LA NARIZ
La entrada de esta semana es el cuento La nariz del escritor ruso
Nikolai Gogol, publicado en 1836 y que trata sobre las apariencias y el
arribismo social, pero que también es un ejemplo de surrealismo y de realismo
mágico. Había visto un fragmento de La nariz en un libro escolar pero sólo
hasta ahora lo he leído completo.
Este cuento está compuesto por tres partes: una primera parte, que
muestra cómo aparece la nariz y a quién pertenece; la segunda parte relata el
encuentro con el dueño original de la nariz, cómo esta se encuentra en una
posición económica mejor que la suya y toda la odisea que tuvo que pasar para
recuperarla. La tercera y última parte es la más corta del cuento y básicamente
cierra toda la trama.
Los protagonistas de La nariz son tres: el barbero Ivan Yakovlevich1
2, el asesor colegiado Platon Kovaliov y por supuesto, la nariz de
Kovaliov, que de alguna forma consigue una vida propia y alcanza un estatus más
alto que el de su dueño. La historia como tal se desarrolla en San Petersburgo,
la antigua capital de los zares.
Ivan Yakovlevich es un barbero de profesión que tiene una gran
clientela tanto en su barbería como fuera de ella. Su principal defecto es su
gusto por el alcohol, que le genera problemas con sus clientes, uno de ellos
Kovaliov. Es Ivan Yakovlevich quien encuentra la nariz de Kovaliov, la reconoce
e incluso intenta deshacerse de ella arrojándola al río Neva, pero un agente de
policía lo detiene.
Platon Kovaliov es un asesor colegiado3 de treinta y siete
años. Es un hombre vanidoso y arribista, preocupado por su posición económica y social y
sobre todo, por su apariencia ante los demás, razón por la cual siempre critica
el mal olor de las manos de Ivan Yakovlevich, su barbero habitual. Su deseo de
escalar lo más alto de la sociedad lo lleva a rechazar a una joven que aunque
de distinguida familia, no poseía ni una dote ni conexiones suficientes para
Kovaliov. Su vanidad y su arribismo sufren un choque cuando de repente
encuentra que le falta su nariz.
La nariz es la tercera protagonista de la historia. Cuando Ivan
Yakovlevich es capturado por la policía, pareciera que se pierde el rastro de
ella pero no es así. En un giro surrealista, la nariz adquiere una vida propia
y se convierte en funcionario, llegando a alcanzar el cargo de consejero de
estado4, tres grados por encima de Kovaliov. La nariz y Kovaliov se
volverían a encontrar en la iglesia de Nuestra Señora de Kazan cuando este
último la reconoce. Ya dentro de la iglesia, Kovaliov le pide a la nariz que
regrese a su rostro pero esta se niega.
Se muestra que Kovaliov intenta todo lo posible para que la nariz
regrese a su rostro pero todos sus esfuerzos son en vano porque la mayoría de
los hombres a los que acude no le creen. Sin embargo, con mucho esfuerzo, Kovaliov
logra colocar un anuncio en el periódico en el que busca a su nariz a pesar de
lo extraño que le parece al empleado que lo atiende.
Con el tiempo logra recuperar su nariz gracias al mismo policía que
detiene a Ivan Yakovlevich. Pero que esta regrese a su rostro no resulta ser
tan fácil como él cree aunque unos días después todo vuelve a ser como antes
para Kovaliov. Finalmente regresa a sus actividades sociales y laborales.
La nariz muestra lo que ocurre cuando nos damos cuenta de la
importancia de las cosas más pequeñas. Cuando Kovaliov pierde su nariz, también
carece de una parte vital enmascarada en un elemento pequeño como lo es la
nariz. Al ser el rostro, por decirlo en cierta forma, la carta de presentación
del ser humano, es necesario para las relaciones y la comunicación. Sin nariz,
Kovaliov no puede mostrar su cara enteramente y por ende, no sólo ha perdido la
facultad de oler sino de relacionarse con los demás.
Pero también da el ejemplo de una persona que le da demasiada
importancia a su aspecto ante los demás y a su posición social y que además, no
está conforme con ello y quiere escalar aún más. Esa es la forma de pensar del
asesor colegiado Kovaliov, que quiere dinero y posición, y como no, si se casa
bien podría obtener ambas cosas. Al no tener nariz, ya no es capaz de conseguir
esos objetivos por el extraño e incluso aterrador aspecto que ahora tiene su
rostro. Peor aún, se sorprende cuando encuentra que su nariz no sólo se ha
convertido en funcionario como él, sino que incluso ha alcanzado un rango más
alto que el suyo.
Sin embargo, lo más sorprendente de este libro es su estilo
surrealista y un poco humorístico. Gogol supo darle un toque extraño al darle
vida propia a un elemento inanimado como una nariz y sacar un poco de humor a
la situación que ocurre entre ella y Kovaliov. Para mí, este cuento resultó
inesperado por su estilo y lo recomiendo para aquellos que les gusten los
cuentos con surrealismo y humor.
Adenda: Como ya mencioné en mi página
de Facebook, se acerca el centenario del natalicio del escritor británico Roald
Dahl, conocido por Charlie y la fábrica de chocolates, James y el melocotón
gigante y Matilda. Voy a hacer una excepción para septiembre: incluiré una
entrada dedicada a Dahl el 17 de septiembre, un día después de su natalicio.
Quiero que dejen un mensaje sobre cuál es la novela de Dahl más querida por
ustedes.
NOTAS
1 Intencionalmente,
Gogol no proporciona el apellido del barbero; sólo su nombre y su patronímico
(Ivan, hijo de Yakov). De la misma forma, tampoco menciona el patronímico de
Kovaliov sino sólo su nombre (aunque este aparece una sola vez en el cuento) y su apellido.
2 Otro ejemplo de la variada romanización
cirílica. Para más información, puede leer El
jardín de los cerezos.
3 Octavo
grado de los catorce que tenían los militares, los funcionarios y los
cortesanos en el Imperio ruso. En rango militar, sería mayor, y en el de corte,
chambelán titular.
4 Quinto
grado entre los rangos del Imperio ruso. Equivalente a brigadier en el área
militar y a mariscal de la corte o gran copero en la corte.
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