1984
Para empezar el mes de febrero, analizaré
durante tres semanas la Trilogía Distópica, la cual consiste en tres novelas:
1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 de Ray
Bradbury. Esta semana analizaré la primera de ellas: 1984.
1984 está compuesta por 3 partes y 24
capítulos, más un apéndice llamado Los principios de la neolengua. La primera
parte tiene 8 capítulos, la segunda es la más larga con 10 y la tercera y
última tiene 6.
La primera parte nos muestra la vida diaria de
Winston Smith, un hombre que trabaja en el Ministerio de la Verdad, más
exactamente en el Departamento del Registro, que se encarga de manipular y
censurar la información dirigida hacia los demás. Al estar mucho tiempo en
contacto con el tipo de trabajo que tiene, las dudas y la lealtad de Winston
hacia el partido, el Ingsoc (Socialismo Inglés), y hacia el Gran Hermano son
cada vez mayores. Como está consciente de que en cualquier momento puede ser
“vaporizado”, escribe un diario para dejarlo en caso de eso ocurra.
En la segunda parte Winston se encuentra con
Julia, una joven que, alguien que él, no está conforme con el sistema
establecido por el Partido y con la que inicia un romance, algo ilícito por las
reglas del Ingsoc. Ella quiere realizar un levantamiento para desmantelar el
régimen del Gran Hermano y desea que Winston se una a ella. Ambos logran
hacerse con la Teoría y práctica del
colectivismo oligárquico, un libro escrito por Emmanuel Goldstein, un ex
miembro del partido que fue vaporizado y siempre aparece para ser abucheado en
los Dos Minutos de Odio, en el cual analizaba las frases insignia del Ingsoc y
como las usan para mantener a la población manipulada. Pero cuando ambos lo
leen, son detenidos por la Policía del Pensamiento.
La tercera parte nos muestra las torturas de
las que es objeto Winston en el Ministerio del Amor, llevándose una gran
sorpresa al descubrir quien es su torturador. Los juegos mentales y de tortura
que Winston sufre determinan su destino final.
En Los principios de la neolengua se explica
como se usa este nuevo idioma para suplantar el inglés y como funciona en ser
un mecanismo para censurar información pasada, presente o futura.
Ahora analizaré los personajes más relevantes
de 1984.
Winston Smith pertenece al Partido Exterior y
trabaja en el Ministerio de la Verdad, en el Departamento de Registro, Regdep en neolengua. En su departamento,
debe censurar y manipular la información que llega a sus manos para hacer ver
que el Gran Hermano nunca se equivoca. Durante la novela, Winston cuestiona en
su mente al régimen a raíz de muchos sucesos que han ocurrido a lo largo de sus
treinta y nueve años: personas que desaparecieron y de las que nunca más se
supo, cambios en la historia y en la información… Todo esto lo ha llevado a
considerar que hubo una época anterior al Gran Hermano y quiere averiguar que hubo
más allá del régimen.
Julia tiene 26 años. Como Winston, es otro
miembro del Partido Exterior y también trabaja en el Ministerio de la Verdad,
pero en su caso ella labora en el Departamento de Novela. En la subsección de su
departamento donde trabaja, conocida en neolengua como Pornosec, se encargan de imprimir lecturas pornográficas baratas para
los proles, la única población autorizada para leerlas, aparte de las propias trabajadoras
de Pornosec, puesto que sólo las
mujeres pueden trabajar en esa sección ya que el Ingsoc considera que los
hombres se corrompen con la pornografía más fácilmente que las mujeres.
El trabajo de Julia en Pornosec representa una ironía para
ella porque, aunque trabaja en una sección erótica pertenece a la Liga Juvenil
Anti-Sex, que promueve la abstinencia sexual y la soltería como parte de la
política del Ingsoc, el cual ve el sexo, o más bien el instinto sexual, como un
crimen y hace campañas para satanizarlo. Sin embargo, Julia quiere rebelarse
contra esas políticas y tiene sexo con Winston, con quien también desea averiguar
sobre lo que ocurre en realidad en el Ingsoc.
O’Brien es un hombre que aparentemente
comprende las dudas de Winston y se propone ayudar con un movimiento
clandestino opuesto al Ingsoc llamado La Hermandad. En la tercera parte su rol
adquiere más importancia cuando descubrimos su verdadera lealtad.
Muchas veces se ha dicho que Orwell tomó muchos
elementos de la novela Nosotros
de Yevgueni Zamiatin, la novela predecesora de la Trilogía Distópica. Incluso
ha sido tildada de plagio. Sin embargo, si bien conserva algunos de los
elementos de Nosotros, hay muchos aspectos de los que 1984 se diferencia de la
novela de Zamiatin.
Primero, una de las principales diferencias es
el aspecto social. En Nosotros no existe ninguna división social; todos los
habitantes tienen lo básico y tienen que ser funcionarios del Partido.
Por el contrario, en 1984 hay distinción de
clases. La primera clase es conocida como el Partido Interior, que conforma el 2%
(erróneamente 6% en algunas ediciones) de la población de Oceanía. Los miembros
del Partido Interior gozan de viviendas más grandes, provisiones de mejor
calidad o incluso un carro, privilegios que miembros del Partido Exterior o los
proles no poseen porque el Ministerio
de la Abundancia los raciona. Pueden tener servidumbre. En resumen, el Partido
Interior sería la clase alta en Oceanía, por lo que son considerados el cerebro
del Ingsoc.
El Partido Exterior, que es el 13% de la
población, representaría la clase media y según Goldstein, son el equivalente a
las manos del Ingsoc. A diferencia del Partido Interior, ellos deben estar
racionados en lo que respecta a comida y vestimenta. Por ejemplo, para
vestimenta sólo reciben tres mil cupones al año y sólo un pijama costaba
seiscientos. Esto es una referencia al racionamiento
que sufrió el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial y sobre todo en la
posguerra, mismo que Orwell tuvo que vivir. Además, siempre están
vigilados con telepantallas que nunca se apagan y siempre transmiten propaganda
asociada al Gran Hermano y al Partido, porque este último está consciente de
que los miembros del Partido Exterior son más propensos a rebelarse que los
demás.
La clase más baja, llamada proles, representan el 85% de la población de Oceanía. Comparada
con los que están dentro del Partido, los proles
tienen una vida más libre. No se les exige nada, excepto un gran patriotismo
por la nación y para mantenerlos quietos se les permite toda clase de vicios
que no pueden tener los miembros como alcohol, juego, pornografía, crimen,
prostitución, promiscuidad, etc. De hecho, ni siquiera tienen telepantallas
para ser vigilados, porque el Partido está seguro de su lealtad incondicional y
de que no se rebelarán. Dentro de los proles
hay Policías del Pensamiento infiltrados para detener y acabar con los pocos focos
de peligro que hay entre ellos. Para el Ingsoc, los proles no son seres humanos.
En el libro de Goldstein, dejan claro que,
aunque ninguna de las clases sociales es hereditaria y cualquier persona de
cual etnia puede pertenecer al Ingsoc, no es tan fácil para un prole pertenecer al Partido,
precisamente por las mismas políticas del Ingsoc hacia en ellos.
El aspecto sexual es otra de las cosas en la
que 1984 se distancia de Nosotros. Aunque en esta última se permiten las
relaciones sexuales y los niños que nazcan son del Estado único, las mismas
sólo pueden hacerse mediante un pase conocido como billete rosa.
En 1984 esto no sucede porque el instinto
carnal es maligno bajo el punto de vista del Ingsoc y por lo tanto este
controla la vida sexual de los miembros incluso siendo la única autoridad para
permitir enlaces mediante un Comité que puede impedir el matrimonio si la
pareja da muestras de estar enamorada. Para el Partido, el sexo es sólo para
tener hijos en beneficio de sí mismo, no para el goce de la pareja. Aparte de
todo esto, el Ingsoc prohíbe el divorcio entre parejas puesto que la finalidad
del matrimonio es, como ya mencioné, tener hijos por y para el Partido. Sólo se
permite que las parejas se separen si no hay descendencia, siendo esta la única
razón para una separación. Los únicos que se pueden divorciar son los proles.
Todo lo anterior hace que la relación entre
Winston y Julia sea ilícita porque él está casado pero separado de su esposa
desde hace once años, con la cual no tuvo hijos, y ella pertenece a un grupo
que promueve la abstinencia sexual. Winston tendría que esperar a su esposa
muriese para poder casarse con Julia, si acaso el Comité de Matrimonios lo
autorizaba. Y aun cuando esto hubiese ocurrido, dada la cercanía de su
relación, probablemente la unión habría sido vetada.
Así como en Nosotros hay un Protector, al que
todos deben ser leales, en 1984 está el Gran Hermano, al cual también se le
debe total y completa sumisión. Y así como Nosotros hay fechas para alabar al
Protector como el día de la elección del Protector, estas no existen en 1984
pero para mí los Dos Minutos de Odio en los que se abuchea a Emmanuel
Goldstein, se asemejan a los días del Protector en Nosotros porque también son
una muestra de mostrar obediencia y amor ciego al Gran Hermano.
Otra diferencia es la visión del delito. En
Nosotros, el homicidio es un delito, pero aun así el Estado único promueve las
matanzas colectivas, las cuales son una analogía a las purgas de Stalin. En
1984 a los miembros del Partido, tanto Interior como Exterior, no se les
permite cometer ningún delito; eso lo dejan para los proles. Sin embargo, los miembros de la Policía del Pensamiento
tienen la potestad de torturar física y mentalmente a los que arrestan.
Dadas las diferencias entre Nosotros y 1984 y
considerando que Orwell siempre dijo que su obra fue una respuesta a Un mundo
feliz, lo más probable es que se parezca a esta, pero esperaré hasta la
siguiente semana para comprobarlo. También entiendo por qué Orwell quería
llamarla El último hombre en Europa, aunque su editor prefirió inclinar la
balanza a favor de un nombre más comercial. Este es un ejemplo positivo de
intromisión ejecutiva.
Las dos primeras partes son memorables y
llena de muchas ideas que se han quedado en la cultura popular desde entonces,
pero siento que el ritmo de la tercera parte pudo ser mucho mejor. Eso sí, me
gustó el final, el cual va acorde con el estilo sombrío de la novela. Es un
libro muy actual y que va bien con los tiempos que estamos viviendo.
Para terminar, lo haré con el vídeo de 1984 que
hicieron los Bully Magnets el año pasado.
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