EL PRINCIPITO


Para empezar el mes de Abril, que es tanto el mes de los niños como el del idioma español, voy a hacerlo con una entrada sobre uno de los libros más populares de la historia. Aunque este libro fue escrito originalmente en francés, ha sido traducido a más de 200 idiomas y trata sobre un niño que viaja por el espacio y llega a nuestro planeta, la Tierra. ¿De qué libro estoy hablando? Pues de El Principito, la obra de Antoine de Saint-Exupéry.
A pesar de que es uno de los libros que más se lee en las escuelas colombianas, no tuve la oportunidad de leerlo cuando yo estuve en el colegio, aunque mis hermanos si lo hicieron. Seré honesta: hace varios años lo leí y francamente no me gustó nada; me pareció demasiado pretencioso, pero ahora que he tenido más tiempo para leer me he dado cuenta de que también tiene enseñanzas y mi desprecio inicial desapareció. No es mi favorito, pero tampoco es despreciable.
Volviendo al libro, nuestro principito se encuentra con un aviador francés un poco excéntrico (un obvio guiño de Saint-Exupéry a si mismo). El aviador necesita reparar su aeronave para poder regresar a Francia y sólo tiene ocho días hasta que se le agote su reserva de agua mientras que el principito le pide que le dibuje un cordero, pero el aviador no quiere ya que nunca aprendió a dibujar. Después de varios intentos, el aviador dibuja una caja y le dice al principito que el cordero que quiere está en él. Este se muestra agradecido.
A medida que ambos conversan, se va haciendo patente que el principito no ve las cosas como los demás, ya que lo hace sin ningún tipo de malicia y dice frases que para una persona adulta serían banales, pero para él son importantes. El principito explica que quería un cordero para que se comiera los baobabs y poder facilitar uno de sus deberes en su pequeño planeta, que es arrancar los baobabs cuando fuesen pequeños porque luego sería imposible deshacerse de ellos y si eran muchos su planeta estallaría. Esto representa las cosas de las que debemos ocuparnos día a día o se convertirían en un problema mayor e irreversible.
El principito habló sobre sus posesiones más preciadas: tres volcanes, dos activos y uno extinguido, los cuales deshollina todos los días para que sus erupciones sean similares al fuego de las chimeneas y de esta manera le son útiles para hacer su comida. También deshollina el volcán inactivo, pues según él, nunca se sabe que puede ocurrir. Esto muestra el carácter prudente y previsor del principito.
Su otra posesión es una flor a la que riega todos los días y a la quiere a pesar de esta flor es orgullosa, petulante, remilgada y mentirosa, al fingir accesos de tos y tener fantasías como ser atacada por tigres en un planeta donde no hay animales. El principito quería a su flor pero no lograba comprenderla así que después de haber terminado sus deberes por última vez, se fue de su planeta a recorrer el universo.
El principito llegó a una región de seis planetas, que como el del principito, en realidad eran asteroides. Cada uno de ellos era habitado por un hombre adulto, que eran en su orden un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo. Como se observa, el principito no se entiende con el rey, el vanidoso le parece molesto, el borracho le inspira tristeza por su círculo vicioso y el hombre de negocios le parece poco serio e inútil a pesar de que este dice lo contrario. En cuanto a los últimos, el farolero y el geógrafo, le agrada el farolero porque no se ocupa de si mismo pero su planeta es demasiado pequeño para que esté otra persona y logra comprender al geógrafo, pero cuando este le dice que su flor es efímera y podría desaparecer, el principito se preocupa por ella aunque todavía no tiene intenciones de regresar a su planeta. Por consejo del geógrafo, va a visitar la Tierra.
Al llegar a la Tierra llega a un desierto (probablemente el Sahara, dado sus antiguos vínculos con Francia), y como nunca ha estado en la Tierra, no tiene idea de que el desierto es un lugar deshabitado. Primero se encuentra con una serpiente que siempre habla con adivinanzas y se muestra amable con el principito al punto de ofrecerle ayudarlo a volver a su tierra si alguna vez lo desea.
Después de mucho tiempo, el principito es incapaz de encontrar personas y se encuentra con unas flores similares a la suya, las cuales son rosas. Al enterarse de que su rosa no era la única en el universo, comenzó a llorar y empieza a caminar sin rumbo otra vez. En esas se encuentra con un pequeño zorro con el que quiere jugar, pero el zorro le enseña que antes de jugar con él y ser su amigo, primero debe domesticarle y le explica el significado de domesticar. Finalmente el principito comprender que puede haber muchas rosas, pero la rosa de su planeta es su rosa y la quiere a pesar de sus defectos. Tiempo después él y el zorro se despiden ya que el principito debe regresar pronto a su planeta, no sin antes aprender que lo verdaderamente es lo que los demás no pueden ver o lo consideran insignificante.
Volviendo al principio, al aviador se le había acabado el agua y le habían gustado los relatos del principito pero como no había podido reparar su avión, decide buscar un pozo. Ambos conversan sobre la verdadera belleza, la cual consideran que es invisible y el aviador puede entender el amor verdadero y leal que el principito siente por su rosa.
Luego de abastecerse de agua y de reparar el avión, ambos empiezan a hablar sobre lo que realidad se necesita, ya que para ellos un ser muchas veces cultiva muchas flores o se va en un viaje de búsqueda, pero en realidad no se da cuenta que puede encontrar lo que necesita en la simpleza del agua, las estrellas, una flor o una sonrisa. El principito le revela que hacía un año había llegado a la Tierra y estaba listo para volver a su planeta. Antes de desaparecer, el principito le dice que si alguna tiene deseos de escuchar su risa, sólo tenía que ver las estrellas y si quería acordarse del aviador, pensaría en el agua. Finalmente el principito desparece cuando la estrella que representaba a su planeta apareció.
Para mí, esta es una obra que uno debe leer de manera detenida para poder entenderla ya que tiene significados externos pero también ocultos. Los hombres de los planetas que el principito visita representan el punto de vista de las personas adultas que no pueden apreciar lo que les gusta a los niños ni su manera de ver las cosas. El aviador representa al hombre adulto que desea recuperar el punto de vista infantil que ha olvidado y que poco a poco va recuperando cuando charla con el principito y el zorro es el amigo inesperado que puedes encontrar cuando menos te lo esperas. Él es quien le enseña al principito a ver que las cosas más importantes son las no podemos ver o preferimos ignorar.
Como dije antes, ya he aprendido poco a poco a sentir aprecio por esta obra. Quizá sea una de mis favoritas, quizá no llegue a serlo pero cuando uno la lee, nos recuerda que dentro siempre llevamos un niño.

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