LA DAMA DEL PERRITO


La entrada de esta semana es el cuento La dama del perrito del escritor ruso Antón Chéjov, del cual hice una entrada sobre una de sus obras de teatro. Este cuento se puede conseguir en libros de cuentos de Chéjov cuyo nombre sea homónimo, pero también se consigue en línea en páginas web como Literatura.us o Ciudad Seva, en donde es traducido como La señora del perrito.
El cuento tiene una estructura similar a La nariz de Nikolai Gogol, es decir, un cuento que está dividido por partes. En este caso, La dama del perrito es un cuento que está dividido en cuatro partes: las dos primeras se desarrollan en Yalta; la tercera, en la ciudad donde vive la protagonista y la última, en Moscú, lugar de residencia del protagonista.
El tema principal de este cuento es el amor y la infidelidad. Bien pudo haber estado en el Mes del Amor y la Amistad, pero hasta ahora no había tenido la oportunidad de leerlo así que por esta vez lo dejaré pasar.
Una de las cosas que me gusta de La dama y el perrito es la descripción de los ambientes exteriores de ciudades como Yalta y Moscú, lugares a los que van con frecuencia los dos protagonistas: un hombre que casi llega a los cuarenta años y una mujer en sus veintes, casados con otras personas e infelices en sus matrimonios, que se encuentran por primera vez mientras veranean en Yalta.
El hombre se llama Dmitri Dmitrich Gurov y la mujer, Anna Sergueievna Von Dideritz. Hablaré de cada uno aparte.
Dmitri Gurov está casado desde hace varios años, tiene tres hijos: una hija de doce años y dos hijos en edad escolar, probablemente menores que su hija, y es banquero de oficio. Su esposa es una mujer que lo trata de manera condescendiente y rígida y lo llama por la forma francesa de su nombre1, en vez de la rusa. Debido a la mala actitud de su esposa, Gurov pasa mucho tiempo ausente de su hogar y le es infiel muy seguido. A pesar de sus muchos encuentros con mujeres, Gurov las considera una “raza inferior”. Tampoco tiene muchos amigos hombres pues lo encuentra aburridos y poco inteligentes, al igual que a su esposa.
Anna Sergueievna Von Dideritz es una mujer relativamente joven pues pasa de los veinte años. Se casó a los veinte con un funcionario del gobierno de origen alemán que ella considera un lacayo. Para ella, el matrimonio precipitado siempre es un error, sobre todo si las personas no se conocen bien y son demasiado jóvenes, como le ocurre a ella. Siente que su matrimonio está vacío, no es bueno y que debió de disfrutar más su juventud antes de casarse, por lo que su escape es viajar sola junto a su perro lulú de Pomerania. Su manera de hablar nos hace ver que es una mujer con muchos problemas de autoestima.

Gurov y Anna Sergueievna se encuentran por primera vez en Yalta, a donde habían huido lejos de todos los problemas que representan sus infelices uniones. A Gurov le llama la atención la soledad de Anna Sergueievna y a ella, que un hombre como él, se interese en serio en ella. Ambos comienzan una relación amorosa en la que parecen cómodos y felices hasta que ambos deben regresar a las ciudades donde viven; él, en Moscú y ella, en una pequeña ciudad cuyo nombre se reservó Chejov.
Sin embargo, el recuerdo de su aventura en Yalta es más fuerte que cualquier cosa y Gurov viaja a la ciudad en la que vive Anna Sergueievna. Al no poder entrar en su casa, va al Teatro de la Ópera y le dirige la palabra cuando el esposo de ella sale a fumar durante el intermedio. Se da a entender que Anna Sergueievna si quiere verlo de nuevo pero que es más seguro y más discreto que ambos se encuentren en Moscú, donde vive él. Gurov acepta.
Desde la primera vez que se encuentran fuera de Yalta, Gurov y Anna Sergueievna se ven en Moscú. A pesar de Gurov puede ver cuánto ha envejecido también se da cuenta que es ahora cuando ha conocido el amor. La historia termina con Gurov tratando de buscando una solución para que ambos puedan tener una relación sin tener que ocultarse de nadie.
Aquí se muestra una relación producto de una infidelidad entre dos personas aburridas e inconformes con la vida que llevan y que intentan escapar de ello. Los dos tienen motivo: Gurov detesta a su esposa y Anna Sergueievna se siente asfixiada en su matrimonio. Los dos son personas solitarias que al encontrarse comparten sus respectivas soledades y terminan encontrando el amor.
Sin embargo, la situación plantea un problema: a pesar de amarse, ambos están consciente de que es una relación adúltera, que debe permanecer secreta por la reputación que tienen ambos. Por lo que se muestra cuando deciden seguir reuniéndose en Moscú, a Anna Sergueievna le preocupan más las apariencias que a Gurov, lo cual no es raro dado que su condición de mujer la hace más susceptible de perder su buen nombre que Gurov.
Sin embargo y después de varios encuentros, Anna Sergueievna desea que ella y Gurov puedan estar juntos sin tener que esconderse de los demás, lo que significa que a medida que su relación avanza su apego al qué dirán va desapareciendo. A estas alturas, sólo le importa estar con Gurov de forma permanente.
Gurov, por su parte, también está tomando consciencia de que está envejeciendo y aun así está teniendo una relación con una mujer a la que casi le dobla la edad, pero además se ha dado cuenta que a medida que está llegando a los cuarenta años su vida está dando un vuelco significativo al enamorarse de verdad y encontrar un amor auténtico en una mujer menor que él.
Mi principal crítica con La dama del perrito es el ritmo de la historia: es demasiado lento. Este es un problema que ya había detectado cuando leí El jardín de los cerezos. La dama del perrito refleja dos personajes con una vida vacía que acaban descubriendo que una relación secreta tiene más amor que una infeliz vida matrimonial, pero pienso que la historia debería tener un ritmo un poco más rápido. Definitivamente, si no les gustan las historias con un desarrollo lento creo que este no es el cuento idóneo.
Este sello muestra la popularidad que tiene el cuento en Rusia.

NOTAS
1 Antes de la Revolución, la aristocracia rusa tenía el francés como su lengua principal en detrimento del ruso, el idioma local. Esto puede verse, por ejemplo, en los libros de Lev Tolstoi.

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