LA CONJURA DE LOS NECIOS



Advertencia: para los que no han leído la novela, hay algunos destripes (spoilers).
Para continuar, esta semana analizaré La conjura de los necios (A Confederacy of Dunces) del escritor estadounidense John Kennedy Toole.
La conjura de los necios trata sobre Ignatius J. Reilly, un hombre de elevada educación y aspirante a escritor que se ve obligado a salir de su “zona de comodidad” para cubrir una deuda. En medio de su vida, convive con su madre y se muestra lo difícil que es hacerse un lugar en el mundo que lo rodea.
La conjura de los necios está ambientada en la Nueva Orleans de 1963, en medio de la época de la contracultura, la cual cambiaría el punto de vista del mundo para siempre. Está compuesta de trece capítulos subdivididas en partes con números romanos que a continuación enumeraré. Es probable que Toole lo haya hecho para mostrarnos las distintas problemáticas que tienen los personajes:
Uno: tres partes.
Dos: cinco partes.
Tres: cinco partes.
Cuatro: cinco partes.
Cinco: cinco partes.
Seis: cinco partes.
Siete: tres partes.
Ocho: tres partes.
Nueve: cinco partes.
Diez: cuatro partes.
Once: cuatro partes.
Doce: una sola parte.
Trece: trece partes.
Catorce: una sola parte.
El protagonista de la novela es Ignatius J. Reilly, pero también se destacan su madre, Irene Reilly; el oficial Angelo Mancuso; la tía de este, Santa Battaglia; el señor Robichaux; los Levy, los dueños de Levy Pants; Lana Lee y Darlene, la dueña y la bailarina del bar de striptease Noche de Alegría, respectivamente; y Burma Jones, un afroestadounidense que barre en el Noche de Alegría. También se destaca la ex compañera de clases y amiga por correspondencia de Ignatius, Myrna Minkoff.
Ignatius Jacques Reilly nació en Nueva Orleans en 19331. Es graduado de universidad, algo no muy común en la época. Sin embargo, Ignatius considera que el mundo exterior no comprende sus ideas ni su forma de ver las cosas, por lo que no ha tenido un trabajo desde que salió de la universidad. Sus momentos de diversión consisten en ir al cine y ver televisión sólo para criticar de manera negativa las películas y los programas de televisión. Vive con su madre en una casa y ambos subsisten con una pequeña pensión que su madre heredó de su difunto esposo.
Ignatius considera que las ideas de la Edad Media son las mejores y desprecia tanto el Renacimiento como los demás movimientos artísticos que le siguieron, pero aun así disfruta de los inventos modernos. Considera que los afroestadounidenses merecen tener un empleo y un sueldo igual a los caucásicos, por lo que intenta formar un movimiento a favor de estos derechos en su primer trabajo. Luego de que esto fracasara, intenta crear un movimiento político en una reunión gay, sólo para que esto también tenga malos resultados. Aun así, no deja de lado sus ideas de cambiar el mundo o por lo menos intentarlo.
Irene Reilly es la sufrida madre de Ignatius. Perdió a su esposo hace veintiún años y se quedó sola con su único hijo. Para darle la mejor educación que ella nunca tuvo -pues ella se crío en una familia extremadamente pobre-, invierte unos ahorros que había heredado de su tía para que Ignatius estudiara ocho años en la universidad.
Sin embargo, el hecho de que Ignatius no quiera tener un trabajo bien remunerado a pesar de su educación, hace que la señora Reilly sienta que ello fue inútil al ver las cosas que su hijo decide hacer; razón por la cual tiende a ahogar sus frustraciones en el alcohol. Peor aún, Ignatius no la trata bien y a menudo la critica por su falta de educación.
Sin embargo, cuando conoce al agente Mancuso y este le presenta a su tía, Santa Battaglia, Irene logra salir del círculo vicioso en el que estaba sumida y se divierte como nunca lo ha hecho en su vida. Además, conoce a Claude Robichaux, un viudo pensionado del ferrocarril, con el que inicia un noviazgo y desea casarse.
Myrna Minkoff es la única amiga que tiene Ignatius (y probablemente su interés amoroso). Es neoyorquina, más exactamente del Bronx, y de religión judía, pero en su juventud fue a Nueva Orleans para estudiar en la universidad y allí, mientras era alumna de un profesor, el doctor Talc, conoce a Ignatius y así empiezan una relación de amor/odio y admiración/desprecio, puesto que sus ideas diferían el uno del otro. Myrna buscaba la forma de cambiar la sociedad y se une a cuanta causa encuentra, algo que Ignatius no entendía y que cuando la criticaba, ella lo acusaba de antisemita.
Cuando Myrna abandonó la universidad, deja a Ignatius con sentimientos encontrados ya que, por un lado, siente que se libró de alguien indeseable, pero por el otro, la extraña por su manera de ser. A pesar de los años y la distancia, ambos se mantienen en contacto por correspondencia, la cual esta llena de críticas entre uno y otro. Myrna aparece en el capítulo final y tiene una gran relevancia en la resolución de la novela.
El agente de policía Angelo Mancuso es un patrullero incompetente que conoce a los Reilly cuando la señora Reilly causa destrozos en una propiedad privada con su carro y él va a verlos a su casa para hablarles sobre el acuerdo que decidió hacer el dueño de la casa dañada. Está claro que no es bueno en su trabajo, pero intenta hacer todo lo posible para conservarlo porque tiene tres hijos pequeños que mantener. Por un golpe de suerte, finalmente logra conservar su placa.
Santa Battaglia es la tía del agente Mancuso, el cual la presenta a la señora Reilly para sacarla del círculo vicioso en el que vive. Al ser una gran jugadora de bolos, impulsa a la señora Reilly y de esta forma logra que esta mejore su estado físico. Es una mujer muy orgullosa de sus raíces sicilianas.
Claude Robichaux es un viudo pensionado del ferrocarril de Nueva Orleans. Se sabe que tiene una única hija que ya está casada. Está obsesionado con los comunistas y cree que Ignatius es uno, por lo que busca deshacerse de él para poder casarse con su madre, ya que lo considera indigno como hijastro.
Gus Levy y su esposa viven en un vecindario de Nueva Orleans de condición media. Tienen dos hijas, Susan y Sandra, que están en la universidad. A pesar de que es la empresa de su padre, el señor Levy la desprecia y lo que más desea es que pronto desaparezca, aunque más adelante vemos que su actitud de dejadez hacía la empresa se debe a lo castrante que había sido su padre con él, un hombre que se negaba a evolucionar y que coartó sus deseos de iniciativa.
Al principio, una persona de ideas progresistas como Ignatius no es alguien que el señor Levy vería con buenos ojos, razón por la cual lo despide y el hecho de tener problemas con su proveedor hace que quiera buscar a Ignatius para que este se haga responsable del lío porque lo considera culpable de ello. Pronto descubre quien fue el verdadero responsable del pleito con el proveedor y luego de eso finalmente tiene el poder de asumir las riendas de su vida y de su empresa y hacer las innovaciones que siempre quiso hacer.
La señora Levy es ambiciosa y manipuladora, por lo que busca que su esposo haga todo lo posible para establecer a Levy Pants como una fabrica de alta posición nacional y obviamente no le gusta su estado actual: al borde de la quiebra. Ella supuestamente ve a Ignatius como un idealista y lo apoya, puesto que sus hijas también tienen ideas progresistas hasta que ve las consecuencias que las acciones de Ignatius crea para Levy Pants. Siempre está culpando a su esposo, el señor Levy, de todo lo malo que les pasa y no le gusta que él se meta con su tabla de ejercicios motorizada.
Hacia el final de la novela vemos que sus grandes problemas son su incapacidad de aceptar sus errores, su hipocresía y su enorme habilidad de manipulación, que ella asegura es psicoanálisis y esto intenta realizarlo con la señora Trixie. Sin embargo, sus supuestos intentos psicoanalíticos no funcionan, no sólo porque no está calificada sino también porque ella misma necesita terapia. Al final, le cuesta creer el cambio de su marido y debe tragarse su orgullo.
Lana Lee es una modelo pornográfica y la dueña en el Noche de Alegría. Tiene un carácter imponente y no tolera las personas que pueden causar alboroto en el negocio, lo que incluye a Ignatius y a su madre. Se muestra en desacuerdo con las ideas sobre dar derechos civiles a los afroestadounidenses algo que junto con otras actitudes más hace que Ignatius la llame “la propietaria nazi”.
Darlene es una bailarina de striptease en el Noche de Alegría. No es una persona muy inteligente, pero posee un buen corazón; quizá esta sea la razón por la que es una de las pocas personas que realmente aprecia a Ignatius, al menos al principio ya que después se gana su antipatía al ver la manera en la que trata a su madre. Posee una cacatúa como mascota.
Burma Jones es el barrendero del Noche de Alegría. Como la mayoría de los afroestadounidenses de su época, tiene que sufrir la segregación típica del sur de los Estados Unidos. No le gusta su trabajo de barrendero en el que le pagan menos del salario mínimo, pero teme dejarlo ante las amenazas de Lana Lee de enviarlo a la cárcel por vagabundear, un delito grave en aquel entonces. Sin embargo, cuando la oportunidad de dejar su empleo mal pagado y en donde recibe maltrato verbal, no la desperdicia para nada.
Una de las cosas que tiene La conjura de los necios es su amplia gama de personajes de todos los orígenes ya sea caucásicos, afroestadounidenses, irlandeses, italianos, franceses, heterosexuales, homosexuales, protestantes, católicos o judíos. Todo esto representa el origen multiétnico de la ciudad de Nueva Orleans, la cual es una ciudad de mucha historia, así como del mismo Estados Unidos.
En la novela se muestran muchos temas como la lucha por los derechos civiles tanto de los afroestadounidenses como los de la comunidad LGBT+. El primer grupo tendría esta lucha a lo largo de la década de 1960 en cabeza de personajes como Martin Luther King y Malcolm X mientras que el segundo empezaría a surgir al final de la misma época, pero tendría su apogeo en los 70.
Un ejemplo se ve en Ignatius, que constantemente busca algo por lo que luchar, ya sea por mejores condiciones laborales, que los afroamericanos tengan los mismos derechos de la población caucásica, intentar crear un partido para buscar mecanismos para lograr la paz… En fin, Ignatius siempre busca la forma de crear una sociedad mejor y algo por lo que luchar, razones por las cuales se identifica, muy a su pesar, con Myrna. Sin embargo, hasta allí se parecen.
Como Ignatius, Myrna siempre busca causas para mejorar el mundo y siempre está buscando cantando y componiendo canciones con su guitarra. Sin embargo, mientras las luchas de Ignatius se centran en su natal Nueva Orleans porque no le gusta salir de allí, Myrna va más allá y viaja por todo el país haciendo lo mismo, aunque ella siempre mantiene su amor por La Gran Manzana, la cual considera la mejor ciudad para buscar causas. Por eso, todo el tiempo se escriben para criticarse e irritarse el uno al otro.
No obstante, si uno se fija en la manera de actuar de cada uno, en cierta forma tanto Ignatius como Myrna tratan de impresionarse el uno al otro no sólo para llamar su atención sino para mostrar la abierta tensión sexual que hay entre los dos. En resumen, los dos se admiran e incluso yo diría que se aman porque ambos son contrapartes entre sí el uno del otro, aunque los dos sean demasiado tercos para admitirlo.
Otro detalle que tiene La conjura de los necios son sus muchas referencias a los productos y a la cultura estadounidense. Por ejemplo, se menciona las bebidas que los personajes, sobre todo Ignatius, beben, los alimentos que comen, las películas que ven, los libros que leen… Todo es relato de como se veía la Nueva Orleans de la década de 1960 y por extensión, del mismo Sur de los Estados Unidos.
En general, no es fácil empatizar con los personajes. La mayoría son o manipuladores o ineptos tanto en su trabajo como en su vida o tienen personalidades que los hacen odiosos. Sin embargo, hay algunos que son agradables y que llaman la atención como Burma Jones, el señor Levy o Darlene, pero en su mayoría son personajes que, después de haber pasado por situaciones difíciles, logran evolucionar y salir del cascarón en el que estaban inmersos.
De cierta forma, eso pasa con Ignatius. Aunque algunos comparan a Ignatius con Don Quijote de la Mancha, la realidad es que, aunque Ignatius tiene su idealismo y deseo de luchar por causas así sean perdidas, él no tiene la personalidad que hace al Quijote atrayente. Por momentos, Ignatius puede llegar a ser tan irritante, neurótico y desesperante que a veces uno quiere saltar los pasajes en donde él tiene el foco o simplemente dejar la novela.
Sin embargo, también a veces uno siente que Ignatius se comporta así porque no ha encontrado un lugar donde sus ideas sean tenidas en cuenta. Al no querer abandonar su ciudad natal, Ignatius se siente estancado porque Nueva Orleans no es la ciudad más adecuada para su forma de ser, al menos para la visión del lector. Pero a medida que la novela va finalizando y él intuye lo que le puede ocurrir, finalmente entiende que, si quiere conservar su mente intacta, debe abandonar la comodidad de su nicho porque ya no existe. En resumen, Ignatius me gustaría como personaje sino fuese tan fastidioso a veces.
Esta es una de las novelas más complicadas con las que abro este año. Los cambios de foco con respecto a los personajes, así como sus personalidades despreciables pueden hacer que esta novela a menudo sea una molestia al leerla, pero si sigues adelante descubre una historia con muchas capas y mucha evolución.
Considero que La conjura de los necios no es para todo el mundo. Si no se es un lector ávido, no se disfrutará de esta novela; pero si entiendes las referencias, te fijas en como interactúan los personajes y no en sus personalidades y sigues hasta el final, encontrarás una historia llena de descripción y que cuenta cómo un treintañero gordo y neurótico que vive con su madre intenta imponer sus ideas y mejorar la sociedad, nuestra sociedad. Esto nos muestra que soñar con algo mejor es más importante hoy que nunca.
Adenda: Quiero darle las gracias a mi excompañera de clase de la Universidad de Cartagena, Margareth Ríos Hernández, por haberme recomendado la lectura de esta novela a través de Goodreads. Sin ella, esta entrada nunca se hubiera escrito. Aunque tardé en leerla, no rindo con un libro. Tarde o temprano, lo leo.
NOTA
1 El año de nacimiento de Ignatius se puede deducir de un dato de la novela. Ignatius fue concebido cuando sus padres vieron la película Red Dust (Tierra de pasión en España), protagonizada por Clark Gable y Jean Harlow, que se estrenó el 22 de octubre de 1932.

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