EL HOMBRE BICENTENARIO



Para empezar con este 2020, lo haré con la novela corta El hombre bicentenario del escritor de ciencia ficción Isaac Asimov.
Inicialmente la primera entrada del año iba a ser la novela Los versos satánicos de Salman Rushdie, pero cuando me di cuenta de que se acercaba el centenario de Isaac Asimov decidí trasladar esa entrada para la siguiente semana.
El hombre bicentenario trata sobre Andrew Martin, un robot cuya interacción con los humanos lo llevan a asumir pensamientos y sentimientos propios a lo largo de su tiempo de activación.
Andrew es un robot al servicio de la familia Martin, a la que sirve durante cuatro generaciones, durante las cuales desarrolla habilidades, comprende el uso del dinero y empieza a usar ropa, elementos que le servirían más adelante, cuando tiene que valerse por su cuenta.
Al inicio, Andrew es bastante ingenuo como se esperaría puesto que nunca ha salido de la casa de los Martin, pero cuando pide su libertad y empieza a interactuar en el mundo exterior es testigo del temor y el desprecio que sienten los humanos hacia los robots como él. Después de un incidente en que su tercer dueño lo salva de unos humanos, Andrew decide usar todo su empeño en acabar con el prejuicio humano hacia los robots y para ello busca enmendar las leyes relacionadas con los robots, la cual es una lucha larga y difícil.
Después de leer El hombre bicentenario, comprendo un poco lo que Asimov quería explicar con el llamado Complejo de Frankenstein y por qué lo criticaba. Para él, los robots no debían ser vistos como una amenaza para los humanos sino como entes que están a su servicio y tienen tantos derechos como un ser humano. Los humanos no deben temerles.
Además, en el cuento se hace mención de las Tres Leyes de la Robótica que Asimov planteó y cómo Andrew puede usar sin que las tres se inflijan entre sí cuando muchos dudan de las decisiones que él toma, pero él les muestra cómo puede realizarlas sin que estas sean vayan en contra de las tres leyes.
La novela tiene una buena premisa y se ejecuta bien hasta cierto punto, pero el final no mantiene la misma calidad y se pierde un poco. Si no fuera por esto, El hombre bicentenario sería excelente, así que se queda en muy bueno. Un cuento que recomiendo para todos que lo quieren familiarizarse con la obra de Isaac Asimov.

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