EL EXTRAÑO CASO DEL DR. JEKYLL Y EL SR. HYDE


Esta semana, y después de una semana de descanso, analizaré un clásico de la literatura universal y de la literatura de suspenso. Una historia sobre la dualidad entre el bien y el mal que puede destruir a una persona en todos los aspectos. Al leer esta historia y después de siete años, retomo a Robert Louis Stevenson para darle una hojeada al que es considerado su trabajo más popular después de La isla del tesoro. Por supuesto, por el título sabe que me refiero a El extraño caso del Dr. Jekyll y Sr. Hyde.

El extraño caso del Dr. Jekyll y Sr. Hyde es una novela corta que se publicó en 1886, por lo que este año se cumplen 135 años de su publicación. Se divide en diez partes: La historia de la puerta, La búsqueda del Señor Hyde, El Doctor Jekyll estaba completamente a gusto, El caso del asesinato de Carew, El incidente de la carta, El extraño incidente ocurrido al Doctor Lanyon, El incidente de la ventana, La última noche, La declaración del Doctor Lanyon y Declaración completa de Harry Jekyll acerca del caso.

La historia tiene lugar antes de la década de 1880 puesto que en esa época Londres empezó a usar luz eléctrica en sus calles y en la novela se hace patente que los personajes usan lámparas de gas para iluminar sus casas. En cuanto al narrador, esta usa un tipo cero y externo, es decir, alguien que habla en tercera persona (heterodiegético) y que conoce la historia pero que no forma parte de ella. Sin embargo, esta se da a través del punto de vista del Señor Utterson, el abogado del doctor Jekyll.

En las tres primeras partes, el Señor Utterson intenta averiguar sobre un hombre llamado Edward Hyde, que repentinamente se ha convertido en el heredero de Harry Jekyll, un gran amigo suyo. Muy poca gente lo conoce y lo único que Utterson sabe de él se debe a una desagradable historia que le contó su primo Richard Enfield y que involucra a Hyde. Cuando Utterson habla con Jekyll sobre Hyde, Jekyll le pide a Utterson que vele por Hyde en caso de que muera o desaparezca.

En las siguientes cuatro partes, se descubre que Hyde asesinó a Sir Danvers Carew, un Miembro del Parlamento, lo cual hace que las cosas se pongan serias, dado la importancia que tenía Carew. Utterson se involucra en el asesinato por ser el abogado del asesinado parlamentario y habla con Jekyll para que revele cuál es el paradero de Hyde. Luego de ser imposible ubicar a Hyde, Jekyll retoma sus actividades sociales con Utterson durante dos meses hasta que, de forma repentina, Jekyll se recluye en casa y rechaza todo tipo de visitas. Para averiguar lo que pasa, Utterson visita a un amigo en común entre ellos, el doctor Lanyon, pero este se niega a hablar sobre Jekyll. Pocas semanas después de la conversación, Lanyon, que ya estaba enfermo cuando Utterson lo visita, muere, por lo que este decide hacer todo lo posible para saber por qué Jekyll se volvió un recluso, más aún cuando reciben una correspondencia que solo podrá en el momento de la muerte o desaparición del doctor Jekyll.

En las últimas tres partes, ocurre el clímax de la novela. Poole, el fiel mayordomo del Jekyll, acude a casa de Utterson, porque tiene la impresión de que alguien irrumpió en casa del doctor Jekyll, lo asesinó y se ha recluido en el laboratorio. Utterson no cree mucho en lo que dice Poole, pero decide acompañarlo a casa del doctor Jekyll. Luego de indagar mucho y de que Poole le revelara más detalles extraños, Utterson le exige a Jekyll que abra la puerta, pero cuando descubre que la respuesta proviene de Hyde no tiene más opción que abrir la puerta del laboratorio con Poole. Allí descubren que ha ocurrido algo macabro que deja más interrogantes que respuestas pues no aún saben qué le ocurrió a Jekyll.

La respuesta a todo eso le llega a Utterson cuando abre el sobre que solo podría abrir cuando Jekyll muriese o desapareciese. Allí descubre dos declaraciones: la del difunto Lanyon y la de Jekyll, las cuales responden muchas cosas. La primera explica la causa de la muerte de Lanyon y su rechazo a todo lo que tenga que ver con Jekyll, lo cual tiene mucho que ver y que se explica en la declaración que sigue.

La segunda es un testimonio de Jekyll en el que nos describe las pasiones y los demonios que siempre lo dominaron y que lograba ocultar de todos los que los conocían, y cómo encontró la forma de separar esa parte malvada de su ser: usando una droga para convertirla en una persona. Al principio, disfrutaba usar ese alter ego para dar rienda suelta a todo lo que no podría hacer siendo Jekyll, pero luego de entender la maldad ilimitada de su alter ego, decide renunciar a él, por último, hasta que recae. Luego se da cuenta de las transformaciones entre uno y otro ocurre rápida e intermitentemente y decide tomar una decisión drástica para consigo mismo, pues sabe que él y su alter ego están condenados a estar juntos.

Gabriel John Utterson es abogado y el albacea del doctor Jekyll, es decir, el encargado de cumplir con el testamento y custodiar los bienes de Jekyll. Cuando descubre que Jekyll ha dejado como heredero a Edward Hyde, un hombre que nadie de su círculo social conoce, decide investigarlo luego de recordar una historia relacionada con él. A pesar de sentir repugnancia por Hyde, le promete a Jekyll hacer valer su testamento, de esta forma, proteger a Hyde. Sin embargo, cuando Hyde asesina a Carew y Jekyll se recluye de forma misteriosa, decide buscarla la forma de llegar a Jekyll.

Harry Jekyll es el protagonista de la historia. Es Doctor en Medicina, Doctor en Leyes Civiles, Doctor en Leyes y Miembro de la Real Sociedad, es decir, es médico y abogado. Se da a entender que Utterson y Lanyon son amigos de él desde la universidad y por ello se los resalta como sus amigos más cercanos.

De repente, nombra como heredero a Edward Hyde, un hombre que del nadie había oído hablar y que por sería conocido, pero no de buena manera, lo que llama la atención de Utterson, a pesar de la reclusión repentina de Jekyll que causa interrogantes. En el último capítulo de la novela, Jekyll revela su relación con el señor Hyde, por qué había hecho un testamento a favor de él y sobre su lucha contra sus instintos y su gusto por los excesos.

El doctor Hastie Lanyon es un amigo cercano de Jekyll y Utterson. Es médico de profesión y por ello tiene debates científicos con Jekyll, algo que los lleva a distanciarse. Sin embargo, debe ayudar a Jekyll en un momento en que este le necesita y no puede confiar en nadie más. Por desgracia, esto causaría un daño irreversible en su psique y su salud, llevándolo a la muerte.

Edward Hyde es el protegido de Harry Jekyll. Es de baja estatura y de alguna manera todo aquel que lo conoce lo encuentra repugnante y deforme sin que haya algo deforme en su rostro. No se conocía mucho sobre él antes de ser nombrado heredero de Jekyll, pero de a poco pronto se revela como un hombre malvado que incluso llegó a matar a un hombre por una simple discusión. El por qué Hyde está relacionado con Jekyll se sabría al final de la historia.

Un detalle del estilo de la novela es el falso protagonista, un tema que ya traté en El caballero de Rauzán. Utterson es el ejemplo más claro de ello. Esto se debe que la novela primero empieza describiéndolo y la narración se da a través del punto de vista de Utterson. Normalmente, cuando esto ocurre significa que se está hablando del protagonista. Pero, en este caso y a medida que la historia avanza, vemos que Utterson no es más que un mero espectador y recolector de información, pues el verdadero, o mejor dicho, los verdaderos protagonistas son el Dr. Harry Jekyll y Sr. Edward Hyde. Esta puede ser la razón por la que Utterson por lo general es excluido de las adaptaciones de esta novela.

La novela trata sobre la dualidad del ser humano y la lucha entre el bien y el mal, algo que el doctor Jekyll ejemplifica bastante. En público es un hombre social, brillante y reconocido en su medio, pero en privado es un hombre que tiene una afinidad por los excesos y le cuesta encontrar la manera en que sus dos estilos de vida nunca se encuentren. Por ello, crea una droga que genera un alter ego destinado solo para dar rienda suelta a todos los excesos que como Jekyll no puede darse, al menos no en público. Con ello, Jekyll intenta hacer una separación del bien y el mal, pues su alter ego encarna la maldad, pero la maldad de este pronto se saldría de control, algo que le causa aflicción y remordimiento a Jekyll y que lo lleva a tomar decisiones que le causarían un gran daño a su vida, pero que él sabía que lograría evitar que su maldad siguiera destruyendo a personas inocentes.

Del mismo modo, el Dr. Jekyll y su alter ego son una representación de la era victoriana en la que se desarrolla la historia. La era victoriana se caracterizó por su represión en el ámbito sexual y cómo generó una gran explosión por disfrutar todos los excesos que las personas no podían darse en público como la promiscuidad sexual y el abuso de drogas. El hecho de Jekyll use una droga para crear su alter ego con la única función de que diera rienda suelta a sus instintos y a su maldad porque Jekyll no puede hacerlo de forma directa representa la lucha entre la represión y la exteriorización, más aún cuando Jekyll logra resistirse a la droga por un tiempo pero recae.

Y hablando de recaída, otro detalle que no se puede dejar pasar es que El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde es una alegoría al abuso de drogas. La manera en la que Jekyll crea una droga que lo transforma en un ser lleno de maldad, cómo vuelve dependiente de la droga, cómo deja de consumirla por un tiempo pero después, cómo cada vez la consume en mayores cantidades para obtener el mismo efecto, el hecho de que con el tiempo deja de hacer efecto por más que la beba, etc. Todo ello es una alegoría a la drogadicción, que en esa época y en cualquier otra es un flagelo.

A pesar de que el suspenso de esta novela ya no posee la efectividad que tuvo en el momento de su publicación, posee un estilo de narración que logra mantener la atención del lector y es una excelente historia que muestra la dualidad del ser humano y la lucha interna y constante entre el bien y el mal. Definitivamente la recomiendo.

Como siempre, les recomiendo que pueden escribir en mi cuenta de Twitter: @irinacaicedoa o en la página de Facebook: Facebook.com/mibauldelibrossm. Les aviso que me tomaré una semana de vacaciones, por lo que no habrá entrada el próximo sábado. Regresaré el próximo 24. Gracias y hasta luego.

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