ANGELITA Y MIGUEL ÁNGEL

Para empezar con el Mes Colombiano, lo haré con el relato Angelita y Miguel Ángel del escritor caleño Andrés Caicedo, del cual ya había leído ¡Que viva la música! hace ya 5 años.

A diferencia de ¡Que viva la música! que es una narración continua, es decir, sin pausas; Angelita y Miguel Ángel tiene divisiones en los que se menciona a los personajes (en concreto el relato tiene 5). Sin embargo, lo que resalta es el uso de varios narradores, pudiendo pasar de uno a otro de un párrafo a otro o en un solo. Originalmente fue un guion escrito en 1971 que el mismo Caicedo intentó convertir en filme, junto con el reputado cineasta y director de televisión Carlos Mayolo (Carne de tu carne, La mansión de Araucaima), pero la película nunca se terminó por diferencias creativas entre ambos. Solo existen 26 minutos de dicha adaptación. Más tarde, se publicaría póstumamente en 1995 dentro de la compilación Angelitos empantanados o historias para jovencitos.

Los personajes principales son los que le dan título al cuento, Angelita y Miguel Ángel.

Angelita Rodante es la primera narradora. Físicamente es descrita con una doble de Kim Novak, una actriz estadounidense popular en las décadas de 1950 y de 1960. Su padre es un cultivador de ají en el Valle del Cauca, actividad que le ha dado a la familia una buena posición económica. Sin embargo, su familia es completamente disfuncional: su padre es alcohólico, su madre es una mujer frustrada con su matrimonio y su hermano es una hoja en blanco.

Antes de cumplir quince años conoció a su primer amor: Raimundo, un muchacho de edad cercana a la suya, que murió asesinado, algo que la marcó profundamente. En su fiesta de quince años conoce al que sería su segundo amor, Miguel Ángel. Con él vive una típica relación adolescente, marcada por el amor inocente de ella y el deseo de probar algo nuevo por parte de él.

Sin embargo, de a poco la relación se deteriora, pues Miguel Ángel decide seguir en andanzas con otras muchachas. Además, debido a otras circunstancias más allá de su capacidad, Angelita no puede seguir con la relación, por lo que ella rompe con él en buenos términos.

Miguel Ángel Valderrama es el segundo protagonista. Al igual que Angelita, viene de una familia adinerada, pero no tanto como la Angelita. Ante un padre ausente y una madre indiferente, se refugia en la literatura y en las fiestas juveniles. Y es en una de estas últimas que conoce a Angelita, con la que vive una relación amorosa típica de los adolescentes.

Pero para Miguel Ángel, Angelita no es la única mujer en su vida. También tiene relaciones con otras dos mujeres: Irma, a la que la llaman La Dulce; y Berenice. Esta última es la obsesión de Miguel Ángel puesto que, al igual que el cuento de Poe, se fascina de manera excesiva con sus dientes. Ya se imaginarán qué ocurrió después.

En la mayoría de sus historias, Andrés Caicedo muestra cómo la cultura musical influía en los jóvenes en la década de 1970 y la hipocresía de la alta sociedad, la cual se muestra hermosa por fuera pero en realidad está podrida por dentro. Angelita y Miguel Ángel no es la excepción: ambos muchachos mantienen una relación aparentemente inocente pero llena de engaños e infidelidades, al menos por parte de Miguel Ángel. Aunque ambos intentan mantener su relación, con el tiempo se da cuenta de que no pueden y Angelita necesita alejarse de Miguel Ángel si quiere evitar que su vida sea destruida.

Al igual que la mayoría de las historias de Andrés Caicedo, Angelita y Miguel Ángel tiene una prosa algo confusa, en este debido a los cambios constantes de narrador. Sin embargo, también conserva el estilo de los finales inesperados pues al final descubrimos que le ocurre a Miguel Ángel, que sigue mostrando una ambivalencia en permitirse que Angelita lo vea como se encuentra ahora o que no se vuelvan a ver.

Encontré este cuento algo más atrayente que ¡Que viva la música! pero no demasiado. Los cambios de narrador pueden hacer que un lector, ya sea casual o ávido, se sienta confundido y no comprende sobre qué personaje se muestra su punto de vista. No estoy segura de recomendarlo.

Para terminar, los dejo con una lista de canciones que son referenciadas en Angelita y Miguel Ángel, similar a la que hice para Opio en las nubes, con la que podrían leer el cuento.

El último beso – Los Apson (sin embargo, Angelita hace una variación intercambiando los géneros y cambiando el verso de por qué el Señor me la quitó a por qué el Señor se lo llevó).

El Danubio Azul – Johann Strauss, hijo

Macondo – Johnny Arce

Tuya y más que tuya – Celia Cruz con la Sonora Matancera

Ausencia – Willie Colón y Hector Lavoe

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