PEER GYNT
Esta semana presento una de las obras más
importantes de Henrik Ibsen, Peer Gynt, que se publicó en 1867, por lo que el
año pasado se celebró el sesquicentenario de la obra. Sin embargo, no se representó
hasta 1876, nueve años después, acompañada por la música del compositor Edvard Grieg.
A diferencia de la mayoría de las obras de
Ibsen, Peer Gynt fue escrita en verso y no fue hecha para ser presentada sobre
tablas sino para ser leída, algo similar al Fausto de Goethe. Esto
es debido a la dificultad de pasar de una escena a otra.
Peer Gynt trata de un joven impetuoso, coqueto
y haragán de nombre homónimo, que tras huir de una boda después de raptar y
abandonar a Ingrid, su ex enamorada, entra a un mundo lleno de seres mágicos,
de fantasía de viajes y de aventuras, buscando la riqueza como primer objetivo.
La obra cuenta con cinco actos, lo que la aleja
del promedio de entre tres actos y cuatro actos que tienen las obras de Ibsen.
El primer acto tiene tres escenas; el segundo, ocho; el tercero, cuatro; el
cuarto, trece, siendo este el acto más largo y el quinto y último, diez.
En los tres primeros actos, se muestra lo peor
de Peer Gynt, siendo perezoso, avaricioso y seductor. Esto se muestra cuando
está poco dispuesto a ayudar en los deberes a su madre viuda y rapta a Ingrid
de su boda, con la que había tenido un noviazgo y que el mismo Peer había
echado a perder.
Tras terminar en el bosque y desdeñar a Ingrid,
se encuentra con la hija del Rey de la Montaña y los dos entran al salón de
este. Este le ofrece convertirse en príncipe de los trolls si se casa con su
hija. Peer rechaza la oferta y ante la negativa, los trolls lo atacan. Sin
embargo, todo parece ser un sueño ya que despierta junto a la hermana de
Solveig, Helga, a la que le pide que le envíe saludos a Solveig.
En el salón del Rey de la Montaña, cuando Peer entra allí. Recomendación: no escuchar con audífonos.
Debido a su deplorable acto con Ingrid, Peer
ahora es una paria de su comunidad y sólo Solveig mantiene contacto con él, al
irse a vivir con él para hacerle compañía y porque está enamorada de él. De
repente, aparece una mujer anciana y un niño que cojea, los cuales son la hija
del Rey de la Montaña y el hijo que Peer Gynt engendró con su mente durante su
estancia en el salón del Rey de la Montaña. Ella le recrimina por abandonarla
tras perder su belleza y le advierte que sufrirá las consecuencias de todas sus
acciones. Tras la muerte de su madre, Peer decide irse y dejar atrás a Solveig.
La muerte de Aase, usada cuando la madre de Peer muere.
En el cuarto acto, Peer Gynt hace un viaje por
Medio Oriente y el norte de África en busca de un lugar donde pueda ser
considerado un rey o un hombre rico. Primero llega a Marruecos, donde se dedica
al tráfico de esclavos y logra una inmensa fortuna; luego es seducido por la
hija de un jefe beduino, que le hace cree que es un profeta sólo para robarle
todo su dinero; se va a El Cairo, acabando en un manicomio en el que sería coronado
como el emperador del yo, pero no lo disfruta.
La mañana, de Edvard Grieg. Aparece al principio del cuarto acto, cuando Peer amanece en Marruecos. Recomendación: no escuchar con audífonos.
Finalmente, en el último acto, después de
varios años y tras sobrevivir al hundimiento de un barco, Peer regresa a
Noruega cansado y envejecido, para vivir en tranquilidad sus últimos años. Pero
allí debe encarar al fundidor de almas, debido a las malas conductas que tuvo
durante gran parte de su vida, algo respaldado por el Rey de la Montaña. Cuando
está por aceptar su condena, Solveig aparece como su testigo y dice que él no
ha cometido ningún pecado, testimonio que el fundidor acepta. Al final, Solveig
le canta una canción mientras el fundido aún espera llevárselo. Esta última
parte indica qué le ocurre al final a Peer Gynt, pero es cuestión de analizarlo
mientras se lee.
En los primeros tres actos, Peer Gynt se
muestra como alguien mujeriego, perezoso, irresponsable y con complejo de
príncipe, que desea tener más de lo que tiene. Tampoco es un hijo obediente y
respetuoso con Åse (también escrito Aase y traducido como Asa en algunas
ediciones), su madre viuda. Lo que más le gusta es seducir mujeres para después
hacerlas a un lado. Esto le generaría problemas en el segundo acto y el tercer
acto.
Hay que tener en cuenta que, pese a que Peer
Gynt se muestra como un héroe designado al principio de la obra, él va evolucionando. Pasa
de ser un hombre totalmente despreocupado, seductor y cobarde en los tres
primeros actos a alguien arrepentido de sus actos, harto
de sus riquezas y dispuesto a terminar sus días en su país natal. También vemos que no le molesta asumir ser condenado por el
fundidor.
Sin embargo, hay una mujer que lo ama de verdad
y esa es Solveig, que al comienzo tiene catorce o quince años, algo que Peer
Gynt, por su naturaleza mujeriega, ignora. Poco a poco ella va entrando en su
corazón, aunque tras la muerte de su madre, la tiene que dejar atrás. Aun así,
ella lo espera y siempre tuvo la certeza de que algún día regresaría.
Solveig tiene la capacidad de ver lo mejor en las personas, incluso en Peer, ya que ella lo salva del Fundidor. Cuando Peer,
extrañado porque Solveig lo defiende contra viento y marea, le pregunta dónde
cree que él ha estado porque ella no lo había visto en muchos años, se produce
el clímax:
“Peer
Gynt: ¡Pues di lo que sepas! ¿Dónde estuve «yo mismo», el íntegro, el
verdadero? ¿Dónde estuve, con el sello de Dios puesto en mi frente?
Solveig:
¡En mi fe, en mi esperanza y en mi amor!
Peer
Gynt (Retrocede, sorprendido): ¿Qué
dices…? ¡Cállate! ¡Son palabras alegres dirigidas al hijo que vive en ti, del
cual eres la propia madre!
Solveig:
Sí, lo soy; pero ¿quién es su padre? Es él quien perdona a ruegos de la madre.
Peer
Gynt (Brillándole la cara al comprender,
grita): ¡Mi madre! ¡Mi esposa! ¡Mujer sin mancha! ¡Ah! ¡Escóndeme,
escóndeme ahí dentro! (La abraza
fuertemente y oculta el rostro en su seno.)”
Acto V, Escena X
La anterior conservación entre Solveig y Peer Gynt muestra que ella
está dispuesta a interceder por él para lograr su salvación en el mundo
terrenal y en el espiritual. Este rol de intermediaria
es el mismo que poseen Gretchen de Fausto e Inés de Ulloa de Don Juan Tenorio. Las
tres se encargan de salvar a los hombres que aman de la condenación y en cierta
forma, logran que los tres no sólo se arrepientan de sus errores, sino que
también que sean absueltos. La única diferencia entre Gretchen e Inés es que
Solveig aún vive y por eso, sirve como testigo de Peer Gynt. El final será
sentimental, pero te deja una gran satisfacción.
Peer Gynt es una obra de teatro que se
diferencia mucho del resto de las obras posteriores de Henrik Ibsen. Involucra
mucho folklore, tanto escandinavo como árabe y egipcio, con la aparición de
trolls y la Esfinge (a la que confunde con el Bøyg1). También involucra
mucha filosofía sobre el yo, ya que en un momento dado a Peer se le cuestiona
si sigue siendo humano o se ha convertido en un troll, por causa de su
comportamiento, además de su evolución personal, pues pasa de desearlo todo a
sólo querer vivir en paz.
Después de haber leído un drama (Casa de
muñecas) y dos tragedias (Los aparecidos y El pato salvaje) de Henrik Ibsen,
Peer Gynt es una joya oculta. Su trama de viaje de búsqueda personal,
mezcolanza de fantasía y realidad y escritura en verso, la hacen atípica, pero
a la vez sientes que tienes ganas de leerla. No es una obra fácil de comprender
debido a la mezcla de realidad y fantasía, sin embargo, es una obra que yo
recomiendo para aquellos que buscan una obra de teatro que no sean las típicas
comedias, tragedias y dramas.
BIBLIOGRAFÍA
Ibsen, H. Peer
Gynt.
NOTA
1 Troll
del folklore escandinavo. Normalmente se lo ubica en el este de Noruega.
Comentarios
Publicar un comentario