EL BAILE DE LAS LUCIÉRNAGAS
Advertencia: para los que no han leído la novela o no han visto la
serie, habrá destripes.
Y para concluir nuestro viaje, pasamos de Nicaragua a la costa oeste de los Estados Unidos. Esta vez no hay una, sino dos protagonistas que quieren hacer realidad su sueño de ser presentadoras de televisión, pese a la adversidad por las que tengan que pasar. Por el título, ya sabe de qué novela se trata: es El baile de las luciérnagas de la novelista estadounidense Kristin Hannah, de la cual tuve la oportunidad de analizar Jardín de invierno hace casi tres años.
El baile de las luciérnagas (título original: Firefly Lane) es una
novela que se publicó en 2008 y fue adaptada a una serie en Netflix el año
pasado. Tiene 38 capítulos comprendidos en 4 partes, las cuales poseen nombres
de canciones populares en cada una de las décadas en las que se desarrollan y
los capítulos que tienen cada una, salvo el primer capítulo.
Capítulo 1
Primera parte. Los setenta: Dancing Queen: 8 capítulos.
Segunda parte. Los ochenta: Love Is a Battlefield: 10 capítulos.
Tercera parte. Los noventa: I’m Every Woman: 4 capítulos.
Cuarta parte. El nuevo milenio: A Moment Like This: 15 capítulos.
Al final de la novela, Hannah hace una carta al lector en la que describe
que El baile de las luciérnagas es la novela más personal de toda su
bibliografía, como el cáncer de mama inflamatorio afectó de manera indirecta
su vida y exhorta a todas las mujeres a estar atentas a los síntomas y cambios en sus senos.
La primera parte se desarrolla en la década de 1970. Vemos como Tully y Kate viven sus vidas familias, tan distintas la única de la otra y cómo un evento traumático afianza una amistad entre dos mujeres tan dispares.
La segunda parte ocurre durante la década de 1980. En ella se
muestra la vida universitaria de ambas y sus primeros amores serios. Tully sale
con dos hombres, el último de los cuales acabaría casándose con Kate. Para ese
entonces, si bien Tully ya sabe que quiere triunfar en el mundo de la
televisión, Kate ya no lo desea y prefiere una vida familiar y tranquila.
La tercera parte abarca la década de 1990. Tully ha empezado a
triunfar en la televisión mientras que Kate está consagrada a ser esposa y
madre de tiempo completo con una niña. Pero con la llegada de la Guerra del
Golfo, llega el primer distanciamiento entre Tully y Kate, que casi daña su
amistad. Sin embargo, el primer informe importante de Tully logra reconciliarlas
y que Tully tenga el ascenso con el que tanto ha soñado.
La última parte se desarrolla desde 2000 hasta 2004. Tully ya es
una consagrada presentadora de televisión con un programa propio, mientras que Kate está satisfecha
con su vida de esposa y madre de sus tres hijos. Sin embargo, Kate empieza a
tener los típicos conflictos de crianza en cuanto a su hija mayor, Marah, que
está pasando por la adolescencia, lo cual con el tiempo resulta ser un punto de
conflicto entre Tully, que es su madrina, y Kate, y casi destruye su amistad.
Aún así, pronto un evento trágico vuelve a unir a ambas amigas del alma.
Tallulah “Tully” Hart es una de las dos protagonistas de la novela,
junto con su amiga Kate. Nació en 1960. Es una joven ambiciosa, inteligente y
segura de sí misma, algo que le llevó a ser muy popular en la escuela
secundaria, pero pronto conoce a Kate Mularkey, la cual se convertiría en su
mejor y verdadera amiga.
Tully tuvo una infancia difícil: no conoció a su padre; su madre
Dorothy, también llamada Nube, entra y sale de su vida como si nada, por lo que
su abuela materna la crío hasta que falleció cuando ella tenía 17 años. En ese
momento, se fue a vivir con sus vecinos, los Mularkey.
Debido a su infancia, no sabía qué hacer con su vida hasta que ve a
una presentadora de televisión y decide que quiere llegar a ser una gran
presentadora de televisión. Paso a paso, empieza a tener éxito en su profesión
pero al mismo tiempo no logra compaginarla con su vida personal hasta que se
convierte en reportera para la NBC en Nueva York. De allí, siguió una carrera
estelar como presentadora, primero para la NBC, luego para la CBS y por último
para Syndiworld, en donde hace su propio programa llamado La hora de las chicas.
Sin embargo, con el tiempo Tully se da cuenta de que el dinero y el
éxito profesional no van de la mano con la felicidad. A menudo se siente sola
por no poder compartir su dinero o su éxito con una pareja o con un hijo. Para
ella, Kate y su familia son lo único que llena el vacío que siempre ha tenido
en su vida, pero el conflicto entre ambas mujeres por Marah casi destruye su
amistad, porque un grave defecto que tiene Tully es su dificultad para pedir
perdón.
Kathleen Scarlett “Kate” o “Katie” Mularkey Ryan es la mejor y la única amiga verdadera que Tully tiene. Al igual que Kate, también nació en 1960. Kate es
sosegada y algo más callada, amante de las novelas, algo que no la hacía muy
popular en su colegio, hasta que conoce a Tully y se vuelven grandes amigas. En
un principio, sigue las metas de Tully, pero con el tiempo, se da cuenta de que
no es tan ambiciosa como ella persona y que ser presentadora o trabajar en
televisión no es para ella, sino tener un hogar. Se casa con Johnny Ryan y
tiene tres hijos, Marah Rose, en 1990, y unos mellizos, Lucas y William, en
1998.
Desde adolescentes Kate y Tully siempre ha sido amigas, estudiando
la misma profesión y una vez compartieron el mismo muchacho con el que Kate se
acabaría casando. Aunque ambas siguen caminos distintos, mantienen su amistad a
pesar de los altibajos y de la enfermedad que pronto golpearía a Kate.
John “Johnny” Ryan es el esposo de Kate. Nació en 1955. Siempre ha
tenido el deseo de ayudar y socorrer a los demás, algo que aprendió de sus
padres misioneros, que fueron asesinados por los escuadrones de la muerte de
Idi Amin. Llegó a ser corresponsal de guerra y estuvo en El Salvador. Para él,
ser corresponsal de guerra es su profesión, su vida, por lo que se vuelve a
embarcar en ello ya casado y con una hija a cubrir la Guerra del Golfo, algo
que llegaría a poner en peligro su vida. Al final, esto lo hace valorar su vida
y estar allí para su familia. Con el tiempo, se convierte en productor del
programa La hora de las chicas de Tully.
Chad Wiley fue el profesor de Tully y Kate. Tully y él tienen un
romance, a pesar de las objeciones de Kate, por ser él mayor que ella, estar
divorciado y desobligarse de su pequeña hija. A Tully no le importa mucho y
sigue su relación con él hasta que este le propone que se vaya a vivir a
Nashville con él. En ese momento Tully rompe con él porque sabe que si se muda
a Nashville su sueño de ser presentadora de televisión habría terminado. Ambos
se reencontrarían en la primavera de 2003 y Tully se encuentra con un Chad más
maduro, con una pareja y que se ha reconciliado con su hija. Tully se da cuenta
que, de haberse ido con Chad, habría logrado tanto el amor como el
reconocimiento, pero este le dice que ella siempre tendrá a Kate para apoyarse.
Marah Rose Ryan es la hija de Kate y Johnny. Nació en 1990. Con el
paso de la adolescencia, pasa por los problemas habituales de su edad como
buscar encajar con las chicas de su edad y hacer todas las cosas que los
adolescentes hacen como ir a conciertos y vestir de forma provocativa. Además,
demuestra tener talento para el modelaje, algo que Tully nota de inmediato e
intenta fomentar, a pesar de las objeciones de Kate. Pronto la enfermedad de su
madre y la reaparición de Tully en la vida de la adolescente hace que ella por
fin se abra a su madre.
Dorothy “Nube” Hart es la madre hippie y drogadicta de Tully. Siendo
un ser egoísta y sin ninguna clase de instinto materno, nunca le importó su
hija, nunca la apoyó y jamás perdió oportunidad en abandonarla, primero con su
abuela y luego a su suerte. Cada vez que Tully intenta ayudarla, siempre la
rechaza.
La señora Mularkey es la madre de Kate. Como madre, siempre apoyó y
ayudó a Kate y se hace cargo de Tully cuando la abuela de esta muere y la ayuda
a buscar una meta en su vida, siendo una especie de madre sustituta para ella.
Tully y Kate siempre acuden a ella cuando necesitan un consejo.
Las dos madres contrastan mucho. Mientras que la señora Mularkey es
una mujer tranquila, atenta aunque no afectuosa y comprensiva tanto con Kate
como con Tully, a Nube no le importa su hija y nunca la ha apoyado, pues lo
único que le importa es la mensualidad que recibe y que gasta en alcohol y
drogas.
Los temas en El baile de las luciérnagas son la amistad, la
maternidad y las relaciones familiares, además de los contrastes entre
personajes. La amistad es patente en la novela entre Tully y Kate. La suya es
una relación que abarca más de 30 años, en la que ha habido altibajos debido a
las personalidades tan dispares de ambas, en los que a veces el trabajo de
Tully parece primar por sobre los deseos de Kate. La dificultad para pedir
perdón de Tully también crea muchos problemas en su amistad, la cual en punto
dado hace que las dos tengan su distanciamiento más largo en los más de 30 años
de conocerse.
La maternidad también es un elemento importante. Kate decide
dedicarse a ser madre de tiempo completo, algo que a Tully en principio absurdo
cuando Kate se lo dice desde el primer momento. Hacia el final de la novela,
Tully comprende que el trabajo de Kate es tan o más importante que el suyo y
valora lo que Kate hacía en su hogar.
En cuanto a Tully, renuncia a la posibilidad de un matrimonio y de
la maternidad propia en pos de su carrera en televisión, pero eso no significa
que no sea ajena a los niños. De hecho, desarrolla una relación especial con
Marah, a la que prácticamente conoce desde que era bebé y a menudo trata de
ayudarla, como entrar a una escuela de modelos o proponer llevarla a un
concierto en su limusina, casi siempre con nefastos resultados. Su intento de
ayudar a mejorar la relación entre Kate y Marah es lo que aleja a ambas mujeres
durante un tiempo.
Las relaciones familiares tienden a tener bastantes contrastes en
la novela. Tully no fue una hija deseada ni querida por su madre, que siempre
llega y sale de su vida o como la misma Tully la define, “viene y se va, como
las nubes”. Siempre que Tully intenta hacer algo bueno por ella, estaba acaba
rechazándola y abandonándola. Tully está consciente de que eso siempre será así
en su vida, pero cada vez que se encuentran, Tully cada vez actúa con más fortaleza.
De no ser porque los Mularkey le dieron el apoyo y la protección que necesitaba
cuando su abuela falleció, es probable que el destino de Tully hubiera sido
incierto.
Por su parte, Kate viene de una familia bien estructurada que la
quiere. Además, logra formar una familia estable junto a su esposo Johnny y sus
tres hijos Marah, Lucas y William. Sin embargo, debe lidiar con los problemas
que viene con el paso de la adolescencia a la cual llega Marah y esto hacer que
la estabilidad esté en peligro, al igual que su amistad con Tully.
Además de los temas, la novela se nutre de todo tipo de referencias
culturales a la literatura, la televisión y, sobre todo, la música. Entre los
trabajos literarios se mencionan el poema Desiderata y las novelas Rebeldes de S. E. Hinton, Love Story de Erich Segal, La
promesa de Danielle Steel, la saga de Harry Potter, El señor de los anillos y
El hobbit de J. R. R. Tolkien. Esta última novela tendría un pequeño rol al
final.
Las referencias televisivas muestran el paso del tiempo de la
televisión estadounidense como si fuera una línea del tiempo dentro de la
novela, desde las series más populares de la década de 1970 como All in My Family
(Todo queda en familia en España/Mi familia en Hispanoamérica) y Starsky y
Hutch hasta Family Matters (Cosas de casa en España /Todo queda en familia en Hispanoamérica).
Lo mismo ocurre con la música: primero, la música de la década de los ’70 con
bandas como ABBA, Queen, The Eagles y Kiss y luego las extravagantes melodías
de los ’80 proporcionadas por Madonna, Culture Club y Eurythmics. Sin embargo,
en las décadas de 1990 y 2000 se hacen más alusión a esas canciones anteriores,
por representar la época de juventud de Tully y Kate; aún así, los títulos de
las décadas hacen alusiones a canciones populares de dichos periodos de tiempo.
El baile de las luciérnagas tiene los tintes de una novela de
amistad, en la que esta es puesta a prueba a lo largo de la vida. También
enseña que, por más éxito que una persona tenga, este nunca se va a comparar
con una sólida amistad o con los lazos familiares, que a la hora de la verdad
son lo único realmente importante. Es una historia con un giro inesperado y un
final que, aunque no es plenamente feliz, deja una buena sensación en el
lector, algo que también encontré en Jardín de invierno. Sin duda, recomiendo
leer El baile de las luciérnagas.
Con esta novela, el Mes del Mujer finaliza. Nos mostró dos
historias de amistad, una entre en la infancia y la adolescencia y otra que
abarca varias décadas, pero en general muestran la lealtad y la comprensión que
se tienen entre sí. También nos mostraron historias de mujeres a las que el
amor las hizo cambiar el rumbo de su vida para buscar refugio o cambiar su
situación o la de las personas que las rodean. Espero que el próximo año sea
tan satisfactorio como este. Nos vemos el próximo 10 de abril.
Para terminar, los dejo con la canción más representativa de la novela: You and Me Against the World, Tú y Yo contra el Mundo.
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