ANTES DE QUE SE ENFRÍE EL CAFÉ
Esta semana, analizaré otra novela japonesa, pero esta vez es el reto de lectura de este mes, el cual debe ser leer una historia de amor o romance. Por el título, ya saben cuál fue la elegida: la novela Antes de que se enfríe el café del escritor Toshikazu Kawaguchi.
Antes de que se enfríe el
café nos muestra cuatro historias en el que nos
presentan diferentes problemáticas de los distintos clientes de una pequeña y
popular cafetería tokiota. Cabe destacar que todos los personajes principales
de las historias aparecen en la primera, pero que luego tomarían el
protagonismo en los relatos subsecuentes. Todo ello transcurre en Tokio de la
época en la que se publicó el libro (2015) y se desarrolla alrededor de dos
meses, a juzgar por los tiempos entre la primera (ocurrida tras el final de la
floración de la sakura1, a
principios de mayo) y la cuarta historia (mediados a finales de agosto).
La cafetería en cuestión se llama Funikuri Funikura y se podría
decir que es un personaje, aunque sea inanimado. Lo que la hace muy popular es
que se dice que se puede viajar al pasado allí. En realidad, la cafetería es
muy pequeña. Con una barra para tres personas y solo tres mesas con dos mesas
cada una, tomar una mesa o un lugar en la barra en Funikuri Funikura es muy
complicado, en particular cuando una de las mesas está ocupada por el fantasma
de una mujer de vestido blanco que lee un libro y solo se levanta para ir al
baño. Sin embargo, se puede viajar al pasado siempre que uno siga las
siguientes reglas que son mencionadas en el prólogo:
- No puedes encontrarte con alguien que nunca ha estado en la cafetería.
- No puedes cambiar el presente por más que uno se esfuerce en el pasado.
- Debes sentarte en la mesa y en la misma silla en la que se sienta la mujer del vestido.
- Mientras se esté en el pasado o en el futuro, no debes levantarte ni moverte de la silla. De lo contrario, regresarás al presente.
- Solo se puede permanecer en el pasado o el futuro el tiempo que tarda el café en enfriarse del pocillo, el cual se debe beber antes de que eso ocurra. Esta regla es la más importante de todas. Hay una leve modificación cuando alguien va al pasado a hablar con una persona fallecida: se usa una alarma que avisa cuando el café está por enfriarse.
En la cuarta historia, se revela una sexta regla: sin importar si
se quiere viajar en el presente o en el futuro, la persona que se ha sentado en
la silla no puede volver a viajar en el tiempo.
Para hablar de los personajes, voy a hacer una clasificación poco
usual. Como casi todos aparecen al principio de la primera historia, primero
hablaré de las historias, los personajes que sientan en la silla en cada
historia y a la persona con la que quieren hablar y por último analizaré a Kazu
y a Nagare, personajes importantes en la novela y que no viajan en la silla, al
fantasma de la mujer del vestido blanco que se sienta y otro personaje del que
hablaré más adelante.
La primera historia, Novios,
presenta a Fumiko, una mujer cuyo novio ha decidido terminar la relación porque
debe trasladarse a Estados Unidos por motivos de trabajo. Esta separación la
deja dolida porque siente que no pudo expresarle lo que sentía por él ni
rogarle que no se fuera, aun sabiendo que eso tal vez no hubiera hecho la
diferencia. Al enterarse de la mesa en la que hay el fantasma de una mujer y
que si se sienta allí podría regresar al pasado, Fumiko decide probar a
regresar siete días antes para hablar con su ex novio y rogarle que no se vaya.
Fumiko Kyokawa es la típica mujer trabajadora japonesa. Es una
mujer con una educación amplia: graduada de la escuela con dominio autodidacto de
seis idiomas, además de su natal japonés (inglés, ruso, francés, griego,
italiano y español), la primera de su promoción en la Universidad de Waseda y
una carrera exitosa como ejecutiva en una empresa informática especializada en
salud. Al estar casada con su trabajo, a sus veintiocho años su familia la
presiona para que se case pues consideran que se está quedando solterona por el
hecho de que sus dos hermanos menores ya se casaron. Ella no parecía tener
interés en el matrimonio hasta que un día durante una reunión conoció a Gorō
Katada, también ejecutivo informático de la salud.
Desde ese instante, Fumiko y Gorō comenzaron una relación, incluso
considerando contraer matrimonio con él, pues siente que no quiere casarse con
nadie más. Sin embargo, ella queda devastada ante la ruptura del noviazgo cuando
Gorō se va a los Estados Unidos a seguir su pasión laboral (desarrolla
videojuegos) al no ser capaz de expresarle sus más profundos sentimientos, por
lo que decide hacer el viaje en el pasado, no para evitar que Gorō se vaya sino
para decirle lo que siente y lograr que la relación no se rompa a pesar de la
distancia. Aunque Fumiko no toma café, debe hacerlo si quiere viajar al pasado.
En la cuarta historia, el lector tiene la oportunidad de saber si Fumiko y Gorō
volvieron a estar juntos.
La segunda historia, Marido y
mujer, nos muestra una pareja, la señora Kōtake y el señor Fusagi. La
señora Kōtake debe lidiar con el alzhéimer de inicio temprano que aqueja a su
esposo y que lo hace obsesionarse con viajar al pasado, algo que no puede hacer,
precisamente, ante el avance de su enfermedad. Cuando la señora Kōtake se entera
de que su esposo tiene una carta en su sobre destinada a ella, ella decide
viajar al pasado para hablar con el señor Fusagi para saber el contenido de la
carta.
La señora Kōtake es una enfermera que frecuenta la cafetería. En
realidad Kōtake es su apellido de soltera, pero a causa del alzhéimer de su
esposo, le pide a Kei y a Kazu, así como a los clientes habituales de Funikuri
Funikura que la llamen señora Kōtake en lugar de señora Fusagi para no
confundir al señor Fusagi. Luego de saber que su esposo le escribió una carta
pero que él ya no recuerda lo que le escribió, ella decide viajar al pasado
para preguntarle a su esposo el contenido de la misma. Generalmente cuando la
señora Kōtake quiere tomar café, se lo sirve Nagare, el dueño de Funikuri
Funikura.
El señor Fusagi también es un cliente habitual de la cafetería. Tuvo
que empezar a trabajar desde joven en el negocio familiar de venta de algas a
causa de la falta de población en su pueblo natal, por lo que apenas aprendió a
leer y a escribir. Es un hombre amable pero el alzhéimer de poco ha hecho estragos
no solo en su memoria sino también en su personalidad por lo que olvida a las
personas (lo que incluye a su esposa, la señora Kōtake) y sus acciones. Sin
embargo, lo que no parece haber olvidado de momento es que le escribió a su
esposa. Conoce la mesa que lleva al pasado, pero a causa del alzhéimer es
incapaz de lograrlo. No sorprende que sea la señora Kōtake la que decide saber
qué tenía la carta.
En la tercera historia, Hermanas,
Hirai ha sufrido la trágica pérdida de su hermana menor Kumi, la cual siempre
iba a Tokio una vez al mes pero Hirai siempre buscaba evitarla pues no quería
regresar al ryokan familiar. Luego de
asistir al funeral de su hermana (y tras rechazada por sus padres, que la ven
como culpable de la muerte de su hija menor), Hirai quiere viajar al pasado
para hablar una vez más con Kumi.
Yaeko Hirai es la dueña desde hace siete años de un pequeño pero
popular bar cercano al Funikuri Funikura. Tiene treinta y un años, es oriunda
de la ciudad de Sendai y es reconocida por el rulo en su cabello. Siendo la
mayor de dos hermanas, sus padres esperaban que ella regentara Takakura, el ryokan que la familia dirige desde hace
varias generaciones. Sin embargo, Hirai es de personalidad impulsiva, sin
miramientos y libre, pues no tuvo ningún problema en abandonar Sendai y el
negocio familiar para abrir un bar en Tokio, causando que sus padres la desheredaran.
Durante los siguientes trece años, la hermana menor de Hirai, Kumi,
siempre iba a verla a Tokio una vez al mes; siempre, por supuesto, pidiendo que
regrese a casa. En los últimos dos años, Hirai buscó formas de evadir las
visitas de Kumi, hasta que en la última visita la segunda sufrió un accidente
automovilístico ocasionado por un conductor imprudente en el que ella perdió la
vida por un solo y desafortunado golpe. Luego de los funerales y abrumada por
la culpa, Hirai decide viajar en el tiempo a tres días atrás, el día de la
última visita de Kumi, para saber que deseaba decirle Kumi a ella.
Kumi Hirai es la difunta hermana menor de Hirai, seis años menor. Cuando
Hirai abandona Sendai y el ryokan
apenas cumple la mayoría de edad, sus padres la crían para convertirse en la
heredera de Takakura. A pesar de que no ha hecho un mal trabajo, a sus
veinticinco años se siente atrapada en una vida que se le impuso ante la
partida de su hermana mayor, sin la posibilidad de tener otro tipo de vida. Por
eso busca la forma de que Hirai regrese a Sendai para que ambas, como hermanas,
dirijan el ryokan juntas, siendo esa
la razón de sus viajes mensuales a Tokio. Aunque Hirai no está dispuesta a
recibirla desde hace dos años, Kumi nunca pierde la esperanza de que su hermana
cambie de parecer.
Cualquier posibilidad que tenía Kumi de que las dos administren
Takakura se acaba cuando Kumi muere en un accidente de tránsito justo cuando
estaba por partir a Sendai en su carro. El dolor de su pérdida hace que Hirai
decida viajar al pasado para hablar con su hermana y honrar sus deseos.
La cuarta y última historia, Madre
e hija, tiene como protagonistas a Kei Nagare y a su futura. Debido a una
enfermedad, es poco probable que Kei sobreviva al parto, por lo que necesita
viajar al futuro dentro de diez años para saber si su hija será feliz. Sin
embargo, por alguna razón termina siendo enviada a quince años en el futuro.
Kei Tokita (de soltera Matsuzawa) es la esposa de Nagare, el dueño
de Funikuri Funikura, y se encarga de administrar el lugar junto con su esposo,
algo no tan habitual en un negocio japonés, siendo la que lleva las cuentas. Desde
su nacimiento, tiene una enfermedad cardiaca que limitó su actividad física
pero no su personalidad optimista y despreocupada. En una de sus estancias en
el hospital, conoce a un Nagare víctima de un accidente de tránsito,
enamorándose de su voz (pues el rostro y cuerpo de este estaban cubiertos por
vendajes) y le dice que se casará con él. En efecto, apenas él se recupera, los
dos inician una relación y unos años después se casan.
Sin embargo, la enfermedad de Kei, heredada de su padre y de la
cual él había fallecido cuando Kei tenía nueve años, siempre ha sido un peligro
y más cuando Kei queda embarazada. A pesar de que el embarazo debilita su salud
y que es posible que no llegue a conocer a su criatura, Kei decide viajar al
futuro para conocer a su hija, a la que llamarán Miki, y saber si es feliz a
pesar de su ausencia.
Kazu Tokita es prima de Nagare y la barista de la cafetería, empleo
que compagina con sus estudios universitarios de arte. Junto con Nagare, se
encarga de hacer el café pero ella lo hace en la máquina de café que ellos
tienen. Además, es ella la que siempre le sirve el café a quienes quieren
viajar en el tiempo, además del fantasma de la mujer que se sienta allí.
Nagare Tokita es el dueño y el otro barista de Funikuri Funikura. A
diferencia de Kazu, él prepara el café en una tradicional cafetería de sifón y
filtrado a mano lo cual, de acuerdo con él, «podía equilibrar mejor la amargura
y la astringencia del café según se vertiera el agua y la temperatura de esta»
(Kawaguchi, p. 142), algo que una cafetera moderna no puede lograr. Los
clientes habituales que quieren pedir este café solo lo hacen cuando Nagare
está presente. También prepara una mantequilla casera para que los clientes la
disfruten sin importar lo costoso que le resulte prepararla. Para Nagare, lo
más importante es que sus clientes disfruten de sus productos y de la atención.
Sin duda, es un hombre que le importan sus clientes.
Felizmente casado con Kei, Nagare en verdad ama a su esposa y de
verdad le interesa que se involucre en la cafetería, a pesar de su delicada
salud. Sin embargo, a pesar de no estar de acuerdo con que Kei decida continuar
con su embarazo, tampoco tiene la voluntad de decirle que lo interrumpa. Tan
solo muestra su oposición a que Kei viaje en el tiempo para conocer a su futura
criatura. En dicha historia sabemos que será de Nagare en el futuro.
La mujer del vestido es el fantasma que se sienta en la mesa. Allí
se dedica a leer una novela llamada Novios
y siempre aparta cualquier cosa que le coloquen cerca de ella, solo abandonando
su asiento una vez al día para ir al baño, tiempo en el que la gente puede usar
la silla para viajar en el tiempo. Cada vez que alguien intenta sacarla o sigue
allí cuando ella ha regresado del baño, siempre le dice que se aparte.
El último personaje en aparecer es una niña que usa una
indumentaria típica de otoño o invierno a pesar de ser verano y aparece esperando
por alguna razón, la cual se revela al aparecer Kei: la niña quiere tomarse una
fotografía específicamente con Kei. Luego la niña desaparece en el aire, por lo
que Kei, Kazu y Nagare piensan que la niña es alguien fallecido. En la cuarta
historia el lector se entera de la identidad de la niña.
Los viajes en el tiempo no pueden cambiar de ninguna manera el
presente así se viaje al pasado o al futuro, pero le proporcionan un gran
alivio al alma y eso es el propósito tanto de la silla como de la novela. A
Fumiko le ayuda a saber que Gorō no ha dejado de amarla y si ella será capaz de
esperarlo. A la señora Kōtake le interesa saber qué le escribió su esposo antes
de que el alzhéimer lo dominara por completo. Y Kumi desea saber si su futura
criatura es feliz aunque ella no esté a su lado.
Esta es una novela que cuando empiezas a leerla, no puedes soltarla
y eso algo que logra gracias a su estilo poco usual y a su contenido acogedor,
que le da importancia a cada personaje. Sin duda, es una historia que le da un
sentimiento de tranquilidad y optimismo a personas que quieren lo mejor para
sus seres queridos. Sin duda, la recomiendo.
NOTA
1 Sakura
significa flor de cerezo en japonés. Al ser flor una palabra femenina, es
correcto llamarla sakura.
BIBLIOGRAFÍA
Kawaguchi, T. Antes de que se enfríe el café.
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