OTELO



Advertencia: para los que no han leído la obra, habrá algunos destripes (spoilers). También hay términos que pueden ser ofensivos para la mayoría de los lectores. Les recomiendo discreción.
Para seguir con la estela de amores no correspondidos, desafortunados, obsesivos o las tres cosas, pasamos de la antigua Judea al Mar Mediterráneo; de una princesa a un general moro. Así es, el que recoge la sangre derramada la semana pasada por Salomé es el moro de Venecia, Otelo.
Otelo es una tragedia de William Shakespeare y una de las más populares y representadas, aunque no con la misma intensidad que Hamlet, El rey Lear y Macbeth. Básicamente, Otelo es un gran ejemplo de como los celos, la manipulación y el deseo de venganza causan tragedia y destrucción a su paso.
Como la mayoría de las obras de Shakespeare, Otelo se divide en cinco actos y excepto por el tercer acto y el quinto, que tiene cuatro y dos escenas respectivamente, los demás actos tienen tres escenas. Aunque la obra se subtitula El moro de Venecia, sólo el primer acto se desarrolla allí mientras que los demás ocurren en un puerto de Chipre.
Otelo es un general de origen moro que ha logrado prestigio gracias a sus éxitos como militar. A pesar de todo esto, no era bien visto por los senadores venecianos, que no confiaban en él por ser moro y causó aun más controversia cuando se descubre que se casó en secreto con Desdémona, única hija de Brabancio, uno de los senadores de Venecia.
Aunque no sienten aprecio por Otelo, los senadores venecianos lo recompensan destinándolo a Chipre debido a sus logros navales. Otelo no sólo se lleva a Chipre a Desdémona, sino también a sus subalternos, el teniente Casio y el alférez Yago. Este último pone a su esposa Emilia al servicio de la joven Desdémona, como parte de su siniestro plan para causar la caída de todos aquellos a quienes desprecia.
Otelo es un hombre brillante en el campo naval y es evidente que ama de verdad a Desdémona, pero sus celos y su personalidad manipulable terminan siendo su perdición cuando Yago lo manipula de manera que el matrimonio entre ambos se dañe y acabé de la peor manera. Cuando Otelo descubre lo que ha hecho por haber dejado que las mentiras de Yago le nublaran el juicio, toma una decisión predecible, aunque lógica dado el acto que cometió por creer más en la palabra de su subalterno que en la de su esposa.
Desdémona es la joven esposa de Otelo. Hija de Brabancio, un senador de Venecia, se ha criado en un ambiente lleno de comodidades. Perdió a su madre siendo muy joven, por lo que su único pariente es su padre. La edad de Desdémona no es clara pero dado que uno de los personajes se refiere a ella como jovencita y considerando su matrimonio con Otelo a escondidas, es probable que ella no superara los veinte años de edad.
Al parecer ella se enamoró de Otelo desde la primera vez que se conocieron, aunque mantuvieron un noviazgo secreto que culminó con un matrimonio también realizado en secreto. Esto es comprensible. Ambos estaban conscientes de que su relación no sería bien vista por el duque y los senadores, por la sociedad veneciana y menos aún por el padre de Desdémona, que nunca aceptarían que un moro se casara con una mujer cristiana como lo era Desdémona.
Al llegar a Chipre, debe lidiar con la degradación de Casio por parte de Otelo, que ella considera injusta dado que los motivos para ello son poco claros, todo ello por obra y gracia de Yago, y trata de interceder en favor de Casio para que este recupere su puesto. Lamentablemente, las buenas intenciones de Desdémona terminan siendo usadas por Yago para sembrar celos en Otelo, lo que desencadena la desgracia.
Yago es la mente maquiavélica detrás de toda la trama de la obra. No sólo es manipulador, tiene una gran capacidad para mantener dos caras: una pública que finge honradez, lealtad y preocupación por los demás -llamándose asimismo el honrado Yago- y otra ante el lector que muestra su duplicidad y su deseo de obtener un alto cargo sin importarle destruir a todas las personas a su paso.
¿Por qué Yago hace todo un plan que acaba con la muerte de cuatro personas, dos directas y dos indirectas? Si uno se fija bien en sus discursos, hay signos que nos pueden dar una respuesta: es un hombre lleno de envidia y de resentimiento contra aquellos que, según su punto de vista, tienen vidas y logros más sobresalientes que los suyos. Odia a Casio porque Otelo lo promovió a teniente por encima suyo, al considerar que merece más ese rango que Casio por tener más experiencia y tiempo en la marina. También envidia el carisma y la buena apariencia física de Casio y el verdadero respeto que este siente por Otelo y por Desdémona.
En cuanto a Otelo, lo desprecia no sólo por su etnia y el color de su piel, sino también por su matrimonio con Desdémona y el verdadero amor que siente por esta. Sólo basta mirar como contraste su propia relación con Emilia, a la cual trata más como herramienta para sus propósitos que como su cónyuge. Al ver todo esto, Yago no siente más que deseos de destruir todo aquello que le hace ver que su propia vida, al menos según él, no es feliz.
Muchos estudiosos shakespearianos comparan a Yago con Edmund, el villano de El rey Lear. Si uno los mira bien, ambos son expertos en la manipulación y la hipocresía, buscando más poder del que tienen y sus motivaciones son similares. Edmund quiere demostrar que a pesar de ser ilegítimo es tan adecuado como heredero al igual que su hermano legítimo, así tenga que destruir la relación entre este y el padre de ambos. En el caso de Yago, él quiere el puesto de Casio porque se considera más merecedor del cargo de teniente al tener más experiencia en la mar y envidia los logros que Otelo ha obtenido y odia que un moro sea más exitoso que él.
Para resumir, Edmund y Yago quieren conseguir más poder del que tienen y para ello recurren al engaño y a la manipulación, pero hasta allí llega su parecido porque en términos de redención y moral, Edmund le gana a Yago. Cuando Edmund es derrotado y está a punto de morir, se arrepiente de sus malas acciones e intenta salvar a Cordelia y a Lear, a quienes había capturado y mandando a ejecutar, aunque su orden no llega a tiempo para salvar a Cordelia.
Con Yago las cosas son distintas. Él no tiene ningún tipo de moral, como se ve cuando no le importan todos los crímenes directos e indirectos que ha causado por sus acciones, como la tragedia de Otelo y Desdémona. Tampoco siente algún cariño o amor por Emilia a la cual usa para sus malvados propósitos. Peor aún, a diferencia de Edmund, ni siquiera siente remordimientos por sus acciones porque para él la redención no existe ni es parte de su ser, al punto que sus últimas líneas dicen mucho de él mismo.
Nada me preguntéis, pues no respondo. Lo que sabéis, sabéis. A partir de este momento no hablaré palabra.
Acto V, Escena II

Y lo cumple, pues después de estas palabras, Yago no habla más y sólo escucha en silencio la sentencia que le dicta Casio, que queda como gobernante de Chipre. Esto resulta curioso puesto que Yago posee 1.097 líneas, siendo el tercer personaje shakesperiano con más diálogo sólo por detrás de Hamlet y Ricardo III.
Otra cosa que lo diferencia de Edmund y de otros villanos shakesperianos, es que Yago no paga sus crímenes con la muerte, sino que lo encarcelan porque, según las palabras de Otelo, incluso la muerte es demasiado honorable para él.
Y pena no me da: quiero que vivas, pues el morir es dicha a juicio mío.
Acto V, Escena II

Todo esto hace que, en mi opinión, Yago sea el villano más malvado que haya creado Shakespeare.
Miguel Casio es el teniente de Otelo. A diferencia de Otelo y de Yago, no está casado, aunque tiene como amante a Blanca, una prostituta chipriota. Fue ascendido a teniente por Otelo debido a su desempeño en las últimas batallas navales, en detrimento de Yago, que tiene más tiempo en la marina que Casio. Casio siente un verdadero aprecio por Otelo, el cual es correspondido. Esto contrasta con el respeto fingido de Yago hacia Otelo.
Al llegar a Chipre, Casio se convierte en blanco de los diabólicos planes de Yago, que no sólo quiere su puesto sino verlo muerto como por ejemplo hacerlo provocar un episodio bochornoso debido a la costumbre de Casio de hacer cosas impredecibles cuando está ebrio, acto que hace que sea degradado. Además, aprovecha que Casio acude a Desdémona para intentar recuperar su puesto al hacerle ver a Otelo que ambos tienen una relación e intenta que Casio termine en un duelo con Rodrigo, un ex pretendiente de Desdémona, para que este último mate a Casio. Sin embargo, esto último no resulta como Yago esperaba.
Al terminar la obra, Casio termina siendo el sobreviviente de ella. Como en casi todas las tragedias de Shakespeare, los personajes principales mueren y siempre queda vivo uno secundario que, aunque suele estar junto al protagonista, no tiene mucha relevancia en la trama o, por el contrario, tiene que confrontar a los villanos para poder sobrevivir. Otros ejemplos shakesperianos son Benvolio de Romeo y Julieta; Horacio de Hamlet; Edgar, el conde de Kent y el duque de Albany de El rey Lear y Malcolm y Macduff de Macbeth. Otro detalle de Casio, es que de los personajes que tienen pareja, es el que mejor trata a la suya, a pesar de que varios personajes la desprecian por ser prostituta.
Emilia es la esposa de Yago. Como manifesté antes, su relación con Yago es todo lo contrario de la que hay entre Otelo y Desdémona. Apenas Otelo se casa con Desdémona, Yago le propone a Otelo convertir a Emilia en dama de compañía de Desdémona, como parte de sus malvados planes porque la usa para poder incriminar a Desdémona y a Casio.
Sin embargo y a diferencia de Yago, Emilia tiene la suficiente moral como para desvelar la maldad de su esposo porque sabe que Desdémona es una mujer virtuosa y buena, que de verdad está enamorada de su esposo pese a su juventud, y no quiere que las mentiras de Yago hagan más daño del que ya han causado. Todo el parlamento de Emilia muestra su verdadera devoción por Desdémona, la cual se puede comparar con la que siente Casio por Otelo.
En la obra se puede recibir un sentimiento negativo en varios personajes: el racismo. Dos de los personajes que muestran este comportamiento son Brabancio y por supuesto, Yago. Brabancio está totalmente en contra de que su hija se case con Otelo por ser moro y cree que este la ha embrujado, pero cuando su hija insiste en seguir con Otelo, se desentiende por completo de ella. En cuanto a Yago, en sus monólogos se manifiesta su evidente odio a Otelo por su etnia, aunque, a diferencia de Brabancio, él finge respeto por su general para mantener su estratagema de destruirlo en secreto.
Hay un caso que hay que analizar con detenimiento: Emilia. Aunque casi al final de la obra ella llama a Otelo moro estúpido, hay que comprender que ella lo dijo al ver la injusticia que él había cometido con Desdémona y lo ingenuo que fue al creer en la palabra de Yago.
Ahora, sólo sabemos que Otelo es de origen africano porque el término moro era y es usado para los habitantes del Mar Mediterráneo de religión musulmana y era aplicado tanto por los árabes como para los bereberes1. Según la página Tv Tropes, Otelo puede ser árabe o bereber como también podía ser un africano subsahariano. En cualquier caso, está claro que Otelo no era cristiano, razón suficiente para ser objeto de odio y de desconfianza.
Para ser una obra cuyo tema son los celos, en realidad los celos de Otelo se manifiestan cuando es manipulado por Yago, haciéndole creer que su esposa y su teniente tienen una relación. Lo más lamentable es que Otelo prefiere dudar de la honra de su esposa y cree en la palabra de alguien que se autoproclama como honrado. Todo ello acaba provocando la desgracia.
Como he dicho ya varias veces, las tragedias de Shakespeare me llaman más la atención que sus comedias porque siento que él les imprimía más sentimiento y ponía lo peor de los seres humanos en ellas. Otelo cumple con su cometido, aunque para mí no está a la altura de El rey Lear o Macbeth. Es una excelente obra que deja una enseñanza: no debes creer todo lo que oyes, la cual sigue siendo vigente. Además, nos muestra como los celos y la manipulación sólo provocan tragedia. Ahora es el momento de buscar a otro militar…

BIBLIOGRAFIA
Shakespeare, W. Otelo, el moro de Venecia.

NOTAS
1 Grupo étnico nativo del norte de África, que se autodenominan i-Mazhgh-en, que significa gente libre u hombres nobles. Poseen lenguas propias (las bereberes, que conforman la rama bereber de la familia lingüística afroasiática) y escriben con su propio alfabeto, el tifinagh. Su religión mayoritaria es el islam sunní y se creen que su población es de entre veinticinco y treinta millones de habitantes. La mayoría de los bereberes viven en Marruecos, Argelia, Libia y Túnez, aunque hay importantes comunidades inmigrantes en Francia, Bélgica, Países Bajos y Canadá.

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