EL REY LEAR


Para seguir con el Mes del Padre elegí El rey Lear de William Shakespeare. Me pareció que como el protagonista es padre sería un personaje ideal para analizar su rol como tal, su relación con sus hijas y sus debilidades.
Sin embargo, a pesar de que el título dice que Lear es el protagonista, en realidad sólo comparte el protagonismo con otro padre cuyo protagonismo emerge y se pone a la par de Lear. Ese hombre es el Conde de Gloucester y al igual que Lear, también es padre y en el libro también se aborda su relación con sus hijos. Conforme la historia pasa ambos se conectan, pueden ver sus errores y finalmente perdonarse y pedir perdón.
LEAR
Lear es el rey de Bretaña y tiene tres hijas que son Goneril, Regan y Cordelia. Lear al principio se muestra como una persona con una gran inclinación hacia la adulación y espera que sus hijas demuestren con palabras su amor por él. Esto se revela cuando les pide a sus hijas que cada una dé un discurso que demuestre su amor por él y a cambio les entregará un tercio de su reino a cada una puesto que no tiene hijos varones que lo hereden. Su amor por los halagos le impide ver que su hija menor Cordelia es la única que lo ama y la deshereda al encontrar su parco pero sincero discurso poco amoroso. Incluso destierra a uno de sus súbditos, el conde de Kent, porque este defiende a Cordelia e intenta hacerle ver sus errores. Su incapacidad para ver el amor y la lealtad de Cordelia y del conde de Kent es determinante para su destino.

Por acuerdo, Lear deja su reino y se instala en casa de su hija mayor, Goneril, un mes y al mes siguiente con su otra hija, Regan. Las dos muestran sus verdaderos sentimientos con su padre al eliminar gran parte de su sequito y al tildarlo de viejo y terco. Es ahí cuando Lear, despreciado por sus hijas, empieza a perder la razón y a vagar por su reino seguido por dos hombres leales, su bufón y un súbdito ignoto, que no es otro que el conde de Kent disfrazado. A la vez que Lear empieza a volverse loco empieza a caer rayos o suceden otros fenómenos extraños.

A pesar de todo, en su locura Lear puede ver sus errores y darse cuenta de que su amor por la adulación lo llevó a despreciar a las personas que realmente lo amaban y le eran leales. Cuando se reencuentra con Cordelia, que ya está casada con el rey de Francia, el cual la aceptó a pesar de haber sido desheredada, Lear siente vergüenza y cree que no debe ser perdonado, pero ella le perdona sus faltas y sólo quiere protegerlo, lo mismo que el conde de Kent. La historia hubiera terminado bien, pero como en casi todas las tragedias la maldad siempre destruye a los bondadosos cuando Cordelia es ejecutada por órdenes de Edmund, de quien hablaré más adelante, pero Lear mata al verdugo antes de que este lo ejecute. Al final Lear muere sosteniendo el cadáver de su hija menor. Esto simboliza que sólo en la muerte Lear podrá estar junto a su querida hija Cordelia.

Me gustó mucho la evolución de Lear que pasa de ser un soberbio, amante de los falsos elogios a un hombre redimido que ha aprendido de sus errores y que lucha no tanto para recobrar su reino como recuperar el amor de su hija menor, a quien despreció. Finalmente padre e hija pudieron disfrutar breves momentos de felicidad sin ningún remordimiento y sólo en la eternidad Lear encuentra el consuelo estando con su hija. No es el típico protagonista dadas sus muchas faltas, pero finalmente es en la locura donde puede recuperarse a si mismo.
CONDE DE GLOUCESTER
El otro padre, el conde de Gloucester es un súbdito de Lear y tiene dos hijos: Edgar y Edmund. El primero es su hijo legítimo mientras que el segundo es ilegítimo. A pesar de que a los dos les ha brindado educación, se hace evidente que el conde de Gloucester tiende a discriminar a Edmund debido a su nacimiento y prefiere a su hijo Edgar por ser su legítimo heredero. Ante esto, Edmund se siente rechazado y desea obtener poder y riqueza mediante la intriga y la manipulación, pues sabe que al ser ilegítimo no heredará nada de su padre.
Edmund planea una estratagema falsificando una carta con la escritura de su hermano para hacerle creer a su padre que Edgar quiere asesinarle para quedarse con el título cuando en realidad es Edmund quien lo codicia. Para desgracia del propio conde y de Edgar, ambos caen en la trampa; el conde sentenciando a muerte a su propio hijo y Edgar escapando y disfrazándose para evitar que lo reconozcan.
Más tarde, el conde de Gloucester se entera de lo acontecido con Lear y quiere ayudarlo y por eso se lo cuenta a Edmund, que ya se ha aliado con las hijas mayores de Lear y con el duque de Cornwall, esposo de Regan. Las dos mujeres y el duque se han aliado a Edmund para matar al conde de Gloucester pero también por distintas motivaciones; Goneril y Regan han sido seducidas por Edmund y ambas desean casarse con él a pesar de que ellas ya están casadas sin ver que en realidad Edmund está jugando con las dos, mientras que el duque de Cornwall trata de ser una figura paterna para Edmund. Entre todos lo capturan para interrogarlo y el duque de Cornwall le aplasta los ojos al conde de Gloucester dejándolo ciego pero cuando se dispone a matarlo, es mortalmente herido por un criado partidario del conde de Gloucester, dándole la oportunidad para que este escapa. Después de ver como su hijo Edmund lo traicionado y de haber perdido la vista, el conde de Gloucester comprende que todo fue un invento de este y que Edgar nunca quiso asesinarlo.

Poco después, el conde de Gloucester se encuentra con Lear, Cordelia, un disfrazado Edgar, el conde de Kent y el duque de Albany, yerno de Lear y esposo de Goneril, que desea ayudar pero también que la región recupere el orden y entre todos deciden unirse para restaurar a Lear y al conde de Gloucester. Deciden que Edgar vaya a enfrentarse a duelo con Edmund. Finalmente ambos hermanos se confrontan, con la victoria de Edgar sobre Edmund con el conde de Gloucester como testigo y Edgar puede quitarse su disfraz y recuperar su verdadera identidad ante su padre, el cual muere feliz al verse perdonado por su hijo. Edmund también se redime al arrepentirse de sus errores y enviar a un emisario para que Lear y Cordelia sean liberados y no ejecutados, aunque este llega tarde para evitar la muerte de Cordelia.
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Uno de los temas que trata este libro es la relación entre padres e hijos. Tanto Lear como el conde de Gloucester tienen relaciones complicadas con su prole. Lear se deja engatusar por las falsas alabanzas de sus dos hijas mayores y rechaza a Cordelia, su hija menor, por su discurso corto y sencillo que él creyó poco amoroso, cuando en realidad lo que dijo ella es una muestra de sus sentimientos y de su honestidad. Más tarde cuando puede ver lo crueles, traicioneras y desalmadas que son Goneril y Regan, Lear se siente perdido pues siente que sus hijas ya no lo quieren y esto hace que enloquezca, pero a lo largo del libro, se puede ver que Lear no desea el mal para ninguna de sus hijas ya que está consciente de que eso ocurriría tarde o temprano.
Finalmente logra encontrar un perdón y un consuelo significativos aunque breves cuando se reencuentra con Cordelia y puede entender que el verdadero amor familiar no reside en las alabanzas sino en la sencillez de los actos como el perdón y el buen trato desde y hacia padres e hijos. Esto demuestra el por qué Lear consideraba a Cordelia su preferida al principio de la obra, pero esto vuelve a ser significativo cuando se ve el verdadero amor y unión entre ellos que ni con la muerte se rompería, lo que hace que sus muertes sean nobles a diferencia de las de Goneril y Regan, que al final se traicionan entre ellas con Goneril envenenando a Regan y luego suicidándose de manera cobarde al ver que sus planes han fracasado y para evitar que la ejecuten.
Por su parte, el conde de Gloucester manifiesta desde el principio su favoritismo por Edgar por ser su hijo legitimo, en detrimento de Edmund, que es ilegitimo. Este sentimiento de humillación y desprotección marcan profundamente a Edmund al punto de traicionar a su padre y a su medio hermano mayor para apoderarse de su título y de sus tierras. Desafortunadamente el conde de Gloucester es tan ingenuo como voluble ya que no sólo cae en la trampa de Edmund sino que empieza a tratarlo como su hijo sólo porque cree que Edgar lo ha traicionado.
Al igual que Lear, el conde de Gloucester empieza a sentirse desolado tras haber perdido la vista y saber sobre las verdaderas intenciones de Edmund pero Edgar, que se ha disfrazado para evitar que lo reconozca y se ha convertido en su acompañante, se ofrece a pelear por él y vence a Edmund. Como Lear, que muere por la conmoción que ha sufrido, el conde de Gloucester muere por la impresión de los acontecimientos pero feliz de recuperar a su hijo y saber que siempre estuvo allí y le fue fiel. Edmund también muere después de redimirse a si mismo al arrepentirse de sus errores, lo que revela que no era tan malvado como Goneril y Regan; sólo quería ser reconocido por su padre y simplemente estaba resentido por su situación de ilegitimidad.
Este libro se me hizo un poco difícil de leer pero cuando se puede ver el trasfondo interpersonal que tiene como el trato hacia las personas mayores y las relaciones familiares vale la pena hacerlo. Definitivamente se lo recomiendo a todos.

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