EL COLLAR

Para este mes de diciembre sólo habrá dos entradas puesto que llegan las fiestas de fin y comienzo de año y es probable que todos vamos a estar festejando. Aquí les traigo la primera de ellas. Se trata de otro cuento de Guy de Maupassant ¿Recuerdan ustedes al autor de El Horla? El cuento de esta entrada se llama El collar, publicado en 1884.

Este cuento no posee muchos personajes, sobresaliendo tres: Matilde de Loissel, su esposo y la amiga de ella, Jeanne (o Juana como aparece en Ciudad Seva) Forestier; pero eso no significa que su estructura sea simple. Se trata de una crítica a las clases media y alta y además a la vanidad y a la codicia de los seres humanos.

Matilde de Loissel proviene de una familia bretona relativamente pobre. Se caracteriza por ser una mujer ambiciosa y llena de vanidad, que desea brillar en las fiestas más elegantes de París, lucir vestidos y joyas costosos y recibir cumplidos por parte de los miembros más importantes de la alta sociedad francesa. En cambio, está casada con un empleado de bajo rango del Ministerio de Instrucción Pública¹. A pesar de su bajo nivel de vida, Matilde no deja de soñar con tener los lujos y la vida que se da su amiga, la señora Forestier.

El señor de Loissel es un hombre que trata de hacer lo posible para contentar a su esposa y por eso logra hacerse de una invitación a una fiesta del Ministerio a pesar de la difícil disponibilidad de las mismas. Sin embargo, Matilde no quiere ir porque no tiene “nada que ponerse”, así que le da cuatrocientos francos que él ahorraba para un rifle de caza sólo para que ella pueda comprarse un vestido, pero a pesar del vestido, sigue sin estar contenta porque no tiene joyas, así que su marido le sugiere que vaya a ver a su amiga, la señora Forestier. Esta le presenta varias alhajas hasta que a Matilde le llama la atención un collar de diamantes. La señora Forestier se lo presta.

La señora Forestier, por su parte, es el contraste perfecto para Matilde de Loissel, pues ella tiene un nivel de vida acomodado pero es conformista con respecto a su situación, ni mejor ni peor, mientras que Matilde tiene un estilo de vida más sencillo, pero no está contenta con el y desea hacer parte de la alta sociedad.

El día de la recepción fue como Matilde siempre lo soñó. Ninguna mujer era más hermosa o elegante que ella, todos la admiraron y ella se sintió halagada por los comentarios de los asistentes. Pero al llegar a casa, su alegría se convierte en angustia cuando descubre que ha perdido el collar prestado. A pesar de mover cielo y tierra, no logran encontrarlo. Ahí empiezan sus problemas pues deben prestado dinero para comprar otro collar y reponer el extraviado. El excesivo costo (treinta y seis mil francos reducidos de cuarenta mil) lleva a la pareja a una situación económica muy crítica en la que se ven obligados a trabajar tanto como puedan para pagar la deuda, algo que les tomaría diez años.

Tras diez años, Matilde ha perdido su belleza por el duro trabajo y la pobreza. Luego de ese tiempo sin ver a su amiga, la señora Forestier, un día se encuentran en los Campos Elíseos y le revela la verdad sobre el collar. Esta, a su vez, en una sorprendente vuelta de tuerca en la historia y muy sorprendida, le cuenta que el collar era de piedras falsas y apenas valía quinientos francos.

El collar hace mucha crítica sobre la ambición de las personas y sobre la sociedad en general. Resalta sobre todo la vanidad y la ambición de Matilde por estar en un punto más alto en la sociedad y por brillar en ella, algo que la lleva a cometer errores continuos que causan su perdición y la de su esposo, pues su ambición desmedida y el deseo de aparentar lo que no tiene, aunque sin mala intención, los arrastra al punto de tener que trabajar muy duro para pagar por ello y sin la esperanza de algún día recuperar lo que tuvieron. Esta es la reflexión a la que llega Matilde a diez años de haber perdido el collar de su amiga.

Pero el cuento también tiene muchos giros, cargados de ironía. Cuando el señor de Loissel va a ver al joyero que supuestamente le vendió el collar a la señora Forestier descubre que sólo le vendió el estuche. El hecho de que el collar era falso explicaba este hecho, pero también es una ejemplificación de que los de Loissel no habrían terminado en una paupérrima situación si ella hubiera dejado de lado su vanidad, si hubiera averiguado sobre el collar, si hubiera hablado con su amiga apenas lo perdió, si esta hubiera verificado el collar que Matilde le entregó… En fin, Matilde aprendió de la manera más dura sobre el daño que pueden causar el inconformismo y la ambición unidos.

Me gusta mucho el contraste que reflejan Matilde de Loissel y la señora Forestier, pero me deja algunos sentimientos encontrados. Ambas son de distintas clases sociales y tienen una visión muy distinta sobre su vida. Mientras que una está conforme con su vida, la otra quiere tener más de lo que su capacidad económica le permite y mientras una tiene que trabajar muy duro para reponer su error, la otra se asombra de que su amiga ha estado trabajando por un objeto que reemplazó a otro sin valor alguno. Una conclusión que en el fondo es triste si uno lo piensa.

No es que no me haya gustado el cuento. El problema es que las vueltas de tuerca que tiene hacen que uno se sienta asombrado y no de buena manera, haciendo que uno pase de no simpatizar al principio con la protagonista hasta compadecerse de ella por el hecho de pagar por sus errores y arrastrar a ellos a su marido de manera innecesaria, lo cual no es una buena enseñanza. Sin embargo, el cuento sigue siendo una muestra de hasta dónde nos pueden llevar la ambición y la vanidad.

NOTAS

¹ Uno de los primeros nombres que tuvo el Ministerio de Educación Nacional de Francia, el cual tuvo desde 1828 cuando fue creado hasta 1932.