UN ÁRBOL DE NAVIDAD Y UNA BODA


Advertencia: para los que no han leído el cuento, hay algunos destripes (spoilers).
Para entrar un poco en espíritu de Navidad, esta semana analizaré el cuento Un árbol de Navidad y una boda del escritor ruso Fiódor Dostoievski, que se publicó en 1848, hace 170 años. Este cuento lo pueden encontrar en el portal Ciudad Seva en esta dirección: https://ciudadseva.com/texto/un-arbol-de-noel-y-una-boda/
El cuento es relatado por un narrador heterodiegético (tercera persona) e interno, porque el hombre no es el personaje principal de la historia, pero es testigo que lo ocurre en ella. Un árbol de Navidad y una boda se desarrolla en un periodo de cinco años, empezando en el presente y luego haciendo una analepsis sobre una fiesta ocurrida cinco años antes. El relato no es más que una narración enmarcada.
Aparte del narrador, los personajes son Julian Mastokevich, la pequeña hija de un comerciante, el hijo de una institutriz y Filipp Alexeievich, el anfitrión de la casa en donde se celebraba la fiesta.
El narrador primero menciona una boda a la que acude, pero antes de hablar de ella hace un salto de tiempo de cinco años y nos narra una aparente fiesta hecha para que los niños pudiesen jugar y disfrutar de la Navidad, cuando en realidad era una fachada para que los adultos pudiesen tratar sus asuntos sin que los niños los molestaran. Entre los asuntos se encuentran pactar bodas en el futuro y conseguir vacantes para el estudio de alguno de los pequeños.
El final, con el que el narrador cierra tanto la historia pasada como la actual muestra que un personaje logró el objetivo que se había propuesto cinco años antes. No diré quién es ni tampoco sobre su objetivo para que puedan leer el cuento y saber de qué hablo.
A pesar de que el cuento apareció hace ya 170 años, si uno lo analiza detenidamente, hay cosas que ya no son actuales, pero hay otras que si lo son.
Con Un árbol de Navidad y una boda, Dostoievski hace una dura crítica al clasismo y al materialismo navideños. Esto se manifiesta en dos pasajes: en el primero cuando se muestran los regalos que se les dan a los niños. La hija del comerciante, que es el hombre más rico del pueblo, recibe como regalo una muñeca muy costosa mientras que al hijo de la institutriz de Filipp Alexeievich, que es una viuda pobre, sólo le dan un libro de historia sobre la naturaleza sin ilustraciones.
En el segundo Julian Mastokevich persigue al hijo de la institutriz por jugar con la hija del comerciante y lo insulta al recordarle que no es digno de ser amigo de ninguno de los niños presentes en la fiesta y mucho menos de la niña con la que estaba jugando.
En cuanto al materialismo, se muestra una cosa que aun mantiene vigente hasta nuestros días y creo que ha aumentado todavía más: la intención egoísta que se esconde detrás de un regalo costoso. Con frecuencia, vemos que mucha gente se endeuda hasta que ya no puede más para comprar regalos en Navidad o estrenar ropa en esas mismas fechas sin importar lo caros que sean, con tal de aparentar que pueden dar y darse lujos que en realidad no pueden.
También como se ve en el cuento, los regalos de alto costo son usados como una forma de comprar el afecto de las personas a las que amas, lo cual puede terminar de dos formas: que la persona que recibe el regalo, por lo general un niño, le exija a esa persona que lo siga complaciendo de esta misma manera o que la persona que reciba el regalo tenga que estar sujeta a humillaciones del que da porque esta piensa que el que recibe le debe un favor.
Todo lo anterior contraviene los valores navideños como el amor, el compartir con los seres que amas, el calor familiar y la atención desinteresada. Dar regalos no está mal, pero debe hacerse con buena intención y no necesariamente tiene que ser algo caro para demostrar afecto. Los detalles sencillos siempre son los más apreciados. En estas fechas recomiendo mucho leer todo tipo de historias navideñas para puedan ver los distintos puntos de vista que las mismas ofrecen y Un árbol de Navidad y una boda es una de ellas.
Bueno, esta es la última reseña del año, pero no culminaré el año hoy. Lo haré con la entrada número 200, que estará dedicada a los libros que me presentaron que fueron un reto personal o de lectura para mí en todo el año. Por eso, haré la entrada más especial posible para celebrar llegar a ese número y espero sus comentarios al respecto. Gracias y hasta luego.

Comentarios

  1. A propósito de lo que dices de los regalos recuerdo un proverbio esquimal que hace alusión a la entrega de presentes para congraciar a alguien : "Los regalos hacen esclavos como los latigazos hacen a los perros."

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    1. No conocía ese dicho. Sí, eso pasa con frecuencia. Por eso digo que si vas a dar un regalo, es mejor hacer de manera desinteresada. Y sino, no lo hagas. Saludos.

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