REBELIÓN EN LA GRANJA
Para terminar el mes de febrero y antes de empezar con un nuevo ciclo literario, esta semana analizaré la novela Rebelión en la granja del escritor británico George Orwell, que se publicó en 1945.
Rebelión en la granja: un cuento de hadas (sí, así es su nombre
completo) se compone de un prólogo y 10 capítulos. Sin embargo, ya el prólogo
nos da un indicio de que el texto que vamos a leer trata un tema complejo como
lo es el régimen estalinista. En él, Orwell critica lo que considera cobardía
intelectual por parte de su país y de los círculos literarios británicos al
negarse a criticar a Stalin solo porque era parte de los Aliados, a pesar de
los atropellos a los derechos humanos que hacía su régimen. El hecho de que
Orwell fuera crítico sobre Stalin por sus purgas y su culto a la personalidad
en plena Segunda Guerra Mundial llevó a que el manuscrito fuese rechazado por
varias editoriales, incluyendo su editor habitual de ese entonces. Por eso, en
el prólogo llama a mantener la libertad de expresión y pensamiento, en lugar de
criticarla, porque es lo que ha permitido la existencia de la cultura
occidental.
«Conozco bien todos los
argumentos en contra de la libertad de expresión y de pensamiento, los que
afirman que no puede existir y los que defienden que no debería existir.
Respondo sencillamente que no me convencen y que nuestra civilización se ha
fundado durante más de cuatrocientos años en la idea opuesta. (…) Si tuviese
que escoger un texto para justificarme, elegiría el verso de Milton: Por las leyes conocidas de la antigua
libertad. La palabra “antigua” subraya el hecho de que la libertad
intelectual es una tradición profundamente arraigada sin la cual la cultura
occidental apenas podría existir. Si algo significa la libertad es el derecho a
decirle a la gente lo que no quiere oír».
p. 10-11
Rebelión en la granja es una novela que no necesita presentación:
unos animales que se rebelan contra su amo humano e instauran una sociedad en
la que todos ellos son iguales, pero al final su autogobierno se convierte en
un similar al de su amo. No es una novela fácil de adaptar a medios
audiovisuales, algo que se ve en sus dos adaptaciones: una animada de 1954 y un
telefilme de acción en vivo de 1999. Ninguna de las dos le hace justicia al material
fuente, por lo que no las recomiendo. Habrá que esperar al estreno de la
adaptación dirigida por Andy Serkis, para saber si tendremos por fin una
adaptación decente o una nueva decepción.
Como casi todos los personajes son animales, los dividiré por especies,
primeros los cerdos, que son la clase dominante de la Granja Animal; luego los
equinos, ya sean burros o caballos; y los humanos, que buscan recobrar el
control de la granja. Todos ellos representan una alegoría a la Revolución Rusa
y al régimen de Stalin.
El Viejo Comandante es el más anciano de los cerdos y, por lo
tanto, el animal más sabio. Su emotivo y lógico discurso antes de su muerte
siembra las semillas de la Rebelión animal pues insta a los animales a dejar de
ser esclavos del granjero Jones y a luchar por su derecho a ser libres y a ser
iguales.
Bola de Nieve es uno de los dos cerdos que se encargan de dirigir
la Rebelión, luego de la muerte del Comandante. Es elocuente, carismático y
lleno de ideas, que busca la igualdad de todos los animales y formar una
sociedad en la que pudieran sostenerse por su propia cuenta. Se encarga de
estudiar los manejos de la granja a través de los libros que dejó atrás el
señor Jones para aprender las técnicas de arado, siembra y cosecha y enseñárselas
al resto de los animales, además de alfabetizarlos, o por lo menos lo intenta
con aquellos que tienen la capacidad.
Sin embargo, cada vez más entra en conflicto con Napoleón, con el
que inicialmente había liderado la Rebelión, que desea el poder para sí mismo
y, finalmente, este logra expulsarlo de la granja mediante sus perros criados.
Después de ello, su paradero es desconocido y es tomado como chivo expiatorio
para cualquier problema en Granja Animal.
Napoleón es el otro cerdo que mantiene una disputa de poder con
Bola de Nieve. Carece de la elocuencia de este último, pero en cambio es muy
persistente y busca siempre obtener lo que quiere. En un principio y al igual
que Bola de Nieve, intenta seguir los principios del Viejo Comandante, pero al
final acaba por codiciar el poder para él solo. Por ello, aparte a nueve
cachorros que habían nacido poco después de la Rebelión para educarlos como sus
seguidores y perseguidores de todo aquel que se le oponga, algo que empieza con
Bola de Nieve y luego se extiende al punto de eliminar a cualquiera que se le
oponga o que crea que se le opone, tildándolo de traidor y aliado de Bola de
Nieve, al que siempre culpa de algún problema, a pesar de que huyó hace tiempo.
Chillón es el cerdo que se encarga de darles las noticias al resto
de los animales, es decir, actúa como portavoz de los cerdos. Posteriormente,
se convierte en el portavoz de Napoleón, cambia siempre la historia oficial sin
que los demás animales se molesten en contradecir porque siguen a lo que
Napoleón y Chillón digan sin pensar siquiera. Para evitar que alguien reclame,
siempre les recuerda de manera constante que «ninguno de ustedes quiere el
regreso de Jones». A decir verdad, el nombre Chillón dice todo sobre él.
Boxeador y Trébol son un par de caballos que han sufrido a manos
del señor Jones. Boxeador es el animal de trabajo y Trébol es una yegua que ha
dado a luz cuatro veces y sus mismas crías han sido vendidas por el señor, por
lo que se sienten victimas del señor Jones y son los que más apoyan la Rebelión.
Sin embargo, Boxeador y Trébol se ven a sí mismos como seres
dedicados de forma íntegra al trabajo y nada más, en particular Boxeador, que
adopta como frase «Trabajaré más duro», mostrando que solo le interesa trabajar
incluso más de lo debido al creer que eso resolverá cualquier problema, algo
que le genera preocupación a Trébol, que no le gusta ver como Boxeador se
esfuerza de más. Además, Boxeador se convierte en un ferviente seguidor de
Napoleón y también adopta como lema «El camarada Napoleón siempre tiene razón».
En cuanto a aprender a leer y a escribir, Trébol logra aprender el alfabeto
pero no es capaz de leer o escribir palabras, mientras que Boxeador no aprende
más allá de las primeras cuatro letras.
La preocupación constante de Trébol resulta ser cierta pues cuando
Boxeador se enferma debido a su edad y al exceso de trabajo, Napoleón decide
sacarlo de la granja y les hace creer al resto de los animales que es para
atención médica, pero solo Trébol, Muriel y Benjamín, que logra leer a la
perfección el letrero del carro en el que se llevan a Boxeador, saben la verdad
de lo que Napoleón hizo con él.
Benjamín es un burro y el animal más viejo de la granja, siendo uno
de los pocos animales, fuera de los cerdos y los perros, que aprende a leer y a
escribir y su nivel de lectoescritura es igual al de los cerdos, pero no los
usa en su vida debido a su manera de ser, la cual es escéptica y cínica,
sentimientos que mantendría durante toda la novela. No interviene entre las
continuas peleas entre el resto de los animales con los humanos o entre
animales y otros animales porque, para él, «la vida seguiría siendo la misma de
siempre: es decir, mala». Junto con Trébol, es el único animal de la época de
la Rebelión que sigue con vida para el final de la novela, ya que se mantuvo
neutral ante todo lo que ocurría y es el que le lee a Trébol el último
mandamiento que quedaba de los siete originales.
Mollie, llamada Marieta en la traducción española, es una mula vanidosa
y egocéntrica. Hace parte de la Rebelión Animal, pero luego de que esta tiene
éxito ella no logra adaptarse al nuevo modo de vida, al punto de que solo aprende
las letras que comprenden su nombre, y nunca se convierte en un animal de
trabajo útil, siempre añorando las cintas y el azúcar. Luego de que se
descubriera que ella interactúa con humanos de granjas cercanas, Mollie huye
hacia otra granja y nunca más se la vuelve a mencionar.
Muriel es una cabra que fue parte de la rebelión contra Jones y,
junto con Benjamín, los únicos animales fuera de los cerdos y los perros que
saben leer y escribir, aunque su nivel de lectura es menor al de Benjamín. Es
ella la que se encarga de leerles a Trébol, que solo puede leer letra por
letra, y al resto de los animales, que ni siquiera saben leer, los
mandamientos, que van siendo cambiados de poco al acomodo de Napoleón y de los
demás cerdos. Para el último capítulo de la novela, se revela que Muriel ha
muerto de vejez hace tiempo.
Los perros son, aparte de los cerdos, los únicos animales que
aprenden a leer, aunque en realidad ellos lo hacen más para aprender los
mandamientos que por deseo de aprender algo más. De hecho, se convierten en los
aliados de los cerdos al convertirse en sus animales guardianes y perseguidores
de cualquiera que se oponga a Napoleón.
Las ovejas, las vacas y demás animales de la granja hicieron parte
de la Rebelión al escuchar el discurso del Viejo Comandante. Sin embargo,
demuestran ser seres fáciles de adoctrinar y de manipular, ya que lo único que
saben decir, o más bien repetir como loros, es «Cuatro patas, sí; dos patas, no»,
lema que cambiaría al final.
El señor Jones es el granjero de Granja Solariega, el anterior
nombre de la Granja Animal. A causa de su alcoholismo, ha descuidado el manejo
de su granja, algo de lo que se aprovechan el resto de los animales que,
inspirados por el último discurso del Viejo Comandante, se rebelan en su contra
y lo obligan a huir para siempre. Intenta recuperar la granja pero el resto de
los granjeros deciden no ayudarlo, por lo que termina sus días en un asilo para
borrachos en otro lugar de Inglaterra.
Moisés es el cuervo mascota del señor Jones. Siempre les habla a
los animales de que, cuando mueran, irán al Monte Caramelo. Desaparece cuando
el granjero huye, pero Napoleón le permite regresar años después para darles el
mismo sermón, en el cual muchos de los animales no le creen o le creen a medias.
El señor Frederick es el dueño de la Granja Campocorto, vecino de
la Granja Animal. Su granja es más pequeña que Granja Animal y que Monterraposo,
la otra granja cercana, pero la suya está mejor cuidada. Teme a Granja Animal
dada la rebelión que expulsó a Jones pero aun así mantiene tratos con Napoleón,
como cuando les compra la madera. De él se cuentan historias de que es abusivo
con sus animales, al punto de matarlos por el más mínimo motivo y es amante de
las peleas de gallos1. También es muy pendenciero y le gusta
regatear. Tiempo después de que el intercambio de la madera no resultara bien,
Frederick llega con sus hombres a atacar Granja Animal e invadirla, pero los
animales resisten contra él, no sin dificultad y un gran número de bajas. No
tiene buenas relaciones con su otro vecino, el señor Pilkington.
El señor Pilkington es el otro granjero vecino de Granja Animal,
siendo él el dueño de Monterraposo, una granja más grande que Campocorto aunque
menos cuidada, requiriendo de más hombres que Frederick para mantenerla. A
diferencia del señor Jones, no es dado al alcohol, prefiriendo cazar o pescar.
Es mucho más benévolo con sus animales que Frederick, al que desprecia, pero
ante la Rebelión de los animales que sacó a Jones, teme que los suyos hagan lo
mismo. Eso sí, ello no le impide hacer tratos con Napoleón, como se ve al final
de la novela.
Toda la novela es una alegoría sobre la Revolución, la creación de
la Unión Soviética y parte de la Segunda Guerra Mundial. La Rebelión es una
referencia a la Revolución Rusa con los animales representando a los
bolcheviques y al granjero Jones al zar Nicolás II. Todo lo que sigue hace alusión
a los primeros años de la Unión Soviética (la lucha de poder entre Stalin y
Trotski tras la muerte de Lenin, la Gran Purga) y hechos de la Segunda Guerra
Mundial como el Pacto Molotov-Ribbentrop2, la Operación Barbarroja3
o la Alianza entre el Reino Unido y la Unión Soviética para hacer frente a los
Nazis y el comienzo de la Guerra Fría.
Como dije antes, muchos animales a representan figuras políticas
soviéticas o a algún grupo de personas relacionadas con una sociedad de corte
socialista. Un ejemplo de ello es el Viejo Comandante, el cual hace alusión
tanto a Karl Marx como a Vladimir Lenin. Así como Karl Marx propagó sus teorías
sobre el socialismo, los cuales también adoptaron Lenin y sus colaboradores, el
Viejo Comandante hace lo mismo que los dos anteriores al dar un discurso sobre
la igualdad entre animales, cómo los hombres los explotan y cómo ellos mismos podrían
convertirse en una sociedad autosostenible e igualitaria.
Bola de Nieve representa a León Trotski, que buscaba seguir las
ideas del marxismo-leninismo e implantar ideas como militarizar a los
trabajadores e industrializar la agricultura. Pero tras la muerte de Lenin y
luego de que Stalin consiguiera aliados que lo apoyaran (algo que Trotski no se
molestó en hacer pues, de acuerdo con las biografías, prefería trabajar en
solitario), este último lo despojó de todos sus cargos, acusándolo de intentar
debilitar al partido y lo envió al exilio. Incluso así, Stalin buscó la forma
de deshacerse de su antiguo camarada y posterior enemigo, llevándolo a realizar
atentados en contra de Trotski, hasta que finalmente tendría éxito en 1940. El
ataque de los perros de Napoleón hacia Bola de Nieve y su posterior huida de
Granja Animal es una alegoría de su exilio a manos de Stalin.
Y hablando de Stalin, es obvio que Napoleón está basado en él.
Cuando decide apartar a nueve cachorros para criarlos por su cuenta y
reaparecen como perros feroces que atacan a cualquier foco disidente, es una
alusión a la creación de NKVD, el órgano de seguridad durante la época estalinista.
Y también es evidente que la lucha de poder entre Bola de Nieve y Napoleón es
una alegoría a la disputa entre Trotski y Stalin, la cual, al parecer, siempre
fue un motivo de problema entre los miembros, incluso durante la complicada
época de la Guerra Civil Rusa4.
La purga que surge tras el ascenso de Napoleón, que busca apagar
cualquier foco de rebelión, representa a la Gran Purga, en la que Stalin exilió
y ejecutó a todo aquel que se le opusiera o que intentara hacerle sombra, es
decir, a cualquiera que pudiera ser una amenaza para su poder. De la misma
manera, Napoleón hace lo mismo con los animales que ve como sus enemigos, por
lo que hace que sus perros espíen y torturen a otros animales para que los
hagan confesar delitos que ni siquiera han cometido.
Por su parte, Chillón representa a la propaganda soviética, en
particular el que se consideraba su diario oficial: Pravda5. De la
misma forma como el gobierno soviético ocultaba o alteraba la información a los
ciudadanos, Chillón da noticias o anuncios que han sido modificados por órdenes
de Napoleón o cambia la historia de manera que se favorezca a Napoleón y se
muestre a Bola de Nieve como traidor a la Rebelión o incluso como agente oculto
de Jones.
Boxeador representa a los trabajadores estajanovistas, un término
que viene de un obrero llamado Alekséi Stájanov, del que se dice que extrajo en
6 horas 102 toneladas de carbón, algo que lo convirtió en un símbolo para la
Unión Soviética pues Stájanov fue promocionado como un trabajador que creía en
su capacidad de realizar trabajo duro para obtener una mejor producción.
Precisamente, en eso cree Boxeador con su mantra «Trabajaré más duro», creyendo
que el trabajo duro es lo mejor. El estajanovismo fue un movimiento bastante
promocionado por Stalin, tal como hace Napoleón cuando homenajea a Boxeador en
el penúltimo capítulo y les dice a los animales que tomen los lemas de Boxeador
como propios. En cuanto a Trébol, se puede decir que ella representa a las
obreras que también se sumaron a la Revolución.
Benjamín representa a los intelectuales, pero también a los adultos
mayores. ¿Por qué? Por un lado, es el único de los animales que puede leer y
escribir y que lo hace a un nivel avanzado. De hecho, se dice que «leía tan bien
como cualquier cerdo» (Orwell, p. 22). Por otro lado y además, junto con
Muriel, es el único que sabe y entiende la tiranía que los cerdos están
implementando, pero no toma ningún tipo de acción para impedirlo, alegorizando
a los intelectuales que sabían sobre los actos de Stalin y que no hicieron nada
para evitarlos, tal vez para evadir ser parte de las purgas o simplemente por
inacción voluntaria. En una analogía, cuando Benjamín le lee el último
mandamiento a Trébol, él se da cuenta de que las actitudes antropomorfas de los
cerdos ahora son vistas como algo normal por el resto de los animales y de que ya
es muy tarde para frenar a Napoleón.
¿Por qué Benjamín también representa a la tercera edad? Bueno, por
lo general este grupo de edad tiende a ver las cosas sin mucha esperanza y con
bastante cinismo porque ya han vivido mucho y consideran que un cambio de mando
en un gobierno no significa un vuelco a lo establecido. Para ellos, todo será
siempre igual.
Para algunos resultará curioso que la clase intelectual sea
representada por un burro, un animal asociado a la falta de inteligencia; pero
de acuerdo con los expertos, en realidad el burro es más inteligente que el
caballo en ciertos aspectos, por lo que no sorprende que Orwell haya elegido a
un burro para simbolizar a la clase intelectual.
Mollie representa a los rusos blancos, es decir, aquellos que eran
simpatizantes del zarismo, y a la burguesía rusa, algo que se ve en su
personalidad vanidosa. Todos esos grupos abandonaron tan pronto como los
bolcheviques tomaron el poder y se hizo evidente que estos últimos se hicieron
con el establecimiento que alguna vez los benefició.
En cuanto a Muriel, ella hace alusión a los que no estaban tan
adoctrinados o tenían suficiente sentido común para entender lo mucho que se
corrompieron los ideales de la Revolución Rusa, pero que no sabían todo lo
ocurría o que carecen de influencia para hacer algo. Las ovejas simplemente
simbolizan a las masas adoctrinadas, que siguen las reglas sin chistar ni tener
algún tipo de pensamiento crítico. Esto es evidente al recitar siempre el lema «Cuatro
patas sí, dos patas no», pero en el último capítulo lo cambian a «Cuatro patas
sí, dos patas mejor».
Como se ha dicho antes, el señor Jones representa a Nicolás II. El
estado de la granja y su actitud de desidia hacia ella es una alegoría al
pésimo estado de Rusia durante su reinado, el cual siguió varias medidas y
políticas de su padre, el zar Alejandro III, debido a su falta de preparación en
su rol y su propia personalidad. A diferencia de Jones, Nicolás II no era un
alcohólico; de hecho, era un esposo y padre ejemplar, pero no
solo no había recibido la educación para su rol como zar (su padre nunca le
permitió ser parte de las reuniones con los ministros), sino que tampoco tenía
el temperamento para ello ni mucho menos quería ser zar, por lo que a menudo
dejaba que los ministros tomaran las medidas por él. Cuando él llegaba a tomar
decisiones, estas solo causaban más daño que bien. Todo ello provocó la
Revolución Rusa que terminó con su derrocamiento, al igual que los animales
hicieron con el señor Jones.
Como pasó con el señor Jones, al cual sus vecinos granjeros no solo
no se molestaron en ayudar sino que intentaron aplacar la Rebelión por su
propia cuenta para apoderarse de ella o evitar que sus propios animales se
rebelaran, de la misma forma muchos de los reyes o gobernantes de Europa se
mostraron indiferentes en ayudar a Nicolás II y a su familia o rechazaron
tenerlos en su país como refugiados6. Aunque el señor Jones no sufre
una trágica muerte como la que tuvo Nicolás II, tampoco tiene un final feliz.
El cuervo Moisés es una alegoría a la Iglesia Ortodoxa Rusa, que Orwell muestra como una institución oportunista, en el sentido de que siguen al exilio a los que respaldaba pero luego regresa para apoyar al gobierno en beneficio propio y mutuo. Del mismo modo, la Iglesia Ortodoxa Rusa vio su actividad suprimida (con su Sínodo Gobernante siendo abolido en 1917) o restringida luego de la Revolución Rusa puesto que los bolcheviques buscaban la separación entre la iglesia y el estado. De hecho, Tijon, el patriarca de aquella época, tuvo que permitir ramas adjuntas a la IOR7 que no estuvieran sujetas al Patriarcado de Moscú (como la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio) y se mostró en contra de la persecución a los disidentes hasta que fue encarcelado durante un año entero, viéndose obligado a claudicar para evitar más persecución a los clérigos e incluso la desaparición del Patriarcado de Moscú, máxima autoridad de la IOR.
Tras la muerte en extrañas circunstancias de Tijon y con la
coronación de Sergio I, este declaró su lealtad al gobierno soviético en 1927.
Por eso y por el hecho de que Stalin y la IOR se colaboraron de forma mutua
durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la destrucción de muchas
edificaciones religiosas, son las razones por la que George Orwell la considera
oportunista.
Es evidente que el señor Frederick es una alegoría a nada más y
nada menos que a Hitler. ¿Por qué? El hecho de que le guste matar animales por
el más débil motivo representa su persecución a los judíos y a los grupos de
izquierda y el posterior exterminio en los campos de concentración. Cuando se
menciona que su granja, Campocorto, es más pequeña que Granja Animal y
Monterraposo, la granja del señor Pilkington, es una alusión al tamaño de
Alemania comparada con la Unión Soviética y el Imperio Británico. Además, la
negociación por la madera entre él y Napoleón y la posterior invasión del señor
Frederick a Granja Animal son referencias al Pacto Molotov-Ribbentrop y a la
invasión de Alemania a la Unión Soviética, más conocida como Operación
Barbarroja.
En cuanto al señor Pilkington, hace alegoría al primer ministro
británico Winston Churchill. El hecho de su granja Monterraposo sea tan grande
como Granja Animal pero que al mismo tiempo esté un poco descuidada es una
alegoría al Imperio Británico, el cual estaba empezando a tener síntomas de debilitamiento
para ese entonces, a causa de los movimientos independentistas, que comenzaban
a hacer fuertes antes, durante y, sobre todo, después de la Segunda Guerra
Mundial. De hecho, en la posguerra dichos movimientos cobrarían más fuerza y
culminarían en la independencia de varios países, en lo que sería la
descolonización y el derrumbe del Imperio Británico. Por lo tanto, el estado de
Monterraposo era el mismo del Imperio Británico: grande pero desatendido en
muchas zonas y destinado a perder importancia y tamaño.
La novela es una clara crítica al estalinismo y a sus excesos. Para
Orwell, la Revolución Rusa fue un evento que atrajo a muchas personas deseosas
de cambiar un sistema que los oprimía pero que, al final, acabó convirtiéndose
en algo similar a lo que ellos combatieron. Así como el señor Jones explotaban
a sus animales, los cerdos terminaron haciendo lo mismo con el resto de
animales e incluso adoptaron costumbres humanas, como se ve al final y las
cuales ellos mismos tanto repudiaron. Sin embargo, esto también es aplicable a
cualquier movimiento político que logre el poder, pero que a la larga se
corrompe.
Además, nos muestra como esa libertad con la que muchos animales
soñaron resulta ser nada más que una utopía, pues el gobierno que establece
cambia las leyes y la historia con frecuencia como se ve en los casos de Bola
de Nieve, la Batalla del Establo y la Batalla del Molino de Viento, haciendo
ver a Napoleón en estos dos últimos como el animal que los dirigió cuando en
realidad se escondió, al igual que hicieron lo mismo con Stalin. Además,
prohíbe el himno que el Viejo Comandante les enseñó a los animales y en su
lugar deben cantar uno que adula a Napoleón. Del mismo modo Stalin hizo cambiar
La Internacional, que fue el primer himno de la Unión Soviética (aunque nunca
lo prohibió), por un himno patriótico y más local, en el que se lo exaltara
tanto a él como a Lenin8.
En Rebelión en la granja también es posible ver como las alianzas
entre granjeros cambian de acuerdo a la conveniencia. Un ejemplo de ello es cuando
Napoleón hace una alianza con Frederick para que este les pueda comprar la
madera y ellos usen el dinero para comprar elementos que no se producen en
Granja Animal. Cuando la transacción no sale bien y Frederick invade sin éxito
Granja Animal, luego Napoleón se alía con Pilkington y todo parece ir bien pero
el final nos da varias pistas de cómo terminará esta alianza. Del mismo modo,
esto ocurre entre los mandatarios de nuestros países, que cambian de aliados de
acuerdo a lo que mejor les convenga.
Rebelión en la granja también me recuerda un poco a El gatopardo, algo raro si se tiene en
cuenta las diferencias políticas entre una novela y otra. Es por esa visión tan
cínica y ácida de la política que ambas poseen, ya que las dos novelas nos
dejan claro que, aunque el poder cambie de manos, la situación de los que no
pertenecen a la elite siempre será la misma. La única diferencia es que en El
gatopardo no hay muchos personajes que no pertenecen a la elite, solo en el
capítulo dedicado al padre Pirrone podemos ver cómo vivían los sicilianos en la
segunda mitad del siglo XIX y no es que dé muchos detalles.
Rebelión en la granja refleja bastante el desprecio de George
Orwell por el autoritarismo en cualquier sistema, ya sea capitalista o
comunista. Para él, si debe haber igualdad pero también creía que el pueblo
tenía derecho de decidir por sí mismo. Sin embargo, eso también depende de
nosotros, pues si hay una lección que nos deja Rebelión en la granja es que
debemos estar informados, educarnos y dejar a un lado la indiferencia, ya esta
es la diferencia entre pensar de manera crítica o seguir y repetir ciegamente la
información que nos llega. Por esto, recomiendo mucho su lectura.
NOTAS
1 Las
peleas de gallos están prohibidas en el Reino Unido desde 1835, cuando se
promulgó la Ley de Crueldad contra los Animales.
2 También
conocido como pacto germano-soviético, fue un pacto de no agresión entre la
Alemania Nazi y la Unión Soviética en el que se dividieron Europa Oriental
entre ellas. Entre las cláusulas del pacto se estableció que ninguno de los dos
países debía aliarse o ayudar a sus enemigos, se incluyó el Protocolo Secreto
(que se daría a conocer durante los Juicios de Nuremberg), el cual definiría fronteras
de países que Alemania y la Unión Soviética querían bajo su zona de influencia.
El pacto se terminó el 22 de junio de 1941 cuando Alemania inició la Operación Barbarroja
e invadió a la Unión Soviética.
3 Nombre
con el que se le conoció a la invasión de la Unión Soviética por parte de la
Alemania Nazi. El objetivo era, en gran medida, ideológico y económico, puesto
que la Alemania Nazi deseaba conquistar el oeste de la Unión Soviética,
exterminar a los pueblos eslavos que vivían allí para repoblarlo con alemanes,
usar a los pueblos conquistados como trabajadores esclavos y germanizarlos,
adquirir las reservas de petróleo del Caucaso y los recursos agrícolas que los
soviéticos tenían en varios de sus territorios. Si bien los nazis tuvieron un
éxito inicial mediante la captura de soldados soviéticos, matarlos de hambre,
usar esta misma arma contra los civiles eslavos y asesinar a los judíos que
vivían allí, pronto la operación se estancó en la Batalla de Moscú mientras que
los soviéticos demostraron resistencia a los ataques nazis y usaron la guerra
de desgaste contra ellos, algo sin precedentes para los alemanes, y sus
siguientes operaciones para entrar aún más al territorio soviético fallaron,
algo que significó la derrota de la Wehmacht (las fuerzas armadas de la
Alemania Nazi). Su nombre se debe al emperador del Sacro Imperio Romano del
siglo XII, Federico Barbarroja.
4 Conflicto
armado que surgió entre el Ejército Rojo, afín al gobierno bolchevique recién
establecido; el Movimiento Blanco, que buscaban restaurar la monarquía y eran
apoyados por varias naciones extranjeras; y movimientos contrarios a los
bolcheviques pero que tampoco eran afines a los monárquicos, como los
anarquistas, los socialrevolucionarios de izquierda y otros grupos socialistas
rivales. Aunque el Ejército Blanco hizo varios ataques, pronto el Ejército Rojo
logró contraatacar, defenderse de manera adecuada y derribar a pequeñas
repúblicas que el Ejército Blanco establecía. De a poco el Ejército Blanco
perdió fuerza hasta que finalmente el Ejército Rojo entró en Vladisvostok el 25
de octubre de 1922, acabando con la última república creada por el Movimiento
Blanco y, con ella, finalizó la guerra.
5 Periódico
fundado en 1912 y fue el periódico oficial del Partido Comunista de la Unión
Soviética, siendo uno de los periódicos más influyentes en el país. Con la
Revolución Rusa, cobró popularidad y se convirtió en el órgano principal del
Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1912 y 1991. Luego
de que la Unión Soviética se desintegrara en 1991, el entonces presidente ruso
Boris Yeltsin lo vendió a los Yannikosis, una familia griega de empresarios,
pero al año siguiente una disputa entre los dueños y los periodistas hizo que
el periódico se dividiera en dos entidades: la mencionada en cuestión y que el
Partido Comunista de Rusia le compró a los Yannikosis en 1997 y otra, Pravda
Online (actual Pravda.ru), un diario en línea (online) por ex periodistas de Pravda. Hoy en día Pravda y Pravda.ru
coexisten bajo un acuerdo de uso de marca, aunque son dos entidades distintas.
6 El rey
de España, Alfonso XIII, fue el único que intentó hacer lo posible para que
Nicolás II y su familia se exiliaran en su país (hay que tener en cuenta que la
esposa de Nicolás II, Alejandra Fiódorovna, era prima de la esposa de Alfonso
XIII, Victoria Eugenia de Battenberg). Sin embargo, no encontró apoyo entre los
políticos y sus consejeros reales, que temían que la llegada de los Romanov a
España creara protestas entre los republicanos y los grupos de izquierda, que
empezaban a tomar fuerza en el país ibérico. Se dice que la incapacidad de
Alfonso XIII en ayudar a Nicolás II y a su familia fue algo que lo persiguió el
resto de su vida.
7 A partir
de aquí, me referiré a la Iglesia Ortodoxa Rusa por sus siglas.
8 El himno de la Unión Soviética fue compuesto en 1943 para reemplazar a La Internacional tras la disolución del Komintern (Internacional Comunista) y como una forma de que la Unión Soviética mantuviera su alianza con los Aliados. Durante la desestalinización, las letras dedicadas a Stalin ya no se consideraron aceptables, por lo que el himno quedó sin letra hasta 1977, cuando se compuso una nueva letra en la que las referencias a Stalin fueron eliminadas. Como dato curioso, Serguéi Mijalkov hizo la letra de ambas versiones, la primera junto a Gabriel El-Reguistán, y también la del actual Himno de Rusia.
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