PAREJAS DE LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ
Lo que el viento se llevó es una de las novelas
clásicas más populares que existen. Algunos la tachan de novela romántica, pero
eso sería simplificarla porque además de romance, trata temas como la guerra,
la abolición de la esclavitud y sus consecuencias, el patriotismo y los
problemas maritales. También es una muestra de lo que una persona puede llegar
a hacer con tal de proveer para su familia. Sin embargo, trataré sobre las
parejas de esta novela, porque tratar totalmente la novela requeriría más de
una entrada.
Hay diversas parejas establecidas en la novela
Lo que el viento se llevó de la escritora estadounidense Margaret Mitchell. Sin
embargo, hay dos parejas que sobresalen, que corresponden a los cuatro
personajes que más sobresalen de la historia: Scarlett O’Hara, Rhett Butler,
Ashley Wilkes y Melanie Hamilton.
SCARLETT O’HARA Y RHETT BUTLER, LA PAREJA ALFA
Katie Scarlett O’Hara y Rhett Butler son dos
personas muy parecidas en carácter: ambos son rebeldes y egoístas, pero también
son pragmáticos y determinados, ya que a ambos desean sobrevivir en una Georgia
arruinada por la Guerra de Secesión y la Reconstrucción.
Scarlett es la hija mayor de un terrateniente
irlandés, Gerald O’Hara, con quien tenía una relación de padre e hija basada en
la complicidad, y de una distinguida dama del sur de Georgia, Ellen Robillard.
Desde niña, vivió en un ambiente privilegiado y rodeada de sus vecinos y de los
esclavos, con los que prefería jugar en lugar de con sus hermanas menores.
Cuando creció, se convirtió en, por lo decirlo así, la reina abeja del condado ya que atraía a
todos los hombres que la conocían. Lo irónico es que sólo había uno que le
interesaba pero que no le prestaba atención: Ashley Wilkes.
A causa de ser el centro de atención de todos
los hombres, Scarlett no tenía amigas y veía a todas las mujeres como rivales,
incluidas a sus hermanas, excepto a su madre, a quien amaba y respetaba mucho.
Al mismo tiempo, casi todas las jóvenes del condado la detestaban. Las únicas
que le dirigían la palabra eran Cathleen Calvert y, por supuesto, Melanie
Hamilton. A esta última también la veía como una rival al ser la prometida de
Ashley.
Por su parte, Rhett también viene de una
familia adinerada, pero de Charleston, Carolina del Sur. Fue expulsado de la
Academia Militar de West Point, en Virginia, y se fue de Charleston a causa de
un duelo que tuvo con un hombre, a cuya hermana había deshonrado por salir con
ella sin un chaperón a su lado y regresarla a su casa demasiado tarde, tal como
se lo contó Cathleen Calvert a Scarlett:
“Tiene la
reputación más terrible del mundo. Se llama Rhett Butler, es de Charleston y
sus parientes son personas muy distinguidas, pero no se tratan con él. Caro
Rhett me habló de él el verano pasado. No tiene relaciones con su familia, pero
ella, como todos, sabe cuanto a él se refiere. Fue expulsado de West Point.
¡Figúrate! Y por cosas demasiado graves para que Caro las sepa. Y entonces
sucedió el asunto de esa muchacha con la que él no quiso casarse. […] Dijo que
no había…, que no le había hecho nada y no veía por qué tenía que casarse. Y,
naturalmente, el hermano de ella fue a buscarle y él le dijo que prefería un
balazo antes que casarse con una estúpida. Se batieron y el señor Butler mató
al hermano de la muchacha y tuvo que marcharse de Charleston porque nadie
quiere recibirlo.”
p. 72
Ante la expulsión familiar, Rhett no tiene más
opción que forjarse su propia fortuna, la cual consigue antes, durante y
después de la Guerra de Secesión, mediante métodos cuestionables. No sorprende
que Rhett sea considerado el igual a Scarlett ya que, como ella, tampoco es muy
querido por sus pares, más que nada por predecir que el Sur perdería la guerra
con el Norte, más aún cuando es presentado como invitado en la barbacoa de los
Wilkes, dueños de la plantación Doce Robles:
“Caballeros,
¿puedo decir una palabra? ¿Ha pensado alguno de ustedes, señores, que no hay ni
una fábrica de cañones al sur de la línea Mason-Dixon? ¿Y en las pocas
fundiciones que hay en el Sur? ¿Y en las escasas fábricas de lana y algodón?
¿Han pensado ustedes que no tenemos ni un barco de guerra y que los yanquis
pueden bloquear nuestros puertos en una semana, haciendo que no podamos vender
nuestro algodón al extranjero? Pero… claro es que habrán pensado ustedes en
estas cosas. Lo malo de la mayoría de nosotros, los del Sur, es que no viajamos
bastante o que no sacamos el suficiente provecho de nuestros viajes. Todos
ustedes naturalmente, han viajado. ¿Pero qué han visto? Europa, Nueva York,
Filadelfia, y las señoras, claro es, han estado en Saratoga. Han visto los
hoteles y los museos, y los bailes, y las casas de juego. Y han vuelto a casa
creyendo que no hay nada como el Sur. En cuanto a mí, he nacido en Charleston,
pero he pasado estos últimos años en el Norte. He visto muchas cosas que
ustedes no han visto. Los millares de emigrantes que lucharán gustosos con los
yanquis, por la comida y unos dólares; las fábricas, las fundiciones, los
astilleros, las minas de hierro y de carbón… y todo lo que nosotros no tenemos.
Lo único que poseemos es algodón, esclavos y arrogancia… Nos aniquilarían en un
mes.”
p. 79-80
Por supuesto, el primer encuentro entre él y
Scarlett, que fue en la barbacoa de los Wilkes, no fue nada agradable y ella
termina despreciándolo y así seguiría siendo cada vez que se encuentran. Al
mismo tiempo, Scarlett siente cada vez más una atracción por él, algo que nunca
ha sentido por Ashley; pero sigue disfrazándolo de odio.
Poco después de la barbacoa, Scarlett contrajo
matrimonio con Charles Hamilton, el hermano de Melanie, sólo para provocar
escándalo, poder estar cerca de Ashley y darle celos. En su lugar, sólo vive
con su esposo dos semanas antes de que este parta al frente justo una semana
antes que Ashley. Charles ni siquiera llega a combatir pues en un periodo de
seis semanas contrae sarampión, al cual sobrevive, pero luego muere de
neumonía, una típica complicación de esta enfermedad. Las dos semanas que
pasaron juntos fueron suficientes para que Scarlett concibiera y diera a luz a
finales de 1861 o principios de 1862 a su hijo, que fue llamado Wade Hampton
Hamilton. A causa de esto, se hace más cercana a Melanie por ser su cuñada a
pesar de su disimulado desprecio hacia ella.
Durante la guerra, Scarlett trabaja junto a
Melanie como enfermeras para el doctor Meade, algo que a Scarlett le desagrada,
mientras que Rhett se dedica en un principio a violador de bloqueo, es decir, a
dirigir barcos que evadían el bloqueo al que el Norte tenía sometido a los
puertos sureños. Por esto, al comienzo se gana el respeto de sus pares e
incluso propone a Scarlett como su pareja de baile para la recaudación del
hospital a pesar de las protestas y de la doble moral de los presentes. Es
llamado “capitán Butler”, aunque después de la guerra sólo unos cuantos siguen
refiriéndose a él con dicho apodo.
Sin embargo, debido a que evitar el bloqueo
naval se vuelve cada vez más peligroso, Rhett vende sus barcos y se dedica a la
especulación, es decir, a revender a precios elevados productos que no se
consiguen a raíz de la guerra. Esto acaba con la reputación que se había ganado
como violador de bloqueo.
Conforme la guerra avanza, la opinión de
Scarlett y Rhett sobre la misma cambia. Al principio, Scarlett apoyaba la
guerra, pero cuando ve las nefastas consecuencias en ella misma, en sus seres
queridos y el círculo personal que la rodeaba, no siente más que odio y
rechazo. Para ella, la Guerra de Secesión nunca debió ocurrir. Sin embargo,
también es consciente que no puede estar lamentándose por lo perdido y que debe
salir adelante por sí misma y por los suyos sin importarle los métodos
deshonestos que use.
En cuanto a Rhett, desde un comienzo él ve la
Guerra de Secesión como una manera de hacerse rico a pesar de su supuesto
rechazo por ella. Sin embargo, tras ayudar a Scarlett y a Melanie a salir de
Atlanta, por primera vez él puede apreciar el orgullo por su región que sienten
los hombres, aunque la causa sea perdida. Esto hace que Rhett decide pelear en
la guerra porque siente vergüenza de haberse hecho rico a costa de ella y
porque a pesar de todo, él posee orgullo sureño.
Después de la Guerra de Secesión, empieza la
Reconstrucción. Para Scarlett, resulta su más dura prueba porque tras la
derrota del Sur el gobierno consolidado por esclavos emancipados y sureños
republicanos intenta quitarle Tara al aumentar los impuestos que debe pagar por
ella. Cuando trata de consultar a Ashley se muestra nostálgico y derrotado y
dice que sólo Rhett Butler es el único que tiene dinero. Con esta idea en
mente, Scarlett decide conquistarlo para convertirse en esposa y así salvar
Tara. Por eso, se hace un vestido con las cortinas de su difunta madre, a pesar
de las protestas de Mammy, para conquistar a Rhett, de quien ha escuchado está
en prisión y a punto de ser ejecutado.
Ya en Atlanta, Scarlett va a visitar a Rhett y
casi parece que ella ha logrado su propósito, pero cuando él ve el mal estado
de sus manos se da cuenta de la verdadera situación de Scarlett y ella no tiene
más remedio que decirle la verdad. Incluso le ruega que le dé una letra de pago
para poder cobrarla, a lo que Rhett se niega. Scarlett queda muy triste por su
futuro incierto, pero mientras deambula por la calle se encuentra con el
prometido de su hermana Suellen, Frank Kennedy, el cual ha logrado obtener
cierto capital gracias a una tienda. Sabiendo todo esto, Scarlett engaña a
Frank y lo seduce, casándose al cabo de dos semanas. Esto destruye por completo
la relación entre ella y Suellen, la cual había sido tensa desde siempre.
Pronto no sólo paga la contribución de Tara,
sino que compra un aserradero a su nombre en lugar del de su esposo con el que
tiene mucho éxito, ya que la demanda de madera en la Reconstrucción es elevada,
incluso valiéndose de mentiras para ganar más dinero. Luego compra otro
aserradero, también a su nombre, y con ambos le va muy bien, llegando a dar la
mayor parte de sus ganancias a Tara. Incluso logra que Rhett le preste dinero
para expandir sus negocios y mejorar Tara. Este último logra salir de la cárcel
gracias a un funcionario corrupto del Norte con el que hizo negocios ilícitos.
Sin embargo, convertirse en una empresaria hace
a Scarlett una paria de la sociedad ya que todos menos Rhett, Melanie y la tía
Pittypat la rehúyen. El rechazo social es aún mayor cuando empieza a tratar con
los yanquis, algo inconcebible para la tradicional clase alta de Atlanta. En
medio de esto, queda embarazada de Frank, algo que no le cae en gracia, dado
que no le gustan los niños, algo que le confiesa a Rhett.
En junio, Scarlett se entera de la muerte de su
padre, provocada por Suellen cuando esta intenta cobrar una indemnización del
gobierno yanqui y para ello pretende engañar su padre al darle alcohol. Sin
embargo, Gerald reacciona antes de firmar y no sólo no lo hace, sino que
destroza el documento, se roba un caballo de su vecino Alex Fontaine e intenta
salta una valla cerca de Tara; pero el caballo se asusta y arroja al señor
O’Hara, algo que le ocasiona la muerte de manera inmediata.
Para evitar más problemas, Scarlett aprueba el
matrimonio entre Will Benteen, un joven veterano de guerra que llegó a Tara y
se quedó como capataz y mano derecha de ella, y Suellen, a sabiendas de que él
ama verdaderamente a su hermana menor Carreen. Sin embargo, esta última se irá
a un convento de Charleston porque no ha podido olvidar a Brent Tarleton, su
prometido, que murió en Gettysburg; además Will ama Tara y sólo puede
quedarse allí si se casa con Suellen. Scarlett aprueba el enlace porque
comprende muy bien a Will y porque sabe que Suellen tendría que aceptarlo para
evitar el ostracismo de sus vecinos, que no le perdonan haber traicionado al
Sur.
Meses después, Scarlett da a luz a una niña a
la que llaman Ella Lorena Kennedy. Al mismo tiempo, las tensiones raciales en
Atlanta se intensifican y la violencia se hace mucho mayor con la aparición del
Ku Klux Klan. Sin embargo, nada de ello le importa a Scarlett, que sólo quiere
supervisar sus aserraderos, los cuales están perdiendo dinero ante la mala
administración de Hugh Elsing y Ashley Wilkes, a los cuales Scarlett nombró
directores; al primero por consejo de un conocido y al segundo para mantenerlo
cerca de ella. Decide reemplazar a Hugh Elsing (a pesar de cometer errores
menos graves que Ashley) con Johnnie Gallegher, un hombre de origen irlandés
que es conocido por su desempeño en los negocios a pesar de su mala reputación,
la cual no es infundada como se ve en la forma en la que trata a los
prisioneros.
Debido al incremento de la violencia en
Atlanta, Scarlett contrata como guardaespaldas a un campesino exconvicto
llamado Archie, que tiene una deuda de gratitud con Melanie. Al principio, el
hombre cumple bien su trabajo, pero luego renuncia cuando Scarlett decide
contratar prisioneros para los aserraderos, pues él vivió de cerca las penurias
de los presidiarios explotados por el gobierno para trabajar en aserraderos y
prestar el servicio militar. Sin alguien que la proteja, Scarlett es victima de
dos hombres que intentaron robarla y hacerle daño si no hubiera sido por la
intervención de Big Sam, un exesclavo de Tara, que golpea y mata a uno de los
hombres. En recompensa, por ser un hombre buscado y muy a su pesar, Scarlett
envía a Big Sam a Tara donde puede ser de utilidad como capataz para su cuñado
Will Benteen, puesto que Big Sam ya había sido capataz en Tara antes de la
guerra.
Ante el ataque a Scarlett, se descubre que los
hombres más prominentes de Atlanta (su esposo, Frank Kennedy; Ashley; el doctor
Meade; Henry Hamilton, tío de Melanie; el abuelo Merriwether; Hugh Elsing;
Tommy Welburn, cuñado de Hugh y varios hombres más) son parte del Ku Klux Klan
y que se fueron a Shantytown, un barrio bajo habitado por negros, a cobrar
venganza por Scarlett al buscar a los hombres que la atacaron, si es que Big
Sam no logró matarlos del todo. Sin embargo, los yanquis (que tienen a Georgia
bajo ley marcial desde la Reconstrucción) se enteran de esto y les tienden una
trampa, de la que salieron librados casi todos gracias a la intervención de
Rhett.
Rhett, junto con Belle Watling, la prostituta y
dueña del burdel de Peachtree Creek, juran falso testimonio diciendo que los
hombres estuvieron con las mujeres que trabajan para Belle y bebiendo allí. La
treta resulta creíble para los yanquis por el prestigio que Rhett tiene entre
ellos. Sin embargo, la artimaña fue tan humillante para la elite de Atlanta,
que esta, en vez de mostrarse agradecida, desprecia aún más a Rhett.
No obstante, Rhett no pudo actuar a tiempo para
salvar a Frank Kennedy y a Tommy Welburn, que son asesinados en la ida a
Shantytown, y se ve obligado a hacer que Archie haga parecer sus muertes como
producto de una riña. Esto llena de culpa a Scarlett, por todo el daño que le
hizo a Frank durante su corto matrimonio y por su rol indirecto en su muerte,
pues ella pensó que, de no haber insistido en seguir yendo a los aserraderos a
pesar del peligro, nunca hubiera sido atacada.
Cuando Scarlett se lamenta y teme irse al
infierno por sus acciones, Rhett la consuela y le anuncia que quiere casarse
con ella. Scarlett duda porque después de dos matrimonios, no desea volverse a
casar, pero Rhett le insiste en que ella nació para tener esposo y ambos
formarían una buena pareja porque ambos son iguales: picaros, oportunistas y
pragmáticos. Después de pensarlo, Scarlett acepta después de que Rhett anuncia
que se irá por un año y que, al regresar, anunciará el compromiso.
La orgullosa clase alta de Atlanta está
ofendida con el compromiso por la mala reputación de ambos y porque Scarlett lo
anunció a tan sólo un año después de la muerte de su segundo esposo. Ni
siquiera Mammy está a favor de la boda y se lo hace saber a Scarlett. Sólo
Melanie está de acuerdo con la unión, pero coincide con el resto de la gente en
que Scarlett debió esperar un poco más antes de casarse otra vez.
Durante su luna de miel en Nueva Orleans,
Scarlett pudo disfrutar mucho de la ciudad y de la compañía de Rhett. Se dio
cuenta de que, a diferencia de sus dos primeros esposos, él era un completo
enigma ya que a veces era amable con ella y otras ocasiones impertinente.
Además, tenía el carácter que no poseían Charles Hamilton y Frank Kennedy, pues
de inmediato le impone a Scarlett vivir en el National Hotel hasta que la casa
de ambos esté terminada porque no desea vivir en casa de la tía Pittypat y que
no le dará dinero para su almacén y sus aserraderos, ya que según sus palabras:
“no quiero
contribuir a mantener a Ashley Wilkes.”
p. 608
Scarlett elige cómo será la casa: al estilo de
un chalé suizo y desea que la vieja sociedad atlantina asista a la casa. Sin
embargo, Rhett le advierte que eso es poco probable porque estos los consideran
unos scallawags y amigos de los
republicanos y que se enojarían mucho más cuando vean el lujo en el que viven
mientras la tradicional aristocracia de Atlanta apenas puede sobrevivir. No se
equivocaría, porque los únicos que acudieron a verlos fueron el tío Henry, el
anciano señor Merriwether y su nieta Maybelle, los hermanos Elsing y por
supuesto, los Wilkes, y lo hacen por Rhett debido a su deuda de gratitud para
con él.
Apenas la casa estuvo terminada, está se llenó
de republicanos dirigidos por el gobernador Rufus Bullock, amigo de Rhett, y
Scarlett se convierte en una magnifica anfitriona, aunque en el fondo ella odie
a los republicanos más que nadie. La relación con los republicanos de los
Butler los aleja por completo de la vieja guardia de Atlanta y sólo Melanie
está dispuesta a seguir relacionándose con Scarlett.
Al poco tiempo, Scarlett queda embarazada, a
pesar de no desearlo y quiere abortar, pero Rhett no se lo permite por los
peligrosos métodos que se empleaban en la época. Da a luz a una niña a la que
llaman Eugenie Victoria, pero debido a que Melanie compara los ojos de la niña
con la bandera Bonnie Blue, todos acaban por llamarla Bonnie Blue o simplemente
Bonnie.
El nacimiento de Bonnie hace que Rhett
replantee todas sus acciones pasadas, dándose cuenta de que necesita limpiar su
nombre para evitar que su hija sufra el mismo ostracismo que él y Scarlett, al
ver las consecuencias que ello tiene para Wade, el hijo mayor de Scarlett.
Disminuye su consumo de alcohol, se aleja de los yanquis republicanos y del
gobernador Bullock y en cambio se afilia al Partido Demócrata y a
organizaciones de veteranos confederados, hace alarde de sus ocho meses en el
ejército y dona dinero a iglesias y a personas como la señora Merriwether; de
esta forma, no sólo gana el favor de ella sino también el de la antigua
aristocracia de Atlanta e incluso el de Mammy, que era fría con él desde el
principio pero cambió cuando vio su comportamiento hacia su hija. De hecho,
Bonnie saca los mejores sentimientos de Rhett, algo que Scarlett encuentra poco
varonil, pero esto a Rhett no le importa, con tal de tener contenta a la niña.
Un día, para el cumpleaños de Ashley, todos se
ponen de acuerdo para hacerle una fiesta sorpresa y Scarlett queda encargada de
distraerlo. Cuando ambos quedan juntos, ambos tienen una conversación que
muestra que ambos tienen ideales y pensamientos opuestos y poco a poco Scarlett
empieza a darse cuenta del verdadero carácter de Ashley. Sin embargo, la escena
queda sujeta a malinterpretaciones cuando Scarlett abraza a Ashley y son
sorprendidos por India, la hermana de Ashley; Archie y la señora Elsing. Esto
hace que todos crean que Scarlett y Ashley son amantes. Scarlett no quiere a la
fiesta, pero Rhett la obliga a asistir por el bien de Bonnie y porque, en sus
palabras, no soporta a una mujer cobarde.
A pesar del apoyo de Melanie, este incidente y
la muerte de Bonnie fracturan la relación entre Scarlett y Rhett, algo que ella
termina lamentando por haber culpado a Rhett de la muerte de Bonnie. Scarlett
poco a poco se da cuenta de que siempre ha amado a Rhett, pero él ya no quiere
nada con ella y sólo busca la paz consigo mismo, razón por la cual decide
abandonar a Scarlett a pesar de que ella insiste en que se quede. Rhett le saca
en cara las cosas que ha hecho ella con discursos contundentes:
“¿no se
te ha ocurrido nunca pensar que el amor más infinito puede disiparse? El mío se
ha disipado. Contra Ashley Wilkes y tu loca obstinación, que te hacía aferrarte
como un perro a cualquier cosa que creías desear… Mi amor se disipó, te lo
repito.”
p. 729
“¡Eres
tan cruel con los que te quieren, Scarlett! Coges su amor y lo sostienes sobre
sus cabezas como un látigo.”
p. 730
“Cuando
estuviste enferma y yo tenía la culpa, yo no me separé de la puerta, esperando
que me llamases. Pero no me llamaste. Comprendí lo loco que había sido y que
todo había terminado. Pero entonces
estaba Bonnie, y comprendí que, al fin y al cabo, no se había acabado todo. Me
gustaba pensar que Bonnie eras tú, hecha otra vez niña, antes de que la guerra
y la miseria te hubiesen marcado. ¡Se parecía tanto a ti, tan voluntariosa, tan
valiente, tan alegre y tan llena de ingenio! Y a ella podía mimarla y educarla
mal, lo mismo que hubiera querido mimarte a ti. Pero no era como tú… Ella me
quería. Podía recoger el amor que tú rechazabas y dárselo a ella, y esto era
una bendición para mí… Cuando se marchó, se lo llevó todo.”
p. 731
“Eres muy
joven para haber ganado todo el mundo y perdido tu alma, ¿verdad? No te
asustes. No me refiero al fuego eterno que te espera por tu asunto con Ashley.
Estoy hablando en sentido figurado. Siempre, desde que te conozco, has deseado
dos cosas: a Ashley y ser lo suficientemente rica para mandar a todo el mundo a
freír espárragos. Bueno, pues ya eres bastante rica, y le has dicho al mundo lo
que has querido, y has conseguido a Ashley, si lo deseas. Pero todo eso no
parece ser bastante todavía.”
p. 732
“Me sigo
riendo. Pero ya he llegado al final de mi vida aventurera, Scarlett. Tengo
cuarenta y cinco años, la edad en que un hombre empieza a conceder algún valor
a las cosas que en la juventud trató tan a la ligera. La unión de la familia,
el honor, la tranquilidad, tienen raíces demasiado hondas. ¡Oh, no me estoy
retractando, no me arrepiento de ninguno de mis actos! Me he dado la gran vida.
Una vida tan excelente, que ahora empieza a perder sabor y necesito algo
distinto. No, nunca he pensado en cambiar más que las manchas de la piel, pero
quiero conseguir la apariencia exterior de la respetabilidad. La respetabilidad
ajena, querida mía. La tranquila dignidad que puede tener la vida, vivida entre
gentes distinguidas. Cuando viví esa vida, no aprecié su sereno encanto. […]
Scarlett, cuando tengas cuarenta y cinco años, acaso comprenderás de qué estoy
hablando, y entonces tal vez, también tú, estarás cansada de seres amanerados,
modales fingidos y emociones baratas. Pero lo dudo. Yo creo que siempre te
sentirás más atraída por el brillo que por el oro… Sin embargo, no puedo
esperar tanto para cerciorarme… Y tampoco deseo esperar. No me interesa. Me voy
a errar por viejas ciudades, y viejas regiones, donde tal vez quede algo de los
viejos tiempos… Soy tan sentimental como todo eso. Atlanta es demasiado nueva
para mí.”
p. 733-734
“Scarlett,
nunca he sido de esas personas que recogen los pedazos rotos, los pegan y luego
se dicen a sí mismos que la cosa compuesta está tan bien como la nueva. Lo que
está roto, roto está. Y prefiero recordarlo como fue, nuevo, a pegarlo y ver
después las señales de la rotura durante toda mi vida. Acaso, si yo fuera más
joven… Pero soy demasiado viejo para
creer en sentimentalismos, equivalentes a pasar una esponja y volver a empezar.
Soy demasiado viejo para soportar la carga de mentiras corteses, que nacen de
vivir en continua desilusión. No podría vivir contigo y mentirte, y mucho menos
podría mentirme a mí mismo. Quisiera que me pudiese importar adónde vas o lo
que quieres. Pero no puedo. Querida mía, no se me da un ardite.”
p. 734
Scarlett queda desconsolada, pero al final
tampoco se queda en Atlanta, sino que regresa a Tara, su hogar, para encontrar
el consuelo y la paz allí y tal vez una forma de que Rhett regrese a su lado.
Scarlett es un ejemplo de una persona que está sola en la cima. Ha logrado hacer fortuna de
las cenizas y sobrevivir a la guerra y a la Reconstrucción, pero al mismo
tiempo ha alejado y ha perdido a todos los seres que la amaban y la apreciaban.
Pierde a sus padres, a su única amiga, a su hija favorita y a los dos hombres
que amó: al primero porque se dio cuenta de que sólo había amado el recuerdo
que este dejó en su adolescencia y al segundo por no valorarlo como debía.
Por su parte, Rhett al principio es un pillo,
pero tiene razones para serlo pues ese es su único medio de vida. Se vale de
todo tipo de métodos deshonestos para adquirir fortuna y posteriormente a
Scarlett, a quien ha amado desde el momento en la que la vio en la barbacoa de
los Wilkes.
Sin embargo, cuando nace su hija Bonnie entiende
que el dinero no viene acompañado de reputación y decide hacer todo lo que esté
en su mano para restaurarla, sólo para que su hija pueda ser bien recibida por
la vieja guardia de Atlanta. Además, se encarga de educar a Bonnie y no permite
que Scarlett lo haga porque quiere que su hija crezca con carácter y no se
convierta en un ser temeroso como sus hermanos mayores, todo ello causado por
el nulo instinto maternal de Scarlett.
Cuando ocurre el asunto entre Scarlett y Ashley
y ella sufre un aborto que estuvo a punto de costarle la vida, Rhett decidió
que tiene suficiente de ella, pero permanece a su lado por su hija, a la que
adora más que a nada. Pero cuando Bonnie muere y Scarlett lo culpa, Rhett en un
principio se rinde ante la vida, aunque con el transcurso del tiempo y ante la
muerte de Melanie, decide que lo mejor para él es pasar el resto de su vida en
paz, algo que sólo puede hacer si se aleja de Scarlett.
ASHLEY WILKES Y MELANIE HAMILTON, LA PAREJA
BETA
George Ashley Wilkes y Melanie Hamilton estaban
destinados a casarse por acuerdo familiar desde su infancia, puesto que los
Wilkes y los Hamilton se casaban entre sí, lo que significaba que Ashley y
Melanie también tenían parentesco entre sí.
Para la mayoría de las familias del condado,
está bien visto que los Wilkes y los Hamilton se
crucen entre ellos porque los consideran
extraños por preferir la lectura, la música, la pintura y viajar a la ciudad de
Nueva York a las típicas actividades del Sur: la caza, la equitación y el
póker. En resumen, como dice Gerald O’Hara:
“Los
Wilkes son distintos de todos nuestros vecinos, distintos de las demás familias
que he conocido. Son seres raros, y es mejor que se casen dentro de su propia
familia y guarden sus rarezas para ellos. […] ¡Si toda esa familia es del mismo
estilo, y lo ha sido siempre! Y, probablemente, siempre lo será. […]. Tú fíjate
cómo se largan a Nueva York para oír una ópera o ver una exposición de pintura.
Y cómo encargan libros franceses y alemanes a los yanquis. Y se pasan las horas
leyendo o soñando, sabe Dios qué, en lugar de pasarlas cazando o jugando al
póker, como hacen las personas decentes.”
p. 28-29
“Los
mejores matrimonios son aquellos que escogen los padres. […] Fíjate, si no, en
los Wilkes. ¿Qué es lo que les hace conservarse dignos y fuertes a través de
todas las generaciones? Pues sencillamente el casarse con sus afines; entre
primos, como quiere su familia que lo hagan.”
p. 30
Sin embargo, sólo una persona del condado está
en contra de los matrimonios entre parientes y, por lo tanto, en contra del
matrimonio entre Ashley y Melanie: Beatrice Tarleton, cuya familia es vecina de
los O’Hara. Esto se debe a que ella vivió esto en su familia. Como resultado,
se negó a casarse con un primo que su madre quería imponerle y en cambio, huyó
con el que se convertiría en su esposo y padre de sus ocho hijos.
“Estos
matrimonios entre primos son una mala cosa. No es suficiente error que Ashley se
case con la hija de Hamilton, sino que van a casar a Honey con ese Charles
pálido y seco. […] Los primos no se deberían casar nunca entre ellos, ni aun
los primos segundos. La sangre se debilita. No sucede como con los caballos.
Podéis aparear una yegua con su hermano o un potro con su hermana y obtendréis
buenos resultados, si conocéis la raza, pero entre la gente la cosa es
distinta. Se podrán obtener buenas apariencias, quizá, pero vigor no.”
p. 65
“[…] ya
es hora de que cesen, porque empiezan a notarse los resultados. ¡Oh, no lo digo
por Ashley, que es un guapo muchacho, aunque también él…! Pero mire a esas dos
muchachas paliduchas. ¡Pobrecitas! Chicas monas, naturalmente, ¡pero tan
pálidas! Mire también a la pequeña Melanie. Delgada como una caña y tan
delicada que un soplo de aire se la llevaría, y sin pizca de gracia. […] Esa
familia necesita sangre nueva, sangre fina y vigorosa, como la de mis niñas o
la de Scarlett. Sus matrimonios consanguíneos los han hecho diferentes de los
que los rodean. ¡Siempre enredando en el piano o atiborrándose la cabeza de
libros! Apuesto a que Ashley prefiere leer a cazar. ¡Sí, lo creo sinceramente,
señor O’Hara! Y mire los huesos de esa gente. Demasiado endebles.”
p. 66
“Sé lo
que digo, porque tengo varios primos casados entre ellos, y le aseguro que sus
hijos nacieron todos con los ojos saltones como sapos. ¡Pobres criaturas! Y,
cuando mi familia quiso que yo me casara con un primo segundo, me encabrité
como un potro. Dije: «No, mamá. Eso no es para mí. Mis hijos habrán de tener
cascos y buena alzada.» Mamá se desmayó oyéndome hablar de caballos, pero yo
permanecí firme y mi abuela me sostuvo. Ella era muy ducha en la cría de
caballos y dijo que tenía razón. ¡Me ayudó a huir con el señor Tarleton! ¡Y
mire a mis hijos! Grandes y sanos, sin padecer nunca un constipado, aunque Boyd
no mide más que un metro setenta y cinco.”
p. 66
A medida que transcurre la trama, vemos que la
señora Tarleton tiene razón. El hecho de haberse mezclado entre sí ha hecho que
los Wilkes y los Hamilton produjeran descendientes con salud y apariencia
frágiles, sobre todo entre los Hamilton, ya que se describe que Charles y
Melanie tienen salud quebradiza e incluso Melanie tiene un cuerpo de aspecto
infantil. La tía de ambos, Sarah Jane, más conocida como Pittypat, que vivía
con ellos tras la muerte de sus padres, posee un comportamiento y una madurez
similares a la de una niña pequeña y por lo tanto, la tratan como tal.
Ni siquiera los Wilkes son inmunes a las
consecuencias de sus costumbres endogámicas. Ashley y sobre todo sus hermanas
India y Honey tenían un aspecto delicado y enfermizo, aunque no tanto como el
de los Hamilton. De hecho, se dice que Ashley tiende a resfriarse con
frecuencia.
Originalmente, la boda de Ashley y Melanie iba
a ser en el otoño de 1861, pero ante la inminencia de la Guerra de Secesión,
deciden adelantarla por acuerdo para el 1° de mayo, a fin de que Ashley pueda
unirse a la milicia. Scarlett se casa con el hermano de Melanie, Charles, el
día anterior, y lo hace sólo para darle celos a Ashley y estar cerca suyo.
Ambos hombres, Ashley y Charles, duran poco tiempo con sus esposas antes de ir
al frente de batalla; pero mientras Melanie lamenta no permanecer más tiempo
con Ashley, Scarlett no siente prácticamente nada puesto que ella nunca se le
había pasado por la cabeza la idea de casarse con Charles y nunca se sintió
atraída por él.
Mientras Ashley permanece en el frente, Melanie
se queda en Atlanta con la tía Pittypat y Scarlett, que se había quedado a
vivir con ellas tras la muerte de Charles y el nacimiento de su hijo Wade. Ella
extraña a su esposo de tal manera que teme que no le quede nada si él llegara a
morir sin que hayan llegado a tener descendencia, ya que a Melanie le encantan
los niños; en contraste con Scarlett, que detesta la maternidad. Esto se
plantea cuando ocurre la decisiva Batalla de Gettysburg, en la que gran parte
del ejército confederado es masacrado y termina torciendo el rumbo a favor del
Norte.
“Si Dios
permitiese que Ashley…, creo que no podría soportarlo, si él muriese, moriría
yo también. SÍ al menos tuviese un hijo suyo para consolarme de su pérdida…
¡Oh, Scarlett, qué suerte tienes! A ti te ha quedado un hijo de Charles… ¡Y a
mí, si Ashley muriese… no me quedaría nada, nada! Perdóname, Scarlett, pero a
veces tengo celos de ti […], porque tú tienes un niño y yo no. ¡A veces imagino
que Wade es mío, porque es terrible no tener ninguno!”
p. 180
Durante la Navidad de 1863, Ashley obtiene un
permiso para estar con su familia durante ocho días. Llega un 21 de diciembre y
se va un 29, no sin antes recibir obsequios por parte de Melanie y Scarlett. A
esta última le pide que cuide de Melanie en caso de que le pase algo. Para ese
entonces, el orgullo por el Sur que sentía Ashley se ha disipado al estar en el
frente y ver que lo que dijo Rhett Butler en la barbacoa era cierto.
Los ocho días que Ashley estuvo con Melanie
fueron suficientes para que esta concibiera y quedara embarazada, el cual es
considerado por el doctor Meade de alto riesgo, dada la estrechez de sus
caderas. Ella le revela su embarazo a Scarlett a inicios de 1864, algo que esta
última no toma nada bien. Por esa misma época Ashley desaparece durante un
reconocimiento y no se sabe sobre su paradero, pero gracias a los contactos de
Rhett Butler -que mostró preocupación por Melanie a causa de su embarazo-
averiguan que Ashley es prisionero en Rock Island, Illinois, un campo de
prisioneros del que sólo salían con vida el 25%.
Melanie debió cuidarse mucho durante el
embarazo, al punto que en las últimas semanas de este estuvo prácticamente en
cama y sola con Scarlett y con Prissy, la esclava de esta última, porque el
Doctor Meade les ordenó a ambas no irse de Atlanta por lo riesgoso de su
embarazo. Su parto coincide con el último día del Sitio de Atlanta por parte
del General Sherman. En medio de los disparos y los cañonazos, sin tener a un
médico o a una comadrona para que la ayudara y con pocos recursos porque todos
estaban ocupados con los heridos, Melanie dio a luz a un niño gracias a
Scarlett y a Prissy al que llamó Beauregard y al que apodaron Beau. Las tres
mujeres y el niño logran huir de Atlanta gracias a Rhett, que las deja para
unirse al ejército.
Pronto, Melanie se da cuenta de que es incapaz
de amamantar a su hijo a causa del poco desarrollo de su cuerpo, así que el
niño fue amamantado por Dilcey, la antigua esclava de los Wilkes y uno de los
pocos esclavos que se quedaron con los O’Hara.
Ashley regresa hacia el final de la guerra y
los Wilkes se ven obligados a vivir en Tara a costa de Scarlett porque la
plantación familiar, Doce Robles, fue quemada por los yanquis. A pesar de sus
esfuerzos, Ashley no logra adaptarse a la vida en Tara, por su incapacidad en
los trabajos de campo, como lo dice Will Benteen:
“No se
siente en su propia casa y tiene la impresión de no ser lo suficientemente útil
para justificar su parte de manutención y la de su familia. No sabe nada del
campo y se da cuenta. No es que no lo tome con gana, pero no ha nacido para
granjero. Usted lo sabe mejor que yo. Cuando se pone a cortar madera, siempre
parece que va a darse un hachazo en un pie. No sabe conducir el arado mejor que
Beau; se llenaría un libro con todo lo que ignora de los trabajos del campo. No
es culpa suya. No ha sido educado para eso. Y, caray, le preocupa ser un hombre
y vivir en Tara a expensas de una mujer, sin darle gran cosa en compensación.”
p. 491.
Ante esta situación, Ashley decide que probará
suerte en Nueva York como empleado en un banco, aunque Scarlett lo nombra
director de uno de sus aserraderos para tenerlo cerca; de esta manera, los
Wilkes se van a vivir a Atlanta, no muy lejos de la tía Pittypat, algo que hace
a Melanie muy feliz porque quiere volver a Atlanta.
A pesar de estar feliz con su hijo y su esposo
de vuelta en Atlanta, el parto y los trabajos que pasa en Tara hacen estragos
en la ya delicada salud de Melanie. Aun así, logra infundir tal distinción y
honor entre la clase alta tradicional de la ciudad, que la nombran presidenta
de varios clubes a favor de los veteranos, viudas y huérfanos de la Guerra de
Secesión. Incluso aunque sus ideas no siempre obtengan el respaldo de los
suyos, todos aprecian tanto a Melanie que las aceptan, como se ve cuando
proponer arreglar las tumbas abandonadas de los soldados yanquis.
“¡Por
favor, señoras!. (sic) Les ruego que me dejen terminar. Sé que no tengo vela en este
entierro, pues, fuera de Charles, ninguno de mis parientes cercanos ha sido
muerto y, gracias a Dios, sé donde (sic) reposa mi hermano. Pero ¡hay tantas de
nosotras hoy día que ignoran dónde están enterrados sus hijos, sus maridos, sus
hermanos o sus…! […] Sus tumbas se encuentran en algún lado, en país yanqui,
del mismo modo que hay aquí tumbas de soldados de la Unión. ¿No sería horrible
oír hablar a una mujer yanqui de desenterrar a nuestros muertos y…? ¡Y qué
consuelo, en cambio, enterarnos de que alguna buena mujer yanqui…! Y debe de
haberlas; poco me importa lo que la gente diga, pero no todas las mujeres
yanquis han de ser malas. ¡Qué consuelo saber que ellas arrancan las malas
hierbas de las tumbas en que reposan los que amamos y que les ponen flores! Si
Charles hubiera muerto en el Norte, sería para mí un gran consuelo saber que
alguien… Y me tiene sin cuidado lo que ustedes piensen de mí, señoras. Yo
presento mi dimisión en los dos clubs y yo… yo arrancaré todas las malas
hierbas de todas las tumbas yanquis que encuentre y plantaré flores en ellas y…
¡y que nadie trate de impedírmelo!”
p. 520-521
Cuando Scarlett se casa por tercera vez con
Rhett y se gana aún más el desprecio de la antigua sociedad de Atlanta, Melanie
permanece fiel a ella y esto hace que se distancie de su cuñada India y de la señora
Merriwether, uno de los miembros más importantes de ella. Pero ni siquiera
Melanie aprueba que Scarlett se relaciona con el gobernador Rufus Bullock, como
se lo manifiesta a ella, al punto que sólo la visitará cuando Bullock no esté
presente.
“Siento
muchísimo ofenderte, Scarlett, pero no puedo saludar al gobernador Bullock, ni
a ningún republicano, ni a ningún scallawag. No les saludaré ni en tu casa, ni
en ninguna otra. No, ni (sic) aunque tuviera que…, aunque tuviera que…, aunque
tuviera que mostrarme grosera. […] Querida, lo que tú haces, lo haces siempre
con alguna buena razón, y yo te quiero, y tengo confianza en ti, y no soy quien (sic) para criticarte. Ni permitiré nunca que nadie te critique delante de mí. Pero
¡oh, Scarlett!. (sic) ¿Puedes olvidar lo que esta gente nos ha hecho? ¿Puedes
olvidar, querida, la muerte de Charles y la salud de Ashley arruinada y Doce
Robles reducido a cenizas? ¡Oh, Scarlett! Es imposible que olvides a aquel
hombre que tú misma mataste con la cesta de labor de tu madre en las manos. No
puedes olvidar a los hombres de Sherman y lo que robaron y profanaron, a los
que intentaron quemar todo el lugar y ahora empuñan la espada de mi padre. ¡Oh,
Scarlett! Fue esa misma gente que nos robó y nos torturó y nos dejó a punto de
morir de inanición, la que invitaste a tu fiesta. La misma gente que ha
colocado a los negros por encima de nosotros para que nos gobiernen, que nos
está robando e impidiendo votar a nuestros hombres. Yo no puedo olvidar. No
quiero olvidar. No le dejaré a mi Beau olvidar, y enseñaré a mis nietos a odiar
a esa gente. Y a los nietos de mis nietos, si Dios me diera una vida tan larga.
¡Oh, Scarlett! ¿Cómo puedes olvidar tú? […] Deseo que nos sigamos visitando
como hemos hecho siempre, querida; sencillamente, dime qué días van a verte
scallawags y republicanos y me quedaré en casa esos días.”
p. 617-618
Las palabras anteriores de Melanie harían
pensar que ella no acepta a los republicanos por orgullo, pero no es así. En
realidad, lo hace por lealtad al Sur, al viejo Sur que ella misma representa a
través de sus valores.
Un defecto de Melanie que resaltaría más
adelante y que causaría su muerte es su intransigencia en desafiar las
expectativas, el cual se hace visible cuando propone arreglar las tumbas
abandonadas de soldados del Norte como mencioné antes y cuando quiere ser
madre.
Debido al poco desarrollo de su cuerpo, el
parto de su único hijo Beau fue extremadamente difícil y duró casi un día. Como
ella nunca logró reponerse por completo de su parto, el doctor Meade y el viejo
doctor Fontaine le advirtieron que no intentara tener más hijos. Sin embargo,
desoye sus consejos y en 1873, nueve años después de dar a luz a Beau, queda
embarazada otra vez, pero sufre un aborto espontáneo, al cual no sobrevive;
nuevamente, esto representa un contraste con Scarlett, cuyos partos eran
rápidos y casi indoloros y que incluso logró recuperarse del aborto que casi le
cuesta la vida.
La tragedia de Ashley Wilkes es la destrucción
de su mundo, el romántico viejo Sur, y su incapacidad de adaptarse al realista
nuevo Sur, que le es ajeno. Todo lo que conocía -su casa, su dinero, su círculo
de amigos- desapareció y nunca volverá. Aunque intenta seguir en la vida,
pronto se da cuenta de que es incapaz de mantener a su familia debido a sus
valores anacrónicos y poco realistas ante las nuevas circunstancias. Él es un
caballero, como dice Rhett, pero en el mundo del nuevo Sur sólo sobreviven las
personas que poseen pragmatismo, determinación y capacidad de adaptarse a los
cambios, cualidades que Ashley no tiene; algo que todos, incluyendo su esposa
Melanie, notan. Sólo Scarlett se da cuenta de esto cuando Melanie muere y ve
que lo que amaba de Ashley era el recuerdo de su adolescencia, no el hombre.
Para Ashley, Melanie representa su todo en la
vida algo que se ve en frases como “Melanie
es el único sueño que no se desvanecía ante mis ojos” y “Si yo he sido fuerte es porque ella estaba a
mi lado”. Tanto para él como para toda Atlanta, incluyendo a Scarlett,
Melanie representa fortaleza, integridad, bondad y compasión; siendo el pilar
de la antigua sociedad atlantina. Por eso, Scarlett finalmente se da cuenta de
que Melanie era como su madre, porque todo el mundo se ponía a su lado, como la
madre de miles que era.
Como pueden ver, estas dos parejas representan
a ambos lados del Sur y también muestra como cada pareja se mueve a través de
la Guerra de Secesión y la Reconstrucción. Algunos logran adaptarse al nuevo
sistema y sólo una persona es incapaz de lograrlo y se ve obligada a seguir en
un mundo que ya no le pertenece.
Con esto, termino el Mes del Amor y de la
Amistad. Fue un mes un poco difícil, en el que tuve que hacer cambios, pero
también fue gratificante. Espero que el próximo año sea un poco dedicada a
este. Hasta pronto y gracias.
hola! pese a lo extensa que es amo este libro y su pelicula que la vi varias veces, felicitaciones por la reseñaza! saludosbuhos.
ResponderEliminarEn realidad no es una reseña de la novela, sino un análisis sobre las dos parejas principales de la novela. Yo considero que esta novela se la puede comparar con Guerra y paz, pues ambas son similares, si bien Lo que el viento se llevó es más cruda. Para la novela, tengo más bien la idea de los radioclips. En cuanto a la película, no la he visto pero todos los comentarios son siempre positivos, así que algún día me gustaría verla. Saludos.
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