UNA MUJER SIN IMPORTANCIA

Esta semana analizaré la obra de teatro Una mujer sin importancia del escritor irlandés Oscar Wilde. Hace seis años, hice una entrada sobre esta obra desde el punto de vista materno, pero ahora lo haré sobre la obra completa.

Una mujer sin importancia está compuesta por cuatro actos, lo cual es frecuente en las obras de teatro de Wilde. Él escribió Una mujer sin importancia luego del gran éxito que tuvo El abanico de Lady Windermere, aunque al principio fue reticente a la hora de escribirla porque el actor que le sugirió escribir otra obra no solía hacer papeles de hombres cínicos y dandis. Finalmente, Wilde la escribió y a dicho actor le gustó tanto el rol, que incluso lo representaba fuera de las tablas. La obra se estrenó el 19 de abril de 1893 y tuvo un gran éxito a pesar de una línea controvertida. Su éxito fue tal que se presentó en Nueva York, también con una gran acogida, e incluso estaba por tener una gira cuando ocurrió el famoso juicio a Wilde, por lo que esta fue cancelada.

Los personajes más importantes de Una mujer sin importancia son Lord Illingworth, Gerald Arbuthnot, Hester Worsley y la señora Arbuthnot. Sin embargo, no analizaré a la señora Arbuthnot puesto que ya lo hice hace seis años, aunque no recomiendo leer esa entrada si no han leído Una mujer sin importancia.

Lord Illingworth, antes George Harford, es un noble local británico que recientemente ha recibido un cargo importante como embajador en la India. Recibió el título de Lord Illingworth cuando su padre y su hermano mayor murieron, por lo que Lady Hunstanton dice “que ningún hijo menor ha tenido la suerte que él”. Siendo un dandi, se muestra como un hombre cínico, egoísta y disoluto, al que no le importa seducir y abandonar mujeres. También desea introducir en su mundo lleno de hipocresía a un joven aspirante a ser su secretario, Gerald Arbuthnot. Más adelante se revela la relación de Lord Illingworth con Gerald y la madre de él y cómo intenta hacer que Gerald haga de la alta sociedad británica.

Los parlamentos de Lord Illingworth demuestran su pensamiento sexista y clasista, porque ve a las mujeres como juguetes para entretenerse y porque para él, la alta sociedad británica es la mejor sociedad. Esto se ve cuando tiene una pequeña conversación con Mister Kelvil, que es miembro del parlamento, sobre las diferencias entre la Cámara de los Comunes¹ y la Cámara de los Lores².

“LORD ILLINGWORTH:

[…], la Cámara de los Comunes realmente es poco dañina. La gente no puede hacerse buena por una orden del Parlamento…, eso ya es algo.

KELVIL:

No puede usted negar que la Cámara de los Comunes ha demostrado siempre gran simpatía por los sentimientos de la clase pobre.

LORD ILLINGWORTH:

Ése es un vicio muy especial. El vicio más particular de nuestra época. Deberíamos simpatizar con la alegría, la belleza, el color de la vida. Cuanto menos se hable de las penalidades del mundo, mejor, míster Kelvil.”

Acto Primero, p. 17

 

“KELVIL:

¿Puedo preguntarle, Lord Illingworth, si considera usted la Cámara de los Lores como una institución mejor que la Cámara de los Comunes?

LORD ILLINGWORTH:

Una institución mucho mejor, desde luego. Nosotros, los miembros de la Cámara de los Lores, nunca estamos en contacto con la opinión pública. Eso nos hace ser más civilizados.

KELVIL:

¿Habla usted en serio al decir eso?

LORD ILLINGWORTH:

Completamente en serio, míster Kelvil.”

Acto Primero, p. 18-19

 

Gerald Arbuthnot es el hijo de la señora Arbuthnot. En la obra se muestra como un joven con buenas intenciones, aunque un poco ingenuo sobre el mundo. Su madre lo ha criado sola desde que él estaba en la cuna y lo único que sabe de su padre es que murió cuando era muy pequeño. Trabaja como empleado bancario en un pequeño pueblo hasta que conoce a Lord Illingworth, que le ofrece un puesto como secretario.

Para un joven que no ha estudiado en una escuela o una universidad, por así decirlo, encopetada, ser secretario de un noble local podría ser la puerta para muchas oportunidades en su vida, entre ellas pedir matrimonio a Hester Worsley. Sin embargo, su madre se opone de manera vehemente a que él tome el empleo y más tarde en la obra se descubre el por qué.

Hester Worsley es una huérfana y rica heredera estadounidense que posee unas ideas progresistas sobre la sociedad y la mujer. Ella considera que la sociedad estadounidense es más equitativa en lo económico y en lo social, y a diferencia de las mujeres británicas, valora más a las personas que trabajan para vivir que las viven sin necesidad de trabajar, porque su padre hizo su propia fortuna. Para Hester “todo debería estar al alcance de la esperanza” porque para ella “la vida es una esperanza”. Esto hace que su pensamiento choque con los de personajes como Lady Caroline, la señora Allonby y Lord Illingworth, que se refieren a ella como “puritana”. Además de todo lo expuesto, Hester considera que cuando un hombre y una mujer se han equivocado, deben recibir un castigo por igual:

“Si un hombre y una mujer han pecado, que ambos vayan al desierto para amarse u odiarse. Que ambos sean malditos. Que queden marcados, si se quiere, pero que no sea castigado uno y el otro quede libre. No tengamos una ley para los hombres y otra para las mujeres. Son injustos con las mujeres en Inglaterra. Y hasta que se den cuenta de que lo que es una vergüenza en una mujer es una infamia en un hombre, siempre serán injustos, y la justicia, ese bloque de fuego, y la injusticia, ese bloque de humo, estarán borrosos ante sus ojos, o no los verán, y si los ven, no los mirarán.”

Segundo acto, p. 45

 

Hester representa un tipo de personaje común en los trabajos literarios británicos de la época: la heredera estadounidense con la que aristócratas británicos caídos en desgracia desean casarse, algo que ya había analizado en El aristócrata solterón. Sin embargo, la mayoría de las ricas herederas estadounidenses literarias no son personajes con mucha sustancia o desarrollo, por lo que Hester sobresale por ser una mujer que no se guarda sus opiniones sobre la sociedad y las mujeres. Esto la hace contrastar con los demás personajes femeninos que parecen más correctas en su comportamiento pero que en realidad son hipócritas.

Lady Hunstanton es la anfitriona de las reuniones que aparecen en la obra. Es menos hipócrita que la mayoría de las mujeres que han parte de su círculo social, pero al mismo tiempo es bastante ignorante de la sociedad y tiene un pensamiento superficial sobre la manera de pensar y actuar de los demás.

Lady Caroline es una mujer perteneciente al círculo social de Lady Hunstanton. Está casada con un hombre, Sir John al cual mangonea, como se ve en sus diálogos, pero también se nota que su esposo en cierta forma la desafía.

La señora Allonby es un personaje secundario en la obra. Es considerada el equivalente femenino de Lord Illingworth porque no solo tiene los mismos pensamientos machistas y clasistas, sino también que es ella la que hace una apuesta con él por Hester.

Como la mayoría de las obras de Oscar Wilde, en Una mujer sin importancia hay un secreto que se revela en la mitad de la novela y hay transmutación de frases, es decir, un personaje repite las frases que otro personaje dijo con anterioridad al final de la obra.

Un tema que se trata en Una mujer sin importancia es la mujer, su rol y el doble estándar con el que es vista en la sociedad. No solo los hombres, sino también muchas mujeres ven de manera adecuada que una mujer reciba un castigo más severo que un hombre solo por ser mujer, mientras que al hombre siempre se le busca una forma de justificar sus acciones e incluso es perdonado.

Un personaje que muestra un gran desprecio por las mujeres es Lord Illingworth. Para él, las mujeres son como objetos para conseguir, disfrutar y luego desechar. De ahí, que no le importe intentar seducir a Hester, una mujer a la que él y Mistress Allonby llaman puritana.

Pero también hay un personaje que es una excepción a la regla: Hester Worsley. Para ella, tanto un hombre como una mujer deben recibir el mismo castigo, ni más ni menos. No obstante, hacia el final de la obra ella flexibiliza un poco su pensamiento pues entienden que no todas las mujeres que han cometido errores son malvadas y además le hace ver a Gerald el sacrificio y la entrega que su madre hizo por él, sin tener un hombre a su lado. Para ella, “la ley de Dios es sobre el amor”.

Otro tema que trata Una mujer sin importancia es el dinero. La mayoría de los personajes nacieron en familias que nadaban en la abundancia, sin tener que trabajar. En contraste, la señora Arbuthnot tuvo que luchar para poder alimentar, vestir y educar a Gerald. Todo ello representa la desigualdad socioeconómica de la Era Victoriana.

De nuevo, Hester Worsley sobresale en este tema. Si bien ella nació en la opulencia, considera que el dinero ganado mediante el trabajo duro debería ser más apreciado que aquel que lo obtiene por herencia.

“LADY CAROLINE:

En mi juventud, miss Worsley, nunca había nadie en sociedad que tuviese que trabajar para vivir. No estaba bien visto.

HESTER:

En América, ésa es la gente que respetamos más.”

Primer acto, p. 8

 

Una mujer sin importancia es una obra en la que Wilde expresa como el doble rasero de la sociedad es destructivo tanto para las mujeres como para las personas de bajos recursos económicos, al ser vistas y juzgadas con desprecio. Sin embargo, también es visible ver a personas luchar contra dichos prejuicios y doble moral y salir adelante. Por esto, recomiendo mucho leer esta obra de teatro.

BIBLIOGRAFÍA

Wilde, O. Una mujer sin importancia.

 

NOTAS

¹ Cámara baja del Parlamento Británico. Está compuesta por 650 representantes elegidos en los diferentes distritos electorales del Reino Unido durante cinco años (o menos si hay elecciones anticipadas) hasta la disolución del parlamento. Se encargan de proponer proyectos de leyes de suma importancia.

² Cámara alta del Parlamento Británico. Actualmente está compuesta por 805 miembros, cuya membresía se otorga por nombramiento, herencia o función oficial. Se encarga de examinar los proyectos de ley presentados por la Cámara de los Comunes. A pesar de que ya no posee la capacidad de evitar que los proyectos de ley de los Comunes sino en circunstancias determinadas, puede retrasar los proyectos de ley y enviar recomendaciones, así como a reconsiderar sus decisiones.