EL CUENTISTA Y TOBERMORY

Estos dos cuentos no son terroríficos en el sentido de la palabra, pero tienen cierto contenido sombrío y macabro que me hace difícil dejarlos fuera del Mes de las Brujas y que sólo el escritor británico Hector Hugh Munro, más conocido por su seudónimo Saki, sabía brindarle al lector. Este autor dejaba cierta crítica a la sociedad de su tiempo.

Seguramente recuerdan que yo hice una entrada de este autor el año pasado. Bueno, ahora presento una entrada con estos dos cuentos: El cuentista y Tobermory.

EL CUENTISTA

El cuentista tiene un detalle particular: hay una historia dentro de otra historia, como comprobarán.

Este cuento empieza con un viaje en tren con un hombre soltero que debe compartir su compartimiento con una mujer y sus tres sobrinos, dos niñas y un niño llamado Cyril (el único personaje del cuento que tiene nombre). Como los niños, sobre todo Cyril, eran muy inquietos, la tía les cuenta una historia de una niña buena que es salvada.

Sin embargo, vemos que a los niños no les gusta el cuento pues lo consideran aburrido y malo. Entonces el soltero les cuenta una historia de otra niña buena, que era tan buena que había sido premiada con tres medallas e invitada al castillo del príncipe del reino en el que vivía. Cuando llegó al castillo se mostró decepcionada por la falta de flores y la abundancia de cerdos, que eran mascotas del príncipe. De repente, la niña nota que uno de los cerdos la persigue e intenta esconderse, sintiéndose arrepentida de ser tan buena como para ir al castillo de príncipe como premio. Para su desgracia, el cerdo la encuentra y la devora, dejando sus zapatos y sus medallas.

A diferencia de la historia de su tía, a los niños les agrada más la historia del soltero. El pequeño Cyril dijo que el cuento había empezado mal cuando empezó a hablar sobre una niña buena, pero que le gustó mucho más cuando el cerdo se comió a la niña. Por el contrario, la tía se muestra horrorizada y riñe al hombre por contarles a los niños una historia que para ella era inapropiada. Sin embargo, el soltero se muestra satisfecho por lograr que los niños se quedaran quietos por diez minutos, algo que ella no había logrado. Al final, el soltero sabe que los niños tarde o temprano le pedirían en público a su tía que les cuente una historia inapropiada.

En este cuento vemos, como Saki mostraba en sus cuentos, la hipocresía y el doble rasero de la sociedad al censurar cosas que consideran inadecuadas para niños y adolescentes pero no se preocupa de entretenerlos, jugar con ellos o molestarse en saber y aprender sus gustos. Esto lo vemos cuando la tía de los niños se enoja con el hombre soltero por contar historias inadecuadas sin ver que el hombre ha logrado captar su atención y mantenerlos quietos durante el viaje.

TOBERMORY

Este cuento básicamente es sobre un hombre que le enseña a hablar a un gato y quiere mostrarlo ante sus amigos y colegas, pero este gato les da una gran sorpresa.

El protagonista es un hombre llamado Cornelius Appin, que empieza a hablar con sus amigos sobre su experimento de enseñarle a hablar a los animales que ha realizado por diecisiete años hasta que unos ocho o nueve meses antes encontró un gato singular al que llamó Tobermory, Toby para acortar, y vio que era más inteligente que los demás, así que trabajó con él hasta lograr que tuviera un habla de nivel conversacional.

Appin decide que finalmente presentaría a sus amigos a Tobermory para comprobaran el éxito de su experimento. Pero el gato, además de tener un habla excelente, revela los secretos de los asistentes, los cuales consisten en insultarse mutuamente a sus espaldas o sus romances. Esto se debe a que como mascota, Tobermory tiene acceso a las distintas habitaciones de la casa de Appin.

Los invitados, asqueados por las revelaciones de Tobermory y temerosos de que le enseñara a hablar a otros gatos, desean matarlo apenas este sale a perseguir a otro gato. Para ellos, la mejor forma es envenenando su comida. A pesar de las protestas de Appin, todos están de acuerdo pero cuando Tobermory no aparece todos salen a averiguar por qué no aparece y descubre que el gato que vivía en la rectoría vecina lo ha matado. Todos se sienten aliviados, pero Appin se siente muy desilusionado porque no había encontrado ni encontraría otro gato como Tobermory.

Unas semanas, llegan noticias desde el zoológico de Dresde, Alemania sobre un hombre inglés que había estado molestando a un elefante y que había sido aplastado por este. Su apellido estaba escrito de manera diversa, apareciendo como Oppin o Eppelin, pero el nombre del sujeto era definitivamente… Cornelius, de esta manera se intuye que el hombre aplastado por el elefante no era otro que Cornelius Appin.

Aquí vemos otra muestra de la hipocresía de nuestra sociedad puesto que los invitados de Cornelius Appin, todos ellos pertenecientes a la clase noble británica, muestran un gran desprecio por Tobermory, no tanto por su capacidad de hablar como por su temor de que divulgue sus más oscuros secretos, es decir, los asistentes prefieren que su reputación siga intacta y quieren acabar con el gato. Todos se sienten aliviados cuando Tobermory es asesinado en una pelea con otro gato y Appin es aplastado por un elefante porque saben que los secretos de todos están a salvo.

De esta manera, Saki critica a las personas obsesionadas con su reputación que son incapaces de aceptar las maravillas que están enfrente de sus ojos y temen por si mismos, pero que en realidad la obsesión por parecer perfectos cuando no lo somos es una especie de un yugo que no nos permite seguir adelante.

Pero la crítica oculta en Tobermory también es un reflejo de la propia situación del autor. Saki, es decir Munro, era homosexual en una época en que serlo era ilegal¹ y él vivía con el temor de acabar en una cárcel o terminar involucrado de cualquier manera en un escándalo, como había ocurrido años antes a otros hombres en un burdel de Londres², así que vio obligado a ocultar su orientación durante el resto de su vida. El cuento quizá es una muestra de la opresión que la hipócrita sociedad de su tiempo ejercía y la forma en la que él se vio obligado a actuar.

Para terminar, lo que me agrada de ambos cuentos son sus giros inesperados, similares a los que hacen autores posteriores como Gabriel García Márquez, los cuales siempre les dan un tono oscuro y los hacen imposibles de clasificar. No estoy segura a género pertenecen pero esos elementos macabros hacen que no pueda dejarlos en un mes sin ciclo.

NOTAS

¹ La homosexualidad en el Reino Unido no sería legal hasta 1967 en Inglaterra y Gales, luego en 1981 en Escocia y finalmente en Irlanda del Norte en 1982.

² En el verano de 1889 hubo un escándalo en el que se encontró un burdel homosexual en Londres, cuyos clientes eran principalmente aristócratas. Hubo un gran encubrimiento y obstaculización por parte de las autoridades para juzgar a los prostitutos y los clientes, quizá debido a la elevada posición social de estos últimos, recibiendo todos sentencias leves para la época o ninguna. Este asunto ha pasado a la historia como el Escándalo de la Calle Cleveland.