MADAME BOVARY


Para empezar con el Mes de la Mujer, analizaré uno de los clásicos más populares de la literatura universal: Madame Bovary, que fue publicado en 1857, por lo que este año se cumple los 165 años de su publicación en libro puesto que el año anterior había aparecido en entregas.

La novela tiene 35 capítulos organizados en tres partes: la primera parte tiene 9 capítulos, la segunda 15 y la tercera 11. La historia se desarrolla en la Normandía francesa, en la villa de Tostes, en Rouen (las cuales sí existen) y en el pueblo ficticio de Yonville-l’Abbaye.

En la primera parte se nos muestra un poco de la vida de Charles Bovary desde sus inicios hasta que casa con una viuda aparentemente rica que era dominante con él y muere después de tener una discusión con la madre de Charles. Poco antes de que ella muriera, él conoció a la que sería su segunda esposa, Emma Rouault, como la hija de uno de sus pacientes. Solo después de esperar cierto periodo de luto, Charles y Emma se casan, pero ella se desilusiona al ver que las expectativas que ella tenía de su matrimonio no se cumplirán. Al pensar que está enferma, Charles decide dejar Tostes para irse a vivir a Yonville y cambiar de aires.

En la segunda parte y ya en Yonville, Emma da a luz a Berthe, la única hija que el matrimonio Bovary tendría y de la que no se ocuparía en ningún momento. Allí conocen al farmacéutico del pueblo, Homais, que sería la competencia directa de Charles, con la cual no podría luchar. Al ver la falta de ambiciones de su esposo y luego de una fallida cirugía de pie que él efectúa, Emma decide escapar del aburrimiento como ama de casa a través de las relaciones extramaritales, primero con un pasante de derecho y luego con un noble terrateniente local, relaciones que, por supuesto, no funcionan y la dejan propensa a crisis nerviosas. Para tranquilizarse, los Bovary acuden a la ópera con Emma reencontrándose con el pasante y ambos reestableciendo su relación a escondidas de Charles. Para entonces, Emma comienza un hábito que sería una de las causas de su autodestrucción: la adicción a las compras compulsivas, en particular de artículos de lujo.

La tercera y última parte nos muestra el descenso de Emma de la fantasía a la dura realidad al destruir el patrimonio familiar con sus deudas solo para conservar el amor de dos hombres que al final le dan la espalda cuando ella más los necesita. Al ser incapaz de lidiar con la realidad, Emma toma una decisión drástica para huir de ella. Los últimos tres capítulos muestran lo que le ocurre a su familia.

Hablaré de los personajes y los analizaré de manera que podamos entender un poco la psicología de cada uno.

Emma Bovary (de soltera Rouault) es la protagonista de la novela. Es una mujer mal casada y amante de las novelas románticas, que cree que las mismas se aplican a la vida real. Contrajo matrimonio con el joven médico y recién viudo Charles Bovary, pensando que al convertirse en la esposa de un médico ella gozaría de riqueza y posición social. Pronto se da cuenta de que no tendrá ninguna de esas dos cosas al lado de Charles.

Pronto, Emma se queda embarazada, pero su deseo de vivir en un mejor lugar hace que Charles se traslade de Tostes, en donde viven inicialmente, a Yonville. Allí da a luz a su hija Berthe, por quien no siente ningún tipo de sensibilidad maternal ya que deseaba tener un varón; de esta manera, Emma muestra que desprecia ser mujer por el hecho de que una mujer goza de menos libertad que un hombre. No es sorprendente que ella prefiera delegar su deber de criar a Berthe en su empleada Felicité.

Aburrida de ser la esposa de un médico provinciano, ella busca formas de vivir su vida tal como lo ha leído en las novelas de romance. Con ello en mente, tiene dos relaciones adulteras: una con León Dupuis, un estudiante de Derecho y pasante de notario; y otra con Rodolphe Boulanger, un noble local. El primero es el típico joven que se enamora de ella como cualquier primera relación de muchacho y el segundo no es más que el clásico picaflor que sale con una mujer por un tiempo y luego la abandona por otra.

En su deseo de mantener la fantasía del amor, Emma se endeuda hasta el cuello comprando ropa y artículos de lujo, lo que al final trae la ruina a la familia, una ruina económica, física y emocional.  A ella no le importa todo eso, con tal de que Leon o Rodolphe den su vida por ella, algo que ninguno de los dos está dispuesto a hacer. Lo irónico que es que Charles sí se sacrificaría por ella y que Berthe la quiere mucho, pero Emma no valora el amor de su esposo y de su hija, demostrando cuán egoísta es, pensando solo en sí misma y en los hombres que cree que la aman. Sin embargo, tanto Leon como Rodolphe no desean ningún tipo de compromiso y la abandonan cuando ella necesita de la ayuda de ambos.

El gran problema de Emma Bovary es su incapacidad de aceptar la realidad. No puede ni quiere hacerlo porque, para ella, sería reconocer que no es una heroína de una novela romántica sino la esposa de un médico sin aspiraciones, es decir, una mujer común y corriente. Para Emma, esto sería admitir su propia mediocridad como persona y que sus ideas románticas no funcionan en la vida real. Su decisión final refleja su deseo de escapar de la realidad que la ha golpeado y la cual no está dispuesta a asumir, además de mostrar cuán engañada estaba por las novelas románticas que tanto adora leer.

Charles Bovary es médico y esposo de Emma. Su nombre es un juego de palabras en francés charlbovary, que está relacionado con el ganado. Es un hombre tranquilo y amistoso pero también pusilánime, conformista y manipulable, siempre a merced de la voluntad de cualquiera, en particular de las mujeres de su familia y de Homais. Primero estuvo casado con una viuda de mediana edad que murió unos años después y luego con la hija de uno de sus pacientes. Esta última resultaría ser Emma. Este ciclo de estar a merced de mujeres dominantes, egoístas y manipuladoras acabaría destruyéndolo.

Charles es un hombre común y corriente. No es un mal hombre: su desgracia es que se aleja de las ideas románticas en las que Emma tanto cree. Su manera de ser y el hecho de que no tiene muchas afinidades con Emma hacen que esta última lo considere un hombre mediocre, sin pasión y sin ambiciones, lo contrario de lo que ella esperaba.

Charles ama a Emma por encima de todo pero ella, en su egoísmo y en su incapacidad para aceptar la realidad, rechaza cualquier afecto que él profesa y no le importa convertirlo en una víctima de sus fantasías. De hecho, Charles sacrifica su carrera por la salud de ella justo cuando empezaba a hacerse un nombre como médico en Tostes para irse a Yonville solo para terminar con su reputación dañada por causa de una mala cirugía y de Homais. En resumen, Charles Bovary termina siendo destruido por el romanticismo.

Homais es el boticario del pueblo y es el rival de Charles. Presuntuoso y anticlerical, lo que más desea en la vida es ser condecorado con la Legión de Honor y para ello la mejor forma es que usar el área que más conoce: la ciencia. Le gusta presumir de su conocimiento en cualquier área porque dice que incluso para ser agricultor se necesita de conocimiento sobre la tierra y las plantas. No le importa tirar del carruaje a cualquiera que pueda perjudicarlo, como se ve cuando le roba los clientes a Charles y le causa un daño irremediable a su reputación como médico al no hacer nada para defenderlo o como cuando evita de la forma más cruel que un hombre ciego lo difame.

Si Homais fuese un personaje de una novela perteneciente al romanticismo, es muy probable que él reciba su merecido. Pero Madame Bovary es una novela realista y como tal, esto nunca va a ocurrir. De hecho, a través de Homais, Flaubert muestra que los hombres ambiciosos, egoístas, racionales y que siguen las reglas de la sociedad son los más favorecidos. Homais no solo sigue su vida como si nada hubiera pasado sino que sus esfuerzos por convertirse en un científico reconocido al final se ven recompensados.

Madame Bovary, madre es la madre de Charles. Se dice que fue una mujer alegre cuando se casó con el padre de Charles, pero que su personalidad se agrió luego de toda una vida de mujer casada. Como las mujeres en la vida de este último, es una mujer dominante e inconformista, que fuerza a su hijo a estudiar medicina para que no sea un inútil como su padre. Sin embargo, se muestra en contra de las elecciones maritales de Charles, decepcionándose de la mentira de su primera esposa y luego de Emma, al no gustarle su afición a los libros, su nulo interés por su hija y ser una despilfarradora con el dinero.

Madame Bovary, madre refleja un paralelismo con su nuera Emma. Ambas eran mujeres más o menos tranquilas con su vida antes de casarse para luego decepcionarse de la vida en pareja. Sin embargo, Madame Bovary, madre es una persona que se ha visto obligada a aceptar la vida que lleva mientras que Emma no está conforme con ella y buscar escapar del eterno aburrimiento.

Berthe Bovary es la única y desafortunada hija del matrimonio Bovary. Es una hija de papá, puesto que su padre es la única persona que le muestra amor y cariño. Su madre no la quiere puesto que le recuerda la realidad de ser una mujer en el siglo XIX: ser incapaz de tener la vida que quiere y de amar a quien ella quiere, y básicamente ve a Berthe como una decepción más para ella. La pequeña busca de manera inútil que Emma le muestre amor o le dé un poco de atención. Al final, Berthe es la persona que más pierde a causa del egoísmo de su madre.

Madame Homais es la esposa de Homais y la madre de sus cuatro hijos. Es todo lo opuesto a Emma: aunque tiene una apariencia física simple, es una mujer con los pies en la tierra, que vive y acepta la realidad y es una madre que se preocupa por el cuidado y la seguridad de sus hijos. En resumen, Madame Homais es el contraste de Emma Bovary.

Hippolyte es un mozo de cuadra, conocido por tener un pie zambo. Es él el sujeto de pruebas que Charles usa a instancias de Homais para realizar una cirugía destinada a corregir dicho deformidad del pie. Como es de esperarse en una novela realista, es fácil imaginar el resultado de dicha intervención.

Justin es un aprendiz de farmacéutico y un primo huérfano de Homais, el cual ha aceptado que viva a cambio de aprender el oficio y que gusta de maltratarlo. Es una de las pocas personas que en verdad ama a Emma al punto de pedir trabajo como empleado de ella y por ello lamenta lo que le ocurre a ella debido a que pudo haber evitado la tragedia pero al mismo tiempo fue incapaz de hacerlo. Como su nombre lo indica, es una persona justa y por ello comprende a Emma.

Madame Bovary es una de esas novelas que cuando la lees por segunda vez, acaba por agradarte más. Es el gran ejemplo de la deconstrucción de una novela romántica al mostrar como los personajes de buen corazón, soñadores y que quiere llevar una vida de acuerdo con su manera de pensar son aplastados y destruidos por la marea que es la cruda realidad mientras que los egoístas, los que ven la realidad y siguen las reglas que la sociedad impone tienen éxito. Esta es una novela que recomiendo a todos los amantes del realismo. No dejen que el nombre los desaliente, es una novela en la que se explora mucho la disputa entre la ciencia y la religión y cómo dejarse llevar por la fantasía solo te conduce a darte de bruces contra la realidad.

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