EL HORLA
Para comenzar un nuevo ciclo, esta vez en honor al Mes de las
Brujas, haré una serie de entradas de cuentos de suspenso y terror. Esta
primera entrada está dedicada al cuento El horla del escritor francés Guy de
Maupassant.
Todo empieza con un residente de la ciudad de Ruan, que empieza a
sentir fiebre, ansiedad y una sensación de que alguien oprime su pecho justo
después seis días después de haber entretenido viendo pasar barcos. Pensando
que se trata de una simple enfermedad, se va de viaje por tres semanas,
regresando completamente reestablecido. Sin embargo, vuelve a sentirse enfermo
y su ansiedad crece cuando nota que el agua y la leche desaparecen
misteriosamente. Aterrado, huye a Paris, pensando que esto pasaría, pero no es
así.
Conforme pasa el tiempo, el hombre cree que una presencia invisible
se está apoderando de él ya que siente que algo lo posee y que le está robando
su vida. Cree que sus sospechas están confirmadas cuando lee que en Brasil
varias personas están experimentando los mismos problemas que él. Ahí deduce
que uno de los barcos que vio al final de la primavera traía ese ser que está
apoderando de él, esa presencia a la que llama El Horla.
El hombre acaba buscando formas de deshacerse de esa entidad pero
considera mejor incendiar su magnífica casa para aniquilarla. Al final se da a
entender que El Horla sobrevivió y que sólo morirá cuando él muera. Esto deja
un final abierto, puesto que es muy probable que él se quite la vida para
acabar con ese ser para siempre.
El narrador de este cuento es un ejemplo exacto del narrador no
fiable, o como se lo conoce en inglés unreliable
narrator. Eso se debe a que él cree en la nota periodística de un diario
cuestionable, además de su aislamiento social y las inconsistencias que tiene
su narración. Un ejemplo claro de este narrador no fiable se encuentra en algunos
cuentos de Edgar Allan Poe como El gato negro y Berenice.
Yo considero que a medida que él creía que la entidad lo estaba
poseyendo, el hombre se volvió cada vez más paranoico al punto de descender a
la locura. Sólo eso explicaría soluciones tan drásticas como incendiar su casa
o incluso pensar en el suicidio. Ahora bien, si lo realizó, es algo que
Maupassant dejo en el aire para que nosotros como lectores, lo pensemos.
Me pregunto que motivaría a estos escritores, como Maupassant y Edgar Allan Poe, a escribir este tipo de cuentos de suspenso. Pareciera como si los narradores de sus cuentos sufrieran de enfermedades mentales, sumergiéndose progresivamente en sus propias realidades subjetivas, aun cuando fuesen distorsiones de la realidad objetiva.
ResponderEliminarTanto Maupassant como Poe fueron personas que sufrieron mucho en su vida. Pérdidas de seres queridos, alcoholismo, enfermedad mental... Si te fijas, las vidas de ambos fueron similares. Los dos plasmaban sus más profundos pensamientos, sentimientos y temores en sus obras. Saludos.
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