SOLARIS


Para empezar este 2017, lo hago con la novela Solaris del escritor polaco Stanisław Lem, que fue publicada en 1961 y adaptada al cine tres veces.
Solaris es una novela compuesta por 14 capítulos y un narrador homodiegético, es decir, que habla en primera persona. A su vez, nuestro narrador presenta varios puntos de vista. Puede hacer parte de la trama (narrador interno) pero hay pasajes donde deja de lado su participación, apartándose de lo que ocurre (narrador externo). Esto hace que la novela sea un poco difícil de comprender la primera vez que se lee.
La historia se trata de una tripulación que se encuentra habitando un planeta desconocido llamado Solaris. La tripulación está compuesta por Sartorius, Snaut y Kris Kelvin, siendo este último un psicólogo, que está tratando de hacer contacto con la vida que existe en dicho planeta.
Solaris es descrito como un planeta rodeado por un inmenso océano que no parece tener ninguna clase de vida y sólo posee una cierta cantidad de islas deshabitadas, en una de las cuales está ubicada la estación de la tripulación. Tiene dos soles, uno azul y uno rojo, que le da una iluminación particular al planeta.
Kelvin es, por así decirlo, el investigador, puesto que fue enviado para investigar sobre la extraña muerte de Gibarían, uno de los tripulantes. Kelvin se da cuenta que detrás de la muerte de Gibarían hay algo más e interroga a los dos tripulantes. Las respuestas de Snaut y Sartorius son vagas y apenas dicen que la muerte de Gibarían se debió a suicidio producto de psicosis. Kelvin no parece muy convencido y decide averiguar por su cuenta.
Al mismo tiempo, Kelvin se da cuenta que está empezando a sufrir alucinaciones, por lo que cree que está perdiendo la razón. La primera de estas es una mujer de raza negra y luego le sigue su fallecida esposa, Harey. Con el tiempo, después de interactuar con la imagen de Harey y dado su experiencia de aclimatación antes de llegar a Solaris, cree que todo puede deberse a un simulacro. Al hablarse de sus experiencias con Snaut, este dice que todo se debe a la exposición de rayos X causada por el océano de Solaris, que sondea cualquier ser vivo que viva allí, incluyendo sus recuerdos, lo que explica las apariciones de la mujer negra y de Harey que Kelvin ha estado observando. Kelvin desea regresar a la Tierra pero Snaut se opone y en cambio lo insta a permanecer en la estación.
Para averiguar más sobre el ambiente de Solaris, Kelvin decide leer la bitácora de André Berton, un piloto que estuvo allí y que fue enviado a una institución mental porque sufrió una fuerte reacción al ambiente del planeta. Al repasarla, se da cuenta de que el hombre presentó síntomas similares a los suyos y que la decisión de permanecer en el planeta en vez de regresar a la Tierra influyó en su declive mental.
Todo el tiempo Kelvin permanece interactuando con Harey que le ayuda en algunas cosas para las que Kelvin no es tan bueno. Al mismo tiempo, se da cuenta de que sigue amando a Harey a pesar de las circunstancias en que ella murió; aun así, está empeñado en querer saber si Harey es real o una ilusión. Al analizar su sangre, encuentra que se coagula, algo que lo deja lleno de dudas pues todavía no está seguro sobre si su visión de Harey es real o no.
Analizando, Kelvin cree que la materialización de seres en Solaris proviene del rastreo de los recuerdos de las personas, lo que explica lo que vio Berton y lo que él mismo ve y así se lo hace saber a Sartorius y a Snaut. Sartorius parece creer la teoría de Kelvin, pero no ocurre lo mismo con Snaut, el cual la desaprueba.
A medida que pasa el tiempo, Kelvin sigue trabajando y manteniendo una relación con Harey y sigue comentando sus ideas con Snaut, que le cree y con Sartorius, que le echa la culpa de todo lo que ocurre al difunto Gibarían. Parece que lo que ha acelerado el proceso de materialización de Solaris fue un experimento de rayos X fallido que realizaron Sartorius, Snaut y Gibarían, algo que Kelvin estaba considerando.
Un día, Kelvin se encuentra con que Gibarían se ha materializado a pesar de estar muerto. Una vez conversa con él, se confirma que Gibarían se suicidó y este le reclama sus sentimientos hacía Harey y que le haga creer que ella es real. Después de esta conversación, Harey intenta cometer suicidio bebiendo oxígeno líquido pero Kelvin le salva la vida.
Tras recobrarse, Harey acusa a Kelvin de mentirle al hacerle creer que era real al haber escuchado la grabación que dejo Gibarían. Kelvin no quiere que ella piense de esa manera, pero se debate entre sus sentimientos y su razón. Intenta hacerle ver que la ama y que sus doce años de consagración a Solaris no tienen valor frente a ella y que hace su mejor esfuerzo de tratarla mejor que el pasado. Harey le pregunta por qué dice eso; sin embargo, Kelvin guarda silencio ante la verdad y él le propone que huyan de allí.
Lleno de dudas, Kelvin decide reunirse nuevamente con Snaut y Sartorius, que le advierten que por más que ame a Harey no debe abandonar Solaris puesto que ella desaparecería, es decir, el recuerdo de Harey sólo podría materializarse en Solaris y nada más que en Solaris. Esta revelación deja Kelvin en una encrucijada: su amor por Harey o su deseo de escapar de Solaris. Para pasar el tiempo, decide leer los libros en la biblioteca sobre Solaris y la Tierra, algo que lo deja con la misma duda pues no hay forma de establecer un puente entre Solaris y la Tierra. Entretanto, Snaut y Sartorius analizan los sueños de Kelvin mediante un encefalograma, que confirma la teoría de Kelvin y que generaría con conflictos entre este y Snaut porque Kelvin deja de seguir las reglas de la Estación.
Tres semanas después, Harey desaparece de manera repentina cuando conversaba con Kelvin y que le pregunta si ella no existiera él se volvería a casar. Kelvin le dice que no porque estuvo diez años soltero y nunca sintió la necesidad de volverse a casar porque siempre la amó. Enojado, Kelvin va a ver a Snaut y lo acusa de hacer desaparecer a Harey porque ella había estado hablándole con él. Snaut asegura que si lo hizo pero sólo porque ella se lo pidió y que todo se debió a que Sartorius completó un desestabilizador que desaparece los recuerdos materializados. Todo era necesario para completar el informe sobre Solaris y evitar problemas con sus superiores. Cuando Kelvin pregunta a Snaut sobre si Harey, él le asegura que con el desestabilizador ella no regresará, simplemente ha muerto.
Para el final de la novela, Kelvin ha llegado a reflexionar sobre su tiempo con Harey, sobre Dios y sobre sus esperanzas y ha quedado con la impresión que las cosas están lejos de acabarse.
Hablaré un poco de los personajes.
Kris Kelvin es un psicólogo enviado desde la Tierra para supervisar la misión que ha sido enviada a Solaris. Al llegar allí, descubre el suicidio de unos de los tripulantes y empieza a investigarlo pero en realidad descubre las propiedades psicológicas que posee el planeta. También se reencuentra con Harey, su difunta esposa.
Por su parte, Harey es la difunta esposa de Kelvin que se ha materializado al ser un recuerdo dentro de lo más profundo de la mente de él. A pesar de que tendría unos veintinueve años de edad si estuviera viva, conserva la apariencia de sus diecinueve años pues esa fue la edad en la que cometió suicidio y ese era el aspecto con el que Kelvin la recordaba.
Cuando Harey aparece por primera vez, Kelvin cree que es una visión pero debido a las propiedades de Solaris, asume su verdadera estructura. Ambos intentan renovar su relación; sin embargo, Harey se da cuenta de la verdad y entiende que para que Kelvin pueda continuar con su vida y su trabajo debe desaparecer. Por eso, acepta que Sartorius la desestabilice.
Los dos tripulantes permanentes son Snaut y Sartorius. De los dos, Snaut es el único que apoya las teorías de Kelvin mientras que Sartorius, el que realiza los experimentos, tiende a ser más escéptico y se opone a las ideas de Kelvin.
El tripulante suicida, Gibarían, le deja pistas a Kelvin sobre el misterio de Solaris e incluso se materializa como recuerdo, diciéndole la verdad a Harey. Se revela que si suicidó tras costarle manejar las emociones y los recuerdos materializados en Solaris. Trata de hacer ver a Kelvin que su relación con Harey no es posible pues él está vivo y ella es sólo un recuerdo.
El estilo psicológico que Lem le imprimió a Solaris se puede sentir desde el principio cuando Kelvin intenta investigar la psicosis y posterior suicidio de uno de los tripulantes pero cuando empieza a tener visiones cree que puede estar perdiendo la estabilidad mental pues cree que está teniendo alucinaciones. También hay alusiones a la memoria y sus recuerdos, que en Solaris pueden ser recreados.
Solaris ha sido para mí un reto a la hora de leerlo. Tiene un estilo psicológico que a veces puede crear confusión y eso hace que uno deba tener una gran concentración si uno quiere terminarlo aunque también pudo entrar en contra que yo no leo mucha literatura de ciencia ficción. A pesar de las dificultades, logré disfrutarlo e incluso apreciarlo. Si además de ser aficionados a la ciencia ficción, buscan algo un poco diferente, este libro es adecuado.

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