PARÍS EN EL SIGLO XX
Advertencia: para los que no han
leído la novela, hay alerta de destripes (spoilers).
Esta semana analizaré una novela de Jules
Verne, pero como pueden observar en el título, no es uno de sus libros más
conocidos (Viaje al centro de la Tierra, De la Tierra a la Luna, Veinte mil
leguas de un viaje submarino, La vuelta al mundo en ochenta días) sino uno de
sus trabajos póstumos. En este caso, la obra escogida es París en el siglo XX
que se publicó en 1994, aunque había sido escrita 131 años antes.
París en el siglo XX tiene diecisiete capítulos
con títulos que sugieren el contenido de lo que ocurrirá en ellos, algo típico
de las novelas de Verne; pero, aunque tiene las mismas características sobre
adelantos científicos están presentes a diferencia de la mayoría de sus novelas
que poseen un estilo dinámico y aventurero esta tiene un tono más pesimista y
duro contra la tecnología. La historia se desarrolla entre el verano de 1960 y
el invierno de 1962, pero si para 1863 este era un futuro distópico para el
momento de su publicación ya era una ucronía; no obstante, se conserva el sentido
de distopia.
Aunque por orden de escritura viene siendo la
tercera novela de Verne al haber sido escrita en 1863, en orden de publicación
es la última debido a varios factores. Para hablar de ello, hay que hacerlo
sobre los comienzos de Jules Verne como escritor.
Para 1863, Verne había publicado su opera prima, Cinco semanas en globo, y
tenía otra novela, Viaje por Inglaterra y Escocia o Viaje maldito por
Inglaterra y Escocia1, que fue rechazada por su editor, Pierre-Jules
Hetzel. Con el éxito de Cinco semanas en globo, Verne le presentó a Hetzel el
manuscrito de París en el siglo XX. El editor lo rechazó no sólo porque no lo
consideraba de buena calidad sino por su tono sombrío y pesimista, y temía que
el libro le causara un gran daño a la naciente carrera de Verne, así que le
sugirió esperar al menos veinte años para publicarlo. La negativa de Hetzel
debió hacer mella en Verne porque guardó la novela en una caja fuerte y nunca
más la presentó ni escribió otra similar. En su lugar Hetzel aceptó la que
sería una de las novelas más populares de Verne, Viaje al centro de la Tierra. El
resto es historia.
En cuanto a París en el siglo XX, sería en 1989
cuando la novela fue encontrada por Jean Verne, bisnieto de Jules Verne, y
vería la luz cinco años después.
París en el siglo XX es una novela muy distinta
del resto de la bibliografía de Verne, ¿por qué? Porque presenta una ucronía
distópica en la que la sociedad está tecnificada hasta el extremo, al punto en
el que sólo se valora el conocimiento técnico y la habilidad para los negocios
mientras que las artes, las ciencias humanas, la guerra, la diplomacia y el
periodismo son obsoletos. Todo en París está relacionado con las ciencias
exactas y la tecnología y cualquiera que quiera una carrera que no tenga nada
que ver con ellas se encontrará con que es imposible.
La tecnología también ha creado un fuerte
impacto en la sociedad parisina. Las personas ya no prestan atención a lo que
hay a su alrededor ni tampoco se maravillan con la naturaleza ni con la arquitectura.
Los valores han cambiado al punto que lo primordial es hacer dinero y nada más
que eso, ya sea como empresario, en la finca raíz, en la bolsa, en la banca,
etc., o en una profesión científica, técnica o de ingeniería. En resumen, una
persona sólo tiene valor cuando produce dinero y si se dedica a algo que no
tenga ver ni con los negocios ni con la tecnología no es útil. No sorprende que
a menudo se compare a esa París con Liverpool, que en la época de Verne era un
centro industrial de suma importancia, o con cualquier ciudad estadounidense.
La alienación y la ambición desmedidas de la
París sesentera que Verne nos muestra en su novela afectaron a los matrimonios
al tal punto que se rigen por la frase “interés cuanto valés”, es decir, que
estos se dan únicamente por cuestiones económicas. El amor, el deseo de
compañía y la procreación han desaparecido porque las parejas casadas sólo se
dedican a hacer dinero.
El protagonista, Michel Jerôme Dufrenoy, es un
joven recién graduado del liceo que tiene un gran talento para la poesía, algo
que heredó de su fallecido padre, un músico y poeta, pero descubre que su
afición no tiene cabida en una París absorbida por la codicia, la rapidez y la
modernidad. En resumen, no es sólo es un hombre nacido en una época que no
considera suya, sino que es demasiado tarde para él.
Al principio Michel se ve obligado a trabajar
en un negocio perteneciente a su familia política que lo ha criado tras la
muerte de sus padres, puesto que estos no desean un artista en la familia sino
alguien que haga lo que se espera en la sociedad parisina de ese entonces: hacer
dinero. Después de un tiempo intenta seguir lo que la sociedad de su tiempo
espera que haga, para luego perseguir sus sueños de ser poeta; con nefastos
resultados.
Junto a Michel, hay otros personajes que poseen
cada uno su historia como su compañero de trabajo Quinsonnas, su tío Huguenin,
su viejo profesor de retorica Richelot y la nieta de este, Lucy.
Quinsonnas es copista en el Libro Mayor y
compañero de trabajo de Michel, que es el que le dicta. Entiende los sueños de
Michel de querer desarrollar una carrera artística en una era donde todo está
tecnificado y nadie valora el arte porque él es un aspirante a músico y su
inspiración es el padre de Michel; pero al mismo tiempo está consciente que
debe adaptarse a esta sociedad para al menos poder mantenerse. Es por eso que
él tiene un piano adaptado para convertirse en todo tipo de mueble en su
pequeño apartamento.
Quinsonnas tiene ideas bastante negativas sobre
la mujer y el matrimonio, pues considera que con el cambio social la mujer francesa
ha perdido su femineidad y según él se ha americanizado, el matrimonio se ha
vuelto más una transacción económica y el deseo o la necesidad de tener hijos
dentro del matrimonio ya no existe.
El tío Huguenin es tío materno de Michel, pues
es hermano de la difunta madre de Michel. Se desconoce su nombre. Es el
encargado de la Biblioteca Imperial, la mayor biblioteca de París, a la cual
acude Michel para buscar autores cuyas obras están descontinuadas como Victor
Hugo y Honoré de Balzac. Conoce al joven desde lejos pues los Boutardin, los
tutores de Michel, le prohíben todo contacto con su sobrino; pero eso no le
impidió asistir a la ceremonia de grado de Michel y presenciar su premio en
versos latinos. Desde el momento en que ambos se encuentran, forman un lazo
profundo por su amor mutuo por la literatura, un arte que hasta el propio tío
Huguenin considera una reliquia sin valor. Al igual que Quinsonnas, muchas
veces el tío Huguenin le pide al joven que siga la corriente del presente
porque sabe que si Michel elige una carrera artística estará perdido.
El señor Richelot es el ex profesor de retorica
de Michel, al cual considera uno de sus mejores alumnos, y es el mejor amigo
del tío Huguenin, con quienes comparte sus mismos intereses. Él mismo está
viviendo el declive de las artes al ver como su plantilla de estudiantes se ha
reducido a sólo tres y posteriormente a sólo uno, los cuales son mediocres y se
le dictamina que para el próximo año su catedra desaparecerá del plan de
estudiantes. Su única familia es su nieta Lucy.
Lucy es la nieta del señor Richelot y el
interés amoroso de Michel. Ambos se conocen en casa del tío Huguenin cuando
Michel lo visita y ella y su abuelo llegan también al apartamento. Desde el
primer momento en que el joven la ve, Lucy se convierte en objeto de su
devoción, su musa y una mujer con la que desea casarse. Aunque ambos acaban por
enamorarse, una relación entre ellos no sería practica en la París de 1961
porque, como mencioné antes, las mismas se mueven por el deseo de hacer dinero
y ninguno de los dos lo tiene.
París en el siglo XX está en el mismo estilo de
otras tantas novelas distópicas que sí fueron escritas en el siglo XX como 1984
y Un mundo feliz porque, aunque no poseen un gobierno totalitario muestra una
sociedad enajenada y absorbida tanto por la tecnología como por la ambición,
las cuales les impiden apreciar la belleza de los exteriores ni desarrollar
relaciones sociales profundas. Un ejemplo se puede ver en las ideas que tiene
Quinsonnas sobre la mujer y el matrimonio.
Una excepción son Michel y Lucy que logran
encontrar el sentimiento del amor, algo muy raro en su época que hubiera dado
inicio a una relación solida en otro tiempo. Sin embargo, tienen la desventaja
de haber nacido en una época en la que la forma de pensar de ambos y su estado
económico no son viables y este es el factor que impide que su amor llegue a
algo más profundo.
Para mí, que tengo poco conocimiento de la
literatura de ciencia ficción, me parece una obra desgarradora, realista y muy
desoladora porque, aunque no necesariamente nuestra manera de ver el mundo no
ha llegado a los extremos de esta novela, la ambición, el deseo de transcender
a través de la riqueza y el uso extenso de la tecnología hacen que nuestro
mundo se asemeja cada vez más a la París de 1960 que Verne describió en su
libro, lo que lo hace aún más sombrío.
Estos momentos de crisis, ideales extremistas y
uso desmedido de tecnología ha hecho que varios libros de distopia hayan
resurgido y creo que París en el siglo XX es un libro que todos deberíamos tener
la oportunidad de leer porque pienso en esta época es más actual que nunca.
Adenda: junto con esta entrada, tengo un radioclip que está en la página de Facebook. Si consideran que debería hacer más
radioclips pueden dejar sus comentarios. Recuerden que la página de Facebook es
www.facebook.com/mibauldelibrossm
NOTA
1 Fue
publicada en 1989 bajo el título de Voyage à reculons en Angleterre et en
Écosse, y posteriormente como Voyage
en Angleterre et en Écosse.
Irina, continúa con esta iniciativa.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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