TROILO Y CRÉSIDA
La Guerra de Troya ha inspirado muchas obras literarias basadas o
relacionadas con ella: La Ilíada, La Odisea, La Eneida… Incluso Geoffrey
Chaucer, el gran escritor inglés del siglo XIV y autor de Los cuentos de
Canterbury, escribió sobre dos personajes de esta guerra prácticamente
desconocidos para nosotros: Troilo y Crésida, una pareja de troyanos
enamorados. Siglos después, su compatriota William Shakespeare, quizá absorto
en una depresión, escribió una obra de teatro basado en este malogrado amor.
No es necesario decir las causas de la Guerra de Troya, ya que no
está más decir que todo se originó por una infidelidad, una fuga y un esposo
cornudo que no aceptó dicha afrenta y quiso limpiar su honor, así que me
enfocaré en los personajes principales. Troilo es un príncipe, hijo de Príamo,
rey de Troya, por tanto hermano de Héctor y Paris. Crésida, por su parte, es
hija de Calcas, un sacerdote1 que ha traicionado a los suyos
uniéndose a la causa griega.
Para Troilo, su lealtad está con los suyos, es decir, su familia y
su pueblo; sin embargo para Crésida es más bien una lucha entre dos bandos. Por
un lado, le debe lealtad a su gente, así como a Troilo, el hombre que ama; pero
también quiere honrar a su padre aunque este se haya unido a los griegos; de
esta manera convirtiéndose en un traidor. El único que la apoya es su tío
Pándaro, que se ha convertido en alcahueta de la relación entre ella y Troilo.
Los troyanos apoyan a Paris en su negativa de devolver a Helena. La
única que se opone a ello es Casandra, también hija de Príamo y hermana de
Héctor, Paris y Troilo. Su don de la profecía le permite saber que si no
devuelven a Helena, Troya sería destruida. Por desgracia, Casandra tiene un
defecto: nadie le cree y toda su familia la considera una loca, por lo que
permanece encerrada2. Por su parte, los griegos, sobre todo Menelao,
esposo de Helena, quieren que todo termine.
En el momento en el que se desarrolla la obra, la guerra ha llegado
a un punto muerto: ni los griegos han podido entrar en Troya ni los troyanos
devuelven a Helena, así que los únicos relativamente felices en esa aparente
calma son Troilo y Crésida, aunque tenga que verse a escondidas con la ayuda de
Pándaro. En uno de sus encuentros, ambos tienen relaciones sexuales. Antes de
separarse, prometen ser fieles y amarse sin importar las circunstancias.
Sin embargo, su “amor” es puesto a prueba cuando Crésida se
convierte en peón de ajedrez en la guerra, siendo intercambiada por Antenor,
consejero de Príamo que había sido capturado por los griegos cuando intentaba proponer
una solución pacífica al conflicto. Pero Diomedes, rey de Argos, se lleva a
Crésida a su campamento para convertirla en su amante y ella se entrega a él.
Cuando Troilo llega de incognito para ver a Crésida, ve todo y ya no quiere
saber nada más de ella; sólo quiere vengarse de Diomedes con ayuda de Héctor.
Mientras tanto, Héctor decide enfrentarse a los griegos debido a
las ofensas de Aquiles para con él. Primero lo combate Áyax, rey de Salamina,
pero este último lo perdona, así que Héctor decide vengarse de Aquiles matando
a Patroclo, un hombre muy querido por Aquiles. Cuando este se entera, se
enfrenta a Héctor, lo derrota, lo mata y por último arrastra el cuerpo atándolo
a su carro. Con esto concluye la obra.
Uno de los temas principales de la obra es la Guerra de Troya que
sirve con telón para las distintas historias románticas como la de Troilo y
Crésida, pero aunque la obra lleve su nombre la pareja apenas interactúa, ya
que gran parte de la obra está más enfocada a la lucha entre griegos y troyanos,
más que nada en los griegos que conspiran para que Aquiles se mantenga en la
lucha. También hay otra relación: Aquiles y Patroclo, los cuales se tenían un
amor tan profundo que cuando Patroclo es asesinado por Héctor, Aquiles limpia
su honor enfrentándose a él, derrotándolo y matándolo.
Antes de cualquier crítica conversadora y homofóbica, deben saber
que en la Antigua Grecia las relaciones homosexuales eran aceptadas, así que no
era raro que dos hombres fueran amantes. La pregunta es: ¿Aquiles y Patroclo eran
amantes? En mi opinión, sí, y esto es lo que muestra Shakespeare en su versión
de Troilo y Crésida, cuando Patroclo es llamado (perdonen el lenguaje) la “puta
amante” de Aquiles. El gran poeta griego Homero también lo muestra en su Ilíada
pero la censura en las traducciones no ha dejado muchos indicios profundos de
la relación Aquiles-Patroclo.
Volviendo a la obra, el otro tema de Troilo y Crésida sería el
sexo. Como ocurre en Romeo y Julieta, Hamlet y Ofelia, e incluso Lisandro y
Hermia, en Troilo y Crésida la pareja homónima mantiene una relación amorosa ilícita,
pero lo que diferencia al resto de las parejas de Shakespeare, es que ellos
mantienen contacto sexual, algo que se evidencia de manera sutil y metafórica,
muy propio de Shakespeare. En cuanto al supuesto amor entre Troilo y Crésida
creo que este no fue lo suficientemente fuerte como para mantenerse vivo ya que
a la menor oportunidad la guerra entró y quedo destruido por la falta de
constancia y de fidelidad de la pareja, irónicamente las mismas constancia y
fidelidad que ambos dijeron que se profesarían.
Viendo desde mi perspectiva, ahora comprendo porque Troilo y
Crésida es diferente de otras obras de Shakespeare y es llamada obra de
conflicto. Al principio tiene tonos tranquilos como es habitual en sus comedias
pero conforme avanza se vuelve más oscura y tiene un mal final para los
protagonistas, así estos no mueran, y para un guerrero que intenta defender a
los suyos. En resumen, es demasiado gris para ser una comedia pero como sus
protagonistas no mueren al final de la misma tampoco se la puede considerar una
tragedia en el sentido estricto de su definición.
Lo que me gusta de Troilo y Crésida es que muestra que cuando la
guerra entra en nuestras vidas destruye todo a su alrededor sin ninguna
distinción. También muestra algo que ya había mencionado al principio y es el
hecho de que la infidelidad destruye cualquier amor. Por lo demás, para mí es
una obra sin pena ni gloria.
NOTAS
1 Sacerdote de Apolo
2 Casandra recibió el don de la
profecía de parte de Apolo, de quien era sacerdotisa, pero como ella rechazó su
amor, este la maldijo negándole el don de la persuasión, es decir, nadie creería
nunca en sus pronósticos. Debido a esto, ningún troyano tomó en serio sus
predicciones y por eso la ciudad fue destruida.
Adenda: Quiero que se dirijan al final de la columna de la derecha, debajo de las etiquetas. Al final encontrarán una encuesta que pregunta qué historia quieren que vaya al final del mes de octubre. Ustedes deciden si quieren que sea El corazón condenado de Clive Barker, que fue la base de la película de 1988 Puerta al infierno (Hellraiser) o La pata de mono de W. W. Jacobs, inspiración en series animadas como Los Simpson (Especial de Noche de Brujas II) y Hora de aventura (Trilogía de El Lich).
La encuesta estará disponible hasta el 26 de septiembre.
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