CINCO DISPAROS Y UNA CANCIÓN

Para seguir con el Mes Colombiano, lo hago con la novela Cinco disparos y una canción del santandereano Gonzalo España.

Para los que no conocen a Gonzalo España, les daré una biografía corta para saber un poco de él y porque es un poco difícil encontrar información de este escritor. Nació en Bucaramanga en 1945. Estudió en el Colegio San Pedro Claver de esta ciudad, en donde se graduó con mención en literatura. Después intentó cursar estudios en la Universidad de los Andes, pero no terminó. Posteriormente, se graduó de Economía en la Universidad de Antioquia. Durante un tiempo estuvo relacionado con los movimientos de izquierda e incluso estuvo relacionado con el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR), aunque luego abandonó estos ideales para dedicarse a la literatura.

Sus principales temas son las narraciones históricas, los relatos americanos, las historias de terror y las novelas policiacas. Por lo tanto, sus personajes suelen ser piratas, indígenas, conquistadores, fiscales y detectives. En su obra se destacan Historias de amores y desvaríos en América (1999) y Relatos de la Conquista de América (1999). También ha realizado una especie de tetralogía detectivesca cuyo protagonista es el Fiscal Tercero Delegado Salomón Ventura. Esos libros son Implicaciones de una fuga psíquica (1995), La canción de la flor (1996), Un crimen al dente (1999) y El caso Mondiú (2011). Luego, los dos primeros serían reeditados como Mustios pelos de muerto en 1998 y como Cinco disparos y una canción en 2008.

La novela Cinco disparos y una canción presenta el asesinato de un ex cantante de ópera que debe ser resuelto por Salomón Ventura junto con el detective Mondragón y el abogado Laurentino Cristófor.

Cinco disparos y una canción se dividen en tres partes: El barón Scarpia, Una furtiva lágrima y La Traviata. La primera parte tiene trece capítulos, la segunda ocho y la tercera nueve. Los mismos capítulos son cortos, por lo que esta novela también, así que se puede leer en uno o dos días.

La primera parte, El barón Scarpia, muestra como Salomón Ventura y el inspector Mondragón intenta resolver el homicidio de Carlos Randel Sotomonte, un antiguo cantante de ópera que se estableció en Alcandora durante su apogeo como puerto fluvial y que se casó con la dueña de un albergue, Marlena Gómez Acosta. Ella lo encontró muerto y llamó a las autoridades. También vemos como el fiscal debe lidiar con las implicaciones de haberse separado de su esposa Liz, con quien estaba casado en la novela anterior y se muestra como el abogado litigante de la ciudad tiene relaciones con la dueña de un burdel de Alcandora, Matilde Salgarejo.

En la segunda parte, Una furtiva lágrima, después de investigar mucho, el fiscal Ventura y el inspector Mondragón concluyen que Marlena es la asesina de su esposo y buscan detenerla de inmediato. Ella se entregaría a cambio de rebajas para su pena, tal como lo propuso el abogado Cristófor, que incluían denunciar un homicidio de dos hermanos, los Arismendi, ocurrido en el burdel de Matilde Salgarejo y del cual ella fue testigo. El fiscal y el inspector deciden ponerla bajo arresto domiciliario y custodiada por dos policías mientras ellos averiguan sobre el crimen del burdel de Matilde.

La tercera parte y última, La Traviata, nos muestra no sólo como se resuelve el homicidio de Carlos Randel Sotomonte, sino también el de los Arismendi. En el primero se confirman las sospechas del fiscal Ventura mientras que el segundo resulta ser parte de una trama elaborada que nadie esperaba y de la que sólo un personaje se entera.

La novela nos describe la dificultad de resolver los crímenes debido a la inoperancia y la propia corrupción del sistema judicial, lo que provoca que las personas tengan poca o ninguna fe en el mismo y busquen hacer justicia por mano propia. Sin embargo, el fiscal Salomón Ventura está dispuesto a buscar la forma de administrar justicia y las propias mujeres relacionadas tanto con el crimen de Carlos Randel Sotomonte como con el de los hermanos Arismendi, aunque siempre habrá algo que no le permita hacerlo.

En el momento en que el libro se publicó, la Fiscalía General de la Nación tenía poco tiempo de haber sido creada. Aunque el fiscal Ventura intenta que las personas que acuden a él confíen en dicha institución, algunos como el padre de los Arismendi creen que es igual de corrupta que los demás organismos de la rama judicial. Otros como Marlena y Matilde consideran que hay que confiar en la Fiscalía, pero sólo antes de que se corrompa como todos los mecanismos de control judicial.

“Investigue cuanto quiera, doctor. Nosotros estamos enterrando a nuestros muertos y eso haremos”.

Padre de los hermanos Arismendi, p. 93.

“Fue en medio de este apuro que se me ocurrió lo de la Fiscalía, ese ente recién creado y tan amenazador, que seguramente a la postre acabará tan corrompido como todos los demás. “Pues que sirva para algo”, dijo Matilde, “que sirva de algo antes de corromperse”.”.

Carta de Marlena, p. 138

Gonzalo España muestra de manera acertada los constantes problemas de la justicia, en particular, la Fiscalía, cuyo representante en la novela es Salomón Ventura, un hombre que ha pasado por muchos problemas y se ha separado de su esposa a causa de lo absorbente de su trabajo. Él mismo a veces duda de sí, no porque no crea que no tenga valores, si no porque no está seguro de que la justicia esté de su lado.

En mi opinión, me gusta como la novela representa a los personajes de distintos lados de la justicia, un fiscal y un abogado litigante, tanto sus razones como sus flaquezas. Por otro lado, la novela tiene un ritmo irregular, incluso acelerado, y el final puede decepcionar a muchos porque deja cabos sueltos. Dudo que sea del agrado de los fanáticos de las novelas policiacas.

BIBLIOGRAFÍA

Gonzalo España. Disponible en: http://www.elibros.com.co/pagsElibros/autorDet.asp?idAut=40&leng=esp Consultado el 29 de junio de 2018.

Gonzalo España. 27 de octubre de 1992. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-230399 Consultado el 29 de junio de 2018.

España, G. Cinco disparos y una canción. Panamericana Editorial: Bogotá, Colombia. 148 p.