó a algunos a emigrar a países como Francia, Alemania y el Reino Unido o a cambiarse de religión para poder ser aceptados en los círculos sociales, siendo este el caso de los más ricos. Además, en la antigüedad a los judíos no se le permitía poseer tierras, siendo los negocios su principal fuente de ingresos. Les daré dos ejemplos en la literatura que aparecen en las novelas Papá Goriot y La casa de la alegría.
En Papá Goriot, está el caso de Frédéric de Nucingen, uno de los yernos de Papá Goriot que era judío y se convirtió al catolicismo en un esfuerzo por entrar a los círculos sociales, pero aún así él y su esposa seguían teniendo dificultades para acceder a reuniones sociales. Esto causaba fricción entre las hermanas Goriot, porque la otra estaba casada con un aristócrata y, por lo tanto, los círculos sociales estaban a su entera disposición.
Por su parte en La casa de la alegría aparece Sim Rosedale, dueño de varias propiedades en Nueva York y que quería casarse con la protagonista. Toda la aristocracia neoyorquina lo desprecia por ser nuevo rico y judío; sin embargo y a diferencia de Nucingen y de los Kampf, esta lo acepta a regañadientes porque ellos saben que un día tendrá más dinero que ellos y en algún momento podría ser el dueño de la escena social en Nueva York, por lo que rechazar a Rosedale sería un error en caso de que eso ocurriera. Asimismo, Rosedale está consciente de su situación y quiere aprovecharla a como dé lugar.
En el caso de Irène Némirovsky, ella era judía siendo su padre un rico banquero y su madre una dama de sociedad. A pesar de su poder adquisitivo, los Némirovsky padecieron discriminación en su país de origen y fueron testigos de los pogromos que atacaban a toda clase de barrios judíos, incluyendo los más elegantes. Para evitarla, renegaron por completo de sus creencias y sus tradiciones judías y adoptaron el estilo de vida de los burgueses rusos. Al haber crecido en un ambiente que renegó de sus raíces y asimiló la cultura local no sorprende que Némirovsky adoptara ciertas creencias de sus padres, algo por lo que ha sido llamada “la judía que se odia a sí misma”.
Lo que me gusta de El baile es su gran retrato entre la relación madre e hija y como los problemas de esta pueden provocar una venganza extrema, pero también que luego de la decepción inicial puede haber cierta esperanza, como parece mostrar el tono con el que acaba la novela. Si se desea mirar una historia que nos muestra como el arribismo puede llegar a dañar una relación maternal esta es la historia indicada. Ahora es el momento de dejar a Rosine y a Antoinette.

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