EL ESCARABAJO DE ORO
La
entrada de esta semana es un cuento de Edgar Allan Poe llamado El escarabajo de oro, el cual es uno de sus pocos cuentos que no es de terror, sino que
involucra la búsqueda de un tesoro.
El
cuento trata sobre un hombre llamado William Legrand (o Guillermo como aparece
en la traducción que leí) que vivía en la isla de Sullivan, frente a la ciudad
de Charleston, junto a su único esclavo Jupiter. Legrand era un hombre
perteneciente a una antigua y empobrecida familia de Nueva Orleans. A raíz de la
pérdida de la fortuna familiar y de su creciente misantropía se fue a vivir a
aquella isla.
Un
día de un rarísimo frio en el invierno de la isla, el narrador (cuyo nombre es
desconocido, algo típico de los cuentos de Poe) fue a visitar a Legrand. Este le
informa sobre el hallazgo de un extraño escarabajo de oro con manchas que
asemejan a una calavera. Legrand dibuja el escarabajo en un pergamino pero el
narrador no ve más que una calavera así Legrand queda tan molesto, que mira el
pergamino y lo guarda en un cajón. El narrador se queda aterrado por el
errático comportamiento de Legrand y se va.
A la
noche siguiente y en su casa de Charleston, el narrador recibe la visita de
Jupiter, el cual le informa que la obsesión por el escarabajo de oro ha ido
para peor y que está escribiendo unos extraños signos. Alarmado, el narrador va
a ver a Legrand, que le informa que va a buscar un tesoro en tierra firme para
restaurar la fortuna familiar y que necesita no sólo la ayuda de Jupiter sino
también de él. El narrador accede a acompañarlos, a pesar de que cree que
Legrand está loco.
Legrand
le pide a Jupiter que se suba en un árbol para que encuentre una calavera y
ensarta el escarabajo de oro en el ojo izquierdo. Pero cuando empiezan a cavar,
Legrand nota un error y reprende a Jupiter por ensartar el escarabajo en el ojo
derecho. Jupiter dice que si lo hizo en el ojo izquierdo, pero señala su ojo
derecho, mostrando su pobre sentido de lateralidad. Legrand se ve obligado a
cambiar a tres pies de distancia de donde estaban cavando y vuelven a empezar.
Pronto encuentran unos esqueletos y un tesoro pirata lleno de joyas, cadenas de
oro y monedas de oro de varios países excepto Estados Unidos (era obvio que
había sido enterrado durante el siglo XVII, más o menos un siglo antes de la
independencia de Estados Unidos).
Después
de llevar el tesoro, el narrador le pregunta a Legrand cómo pudo hallar el
tesoro. Legrand revela que el papel donde estaba la calavera que tenía el
escarabajo era en realidad un pergamino antiguo en el que había un símbolo de
cabrito. Este símbolo le ayudó a deducir que el pergamino pertenecía al pirata
William Kidd, cuyo emblema era un cabrito. Un día en que accidentalmente puso
el pergamino al fuego, se dio cuenta que entre la calavera y el cabrito había
algo escrito. Legrand se puso a limpiarlo y descubrió un código oculto, algo
que se denomina criptograma.
Legrand
supuso que el idioma utilizado en el criptograma era el inglés dado que era el
idioma de Kidd y el significado de esa palabra cabrito en aquel idioma (kidd es
cabrito en inglés). Empezó a hacer una lista con las letras más utilizadas en
dicho idioma y de esta manera descubrió que eran unas instrucciones para llegar
al tesoro:
A good glass in the bishop's hostel in the devil's seat
forty-one degrees and thirteen minutes northeast and by north
main branch seventh limb east side shoot from the eye of the death's-head
a bee line from the tree through the shot fifty feet out.
Que traducido al español significa:
Un buen vidrio en el castillo del obispo en la silla del
diablo cuarenta y un grados y trece minutos Nordeste cuarta al Norte rama
principal séptimo brazo lado Este soltad del ojo izquierdo de la calavera una
línea recta a través de la bala cincuenta pies afuera.
El
narrador está satisfecho con el ingenio y astucia de Legrand, pero no comprende
por qué Legrand hizo que Jupiter metió el escarabajo por la calavera en lugar
de una bala y los cadáveres encontrados cerca del tesoro. Legrand le responde
que ello se debió a su molestia de que el narrador hubiera pensado que él
estaba loco y que los cadáveres eran los hombres de Kidd, a los cuales mató
para evitar que revelaran la ubicación del tesoro.
No
me gusta mucho que Legrand maltratase a Jupiter al punto de intentar
estrangularlo por haberse equivocado. No se puede culpar del todo a Jupiter, ya
que al ser analfabeto, no sabía distinguir entre izquierda y derecha, pero
tampoco Jupiter me agrada por completo debido a sus supersticiones, que rayan
en lo inverosímil. Me parece que el narrador es el personaje más sensato en el
cuento ya que se preocupa por el estado físico y mental de Legrand como un buen
amigo y quiere saber por qué está alterado. Esa es la razón por la que decide
acompañarlo.
Debo
decir que, en mi opinión, este es uno de los cuentos más interesantes que he
leído sobre Poe. Para mí, buscar tesoros, y al mismo tiempo resolver
incógnitas, en un estilo similar a la novela negra y de misterio, me pareció un
motivo para quedarme leyendo el cuento pero puedo decir que lo único que
criticaría en su extensión, un poco más larga que otros cuentos. Sin embargo
sigue siendo sencillo de leer y pulido como muchos cuentos de este popular
escritor.
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