EL PADRE SERGIO


Esta semana es el turno de una novela corta: El padre Sergio, del escritor ruso Lev Tolstói. El padre Sergio consta de ocho partes que exploran la vida de un hombre que abandona la vida cómoda y su carrera en el ejército para convertirse en un monje ermitaño.

El padre Sergio, cuyo nombre secular es Stepán Kasatski, era un hombre que en apariencia lo tenía todo: un gran atractivo físico, una prometedora carrera en el ejército, una joven de una familia adinerada con la que pronto se casaría, una vida social más o menos activa… Sin embargo, una confesión por parte de la joven con la que esperaba contraer matrimonio le genera una amarga decepción que lo lleva a abandonarlo todo para entrar en un convento ortodoxo.

Y así, Stepán Kasatski pasa de ser un hombre de sociedad a un hombre que se aísla de esta para alejar de todo lo que él considera tentaciones. Esto se demuestra aún más al tomar el nombre de Sergio y se recluye en su celda, pensando que con ello podría estar lejos del mundo. Sin embargo y lejos de lograr lo que él cree que es su objetivo, muchas personas en Rusia se sienten atraídas al enterarse de esto, algunas con buenas intenciones como pedirle que rece por los enfermos para que estos sanen o que los bendiga y otras con malas intenciones como tentarlo a que sucumba a sus instintos.

A medida que su fama se expande por el país, Sergio se vuelve cada vez más ermitaño, alimentándose cada vez menos y solo saliendo de su celda para conseguir agua, aunque eso solo consigue que las personas quieran seguir acercándose a él para ganar su favor o sus bendiciones. Al entender esto, decide hacer algo que no ha hecho desde hace muchos años: salir de su celda. Esto lo hace con el fin de viajar y buscar a una persona que fue parte de su vida hace muchos años para poder obtener respuestas al porqué sin importar cuanto se aísle de las tentaciones no se puede alejar de ellas.

Y ahí es donde entra en escena Praskovia Mijáilovna «Páshenka», una prima suya con la que jugaba cuando era niño y a la que Sergio recordó al intentar saber por qué no puede alejarse del mundo. Praskovia Mijáilovna era una mujer que tuvo una vida desafortunada luego de contraer matrimonio. Su esposo malgastó su dote y el dinero producto de la venta de la casa familiar y aunque tuvo dos hijos, un hijo y una hija, su único hijo varón falleció a temprana edad. La viudez y el matrimonio de su hija no fueron ningún alivio para ella pues su hija se desposó con un hombre enfermizo que no puede trabajar, por lo que Praskovia Mijáilovna mantiene a su familia dictando lecciones de piano.

A Praskovia Mijáilovna lo único que le da sentido a su vida caótica es acudir a la iglesia, porque siente que esto le da tranquilidad ante lo que escogió y que creyó que sería lo mejor para ella, cuando no fue así. Su deseo de acercarse hace que ella le pasaba lo mismo que al padre Sergio, aunque lo opuesto: siempre quiso alejarse de Dios llevando una vida cotidiana porque creía que eso era lo que esperaba de ella como mujer solo para entender que esa vida no era la que debió llevar, algo que ella misma reconoce. Ante esto, el padre Sergio llega a la misma conclusión que ella, algo que lo lleva no solo a replantearse las decisiones en su vida sino a tomar una que finalmente la dará la tranquilidad que no tuvo cuando lo tenía todo y que tampoco logró cuando se convirtió en monje. Una más acorde con lo que él deseó e intentó evitar durante mucho tiempo.

El padre Sergio muestra uno de los temas más recurrentes en la obra de Tolstói: la búsqueda de las creencias religiosas por parte del ser humano. En la novela tenemos a un hombre que busca en la fe, en la religión y en el aislamiento un refugio para la desilusión y el desencanto que siente hacia su vida. Sin embargo, nunca logra alejarse por completo de las tentaciones, ante las cuales reacciona aislándose cada vez. Pronto el padre Sergio entiende que se refugió en algo que no era la respuesta a su alma atormentada y que siempre evitó algo que en realidad nunca debió dejar atrás.

A pesar de ello, esto no significa que El padre Sergio esté en contra de la religiosidad. No. En realidad, muestra que a veces que la fe es usada como una forma de evadir lo inevitable, de evitar nuestras responsabilidades como seres humanos, algo que no solo raya en el fanatismo religioso sino que está totalmente en contra de los principios del cristianismo. También muestra que a veces una vida libre de cualquier atadura no es la más adecuada para todos al igual que para otros lo es vivir en sociedad. Lo importante es entender que es lo mejor para cada uno.

El padre Sergio es una historia que me hubiera gustado que me inspirara alguna clase de sentimiento, pero ese no es el caso. Si bien me gusta la manera como aborda las dudas que la mente humana puede sufrir, siento que a la historia le falta algo más para ser impactante. Incluso el final el cual, además de breve, también es un poco carente de emoción, aunque uno se puede alegrar de que por fin el padre Sergio por fin encontró sosiego en su alma. No sé si deba recomendar esta novela.

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