LADY SUSAN



Y pasamos de Estados Unidos al final del siglo XIX al otro lado del Atlántico Norte, Gran Bretaña, a fines del siglo XVIII. De una madre que hace todo lo posible para salvar de la deshonra a su único hijo a una que no le interesa en absoluto la felicidad de su única hija y que todo lo que le importa es el dinero y la posición que esta o que ella misma pueda tener. Esta madre vino de la pluma de la célebre escritora británica de la Regencia, Jane Austen. Su nombre es Susan Vernon.
El libro, Lady Susan, era uno que tenía pendiente desde hacía mucho tiempo pero por X o Y motivos nunca me había decidido a leerlo hasta que mi deseo de hacer un ciclo del Mes de la Madre me impulsó a hacerlo. Seré honesta: el estilo epistolar del libro, que también se ve en Drácula, me hizo esforzarme un poco más para leerlo pero no pude detenerme. Lo seguí y lo terminé. Debo decir que el libro es bastante sorpresivo y sólo me resta esperar la adaptación Love and Friendship protagonizada por Kate Beckinsale (Inframundo y El Aviador).
Volviendo al tema, Susan Vernon, o Lady Susan como es llamada en el libro nuestra protagonista de la semana en este mes de la madre, no es la típica protagonista de las novelas de Austen, las cuales poseen personalidades muy variadas pero todas tienen en común el sentido del deber, la abnegación y una gran voluntad. Al contrario de todas ellas, Susan carece de las dos primeras cualidades y en realidad se muestra como manipuladora, egoísta, codiciosa y abusiva, en este caso asemejándose más a los villanos de las otras obras de Jane Austen u otras antiheroínas como Undine Spragg, Becky Sharp o Scarlett O’Hara. Prueba de ello es el estilo del libro, el cual es epistolar, muy distinto de la escritura en prosa típica de Austen.
Otra gran diferencia es su edad. La mayoría de las protagonistas de las novelas de Austen están dejando atrás su adolescencia y empezando la adultez en la que empiezan a preocuparse por sus aspiraciones, pero Lady Susan es una viuda reciente de entre 30 y 40 años de edad, quizá 35, aunque parezca menor.
El problema de Lady Susan es que con la muerte de su marido, ha perdido gran parte de su ingreso y por ello, necesita encontrar la forma de subsistir y esa es casando a su hija de 16 años, Frederica, con Sir James Martin, un hombre rico, pero la joven se niega a contraer matrimonio con él pues no lo ama y él se muestra como un hombre aburrido y tonto. De todas maneras, Lady Susan quiere obligar a su hija a que se case con Sir James, así la joven no lo desee. El no tener un ingreso es la razón de por qué se muda a Churchill con los Vernon, tíos de Frederica.
Vemos que Lady Susan es abusiva con su hija emocional y verbalmente. Nunca tiene nada bueno que decir de su hija ya que la considera estúpida, obstinada y sin ninguna aptitud para el dibujo o el piano (habilidades frecuentes entre las mujeres de clase gentry de la época) y así se lo hace creer a los Vernon y a Reginald de Courcy, el hombre con el que Lady Susan planea casarse a pesar de ser menor que ella.
Pero también se puede observar que gran parte de los personajes saben de las intenciones y de las manipulaciones de Lady Susan y desean evitar que sus seres queridos cometan errores a causa de ella. Lady de Courcy, madre del señor de Courcy, desea que su hijo se aleje de Lady Susan, pues por medio de su hija la señora Vernon, sabe que Lady Susan no es la mujer que le hace ver a Reginald y que Frederica no es la jovencita tonta que le ha hecho creer a todos su madre. Reginald de Courcy es el único que no nota cómo es Lady Susan en realidad.
Por su parte, la señora Vernon desea que Frederica se quede junto a ella, su marido y sus hijos pequeños, para librarla de la autoridad de su cruel madre y porque le ha tomado mucho cariño al ver que en realidad tiene gran dulzura, sensatez y gratitud, más allá de su timidez producto de los abusos de Lady Susan. A pesar de su carácter retraído, Frederica demuestra tener una gran voluntad negándose a casarse con Sir James por lo que su madre la encierra en su cuarto prohibiéndole hablar con sus tíos así que ella recurre al señor de Courcy para que la ayude. Cuando Lady Susan se entera, le hace creer que no es más que un acto de rebeldía y obstinación por parte de su hija. Al saber que no puede casarla con Sir James por el momento, decide ir a visitar a su vieja amiga, la señora Johnson, que vive en Londres para encontrarse con ella y con el señor Manwaring, un hombre con el que coquetea a pesar de estar casado, ya que espera que la señora Manwaring, que tiene una salud delicada, fallezca. Su idea es que el señor de Courcy llegue cuando el señor Manwaring se haya ido de Londres para no levantar sospechas.
Sin embargo, no contaría con que su plan se echaría a perder cuando el señor de Courcy llega a Londres antes de que se vaya el señor Manwaring y la señora Manwaring acuda al señor Johnson con Reginald presente. Finalmente Reginald puede ver cómo es Lady Susan en realidad y se aleja de ella.
El libro termina de manera feliz para todos incluso para Lady Susan, ya que ella termina contrayendo matrimonio con Sir James, el hombre con el que intentó varias veces casar a Frederica. A su vez, Frederica se queda con sus tíos, ya que su madre finalmente obtuvo lo que quería y como siente poco o ningún afecto por ella, prefiere que se quede con sus tíos. Con la estadía permanente de Frederica, el señor de Courcy empieza a mostrar interés en ella al ver su verdadero carácter y se da a entender que quizá podrían casarse en el futuro… y así todos contentos.
Se puede ver que como madre, Lady Susan es una mujer fría, distante y abusiva con su hija al querer imponerle una vida que ella no desea y pensando que puede controlarla al punto de maltratarla de manera emocional y verbal pero ella misma mantiene una vida amorosa cuestionable al coquetear con dos hombres: un joven menor que ella y un hombre casado, con el fin de casarse con alguno de los dos. Al final, cuando sus verdaderas intenciones quedan al descubierto, no se queda con ninguno de los dos, pero para ella, al cerrársele una puerta se le abrió una ventana pues irónicamente se casa con el hombre con el que quería casar a su hija. Esto es un gran contraste con Mansfield Park, pues en dicha obra, la mujer infiel sufre el ostracismo de su propio entorno y es excluida de él de por vida.
Frederica, la hija de Lady Susan, no es un personaje muy desarrollado, pero en ella puedo ver reminiscencias de Fanny Price y Anne Elliot, puesto que es tímida como ellas y encuentra en la lectura su único refugio de los abusos de su madre. Sin embargo, al igual que ellas también es determinada y posee una fuerte voluntad al punto de negar a casarse con el hombre que le impone su progenitora de manera tan vehemente que su madre no insiste en ese momento. Cuando todo se descubre, las cosas mejoraran para ella ya que pueden permanecer con sus amados tíos y sus primos pequeños quienes la quieren más que su propia madre. Ahora Frederica tiene el poder de manejar su propia vida lejos de su madre.
El personaje de Reginald de Courcy me parece buena persona pero es ingenuo y demasiado confiado en lo que le dicen, por lo que siempre acabe cayendo en las mentiras de Lady Susan. Sólo cuando se encuentra con personas allegadas a ella se da cuenta de lo manipuladora y egoísta que en realidad es y se le aleja de ella, encontrando en Frederica una mujer dulce, virtuosa y honesta. Estos tempranos de ingenuidad y posterior descubrimiento de la persona me recuerda un poco a Elizabeth Bennet, la protagonista de Orgullo y Prejuicio.
Los Vernon, tíos de Frederica y parientes de Lady Susan, son equivalentes a los Musgrove, la familia política de Anne Elliot, en el sentido de que ellos aman a Frederica más que su propia madre y se preocupan sinceramente por ella, aunque a diferencia de los Musgrove, los Vernon desean protegerla. Con Lady Susan fuera de Churchill, quedan a cargo de Frederica y desean hacerla feliz.
Después de leerla entiendo por qué está obra es comparada con Mansfield Park, que es posterior a Lady Susan. En ambos libros, el adulterio es uno de los temas principales y muchos personajes son similares en personalidades. Sin embargo, Lady Susan muestra un buen final para todos los personajes, incluso para aquellos que no son buenas personas, lo que convierte en una conclusión impredecible y algo realista. 

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