PRISIÓN PERPETUA
Advertencia: para los que no han
leído este libro, hay algunos destripes (spoilers).
Para empezar el año con algo peculiar,
analizaré Prisión perpetua del escritor argentino Ricardo Piglia, más cuando
esta semana está por cumplirse el segundo aniversario de su fallecimiento.
Prisión perpetua es una compilación de dos
novelas cortas: la primera, de nombre homónimo; y la segunda, llamada Encuentro
en Saint-Nazaire. Sin embargo, a pesar de ambas tienen un núcleo argumental,
las dos están hechas de microcuentos, que en su mayoría sólo poseen un párrafo.
La razón de por qué Prisión perpetua tiene este
estilo se debe a que los personajes van contando microcuentos al narrador y
este a su vez va a contando historias relacionadas con dichos personajes. Entre
ellos se destacan un neoyorquino residente en Argentina, una descendiente de
Friedrich Nietzsche, un escritor irlandés, la hermana de este y desde
luego el narrador, que es el propio Piglia.
La historia, Prisión perpetua, está dividida en
dos novelas: En otro país y El fluir de la vida. En otro país trata sobre las
dificultades que la familia de Piglia pasó después de la caída del peronismo y
cómo las mismas lo acercaron a su pasión que es contar relatos, gracias a un
simpático neoyorquino que les contaba historias cortas. De esta manera, los dos
exiliados (uno dentro de su país y el otro fuera del suyo) se vuelven compañeros.
Las historias cortas que cuentan aparecen a lo largo de la novela.
En El fluir de la vida Piglia nos narra sobre
una mujer de origen alemán que asegura ser descendiente de la familia de
Friedrich Nietzsche y del doctor Förster, que vive recluida en una institución
psiquiátrica y que muestra deseos de vivir en Europa pese a que nació en
Paraguay y nunca ha puesto sus pies en el Viejo Continente.
Por su parte, Encuentro en Saint-Nazaire está
dividido en tres partes: dos partes que están numeradas por números romanos y
la última que se llama El diario de un loco. En las dos primeras partes Piglia
se encuentra en Francia para una reunión de escritores y traductores de varios
países y conoce a dos hermanos irlandeses con los que inicia una amistad. El
diario de un loco es un glosario, pero no uno cualquiera, sino uno que en vez
de significados trae, como en la primera novela, microcuentos.
Los personajes más recurrentes en Prisión
perpetua son Steve Ratliff, Lucía Nietzsche, Stephen Stevensen, su hermana
Maggie (Erika Turner) y Piglia, que narra toda la historia.
Steve Ratliff es un escritor neoyorquino que
llegó a Buenos Aires luego de la caída del peronismo. Empieza a relacionarse
con la familia Piglia cuando se entera de que el padre del escritor estuvo en
prisión por sus convicciones políticas (perteneció al peronismo) y se convierte
en paciente frecuente. Al mismo tiempo forjó una amistad con el joven Ricardo y
le contó muchas historias de corta duración y llenas de ironía sobre varias
personas.
Lucía Nietzsche es una paraguaya descendiente
de dos familias importantes de Alemania: los Nietzsche y los Förster. De hecho,
su verdadero nombre es Lucía Nietzsche-Förster, pero su padre prefirió usar
Nietzsche ante las implicaciones negativas del apellido Förster1. Al
principio se la menciona en una de las historias de Steve Ratliff para luego
tener su
propio día bajo los reflectores.
Lucía es una mujer que ha pasado gran parte de
su vida entrando y saliendo de hospitales psiquiátricos a causa de sus
trastornos mentales, los cuales le vienen de familia, pues su madre también los
padeció. Ella era la modelo de su padre, un fotógrafo y retratista, y ambos
pasaban gran parte del tiempo haciendo retratos fotográficos e ignoraban por
completo a su hija. Sin embargo, fue criada bajo principios contrarios a los de
su abuelo, quizá porque su padre pensaba que le iría mejor en la vida si era
educada con ideologías más liberales y porque él se avergonzaba de las ideas de
su propio padre.
Cuando su madre se suicidó, su padre liquidó a
bajo precio las propiedades que había heredado de sus padres y se mudó a Buenos
Aires con Lucía, y allí abrió un estudio fotográfico gracias a unos expatriados
alemanes en Argentina que conformaban la Asociación de Alemania Libre, fundada
por antinazis y liberales, aunque antiperonistas.
Lucía se considera alemana, no latina, no sólo
por su ascendencia sino por sus convicciones. A ella le gustaría estar en
Europa para vivir allí el resto de su vida, aunque sabe que eso no sería
posible por sus serios trastornos mentales. Esto se manifiesta en sus palabras:
“Lo único
que me interesa es poder irme de acá y volver a Europa, de donde nunca debí
salir aunque jamás haya estado. Yo soy una europea alemana falsamente nacida en
el Paraguay, y no me interesa vivir en estas provincias.”
p. 37
Stephen Stevensen es un escritor irlandés que
Piglia conoce en un encuentro de escritores y traductores en Saint-Nazaire,
Francia. Es oriundo de Dublín. Stevensen le cuenta un poco sobre su vida en
Irlanda, su familia y sobre sus convicciones políticas, siendo católico y, por
tanto, pro-IRA. Junto a él, también se entera de muchas historias.
Erika Turner o Maggie Stevensen es la hermana
de Stephen. Al igual que su hermano, nació en Dublín. Ella es una experta en
gramática que ha tratado hacer una solicitud en la Universidad de Princeton
para entrar como investigadora de gramática. Es con ella con quien Piglia es
más cercana, pues ella le revela como un encuentro con una militante del IRA la
marcó para siempre. Aunque vive entre París, Princeton y Londres, siempre
tiende a añorar estar en al menos dos lugares.
“Imagina
que siempre puede volver a Londres, donde tiene su casa y una mujer que le
cuida el perro y le riega las plantas. Imagina, Erika, que mantener su casa
lista para volver es una prueba de libertad y de autocontrol. Quiere vivir dos
vidas. Una posible en Londres y otra real en Princeton. Lo llama tener dos
destinos, ser dos. Vive en París y piensa en Princeton, pero mantiene su casa
en Londres. Si viviera en Londres pensaría en París y mantendría una casa en
Princeton (234 South Stanworth Drive). En realidad, está huyendo de su hermano
Steve y busca un laboratorio para investigar con calma su teoría de los dichos.”
p. 60-61
Una de las cosas que pude percibir en Prisión
perpetua es el uso de microrrelatos para contar diversas historias. Los cuentos
cortos no sólo muestran lo que les ocurre a distintas personas o que de allí
salen personajes que tienen relevancia en el libro, sino que también vemos que
hay muchos trasfondos históricos puesto que tratan distintos acontecimientos
tanto de la historia de Sudamérica como del mundo.
Lucía Nietzsche-Förster representa a la fallida colonia alemana
en Paraguay, Nueva Germania, fundada por el profesor antisemita Bernhard
Förster y su esposa Elisabeth Förster-Nietzsche2, hermana del
filósofo, al ser un ejemplo del fracaso de dicha colonia en mostrar la
prosperidad del hombre ario fuera de Alemania, así como del intento de
integración de ambas culturas (alemana y suramericana) ¿Por qué? Porque Lucía
no siente que sea parte de Suramérica; no se siente paraguaya ni tampoco
argentina. Ella se siente europea y sólo quiere estar allí, aunque nunca puso
los pies allí.
Además, la incapacidad de Lucía para integrarse
puede ser la razón de sus constantes problemas psicológicos y no sólo por su
herencia genética y de hecho su falta de sentimiento nacionalista son una
analogía al mismo que siempre caracterizó a Nietzsche, el cual se supone es su
tío abuelo.
Stevensen y Erika hacen referencias al Conflicto de Irlanda del
Norte o The Troubles, que tuvo su gran apogeo en las décadas de 1970 y
1980. Este conflicto entre los unionistas, que eran de mayoría protestante; y
los republicanos, en gran medida católicos; trajo mucha violencia y muerte a
las Islas Británicas, en particular a Irlanda del Norte.
A diferencia de Lucía, que posee problemas de
identidad nacional, Stevensen y Erika se sienten irlandeses y católicos y consideran
que el gobierno británico ha oprimido durante mucho tiempo a Irlanda del Norte,
como ya lo había hecho durante siglos con Irlanda. Por lo tanto, aunque apoyan
al IRA, no están de acuerdo con sus acciones violentas.
En cuanto a Piglia, sabemos que él y su familia
tuvo que vivir las consecuencias de la caída del peronismo en 1955 y como su
familia debió cambiar de residencia para volver a empezar. Todo eso es una
muestra del por qué sus buenas relaciones con exiliados.
La novela está hecha de retazos de historias
cortas, pero al mismo presenta trasfondos personales profundos, que reflejan
mucho de la naturaleza humana. En mi opinión, diré que aunque disfruté mucho la
lectura, sobre todo, los microcuentos, la encontré demasiado compleja a causa
del estilo en que fue escrita.
NOTAS
1 Esto muestra el deseo del padre de Lucía por
dejar de lado la ideología antisemita que su padre le enseñó, probablemente al
ver las consecuencias de ello (Segunda Guerra Mundial).
2 Si bien a
Elisabeth se le reconoce el haber ayudado a difundir el trabajo de su hermano,
a menudo es criticada por reescribir los manuscritos de Friedrich para que se
ajustaran a su propia ideología, la cual era nacionalista y antisemita. Por
esto, las ideas de Nietzsche fueron malinterpretadas durante mucho tiempo, al
creerse que estas eran sus convicciones cuando en realidad él las rechazaba.
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