LA MUJER HABITADA


Y pasamos de dos amigas italianas a una nicaragüense que se une a un movimiento para lograr un país más equitativo tanto para las clases sociales como para todos los géneros. Una mujer que ha vivido el machismo en su carrera y que quiere mostrar que una mujer es tan capaz como un hombre. Y con esto, le doy la bienvenida a la entrada 300 de Mi Baúl de Libros con la novela La mujer habitada de la novelista nicaragüense Gioconda Belli.

La mujer habitada está compuesta por 28 capítulos y fue publicada en 1988, pero tiene una estructura particular, ya que se nos presentan dos historias yuxtapuestas, una antigua, que se desarrolla en la época en la que llegaron los primeros colonizadores al territorio que hoy se conoce como Centroamérica; y una actual, que presenta la vida aparentemente normal de Lavinia hasta que conoce el Movimiento de Liberación Nacional.

Aunque la novela se desarrolla en una ciudad ficticia llamada Faguas, puede que la misma haga referencia a Managua, la capital de Nicaragua. Además, hay que tener la década de 1970 fue bastante convulsa en Nicaragua debido a que en ese periodo de la historia ocurrieron el terremoto de Managua en 1972 y la Revolución Sandinista, que sacó del poder a la familia Somoza, que había manejado los hilos del poder nicaragüense durante más de 50 años.

Hablaré ahora de los personajes.

Lavinia Alarcón es la protagonista y vive sola en una casa que heredó de su tía. Es una joven de origen acomodado que, a pesar de su gran capacidad, le cuesta mucho sobresalir en su profesión a causa del machismo laboral que la rodea. Sin embargo, cuando ella conoce a los miembros del Movimiento de Liberación Nacional, siente que ha encontrado lo que ella necesita en su vida para sobresalir.

A lo largo de la novela, vemos que es una joven que ha sufrido de carencias afectivas parentales, pues sus padres nunca la tuvieron mucho en cuenta y solo su abuelo y su tía le daban el amor que sus padres no le dieron. Esto creó una distancia entre ellos y una cercanía más que evidente con su tía y con su abuelo, de quienes heredó su carácter romántico y soñador. Solo al final de la novela vemos que su carácter es mucho más firme de lo que parece, tal como lo era Itzá.

Felipe Iturbe trabaja en la misma empresa de arquitectura que Lavinia y es el que la introduce en el movimiento. A pesar de que sea derrocar al general y conseguir un gobierno más justo y equitativo para todos, no puede evitar ejercer el machismo, como por ejemplo decirle a Lavinia que es mejor que ella espera en casa su llegada. Sin embargo, deja de lado sus prejuicios para que Lavinia continúe la misión que él iba a empezar.

El general Vela es el villano de la historia. Como cualquier general estereotípico, es un ser cruel, violento y autoritario. Así como reprime a la población, también lo hace con su propia familia, ya que su pequeño hijo le teme. También es un hombre que gusta de ejercer competencia desleal, pues no le importa abrir empresas que entren en conflicto de forma agresiva con otras, como se ve cuando abre una empresa similar a la que tiene el padre de Lavinia y se nota que ejerce competencia desleal.

Sara es amiga de Lavinia desde hace mucho tiempo. Ambas conversan bastante a pesar de que es bastante evidente de las idea de cada una son muy diferentes. Está claro que ella está diseñada para servir de contraste con Lavinia, porque ambas pertenecen a la misma clase social, pero mientras Lavinia quiere ser arquitecta reconocida, a Sara le interesa más ejercer su labor como esposa y madre. Mientras Lavinia no desea casarse, sino tener una relación de hecho, en la cual quizá tenga un hijo, Sara desea tener una familia sólida.

Flor es enfermera y miembro del movimiento, siendo la encargada de curar las heridas. Al igual que Lavinia, es una mujer interesada en derrocar al General Vela para tener un país mejor, teniendo una visión del mundo más rebelde y liberal, como se ve en los libros que posee como La náusea, Los condenados de la tierra y Madame Bovary.

Lucrecia Flores es la empleada doméstica de Lavinia. Tiende a ser amable y cariñosa con su jefa y esta la trata de la misma manera. Vive en un barrio marginal. No es un personaje de importancia hasta el capítulo 12, cuando su historia toca un tema que aún sensible en la actualidad y por el cual se sigue luchando en Latinoamérica.

Itzá es la protagonista de la historia antigua. Es una joven indígena que está enamorada de Yarince, pero no la típica mujer que espera a su hombre en casa. Ella es mucho más proactiva, como por ejemplo, exhortando a las mujeres a no tener hijos que acaben sirviendo de esclavos para los españoles. Cuando Yarince muere combatiendo a los españoles, ella no duda en tomar las armas que él dejo. Así como la historia de Itzá se muestra a la par con la de Lavinia, es posible entender que el espíritu de lucha de Itzá se encuentra en Lavinia.

Yarince es el amor de Itzá. Es un decidido guerrero que lucha junto a otros indígenas en contra de los españoles que han llegado a su territorio para esclavizarlos y/o masacrarlos. Su relación amorosa con Itzá está llena de complicidad y equidad. No sorprende que, a su muerte, Itzá combata en contra de los españoles.

Por más que la novela se desarrolle en la década de 1970, sus temas siguen estando vigentes entre las cuales abarcan la desigualdad laboral por género, las relaciones familiares, el aborto y la represión.

La desigualdad laboral por género es visible desde el principio cuando Lavinia entra a trabajar en la firma de arquitectura y no es tratada a la par con respecto a los otros arquitectos, los cuales son hombres. Además, cuando ella está a cargo de un proyecto del cual hizo los planos y los cambios, su jefe no le permite ser nombrada arquitecta jefe del proyecto sino supervisora asistente por el hecho de ser mujer, algo que Lavinia objeta pero se ve obligada a ceder porque sabe que el proyecto es necesario para la misión.

Lo mismo ocurre con Itzá, que intenta hacer que las mujeres no tengan hijos porque eso significaría que los españoles utilizarían a sus descendientes como esclavos y eso es lo que ella quiere evitar. Sin embargo, la mayoría de las mujeres no están de acuerdo con su idea y de hecho, se burlan de ella.

Las relaciones familiares demuestran ser esenciales para los personajes, o por lo menos son los antecedentes que permiten saber por qué estos actúan de la manera en la que lo hacen. La desatención de los padres de Lavinia permitió que se criara con personas que fomentaron su espíritu romántico e idealista. Aunque ambos ya fallecieron, su legado deja huella en Lavinia, que rechaza la idea de matrimonio y el hecho de quedarse esperando en su casa mientras su hombre trabaja.

El aborto es mostrado como un derecho negado para las mujeres, al menos para las más desfavorecidas que, para evitar una maternidad forzada, acuden a lugares o a personas que ponen en peligro sus vidas. En La mujer habitada se muestra cómo un aborto clandestino casi le cuesta la vida a una mujer que no podía permitirse uno legal, no solo por la falta de dinero sino porque en Nicaragua era y sigue siendo ilegal.

Aunque en la historia antigua no se hace referencia al aborto, si hay muchas alusiones a lo que sería los derechos reproductivos. Itzá está de acuerdo con rechazar la maternidad porque no desea que sus descendientes se conviertan en esclavos de los españoles. No solo se queda con ese pensamiento para sí misma, sino que lo fomenta entre sus congéneres para acabar con la dominación española.

La represión es mostrada en menor medida que los demás temas, pero es igual de importante. El General Vela es mostrado como un hombre que no le importa reprimir de manera violenta a sus opositores ni mucho menos a su familia, o por lo menos a su hijo, del cual se burla porque el niño suele con volar, y es evidente que Vela quiere que su hijo sea el sucesor en su dictadura. Debido a su tiránico mandato, surgen grupos que quieren derrocarlo para que haya igualdad y libertad, con Lavinia siendo una cabeza visible en su contra.

En la historia antigua, también se ve represión pues los indígenas padecen los primeros problemas de una población invasora que quiere convertirlos en esclavos, algo que los lleva a rebelarse.

La mujer habitada es una historia que pese a haber sido escrita hace más de 30 años, mantiene la lucha por una sociedad libre y equitativa vigente para todas las clases sociales y todos los géneros. Sigue mostrando como a una mujer le es difícil sobresalir en un mundo dominado por los hombres, pero al mismo tiempo cómo puede lograr sus objetivos en pro de la igualdad y la justicia. Sin embargo, el hecho de que la historia antigua y la historia actual estén mezcladas entre sí puede generar un poco de confusión. Fuera de eso, es una novela que recomiendo mucho. Ahora es el momento de dejar a nuestra Lavinia nicaragüense...

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