EL CAMINO DE SHERLOCK
Esta semana, analizaré la novela El camino de Sherlock de la escritora argentina Andrea Ferrari, publicada en 2007.
El camino de Sherlock se divide en 27 capítulos y trata sobre
Francisco Méndez, un joven de alto coeficiente intelectual y aficionado a las
novelas de Sherlock Holmes, que usa su inteligencia y su conocimiento
detectivesco para resolver una serie de crímenes ocurridos en su barrio. La
historia se desarrolla en Buenos Aires, en concreto en el barrio Belgrano, cuatro
años antes de que él mismo narre su historia, la cual también abarca cuatro
años de su vida, desde sus diez hasta sus catorce años.
Francisco Méndez, llamado Fran por su familia y Sherlock por sus
compañeros de clase, ha sido la ilusión de su madre al mostrar una gran
inteligencia desde tierna edad y siendo catalogado con alguien de alto
coeficiente intelectual. Debido a las altas expectativas que su madre ha
depositado en él, ha estado en varias actividades como ajedrez y piano, pero lo
que Francisco más disfruta es leer las novelas de Sherlock Holmes, aparte de las
estrellas. La manera como el personaje investiga los distintos misterios es lo
que más le llama la atención y cree que él podría aplicar el método cuando
varios crímenes ocurre en el barrio Belgrano, donde reside.
En la escuela, está adelantado varios años por lo que, a sus diez
años, estudia en séptimo grado, el último grado de primaria. Aunque a Francisco
le va bien, las clases y los maestros lo aburren, por lo que hace ruidos para
no aburrirse. Su talento detectivesco sale a relucir por primera vez cuando
deduce que su maestro de Educación Física fue llevado en una ambulancia al
hospital por un problema cardiaco, lo cual resulta ser cierto. Por esto, sus
compañeros le proponen que se inscriba en un concurso televisivo de preguntas
para ganar un viaje de fin de curso1 gratis, ya que la mayoría de
ellos no pueden costearlo. Luego de una serie de eventos, aunque logra ganar el
concurso, se cambia de escuela para cambiar de aires, pero no pierde su afición
por lo detectivesco, algo que sería importante porque logra encontrar al
culpable de los crímenes de Belgrano.
A pesar de lograr su objetivo, se muestra que a Francisco no le importa
el crédito personal, solo le interesa que el caso se resuelva, algo que no es
habitual en la cultura latinoamericana, donde la impunidad es muy habitual.
La madre de Francisco es una mujer que siempre ha depositado altas
expectativas en su hijo, por lo que busca que su hijo se convierta en alguien
sobresaliente y que su nombre quede grabado en la historia, por lo que cada vez
que su hijo muestra talento en algo, busca fomentarlo, aunque a Francisco no le
guste, como querer que él sea convierta en un gran maestro de ajedrez, en un
compositor de música o en un científico que podría ganar el premio Nobel. Por
eso, siente que su hijo desperdicia el potencial que tiene al solo enfocarse en
su gusto por Sherlock Holmes y la investigación criminal.
Arturo es el único compañero de clase que Francisco considera su
amigo, pues los otros chicos lo consideran un raro. Los dos tienen las mismas
aficiones por las novelas de detectives, siendo Hercules Poirot el personaje
preferido de Arturo. Al ser ambos cercanos, Arturo recibe el apodo de Holmes y
se convierte en su principal apoyo en el concurso y en la investigación y se
encarga de hacerle ver sus errores con la palabra Norbury. Su lealtad lo lleva
a cambiar a la misma escuela que Francisco y los dos se dedican a investigar la
serie de homicidios que han ocurrido en el barrio Belgrano, siendo Arturo parte
fundamental para hallar al culpable y de gran ayuda para Francisco.
Lucía Bernárdez es un personaje que solo es mencionado, puesto que
ella fue la tercera víctima en los crímenes de Belgrano. Sin embargo, todo lo relacionado con ella resulta de vital importancia para encontrar a su asesino ya que Francisco descubre que al ser una mujer con cierta
estabilidad económica sin ningún pariente más que su primo y un novio, le es
posible deducir que su crimen se debió a motivos económicos. Francisco termina
teniendo razón, pero lo que no sabía era que su búsqueda del culpable lo
llevara a estar en un gran peligro del que se libra gracias a Arturo.
Algo que resalta de esta novela es la manera como aprovecha los
distintos recursos narrativos de las novelas de detectives a través de un
muchacho de 14 años, mostrando como Francisco usa las mismas formas de
deducción para llegar al móvil del crimen y quién podría ser el culpable. Al ser
un niño genio y su afición por las novelas de Sherlock Holmes, está convencido de
que podrá resolver los crímenes ocurridos en el barrio Belgrano. Si bien tuvo
razón en identificar al culpable, la novela también da a entender que, después
de todo, también comete errores como cualquier otro adolescente.
Otra cosa que también se puede apreciar de la novela es cómo los
padres intentan presionar a sus hijos a que destaquen, como es el caso de la
madre de Francisco, que está obsesionada con que su hijo se convierta en un
científico o en un matemático y que un día reciba el premio Nobel, cosas en las
que él no está interesado. Cuando su hijo demuestra su habilidad para resolver
los crímenes de Belgrano (y su vida peligra), finalmente entiende que su hijo
es él que tiene que decidir qué es lo quiere hacer con su vida.
Un defecto que tiene la historia es que el padre de Francisco se
siente más como relleno que como un personaje sólido (que no lo es). Aparte de
que decirle a su esposa que no presione demasiado a Francisco, no interviene
para nada. Pudo haber sido utilizado como una contraparte de la madre, al
buscar darle a su hijo una vida más tranquila y alejarlo de las presiones de su
esposa. Sin embargo, la autora no supo qué hacer con él y solo le dio una línea.
Si se sacara al padre de la trama y hubieran puesto a Francisco como hijo de
una madre soltera, no se notaría la diferencia.
Se puede decir que El camino de Sherlock es una novela de
aprendizaje pues nos muestra el desarrollo emocional, moral y social de
Francisco a lo largo de cuatro años de su vida en los que pasa de ser un
preadolescente genio del que se espera demasiado a un adolescente fascinado con
lo detectivesco y que es capaz de resolver una serie de crímenes en su barrio,
al tiempo que logra tener un amigo de verdad y lograr hacer frente a los
desafíos que suelen sufrir los niños superdotados.
Una última característica y que será más apreciada por los
fanáticos de la obra de Sherlock Holmes son las referencias que hacen Francisco
y Arturo sobre las distintas novelas y cuentos sobre el mítico personaje
literario. A menudo los dos adolescentes citan frases de sus trabajos. Un
lector puede encontrarlas oportunas o molestas dependiendo de su gusto.
En general, El camino de Sherlock es una historia sencilla, con un
ritmo regular y que mezcla de manera adecuada el estilo de la novela de
aprendizaje y la narrativa policiaca. Para un lector casual, es una lectura
rápida y sin tropiezos. Ahora bien, si se es fanático tanto de las novelas
policiacas como de la obra de Sherlock Holmes, esta es una novela que pueden
disfrutar por sus referencias o una novela cualquiera que no aporta demasiado.
NOTA
1 En
España, Argentina, Chile, Uruguay y Perú, es una tradición estudiantil en la que se
viaja a alguna localidad turística con compañeros de clase. En Argentina, donde
se desarrolla la historia, se realizan dos viajes: uno al final de último grado
de primaria (que es el que realiza el protagonista) y otro al final del último
grado de secundaria.
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