REBELIÓN EN LA GRANJA

 

Para terminar el mes de febrero y antes de empezar con un nuevo ciclo literario, esta semana analizaré la novela Rebelión en la granja del escritor británico George Orwell, que se publicó en 1945.

Rebelión en la granja: un cuento de hadas (sí, así es su nombre completo) se compone de un prólogo y 10 capítulos. Sin embargo, ya el prólogo nos da un indicio de que el texto que vamos a leer trata un tema complejo como lo es el régimen estalinista. En él, Orwell critica lo que considera cobardía intelectual por parte de su país y de los círculos literarios británicos al negarse a criticar a Stalin solo porque era parte de los Aliados, a pesar de los atropellos a los derechos humanos que hacía su régimen. El hecho de que Orwell fuera crítico sobre Stalin por sus purgas y su culto a la personalidad en plena Segunda Guerra Mundial llevó a que el manuscrito fuese rechazado por varias editoriales, incluyendo su editor habitual de ese entonces. Por eso, en el prólogo llama a mantener la libertad de expresión y pensamiento, en lugar de criticarla, porque es lo que ha permitido la existencia de la cultura occidental.

«Conozco bien todos los argumentos en contra de la libertad de expresión y de pensamiento, los que afirman que no puede existir y los que defienden que no debería existir. Respondo sencillamente que no me convencen y que nuestra civilización se ha fundado durante más de cuatrocientos años en la idea opuesta. (…) Si tuviese que escoger un texto para justificarme, elegiría el verso de Milton: Por las leyes conocidas de la antigua libertad. La palabra “antigua” subraya el hecho de que la libertad intelectual es una tradición profundamente arraigada sin la cual la cultura occidental apenas podría existir. Si algo significa la libertad es el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír».

p. 10-11

 

Rebelión en la granja es una novela que no necesita presentación: unos animales que se rebelan contra su amo humano e instauran una sociedad en la que todos ellos son iguales, pero al final su autogobierno se convierte en un similar al de su amo. No es una novela fácil de adaptar a medios audiovisuales, algo que se ve en sus dos adaptaciones: una animada de 1954 y un telefilme de acción en vivo de 1999. Ninguna de las dos le hace justicia al material fuente, por lo que no las recomiendo. Habrá que esperar al estreno de la adaptación dirigida por Andy Serkis, para saber si tendremos por fin una adaptación decente o una nueva decepción.

Como casi todos los personajes son animales, los dividiré por especies, primeros los cerdos, que son la clase dominante de la Granja Animal; luego los equinos, ya sean burros o caballos; y los humanos, que buscan recobrar el control de la granja. Todos ellos representan una alegoría a la Revolución Rusa y al régimen de Stalin.

El Viejo Comandante es el más anciano de los cerdos y, por lo tanto, el animal más sabio. Su emotivo y lógico discurso antes de su muerte siembra las semillas de la Rebelión animal pues insta a los animales a dejar de ser esclavos del granjero Jones y a luchar por su derecho a ser libres y a ser iguales.

Bola de Nieve es uno de los dos cerdos que se encargan de dirigir la Rebelión, luego de la muerte del Comandante. Es elocuente, carismático y lleno de ideas, que busca la igualdad de todos los animales y formar una sociedad en la que pudieran sostenerse por su propia cuenta. Se encarga de estudiar los manejos de la granja a través de los libros que dejó atrás el señor Jones para aprender las técnicas de arado, siembra y cosecha y enseñárselas al resto de los animales, además de alfabetizarlos, o por lo menos lo intenta con aquellos que tienen la capacidad.

Sin embargo, cada vez más entra en conflicto con Napoleón, con el que inicialmente había liderado la Rebelión, que desea el poder para sí mismo y, finalmente, este logra expulsarlo de la granja mediante sus perros criados. Después de ello, su paradero es desconocido y es tomado como chivo expiatorio para cualquier problema en Granja Animal.

Napoleón es el otro cerdo que mantiene una disputa de poder con Bola de Nieve. Carece de la elocuencia de este último, pero en cambio es muy persistente y busca siempre obtener lo que quiere. En un principio y al igual que Bola de Nieve, intenta seguir los principios del Viejo Comandante, pero al final acaba por codiciar el poder para él solo. Por ello, aparte a nueve cachorros que habían nacido poco después de la Rebelión para educarlos como sus seguidores y perseguidores de todo aquel que se le oponga, algo que empieza con Bola de Nieve y luego se extiende al punto de eliminar a cualquiera que se le oponga o que crea que se le opone, tildándolo de traidor y aliado de Bola de Nieve, al que siempre culpa de algún problema, a pesar de que huyó hace tiempo.

Chillón es el cerdo que se encarga de darles las noticias al resto de los animales, es decir, actúa como portavoz de los cerdos. Posteriormente, se convierte en el portavoz de Napoleón, cambia siempre la historia oficial sin que los demás animales se molesten en contradecir porque siguen a lo que Napoleón y Chillón digan sin pensar siquiera. Para evitar que alguien reclame, siempre les recuerda de manera constante que «ninguno de ustedes quiere el regreso de Jones». A decir verdad, el nombre Chillón dice todo sobre él.

Boxeador y Trébol son un par de caballos que han sufrido a manos del señor Jones. Boxeador es el animal de trabajo y Trébol es una yegua que ha dado a luz cuatro veces y sus mismas crías han sido vendidas por el señor, por lo que se sienten victimas del señor Jones y son los que más apoyan la Rebelión.

Sin embargo, Boxeador y Trébol se ven a sí mismos como seres dedicados de forma íntegra al trabajo y nada más, en particular Boxeador, que adopta como frase «Trabajaré más duro», mostrando que solo le interesa trabajar incluso más de lo debido al creer que eso resolverá cualquier problema, algo que le genera preocupación a Trébol, que no le gusta ver como Boxeador se esfuerza de más. Además, Boxeador se convierte en un ferviente seguidor de Napoleón y también adopta como lema «El camarada Napoleón siempre tiene razón». En cuanto a aprender a leer y a escribir, Trébol logra aprender el alfabeto pero no es capaz de leer o escribir palabras, mientras que Boxeador no aprende más allá de las primeras cuatro letras.

La preocupación constante de Trébol resulta ser cierta pues cuando Boxeador se enferma debido a su edad y al exceso de trabajo, Napoleón decide sacarlo de la granja y les hace creer al resto de los animales que es para atención médica, pero solo Trébol, Muriel y Benjamín, que logra leer a la perfección el letrero del carro en el que se llevan a Boxeador, saben la verdad de lo que Napoleón hizo con él.

Benjamín es un burro y el animal más viejo de la granja, siendo uno de los pocos animales, fuera de los cerdos y los perros, que aprende a leer y a escribir y su nivel de lectoescritura es igual al de los cerdos, pero no los usa en su vida debido a su manera de ser, la cual es escéptica y cínica, sentimientos que mantendría durante toda la novela. No interviene entre las continuas peleas entre el resto de los animales con los humanos o entre animales y otros animales porque, para él, «la vida seguiría siendo la misma de siempre: es decir, mala». Junto con Trébol, es el único animal de la época de la Rebelión que sigue con vida para el final de la novela, ya que se mantuvo neutral ante todo lo que ocurría y es el que le lee a Trébol el último mandamiento que quedaba de los siete originales.

Mollie, llamada Marieta en la traducción española, es una mula vanidosa y egocéntrica. Hace parte de la Rebelión Animal, pero luego de que esta tiene éxito ella no logra adaptarse al nuevo modo de vida, al punto de que solo aprende las letras que comprenden su nombre, y nunca se convierte en un animal de trabajo útil, siempre añorando las cintas y el azúcar. Luego de que se descubriera que ella interactúa con humanos de granjas cercanas, Mollie huye hacia otra granja y nunca más se la vuelve a mencionar.

Muriel es una cabra que fue parte de la rebelión contra Jones y, junto con Benjamín, los únicos animales fuera de los cerdos y los perros que saben leer y escribir, aunque su nivel de lectura es menor al de Benjamín. Es ella la que se encarga de leerles a Trébol, que solo puede leer letra por letra, y al resto de los animales, que ni siquiera saben leer, los mandamientos, que van siendo cambiados de poco al acomodo de Napoleón y de los demás cerdos. Para el último capítulo de la novela, se revela que Muriel ha muerto de vejez hace tiempo.

Los perros son, aparte de los cerdos, los únicos animales que aprenden a leer, aunque en realidad ellos lo hacen más para aprender los mandamientos que por deseo de aprender algo más. De hecho, se convierten en los aliados de los cerdos al convertirse en sus animales guardianes y perseguidores de cualquiera que se oponga a Napoleón.

Las ovejas, las vacas y demás animales de la granja hicieron parte de la Rebelión al escuchar el discurso del Viejo Comandante. Sin embargo, demuestran ser seres fáciles de adoctrinar y de manipular, ya que lo único que saben decir, o más bien repetir como loros, es «Cuatro patas, sí; dos patas, no», lema que cambiaría al final.

El señor Jones es el granjero de Granja Solariega, el anterior nombre de la Granja Animal. A causa de su alcoholismo, ha descuidado el manejo de su granja, algo de lo que se aprovechan el resto de los animales que, inspirados por el último discurso del Viejo Comandante, se rebelan en su contra y lo obligan a huir para siempre. Intenta recuperar la granja pero el resto de los granjeros deciden no ayudarlo, por lo que termina sus días en un asilo para borrachos en otro lugar de Inglaterra.

Moisés es el cuervo mascota del señor Jones. Siempre les habla a los animales de que, cuando mueran, irán al Monte Caramelo. Desaparece cuando el granjero huye, pero Napoleón le permite regresar años después para darles el mismo sermón, en el cual muchos de los animales no le creen o le creen a medias.

El señor Frederick es el dueño de la Granja Campocorto, vecino de la Granja Animal. Su granja es más pequeña que Granja Animal y que Monterraposo, la otra granja cercana, pero la suya está mejor cuidada. Teme a Granja Animal dada la rebelión que expulsó a Jones pero aun así mantiene tratos con Napoleón, como cuando les compra la madera. De él se cuentan historias de que es abusivo con sus animales, al punto de matarlos por el más mínimo motivo y es amante de las peleas de gallos1. También es muy pendenciero y le gusta regatear. Tiempo después de que el intercambio de la madera no resultara bien, Frederick llega con sus hombres a atacar Granja Animal e invadirla, pero los animales resisten contra él, no sin dificultad y un gran número de bajas. No tiene buenas relaciones con su otro vecino, el señor Pilkington.

El señor Pilkington es el otro granjero vecino de Granja Animal, siendo él el dueño de Monterraposo, una granja más grande que Campocorto aunque menos cuidada, requiriendo de más hombres que Frederick para mantenerla. A diferencia del señor Jones, no es dado al alcohol, prefiriendo cazar o pescar. Es mucho más benévolo con sus animales que Frederick, al que desprecia, pero ante la Rebelión de los animales que sacó a Jones, teme que los suyos hagan lo mismo. Eso sí, ello no le impide hacer tratos con Napoleón, como se ve al final de la novela.

Toda la novela es una alegoría sobre la Revolución, la creación de la Unión Soviética y parte de la Segunda Guerra Mundial. La Rebelión es una referencia a la Revolución Rusa con los animales representando a los bolcheviques y al granjero Jones al zar Nicolás II. Todo lo que sigue hace alusión a los primeros años de la Unión Soviética (la lucha de poder entre Stalin y Trotski tras la muerte de Lenin, la Gran Purga) y hechos de la Segunda Guerra Mundial como el Pacto Molotov-Ribbentrop2, la Operación Barbarroja3 o la Alianza entre el Reino Unido y la Unión Soviética para hacer frente a los Nazis y el comienzo de la Guerra Fría.

Como dije antes, muchos animales a representan figuras políticas soviéticas o a algún grupo de personas relacionadas con una sociedad de corte socialista. Un ejemplo de ello es el Viejo Comandante, el cual hace alusión tanto a Karl Marx como a Vladimir Lenin. Así como Karl Marx propagó sus teorías sobre el socialismo, los cuales también adoptaron Lenin y sus colaboradores, el Viejo Comandante hace lo mismo que los dos anteriores al dar un discurso sobre la igualdad entre animales, cómo los hombres los explotan y cómo ellos mismos podrían convertirse en una sociedad autosostenible e igualitaria.

Bola de Nieve representa a León Trotski, que buscaba seguir las ideas del marxismo-leninismo e implantar ideas como militarizar a los trabajadores e industrializar la agricultura. Pero tras la muerte de Lenin y luego de que Stalin consiguiera aliados que lo apoyaran (algo que Trotski no se molestó en hacer pues, de acuerdo con las biografías, prefería trabajar en solitario), este último lo despojó de todos sus cargos, acusándolo de intentar debilitar al partido y lo envió al exilio. Incluso así, Stalin buscó la forma de deshacerse de su antiguo camarada y posterior enemigo, llevándolo a realizar atentados en contra de Trotski, hasta que finalmente tendría éxito en 1940. El ataque de los perros de Napoleón hacia Bola de Nieve y su posterior huida de Granja Animal es una alegoría de su exilio a manos de Stalin.

Y hablando de Stalin, es obvio que Napoleón está basado en él. Cuando decide apartar a nueve cachorros para criarlos por su cuenta y reaparecen como perros feroces que atacan a cualquier foco disidente, es una alusión a la creación de NKVD, el órgano de seguridad durante la época estalinista. Y también es evidente que la lucha de poder entre Bola de Nieve y Napoleón es una alegoría a la disputa entre Trotski y Stalin, la cual, al parecer, siempre fue un motivo de problema entre los miembros, incluso durante la complicada época de la Guerra Civil Rusa4.

La purga que surge tras el ascenso de Napoleón, que busca apagar cualquier foco de rebelión, representa a la Gran Purga, en la que Stalin exilió y ejecutó a todo aquel que se le opusiera o que intentara hacerle sombra, es decir, a cualquiera que pudiera ser una amenaza para su poder. De la misma manera, Napoleón hace lo mismo con los animales que ve como sus enemigos, por lo que hace que sus perros espíen y torturen a otros animales para que los hagan confesar delitos que ni siquiera han cometido.

Por su parte, Chillón representa a la propaganda soviética, en particular el que se consideraba su diario oficial: Pravda5. De la misma forma como el gobierno soviético ocultaba o alteraba la información a los ciudadanos, Chillón da noticias o anuncios que han sido modificados por órdenes de Napoleón o cambia la historia de manera que se favorezca a Napoleón y se muestre a Bola de Nieve como traidor a la Rebelión o incluso como agente oculto de Jones.

Boxeador representa a los trabajadores estajanovistas, un término que viene de un obrero llamado Alekséi Stájanov, del que se dice que extrajo en 6 horas 102 toneladas de carbón, algo que lo convirtió en un símbolo para la Unión Soviética pues Stájanov fue promocionado como un trabajador que creía en su capacidad de realizar trabajo duro para obtener una mejor producción. Precisamente, en eso cree Boxeador con su mantra «Trabajaré más duro», creyendo que el trabajo duro es lo mejor. El estajanovismo fue un movimiento bastante promocionado por Stalin, tal como hace Napoleón cuando homenajea a Boxeador en el penúltimo capítulo y les dice a los animales que tomen los lemas de Boxeador como propios. En cuanto a Trébol, se puede decir que ella representa a las obreras que también se sumaron a la Revolución.

Benjamín representa a los intelectuales, pero también a los adultos mayores. ¿Por qué? Por un lado, es el único de los animales que puede leer y escribir y que lo hace a un nivel avanzado. De hecho, se dice que «leía tan bien como cualquier cerdo» (Orwell, p. 22). Por otro lado y además, junto con Muriel, es el único que sabe y entiende la tiranía que los cerdos están implementando, pero no toma ningún tipo de acción para impedirlo, alegorizando a los intelectuales que sabían sobre los actos de Stalin y que no hicieron nada para evitarlos, tal vez para evadir ser parte de las purgas o simplemente por inacción voluntaria. En una analogía, cuando Benjamín le lee el último mandamiento a Trébol, él se da cuenta de que las actitudes antropomorfas de los cerdos ahora son vistas como algo normal por el resto de los animales y de que ya es muy tarde para frenar a Napoleón.

¿Por qué Benjamín también representa a la tercera edad? Bueno, por lo general este grupo de edad tiende a ver las cosas sin mucha esperanza y con bastante cinismo porque ya han vivido mucho y consideran que un cambio de mando en un gobierno no significa un vuelco a lo establecido. Para ellos, todo será siempre igual.

Para algunos resultará curioso que la clase intelectual sea representada por un burro, un animal asociado a la falta de inteligencia; pero de acuerdo con los expertos, en realidad el burro es más inteligente que el caballo en ciertos aspectos, por lo que no sorprende que Orwell haya elegido a un burro para simbolizar a la clase intelectual.

Mollie representa a los rusos blancos, es decir, aquellos que eran simpatizantes del zarismo, y a la burguesía rusa, algo que se ve en su personalidad vanidosa. Todos esos grupos abandonaron tan pronto como los bolcheviques tomaron el poder y se hizo evidente que estos últimos se hicieron con el establecimiento que alguna vez los benefició.

En cuanto a Muriel, ella hace alusión a los que no estaban tan adoctrinados o tenían suficiente sentido común para entender lo mucho que se corrompieron los ideales de la Revolución Rusa, pero que no sabían todo lo ocurría o que carecen de influencia para hacer algo. Las ovejas simplemente simbolizan a las masas adoctrinadas, que siguen las reglas sin chistar ni tener algún tipo de pensamiento crítico. Esto es evidente al recitar siempre el lema «Cuatro patas sí, dos patas no», pero en el último capítulo lo cambian a «Cuatro patas sí, dos patas mejor».

Como se ha dicho antes, el señor Jones representa a Nicolás II. El estado de la granja y su actitud de desidia hacia ella es una alegoría al pésimo estado de Rusia durante su reinado, el cual siguió varias medidas y políticas de su padre, el zar Alejandro III, debido a su falta de preparación en su rol y su propia personalidad. A diferencia de Jones, Nicolás II no era un alcohólico; de hecho, era un esposo y padre ejemplar, pero no solo no había recibido la educación para su rol como zar (su padre nunca le permitió ser parte de las reuniones con los ministros), sino que tampoco tenía el temperamento para ello ni mucho menos quería ser zar, por lo que a menudo dejaba que los ministros tomaran las medidas por él. Cuando él llegaba a tomar decisiones, estas solo causaban más daño que bien. Todo ello provocó la Revolución Rusa que terminó con su derrocamiento, al igual que los animales hicieron con el señor Jones.

Como pasó con el señor Jones, al cual sus vecinos granjeros no solo no se molestaron en ayudar sino que intentaron aplacar la Rebelión por su propia cuenta para apoderarse de ella o evitar que sus propios animales se rebelaran, de la misma forma muchos de los reyes o gobernantes de Europa se mostraron indiferentes en ayudar a Nicolás II y a su familia o rechazaron tenerlos en su país como refugiados6. Aunque el señor Jones no sufre una trágica muerte como la que tuvo Nicolás II, tampoco tiene un final feliz.

El cuervo Moisés es una alegoría a la Iglesia Ortodoxa Rusa, que Orwell muestra como una institución oportunista, en el sentido de que siguen al exilio a los que respaldaba pero luego regresa para apoyar al gobierno en beneficio propio y mutuo. Del mismo modo, la Iglesia Ortodoxa Rusa vio su actividad suprimida (con su Sínodo Gobernante siendo abolido en 1917) o restringida luego de la Revolución Rusa puesto que los bolcheviques buscaban la separación entre la iglesia y el estado. De hecho, Tijon, el patriarca de aquella época, tuvo que permitir ramas adjuntas a la IOR7 que no estuvieran sujetas al Patriarcado de Moscú (como la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio) y se mostró en contra de la persecución a los disidentes hasta que fue encarcelado durante un año entero, viéndose obligado a claudicar para evitar más persecución a los clérigos e incluso la desaparición del Patriarcado de Moscú, máxima autoridad de la IOR.

Tras la muerte en extrañas circunstancias de Tijon y con la coronación de Sergio I, este declaró su lealtad al gobierno soviético en 1927. Por eso y por el hecho de que Stalin y la IOR se colaboraron de forma mutua durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la destrucción de muchas edificaciones religiosas, son las razones por la que George Orwell la considera oportunista.

Es evidente que el señor Frederick es una alegoría a nada más y nada menos que a Hitler. ¿Por qué? El hecho de que le guste matar animales por el más débil motivo representa su persecución a los judíos y a los grupos de izquierda y el posterior exterminio en los campos de concentración. Cuando se menciona que su granja, Campocorto, es más pequeña que Granja Animal y Monterraposo, la granja del señor Pilkington, es una alusión al tamaño de Alemania comparada con la Unión Soviética y el Imperio Británico. Además, la negociación por la madera entre él y Napoleón y la posterior invasión del señor Frederick a Granja Animal son referencias al Pacto Molotov-Ribbentrop y a la invasión de Alemania a la Unión Soviética, más conocida como Operación Barbarroja.

En cuanto al señor Pilkington, hace alegoría al primer ministro británico Winston Churchill. El hecho de su granja Monterraposo sea tan grande como Granja Animal pero que al mismo tiempo esté un poco descuidada es una alegoría al Imperio Británico, el cual estaba empezando a tener síntomas de debilitamiento para ese entonces, a causa de los movimientos independentistas, que comenzaban a hacer fuertes antes, durante y, sobre todo, después de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, en la posguerra dichos movimientos cobrarían más fuerza y culminarían en la independencia de varios países, en lo que sería la descolonización y el derrumbe del Imperio Británico. Por lo tanto, el estado de Monterraposo era el mismo del Imperio Británico: grande pero desatendido en muchas zonas y destinado a perder importancia y tamaño.

La novela es una clara crítica al estalinismo y a sus excesos. Para Orwell, la Revolución Rusa fue un evento que atrajo a muchas personas deseosas de cambiar un sistema que los oprimía pero que, al final, acabó convirtiéndose en algo similar a lo que ellos combatieron. Así como el señor Jones explotaban a sus animales, los cerdos terminaron haciendo lo mismo con el resto de animales e incluso adoptaron costumbres humanas, como se ve al final y las cuales ellos mismos tanto repudiaron. Sin embargo, esto también es aplicable a cualquier movimiento político que logre el poder, pero que a la larga se corrompe.

Además, nos muestra como esa libertad con la que muchos animales soñaron resulta ser nada más que una utopía, pues el gobierno que establece cambia las leyes y la historia con frecuencia como se ve en los casos de Bola de Nieve, la Batalla del Establo y la Batalla del Molino de Viento, haciendo ver a Napoleón en estos dos últimos como el animal que los dirigió cuando en realidad se escondió, al igual que hicieron lo mismo con Stalin. Además, prohíbe el himno que el Viejo Comandante les enseñó a los animales y en su lugar deben cantar uno que adula a Napoleón. Del mismo modo Stalin hizo cambiar La Internacional, que fue el primer himno de la Unión Soviética (aunque nunca lo prohibió), por un himno patriótico y más local, en el que se lo exaltara tanto a él como a Lenin8.

En Rebelión en la granja también es posible ver como las alianzas entre granjeros cambian de acuerdo a la conveniencia. Un ejemplo de ello es cuando Napoleón hace una alianza con Frederick para que este les pueda comprar la madera y ellos usen el dinero para comprar elementos que no se producen en Granja Animal. Cuando la transacción no sale bien y Frederick invade sin éxito Granja Animal, luego Napoleón se alía con Pilkington y todo parece ir bien pero el final nos da varias pistas de cómo terminará esta alianza. Del mismo modo, esto ocurre entre los mandatarios de nuestros países, que cambian de aliados de acuerdo a lo que mejor les convenga.

Rebelión en la granja también me recuerda un poco a El gatopardo, algo raro si se tiene en cuenta las diferencias políticas entre una novela y otra. Es por esa visión tan cínica y ácida de la política que ambas poseen, ya que las dos novelas nos dejan claro que, aunque el poder cambie de manos, la situación de los que no pertenecen a la elite siempre será la misma. La única diferencia es que en El gatopardo no hay muchos personajes que no pertenecen a la elite, solo en el capítulo dedicado al padre Pirrone podemos ver cómo vivían los sicilianos en la segunda mitad del siglo XIX y no es que dé muchos detalles.

Rebelión en la granja refleja bastante el desprecio de George Orwell por el autoritarismo en cualquier sistema, ya sea capitalista o comunista. Para él, si debe haber igualdad pero también creía que el pueblo tenía derecho de decidir por sí mismo. Sin embargo, eso también depende de nosotros, pues si hay una lección que nos deja Rebelión en la granja es que debemos estar informados, educarnos y dejar a un lado la indiferencia, ya esta es la diferencia entre pensar de manera crítica o seguir y repetir ciegamente la información que nos llega. Por esto, recomiendo mucho su lectura.

NOTAS

1 Las peleas de gallos están prohibidas en el Reino Unido desde 1835, cuando se promulgó la Ley de Crueldad contra los Animales.

2 También conocido como pacto germano-soviético, fue un pacto de no agresión entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética en el que se dividieron Europa Oriental entre ellas. Entre las cláusulas del pacto se estableció que ninguno de los dos países debía aliarse o ayudar a sus enemigos, se incluyó el Protocolo Secreto (que se daría a conocer durante los Juicios de Nuremberg), el cual definiría fronteras de países que Alemania y la Unión Soviética querían bajo su zona de influencia. El pacto se terminó el 22 de junio de 1941 cuando Alemania inició la Operación Barbarroja e invadió a la Unión Soviética.

3 Nombre con el que se le conoció a la invasión de la Unión Soviética por parte de la Alemania Nazi. El objetivo era, en gran medida, ideológico y económico, puesto que la Alemania Nazi deseaba conquistar el oeste de la Unión Soviética, exterminar a los pueblos eslavos que vivían allí para repoblarlo con alemanes, usar a los pueblos conquistados como trabajadores esclavos y germanizarlos, adquirir las reservas de petróleo del Caucaso y los recursos agrícolas que los soviéticos tenían en varios de sus territorios. Si bien los nazis tuvieron un éxito inicial mediante la captura de soldados soviéticos, matarlos de hambre, usar esta misma arma contra los civiles eslavos y asesinar a los judíos que vivían allí, pronto la operación se estancó en la Batalla de Moscú mientras que los soviéticos demostraron resistencia a los ataques nazis y usaron la guerra de desgaste contra ellos, algo sin precedentes para los alemanes, y sus siguientes operaciones para entrar aún más al territorio soviético fallaron, algo que significó la derrota de la Wehmacht (las fuerzas armadas de la Alemania Nazi). Su nombre se debe al emperador del Sacro Imperio Romano del siglo XII, Federico Barbarroja.

4 Conflicto armado que surgió entre el Ejército Rojo, afín al gobierno bolchevique recién establecido; el Movimiento Blanco, que buscaban restaurar la monarquía y eran apoyados por varias naciones extranjeras; y movimientos contrarios a los bolcheviques pero que tampoco eran afines a los monárquicos, como los anarquistas, los socialrevolucionarios de izquierda y otros grupos socialistas rivales. Aunque el Ejército Blanco hizo varios ataques, pronto el Ejército Rojo logró contraatacar, defenderse de manera adecuada y derribar a pequeñas repúblicas que el Ejército Blanco establecía. De a poco el Ejército Blanco perdió fuerza hasta que finalmente el Ejército Rojo entró en Vladisvostok el 25 de octubre de 1922, acabando con la última república creada por el Movimiento Blanco y, con ella, finalizó la guerra.

5 Periódico fundado en 1912 y fue el periódico oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética, siendo uno de los periódicos más influyentes en el país. Con la Revolución Rusa, cobró popularidad y se convirtió en el órgano principal del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1912 y 1991. Luego de que la Unión Soviética se desintegrara en 1991, el entonces presidente ruso Boris Yeltsin lo vendió a los Yannikosis, una familia griega de empresarios, pero al año siguiente una disputa entre los dueños y los periodistas hizo que el periódico se dividiera en dos entidades: la mencionada en cuestión y que el Partido Comunista de Rusia le compró a los Yannikosis en 1997 y otra, Pravda Online (actual Pravda.ru), un diario en línea (online) por ex periodistas de Pravda. Hoy en día Pravda y Pravda.ru coexisten bajo un acuerdo de uso de marca, aunque son dos entidades distintas.

6 El rey de España, Alfonso XIII, fue el único que intentó hacer lo posible para que Nicolás II y su familia se exiliaran en su país (hay que tener en cuenta que la esposa de Nicolás II, Alejandra Fiódorovna, era prima de la esposa de Alfonso XIII, Victoria Eugenia de Battenberg). Sin embargo, no encontró apoyo entre los políticos y sus consejeros reales, que temían que la llegada de los Romanov a España creara protestas entre los republicanos y los grupos de izquierda, que empezaban a tomar fuerza en el país ibérico. Se dice que la incapacidad de Alfonso XIII en ayudar a Nicolás II y a su familia fue algo que lo persiguió el resto de su vida.

7 A partir de aquí, me referiré a la Iglesia Ortodoxa Rusa por sus siglas.

8 El himno de la Unión Soviética fue compuesto en 1943 para reemplazar a La Internacional tras la disolución del Komintern (Internacional Comunista) y como una forma de que la Unión Soviética mantuviera su alianza con los Aliados. Durante la desestalinización, las letras dedicadas a Stalin ya no se consideraron aceptables, por lo que el himno quedó sin letra hasta 1977, cuando se compuso una nueva letra en la que las referencias a Stalin fueron eliminadas. Como dato curioso, Serguéi Mijalkov hizo la letra de ambas versiones, la primera junto a Gabriel El-Reguistán, y también la del actual Himno de Rusia.

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