EL CLUB DE LA BUENA ESTRELLA: LAS MADRES



Advertencia: la mayoría de los nombres de los lugares y de los personajes estarán basados en romanizaciones anteriores al hanyu pinyin, en especial Wade-Giles y Yale, las cuales fueron usadas hasta la década de 1980 cuando se hizo más popular el pinyin. Sin embargo, cuando un nombre esté en una romanización distinta al pinyin, colocaré esta entre paréntesis y en cursiva.

Para continuar con el Mes de la Madre, nos quedamos en Estados Unidos pero cambiamos la Costa Este por la Oeste. De la Ciudad de Nueva York a San Francisco. De la Gran Manzana a la Ciudad Dorada. Allí exploramos la relación entre las madres y las hijas de la diáspora china en dicha ciudad, el pasado y el presente y todo ello influye en sus vínculos familiares mientras las madres y luego una hija juegan mah jong. Este es el argumento de la novela El club de la buena estrella de la escritora estadounidense Amy Tan.

La novela está dividida en cuatro partes con cuatro capítulos cada una, de la misma manera que un mah jong, el juego que acostumbran a jugar las madres del libro. A pesar de lo que simboliza el cuatro en la cultura asiática, este número es importante en el mah jong porque necesita cuatro jugadores para poder jugarlo, se necesitan cuatro discos que representan los cuatro vientos para el juego y se requieren cuatro clases por ficha. La historia se desarrolla principalmente en San Francisco en 1987, con algunos pasajes en las ciudades chinas de Kweilin (Guilin), Ningpo (Ningbo), Taiyuan y Wushi (Wuxi).

Sin embargo y debido a que la entrada pasaba de las treinta páginas, decidí dividirlas en partes. En esta parte hablaré de las madres, las cuales integran el Club de la Buena Estrella. En la siguiente, analizaré a las hijas.

En esta novela, es obvio que las madres son cuatro: Suyuan Woo (que ha muerto antes de que empiece la novela), An-Mei Hsu, Lindo Jong y Ying-Ying St. Clair.

 

SUYUAN WOO

Kieu Chinh como Suyuan. Derechos reservados: Hollywood Pictures.

Suyuan Woo (吳 宿願), de soltera Li ()1 fue la madre de Jing-Mei (精妹). Oriunda de Kweilin, estudió enfermería en Shanghái, ciudad que sería importante para ella. Su nombre significa «deseo largamente acariciado», lo cual calza bien con su trágico y complejo pasado.

Durante la II Guerra Mundial, ella tuvo un grupo de mah jong llamado el Club de la Buena Estrella que formó para olvidar un poco lo terrible de la guerra. Pero cuando se enteró de que los japoneses invadirían Kweilin gracias a su esposo, un oficial del Kuomintang, huye con dos hijas gemelas, Chwun Yu (春雨 Chun Yu, lluvia de primavera) y Chwun Hua (春花 Chun Hua, flor de primavera). Durante la huida, hizo todo lo posible para que las tres siguieran juntas pero en el último minuto a Suyuan se le acabaron las fuerzas producto de una disentería que había contraído y se vio obligada a dejar que una familia se llevara a sus hijas, no sin antes darles información para llevar a sus hijas seguras a Shanghái, mientras se quedó a esperar a que le llegara la hora de la muerte. Sin embargo, eso no sucedió: fue rescatada por un camión que transportaba enfermos atendidos por misioneros budistas estadounidenses. Esto llenó de dolor a Suyuan, dándose cuenta de que se rindió demasiado pronto al dejar a sus hijas y que las tres pudieron haber sido salvadas a la vez.

Ya en Chungking (Chongqing), se enteró de que su esposo, Wang Fuchi, había muerto dos días, reaccionando de manera paradójica debido a los delirios de la enfermedad. Es en ese hospital improvisado donde conoció a su segundo esposo, el periodista Canning Woo, que estaba convaleciente por una herida en el pie. Con el tiempo, contrajeron matrimonio pero nunca lograron tener un lugar estable, vagando por varias ciudades chinas hasta 1947, año en el que se trasladaron a Hong Kong, en ese entonces parte del Reino Unido. Desde allí subieron a un barco que los llevó a los Estados Unidos en 1949, estableciéndose de manera definitiva en San Francisco.

Ya en San Francisco, uno pensaría que dejar todo atrás en China era algo que la dejaría con mucho pesar pero, a pesar de esto, Suyuan vio a Estados Unidos como un lugar para iniciar una nueva vida, donde uno puede ser y lograr cualquier cosa que se proponga; de esta manera, siendo una firme creyente en el Sueño Estadounidense. No mucho después, Suyuan tuvo a Jing-Mei. Pronto los Woo se establecieron en el Barrio Chino de San Francisco y Suyuan se dedicó a limpiar varias casas por semana para ganarse la vida. Además, formó un segundo Club de la Buena Estrella junto con An-Mei, Lindo y Ying-Ying, a quienes conoció en la Primera Iglesia Bautista China a la que acudían inmigrantes chinos. Sin embargo, el dejar atrás a sus hijas en China persiguió a Suyuan por el resto de su vida.

Durante la infancia de Jing-Mei, Suyuan intentó buscar el talento de su hija en cualquier cosa: baile, aprenderse las capitales de todos los estados y los países (debo admitir que esto yo lo hacía cuando era más pequeña), matemáticas, conocimiento bíblico, trucos de cartas… Todo en lo que Suyuan pudiera probar a Jing-Mei, lo hacía, solo para terminar con ambas frustradas y Suyuan considerando que Jing-Mei no se esfuerza en lo absoluto.

Un día, tras ver un episodio de Ed Sullivan, Suyuan decide que Jing-Mei se convierta en una concertista de piano, para lo cual la inscribe en clases de piano, algo que frustra a Jing-Mei, que sabe que no es una genio pero ante la presión de su madre, sigue con las clases hasta que una desastrosa actuación en un espectáculo de talentos hace que Suyuan y Jing-Mei se distancien.

En el momento en que se desarrolla la historia, Suyuan lleva dos meses muerta, por lo que Jing-Mei sustituye a su madre en el Club de la Buena Estrella, el grupo de mah jong al que pertenecía. Por ello, lo que sabemos de Suyuan se debe a los recuerdos de Jing-Mei y los relatos de su padre y de sus amigas. Suyuan deseaba encontrar a sus hijas gemelas que dejó en China. Después de varios años, ella recibe una carta de sus hijas, en el que ellas expresan verla, pero Suyuan murió de un aneurisma cerebral antes de que pudiera darse dicho encuentro, por lo que Jing-Mei irá a China en lugar de su madre.

Para Jing-Mei, Suyuan era una mujer muy estricta, competitiva y criticona, que siempre sacaba a relucir los defectos de muchas personas, en especial los de la propia Jing-Mei. Sin embargo, Suyuan solo deseaba que su hija tuviera un enfoque en su vida, fuese más aplicada y aprovechar sus dotes, en lugar de ser perezosa, pues sabía que Jing-Mei es inteligente. Por su parte, Jing-Mei sentía que su madre la comparaba mucho con Waverly, la hija de Lindo, una niña prodigio del ajedrez.

 

AN-MEI HSU

Lisa Lu (Emperatriz Viuda Cixi en El último emperador, Abuela Sonam en 2012 y Shang Su Yi en Locamente enamoradoscomo An-Mei. Derechos reservados: Hollywood Pictures.


An-Mei Hsu () es la segunda integrante del Club de la Buena Estrella, siendo madre de cuatro hijos (Matthew, Mark, Luke y Bing, este último fallecido) y tres hijas (Rose, Ruth y Janice), siendo Rose la que recibe los reflectores. Nacida en Ningpo (Ningbo) en 1914, su infancia fue compleja pues su padre, un profesor de las seis virtudes del budismo, murió cuando ella tenía cuatro años y su madre se vio obligada en convertirse en la tercera concubina de Wu Tsing (Wu Qing), un rico comerciante de Tientsin (Tianjin) que ya tenía tres esposas, viéndose obligada a dejar atrás a los hijos de su primer esposo, lo que la llevó a ser rechazada por su familia.

No obstante, cuando An-Mei tenía nueve años se fue a vivir con su madre cuando esta exigió que su hija se fuera a casa de su esposo, contra la voluntad de su tía, la cual temía que An-Mei se convirtiera en alguien como su madre. La madre de An-Mei llega por su hija cuando su madre y abuela de An-Mei, a la cual esta última llamaba Popo, agoniza, por lo que usa carne de su brazo en una sopa para ayudarla. Por desgracia, Popo muere, por lo que An-Mei se va con su madre a Tientsin, dejando atrás a su hermano menor.

Ya en Tientsin, An-Mei descubre la frágil posición de su madre como Cuarta Esposa. Aunque le dio un hijo varón a su actual esposo, el único hijo varón de sus seis vástagos (el resto de su prole son mujeres), la Segunda Esposa tiene total control del hogar, manteniendo a la Primera Esposa (madre de las dos hijas mayores de Wu Tsing) neutralizada al fomentar su adicción al opio y manipulando al supersticioso Wu Tsing a través de falsos intentos de suicidio. También le busca mujeres para que él pueda tener más descendencia puesto que ella es estéril, siendo la madre de An-Mei engañada por ellos para que fuera otra concubina. Así es como Wu Tsing obtuvo tres concubinas más: la Tercera; la Cuarta, que es la madre de An-Mei; y la Quinta, la más joven. Solo la madre de An-Mei le ha dado un varón, Syaudi (Xiaodi), ya que la Tercera Esposa tuvo tres hijas. Gracias a sus manipulaciones, la Segunda Esposa logró ser reconocida como la madre del hijo de la madre de An-Mei en detrimento de esta última, razón por la que la madre de An-Mei no tiene una casa como la Primera y la Tercera Esposas. Incluso exige que la llamen Madre Grande, inclusive An-Mei, que es su hijastra.

Al principio, An-Mei cree que la Segunda Esposa es una mujer generosa cuando le regala un collar de perlas pero cuando su madre le hace ver las verdaderas intenciones de esta a través de dicho collar y se entera de las manipulaciones y la treta que hizo la Segunda Esposa para convertir a su madre en la Cuarta Esposa, se da cuenta de lo mucho que su madre ha sufrido. Sin embargo, esta última idea un trágico plan para lograr que Wu Tsing cumpla su palabra (de nuevo aprovechando su carácter supersticioso, ya que ocurre dos días antes del Año Nuevo Lunar), y la honre como si hubiese sido su Primera Esposa, cuidando de sus dos hijos. Esto también le da las fuerzas a An-Mei para hacerse valer ante la Segunda Esposa aprovechando las supersticiones de esta y mostrándole que ya conoce su falsa personalidad.

Años después, An-Mei emigra a los Estados Unidos, consigue trabajo en una fábrica de galletas de la suerte, donde conoce tanto a Lindo como a su esposo, George Hsu y ambos tienen siete hijos, todos con nombres occidentales excepto el menor, Bing. El ahogamiento del niño y el hecho de que nunca lograran encontrar su cuerpo cambian la perspectiva de An-Mei sobre la fe pues de ser una devota bautista pasa a dejar de creer en Dios. Sin embargo, se mantiene firme. Al contarle su historia, An-Mei busca que Rose no se trague su sufrimiento ni permita que Ted decide durante el divorcio, sino que ella deje las cosas claras, que luche y que tome una decisión.

 

LINDO JONG

Tsai Chin (Tía en Memorias de una geisha, Bu Bu en Los ilusionistas... Nada es lo parece 2 y la abuela de Katy en Shangi-Chi y la leyenda de los Diez Anillos) como Lindo. Derechos reservados: Hollywood Pictures.

Lindo Jong, de soltera Sun () es la madre de Waverly. Su signo zodiacal chino es el Caballo, en concreto un Caballo de Tierra, al haber nacido el 11 de mayo de 1918. De acuerdo con su hija Waverly y por lo que se ve de su historia, Lindo encarna las cualidades de su signo zodiacal: competitiva, inteligente, de espíritu libre y voluntad fuerte. Sumado a su elemento Tierra, Lindo tiene una personalidad pragmática y mesurada, algo que le sería de utilidad más adelante en su vida.

Nacida en Taiyuan, su familia la compromete por conveniencias económicas a Tyan-yu, único hijo de la familia Huang (). Además, al ser Caballo de Tierra es compatible con Tyan-yu, una Oveja de Tierra2. Los preparativos de la boda se aceleraron ante la ruina económica de la familia de Lindo a causa de una inundación, lo que obliga a toda la familia a irse a Shanghái. Con doce años, Lindo se queda en Taiyuan debido a su compromiso con Tyan-yu y se va a vivir con la familia Huang.

Durante su estancia con los Huang, Lindo se prepara para su futuro matrimonio pero se da cuenta de que está metida en una situación complicada con una suegra controladora y obsesionada con tener un nieto y un futuro marido cuya madurez mental y emocional son inexistentes. Se casa en el día quince del octavo mes del calendario chino, día en que la Luna está en su máximo esplendor de acuerdo con la tradición china y por lo tanto un buen augurio para el matrimonio (El día 15 del octavo mes es una fecha importante dentro de la novela, como verán más adelante). Sin embargo, ese día cayó una tormenta; por lo tanto, un mal signo para el futuro del matrimonio, más aún con el ejército japonés acercándose al pueblo. Luego de que la ceremonia concluye, Lindo se pone a vigilar las velas rojas que simbolizan a los contrayentes y esperar a que no se consuman por completo.

Ya casada, su relación con su familia política no mejora en lo más mínimo, pues su suegra la recrimina por no haber quedado embarazada y Tyan-yu ni siquiera la toca, siendo su matrimonio más como una relación de hermana mayor y hermano menor que de marido y mujer. Fiel a su promesa al casarse de siempre recordar los deseos de sus padres, pero al mismo tiempo jamás olvidarse de sí misma, Lindo aprovecha el Festival de la Brillantez Pura3 para idear un plan para salir de su infeliz matrimonio y darle a Taihai el nieto que tanto desea. Después de que su plan funciona, los Huang la recompensan con un boleto a Pekín y con dinero a cambio de que nunca mencionara su fallida unión con Tyan-yu. Este dinero junto con el que Lindo ahorró durante sus doce años como telefonista en Pekín, lo empleó para emigrar a los Estados Unidos por avión y no por barco como su hija cree (tengan en cuenta que viajar en avión en la década de 1940 era un lujo que no muchos podían darse).

Ya en los Estados Unidos, Lindo pasó muchas dificultades debido a su entonces poco dominio del inglés; por lo que se le costaba conseguir empleo. Solo pudo encontrar trabajo en una fábrica de galletas de la fortuna (Quizá por esto Waverly cree que Lindo se casó con su padre a raíz de la predicción de una galleta de la fortuna). Allí conoció a An-Mei, volviéndose amigas gracias a que ambas hablaban mandarín. Esta la invita a la Primera Iglesia Bautista China para que conociera a un amigo de su esposo que quería casarse con una mujer china. Ese hombre sería su futuro esposo, el cantonés Tin Jong, con el que tuvo tres hijos, dos varones, Winston (fallecido a los dieciséis años en un accidente de tránsito) y Vincent, y una hija, Waverly, todos ellos nombres que simbolizan el dinero, la prosperidad y la pertenencia, respectivamente.

Naturalmente, su relación con Waverly es la más compleja. Waverly cree que su madre solo quiere hacerle ver sus defectos, pero en realidad Lindo solo busca que su hija se desprenda de sus temores y lo confronte en lugar de huir de ellos, algo que Waverly solo comprende cuando va a ver a Lindo para decir que se casara con Rick a pesar que ella no lo acepte. En realidad, a Lindo sí le agrada Rick; solo quería que Waverly pudiese dejar de temerle y pensar mal de ella.

Lindo siempre buscó la manera de transmitirle su carácter chino a Waverly pero no logró por completo, ya que Waverly mantiene una mentalidad estadounidense. Incluso la propia Lindo adoptó muchas características estadounidenses al punto de ser tratada como turista en China, su país natal, para su tristeza. Lo único que le da un poco de consuelo a Lindo es saber que ella y Waverly son parecidas.

 

YING-YING ST. CLAIR

France Nuyen como Ying-Ying. Derechos reservados: Hollywood Pictures.

Ying-Ying «Betty» St. Clair, de soltera Gu ( 映映, Gu Ying-Ying) es la madre de Lena, siendo ellas dos las únicas que llevan un apellido occidental. Su nombre significa «reflejo claro», muy significativo porque ella tiene la capacidad de ver las cosas antes de que sucedan. Nació en Wushi (Wuxi) en 1914, bajo el signo zodiacal del Tigre de Madera4. De su madre aprendió que el lado dorado del tigre es la parte más impulsiva de su signo, pero que su lado negro es el que se oculta y tiene la paciencia de esperar a que aparezcan las presas (Tan, p. 279). A medida que analice su personaje, explicaré como se aplica el lado negro en Ying-Ying.

Ella se crío en un hogar más acomodado que las otras mujeres del Club de la Buena Estrella por el hecho de que mencione que tenía un ama de cría y que su familia estaba haciendo un viaje en barco en un lago. Su ama de cría le enseñó que las mujeres deben ser dóciles y afables, algo que sería determinante en su vida y que ella siente contradice la naturaleza de su signo. Tuvo dos hermanas a las que llamaba Número Dos y Número Tres.

De pequeña, era muy traviesa a pesar de la educación de su ama de cría, por lo que cuando era pequeña se cayó del barco en el que estaba su familia para festejar el Festival de La Luna, el día 15 del octavo mes. Cuando unos lugareños la encuentran, recuerda lo que le dijo el ama de cría sobre que si se le pide un deseo secreto a la Dama de La Luna, esta lo concederá. Por eso, ella intenta hacer que la Dama de La Luna (un hombre disfrazado) la note para pedirle el deseo. Al día siguiente, su familia la encuentra pero, como dice Ying-Ying, nunca creyó que su familia «había encontrado a la misma niña» (Tan, p. 89).

Para cuando cumplió dieciséis, Ying-Ying seguía siendo traviesa, osada, a lo que se le sumaba ser bromista (al punto de incitar a otros a hacer travesuras con ella), independiente y nada dada a escuchar las palabras de sus mayores, algo que su madre le advirtió que podía convertirse en un problema para ella. En la boda de su tía menor, conoce al que sería su futuro esposo y de alguna manera se casa con él, a pesar de las señales de que él no es un buen hombre y de las advertencias de los suyos de que su matrimonio sería uno infeliz.

Como era de esperarse, aunque Ying-Ying se porta como una esposa sumisa al punto de vestirse como a él le gusta y así perdiendo su carácter independiente (algo no muy habitual en una persona de signo Tigre), quedarse embarazada de él y de que finalmente ha llegado a amarlo, este no duda en abandonarla por una cantante de ópera. Esto la lleva a despertar el llamado lado negro del tigre pues el deseo de venganza que llegó a sentir hacia su esposo la llevó a abortar su embarazo. Esto cambió su personalidad para siempre, pues de ser esa Tigresa osada, que tenía un gran ego y una enorme confianza en sí misma se convierte en una sombra de sí misma.

Después de todo ello, Ying-Ying se fue a vivir a las afueras de Shanghái con la familia de un primo segundo. Allí aprende a convivir en medio de la extrema pobreza durante diez años, tras lo cual se va a la ciudad a trabajar como dependienta en una tienda. Fue mientras trabajaba en aquella tienda que conoció al que sería su segundo esposo, el estadounidense de ascendencia anglo-irlandesa Clifford St. Clair, en 1942. Al verlo, Ying-Ying supo de inmediato que acabarían casándose, a pesar de que ella no lo amaba y que también su lado negro se iría.

Luego de un noviazgo de cuatro años, Ying-Ying supo que ya podía casarse con Saint, como ella llamaba a su esposo estadounidense, pues se enteró por su tía menor que su marido había muerto a manos de su última concubina, una joven empleada. Con todo ello, Ying-Ying y Saint contrajeron matrimonio, pero ella nunca le contó sobre su vida anterior antes de que se casaran, por lo que Saint siempre creyó que Ying-Ying venía de alguna aldea pobre y por ello le daba regalos caros, sin nunca saber que ella había conocido la riqueza desde su niñez y que había estado casada.

Al llegar a Estados Unidos, las autoridades no podían determinar qué tipo de inmigrante era, sin tener en cuenta su matrimonio con un ciudadano estadounidense caucásico. Al final, la catalogaron como desplazada y pudo entrar a los Estados Unidos. Allí entró con el nombre de Betty St. Clair y como nacida en 1916, no en 1914, su año de nacimiento real, algo que de acuerdo con Lena «se convirti[ó]era en dragón en vez de tigre» (Tan, p. 111). A diferencia de sus amigas del Club de la Buena Estrella, ella nunca logra hablar inglés de manera fluida, a pesar de sus esfuerzos y de los de su esposo, por lo que a menudo Lena es la intérprete de su madre. Si bien su matrimonio con Saint fue estable y él era un hombre atento con ella, a esas alturas Ying-Ying siente que ha perdido su espíritu.

Cuando la familia se va a vivir a San Francisco, al principio Ying-Ying estaba feliz con su nuevo hogar pero a raíz de un encuentro con un hombre que la confundió con alguien más, empieza a cambiar la posición del mobiliario con el fin de mejorar el equilibrio del apartamento, el cual considera no es el mejor, y que su esposo cree que es solo la forma de anidar de Ying-Ying. Al poco tiempo, se queda embarazada pero sus constantes tropezones hacen pensar a su hija que su hermano no nacerá bien. Y en efecto, Ying-Ying da a luz un bebé anencefálico, el cual muere no mucho después, lo que la aflige, pues sentía que era su culpa al creer que había matado a su hijo, por lo que pronto entra en depresión.

En el momento en que se desarrolla la historia, Ying-Ying ha enviudado de Saint y, para tristeza suya, es cuando su esposo ahora es fantasma que se da cuenta que ahora lo ama. Por su viudez, decide alojarse un tiempo con Lena y Harold. Allí se da cuenta de cómo su hija ha adoptado la misma actitud sumisa que ella, el abuso económico que Harold ejerce sobre Lena al punto de hacerla pagar por un helado que ella ni siquiera come, de lo desdichado y frágil que es el matrimonio de Lena y Harold, el cual tan frágil como la mesa de mármol de patas negras y débiles que Harold insiste en mantener. Al ver esto, Ying-Ying recupera el lado negro de su signo Tigre e idea un plan para infundirle su espíritu a su hija, también Tigre.

 

Mientras leía esta novela, no pude evitar recordar este diálogo de Los Simpson, que apareció en el episodio Insane Clown Poppy de la duodécima temporada, cuando los Simpson acuden a una feria del libro. Allí Lisa intenta elogiar a Amy Tan, pero las cosas no salen como ella esperaba.

—Señorita Tan, me fascinó El club de la suerte. Ahí vi como el vínculo madre e hija triunfa sobre la adversidad.

—No, no es lo que pretendí decir. No pudiste haber equivocado más.

—Pero…

—Por favor, siéntate. Me avergüenzo por las dos.

 

Este diálogo refleja la relación entre las madres y las hijas de la novela; cómo las madres se sienten decepcionadas al ver que sus hijas no siguen sus enseñanzas y cómo las hijas no saben qué hacer para complacerlas. Las razones tienen que ver con la cultura local y el contexto histórico en que se han criado ambos grupos, los cuales hacen parte de la brecha generacional que las separa.

Empecemos por la crianza dentro de la cultura local. Las madres, nacidas en China, fueron criadas de manera que a través de una comunicación críptica, con énfasis en los refranes y en las acciones, sienten que son capaces de decir lo que tienen en mente y lo que sienten, lo que es típico de una cultura de alto contexto.

¿Qué es una cultura de alto contexto? De acuerdo con la página Masterclass, es una cultura donde la sutileza y la compresión colectiva son la norma. Esto último se debe a que buscan vínculos sociales estrechos. El desarrollo de las relaciones interpersonales es más lento y depende más de la confianza. La cultura china es un ejemplo de cultura de alto contexto pues se basa en lo críptico y en los vínculos colectivos (Ebsco). Como ejemplo están las madres, las cuales se comunican (o buscan comunicarse) con sus hijas a través de acciones, gestos o la tonalidad de su voz.

Les daré los ejemplos en cada pareja de madre e hija. Suyuan le hace ver a su hija de varias maneras que debe tener un enfoque en su vida, pero Jing-Mei cree que su madre solo la crítica y que quiere competir con Lindo y Waverly. An-Mei le intenta hacer ver a Rose que Ted se dedica a malas mañas y que ponga las cosas en claro, pero Rose piensa que su madre le pide que intente salvar su matrimonio. Lindo quiere que Waverly se desprenda de su inseguridad, que diga lo que siente y que puede confiar en ella pero, al igual que Jing-Mei con Suyuan, Waverly cree que su madre solo quiere sacarle sus defectos a colación. Ying-Ying le dice un proverbio chino a Lena sobre como una cosa es el resultado de otra y deja caer la horrible mesa de Harold para que se dé cuenta de lo infeliz que es su matrimonio y que no debe dejar que alguien más tome el crédito de su trabajo, pero Lena tarda en comprender las acciones de su madre.

La brecha generacional también es relevante en la novela, al igual que en la novela de Ernest Hemingway, Fiesta (The Sun Also Rises). Las madres del Club de la Buena Estrella pertenecen a la Generación Grandiosa o Interbellum, la nacida entre 1901 y 1927, que tuvieron que vivir las dos Guerras Mundiales, la pandemia de influenza de 1918, y la Gran Depresión. Dependiendo del país, en general eran personas que, al haber conocido la adversidad, fueron capaces de adaptarse a las circunstancias más difíciles.

Todo esto difiere bastante de la novela de Hemingway, en el que las generaciones vienen y se van y se desarrolla cuatro años antes de la Gran Depresión, por lo que su representante de la Generación Grandiosa aún no había atravesado los periodos más difíciles que sufrió su grupo en España (Gran Depresión, Segunda República Española, Guerra Civil Española, franquismo).

En el caso de las madres protagonistas de El club de la buena estrella, todas nacieron en China e incluso cuando nacieron entre comodidades, tuvieron que atravesar periodos difíciles a causa de su posición como mujeres dentro de la sociedad china, estando en un segundo plano, la invasión japonesa y la Segunda Guerra Mundial, tres circunstancias que ayudaron a forjar sus personalidades y a valorar lo que han logrado. Por ello, la brecha generacional entre ellas y sus hijas, nacidas durante el auge económico de los Estados Unidos de la posguerra y que no comprenden las penurias que sus madres antes de llegar a los Estados Unidos, se refuerza más.

La muerte es un elemento presente en El club de la buena estrella. Todas las madres sufrieron al menos la pérdida de un ser querido en sus vidas. Suyuan perdió a toda su familia en la guerra sino-japonesa y, con ello, toda la historia de su familia, quedando únicamente de su linaje ella, sus separadas hijas gemelas y Jing-Mei. An-Mei tuvo que presenciar varias muertes como la de su abuela y la de su madre, pero la más dolorosa para ella fue la de su hijo menor, Bing, de solo cuatro años, siendo esta una cruel ironía al ser el único de sus hijos que tenía un nombre chino. Lindo sufrió la pérdida de su hijo mayor Winston en un accidente de carro y al cual irónicamente le había dado ese nombre con la esperanza de que algún día él se convirtiera un hombre rico con una buena vida, vida que fue cortada de manera abrupta a los dieciséis años. Ying-Ying abortó un hijo, dio a luz a otro que murió al poco tiempo y perdió a su segundo esposo, al cual aunque nunca llegó a amar, al menos sentía por él cariño y tolerancia.

Otro tema que se ve aquí es la llamada crianza tigre, muy común en la cultura asiática así como en su diáspora y de lo que ya había hablado hace tres meses en Perfume de hielo. Suyuan se siente avergonzada de que Jing-Mei no me muestra interés ni talento en algo que ella pudiese mostrarle a los demás, sintiéndose menos que Lindo, cuya hija es una niña prodigio del ajedrez, por lo que intenta que Jing-Mei se convierta sin éxito en concertista de piano. Lindo hace todo lo posible para que su hija se dedique al ajedrez y nada más, ya sea impidiendo que juegue con sus amigos en el callejón como hacía antes o eximiéndola de las tareas de casa.

Ahora, volviendo a la conversación entre Lisa Simpson y Amy Tan, ¿quién tiene la verdad? Pienso que ambas. Sí, el vínculo entre madre e hija triunfa sobre la adversidad como dice Lisa, pero también muestra que el choque cultural y generacional entre madres e hijas siempre estará presente en el sentido que las madres siempre buscarán que sus hijas acepten su identidad china y sus hijas siempre intentarán que sus madres comprendan su punto de vista. Sin embargo, también es positivo ver como las viejas generaciones buscan que sus descendientes se hagan valer y no cultiven comportamientos destructivos como la sumisión que las destruirían como mujeres y como seres humanos en cualquier relación. Sin duda, la recomiendo.

NOTAS

1 Véase nota 2 de Por favor, cuida de mamá, las mujeres chinas conservan su apellido de soltera al casarse. Sin embargo, como las cuatro madres de la presente novela viven en los Estados Unidos adoptaron la costumbre inglesa de tomar el apellido de sus esposos una vez casadas.

2 Tyan-yu nació entre el 1 de febrero de 1919 y el 19 de febrero de 1920, las fechas para una persona nacida en el signo de la Oveja de Tierra de su edad.

3 Más conocido como el Festival de Qingming (清明/清明節, qīng míng jié), las familias visitan a sus difuntos, limpian sus tumbas y les hacen ofrendas rituales, siendo esta la fecha habitual para honrar a sus antepasados.

4 Teniendo en cuenta que Ying-Ying menciona que tenía cuatro años en 1918 y que el año del Tigre de Madera de su época empezó el 26 de enero de 1914 y culminó el 15 de febrero de 1915, su fecha de nacimiento se encuentra entre el 26 de enero y el 18 de septiembre, víspera del Festival de la Luna (el Festival de La Luna al que asistió en 1918 cayó un 19 de septiembre).

 

BIBLIOGRAFÍA

Ebsco. (2025) High-context and low-context cultures. https://www.ebsco.com/research-starters/communication-and-mass-media/high-context-and-low-context-cultures

Masterclass. (7 de abril de 2022) High-Context Culture: 4 Characteristics of High-Context Cultures. https://www.masterclass.com/articles/high-context-culture

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