MATILDA
Para continuar con el Mes de los Niños y del Idioma, pasamos de México a Inglaterra con otra pequeña, una niña brillante y precoz a cuya familia no le interesa en absoluto lo que ella haga o diga, pero luego tiene la oportunidad de darle un vuelco a su vida gracias a su propio ingenio y mente. Ese, más o menos, es el argumento de Matilda, la 16ª novela del escritor británico Roald Dahl. También es mi novela perteneciente al reto literario del año, siendo este mes una lectura adaptada al cine.
La novela está dividida en veintiún capítulos y nos narra la
historia de Matilda Wormwood, hija menor perteneciente a una familia
disfuncional que no la valora y estudia en una escuela con una tiránica y abusiva
directora. Solo su maestra, la señorita Honey, se encarga de nutrir la mente y
el afecto que la niña necesita. Matilda ha
sido adaptada al cine en 1996 en una película muy querida por críticos y las audiencias
que crecieron con ella (yo misma me incluyo) y un musical en 2010, el cual a su
vez fue la base de la película de 2022. De hecho, es una de las novelas más
populares de Dahl.
Matilda Wormwood es una niña genio. Desde que tenía año y medio
podía hablar con la fluidez de un adulto y a la edad de tres años ya había
aprendido a leer por su cuenta. Cuando tenía cuatro años le pide un libro a su
padre, el cual se niega al considerarlo un desperdicio de dinero, por lo que la
niña decide acudir a la biblioteca más cercana. Primero empieza leyendo libros
de literatura infantil, siendo su favorito El
jardín secreto (estoy de acuerdo con ella, es una gran novela) para luego
pasar a la literatura general, empezando con Grandes esperanzas. Sus autores favoritos son Charles Dickens,
Ernest Hemingway y Rudyard Kipling.
A pesar de su inteligencia, a su familia poco le importa Matilda.
Su padre demuestra sentir envidia hacia ella al mostrar más inteligencia que él
y por preferir leer libros a ver la televisión y su madre prefiere asistir al
bingo a llevar a la biblioteca. Incluso se muestran despreocupados por su
educación, enviándola a la escuela cuando ya tenía poco más de cinco años.
Cuando su padre se porta muy mal con ella, Matilda le juega bromas como colocar
pegar su sombrero o cambiar su tónico capilar por el tinte rubio de su madre.
Además, con el tiempo desarrolla poderes telequinéticos que le permiten
realizar lo que ella llama «milagros».
Como dije antes, Matilda empezó algo tarde en el colegio. Sus padres
la envían a la escuela Crunchem Hall, dirigida por la señorita Trunchbull, una mujer
que odia a los niños, en particular a los más pequeños. Sin embargo, también
conoce a la primera persona que le puso atención, la señorita Honey. Gracias a
ello, las dos desarrollan un fuerte vínculo, que para Matilda es significativo
puesto que es un vínculo con alguien que sí aprecia su inteligencia. Como ella
ya ha aprendido más allá de lo que se aprende para alguien de su edad, la
señorita Honey la pone a leer libros de matemáticas.
Debido a las infundadas advertencias de su padre, Matilda recibe
insultos por parte de la señorita Trunchbull, la cual no cree en el intelecto y
en el genio de la niña, por lo que se niega a promoverla a una clase más
avanzada. Sin embargo y al enterarse de la relación entre esta y la señorita
Honey, Matilda buscará usar sus poderes para vengarse de la señorita Trunchball
y quedarse con la única persona con la que tiene un vínculo afectivo.
La señorita Honey es la maestra de Matilda. Cuando la niña llega
por primera vez a su clase, ella puede ver su inteligencia y su intelecto y por
ello le pide a la señorita Trunchbull que la promueva a un curso superior, algo
que esta última rehúsa. Tampoco logra llevarse bien con los padres de Matilda,
a los cuales no les para nada su hija y consideran a la maestra como una tonta.
Por tal motivo, ella solo puede apoyar en lo que puede como ponerla a leer
libros para que no pierda el tiempo mientras los otros niños aprenden. Con el
tiempo, las dos desarrollan un fuerte vínculo al punto de que la señorita Honey
la invita a su cabaña y le cuenta su historia, en la que se revela que tiene
una relación con la señorita Trunchbull.
Al igual que Matilda, la señorita Honey viene de un hogar
desestructurado. Su madre cuando tenía dos años y fue criada por una hermana de
su madre a causa de la profesión de su padre, siendo este el médico del pueblo.
Su tía la maltrataba en casa pero se mostraba buena con ella cuando su padre
estaba presente, pero eso no duró mucho pues su padre se quitó la vida cuando
ella tenía cinco años, aunque la señorita Honey duda que esa haya sido la causa
de su muerte.
Desde entonces, ella se convirtió en la esclava personal de su tía
que la obligaba a hacer todo el trabajo doméstico, permitiéndole únicamente
salir para ir a la escuela, puesto que ella era la tutora legal, además de
disponer de la casa de su padre y del dinero que este había dejado. Al dejar la
escuela, tuvo que estudiar en una pequeña escuela de profesorado a cambio de
que se comprometiera a seguir realizando los oficios domésticos porque, de
acuerdo con su tía, la señorita Honey debía pagar todo el tiempo que la crío.
Cuando finalmente terminó su carrera y empezó a trabajar en la
escuela, pudo irse de la casa pero su tía siguió cobrando su sueldo, dejándole
solo una libra para sus gastos, dinero con el que pudo alquilar una pequeña
cabaña, la cual no posee ningún tipo de servicio, y apenas teniendo lo
suficiente para comer. Al escuchar esa historia, Matilda decide que usará sus
poderes para que la señorita Honey recupere su dinero y la casa de su padre.
La señorita Trunchbull es la directora de la primaria Crunchem
Hall. Conoce al señor Wormwood cuando le compra un carro y este le habla de su
hija, a la que desprecia y le pregunta si puede enviarla a su escuela para que
la niña sea disciplinada. La señorita Trunchbull acepta.
La señorita Trunchbull maneja Crunchum Hall con puño de hierro. Aprovecha
sus habilidades de ex atleta olímpica de lanzamiento de martillo para arrojar a
los niños que considera revoltosos, fastidiosos o que no cumplen las reglas de
su escuela. De acuerdo con Hortensia, una de las niñas mayores en la escuela,
Trunchbull tiene un armario similar a una doncella de hierro llamado La ratonera (Chokey en el original) en el que encierra a los niños que ella
considera los más incorregibles. La existencia de La ratonera la dejo a consideración del lector (en las dos
películas sí existe). Todo ello es un claro ejemplo de retribución
desproporcionada.
Por supuesto, Trunchbull tiene una imagen sesgada de Matilda debido
a todo lo que había dicho el señor Wormwood y aún más cuando descubre su timo
con el carro que le vendió. Por ello, se niega a cambiar a Matilda de clase y
se niega a creer que la niña es inteligente. Por supuesto, es el tipo de
persona que rechaza aceptar que está equivocada. Más adelante, el lector se
entera de su historia, su historia con la señorita Honey y cómo Matilda le da
su merecido.
El señor Wormwood es el padre de Matilda. Es vendedor de carros de
segunda mano, trabajo que le ha permitido darle una vida relativamente cómoda a
su familia. Como parte de su trabajo, es un hombre vanidoso en lo que respecta
al cuidado de su cabello y de su ropa. Sin embargo, la suya no es una ganancia
honesta como se ve cuando le revela a su hijo Michael la manera como adultera
los vehículos para que los dueños regresen a su negocio y compren otro, creando
así un círculo de estafa. Si bien el señor Wormwood es el clásico estereotipo
del vendedor de carros usados, lo cierto es que él hace parte de algo turbio,
algo de lo que el lector se entera al final (en la película de 1996, incluso el
FBI está involucrado).
Sin embargo, se hace evidente que él no es tan inteligente como
cree. Una de sus víctimas es la señorita Trunchbull que le compra uno de sus
carros, pero desafortunadamente ella es lo suficientemente inteligente como
para darse cuenta de la estafa. Es su escuela a la que él envía a Matilda para
que la niña reciba un escarmiento por ser demasiado brillante.
Porqué sí, una de las cosas que más irrita al señor Wormwood es que
Matilda demuestre que es más inteligente que él por lo que no tiene ningún
problema en romper uno de los libros que ella pidió prestado de la biblioteca.
Además, cuando ella da la respuesta de unas cuentas que él intentaba que
Michael respondiera, en lugar de felicitarla por su rápida respuesta le grita y
la acusa de ver la respuesta en su papel a pesar de que Matilda 1) está leyendo
un libro y 2) está bastante lejos de donde está él. Tampoco logra entender por
qué a Matilda no le entusiasma ver televisión como a él y al resto de la
familia. Como es el pariente que peor la trata, ella le da todo tipo de
escarmientos. Al final, cuando Matilda decide que no quiere ir con ellos a
España, él no se inmuta y dice que no tiene ningún problema en que ella se
quede en el Reino Unido.
La señora Wormwood es la madre de Matilda. Es una mujer a que le
solo importa ver televisión y jugar al bingo, por lo que Matilda aprovecha su
tiempo sola para ir a la biblioteca. Tampoco aprecia la inteligencia de su
hija, considerando que es más importante que una mujer sea hermosa para
conseguir un esposo y no trabajar como una negra como hace la señorita Honey
(discúlpenme, eso lo dice la señora Wormwood en las ediciones originales. En la
de 2023 la quitaron en las controvertidas ediciones de Puffin Books). Le
importa tan poco Matilda que no le molesta dejarla en Inglaterra mientras ellos
huyen a España, rematándolo con la frase: una menos de que ocuparse.
El hermano mayor de Matilda, Michael Wormwood, en realidad es un
personaje sin mucha importancia. No sobresale mucho, excepto en el hecho de que
le atraen las estafas, como se ve cuando muestra entusiasmo al escuchar los
trucos deshonestos que hace su padre para engañar a los clientes y que le sigan
comprando carros. Sin duda, es un digno hijo de sus padres. Es el único miembro
de la familia Wormwood que se despide de Matilda, lo cual da a entender que
ella tenía más o menos una relación cordial con él. No sorprende que al ser un
personaje con el que no se hace mucho, se lo haya excluido del musical de 2010
y, por ende, de la adaptación de este de 2022.
Un tema que se plantea en Matilda
es la teoría del apego, que consiste en que una persona necesita desarrollar un
vínculo emocional al menos un cuidador principal para asegurar su supervivencia
y que tenga un desarrollo socioemocional adecuado.
¿De qué manera es aplicable en la novela? Matilda no logra tener
ningún vínculo afectivo con nadie de su familia: su padre la considera poco más
que una molestia de la que se desharía si pudiera y a su madre tampoco le
importa su hija, prefiriendo irse a jugar bingo que cuidar a su hija en casa o
llevarla a la biblioteca. La falta de cariño de sus padres afecta la manera de
interactuar de Matilda ya que no logra que su familia la tome en consideración
y por ello se le dificulta poder mostrar su inteligencia y su talento, teniendo
que estar en una clase para niños de su edad pero inferior al conocimiento que
ella tiene. Este es la clase de niños brillantes que acaban marchitándose al no
tener un desarrollo social y económico adecuado producto de la falta de vínculo
afectivo con alguien.
Aquí es donde entra en escena la señorita Honey. La señorita Honey
es la primera persona con la que Matilda desarrolla un vínculo afectivo ya que
ella, aparte de la bibliotecaria, es la única persona que toma en cuenta en el
intelecto de Matilda, por lo que ella busca la forma de que la niña pueda usar
su inteligencia de manera efectiva y provechosa. Al ver que los Wormwood no
están dispuestos a apoyar a su hija ni la señorita Trunchbull quiere promover a
Matilda a una clase superior, la señorita Honey decide nutrir la mente de la
pequeña tanto como pueda. El interés entre ambas hace que surja una relación
cordial y cercana al punto de que Matilda es invitada a su pequeña cabaña, en
la que apenas puede vivir.
La novela sigue la típica formula de las novelas de Dahl en el sentido
de que el protagonista tiene que lidiar con adultos y figuras de autoridad malvadas,
por lo que hace todo lo posible para hacer frente a ellas para terminar
venciéndolas (ej.: James y el durazno
gigante, El fantástico Señor Fox,
Danny el campeón del mundo, Los
cretinos, Las brujas). En este
caso, Matilda debe lidiar con dos personas abusivas como lo son su envidioso
padre y la cruel directora del colegio. Sabiendo que razonar con ellos es una
misión imposible, ella decide escarmentarlos y hacerles bromas aprovechando sus
debilidades.
La explicación sobre los poderes telequinéticos de Matilda y sobre
su desaparición (en la novela, porque en la película de 1996 no los pierde) me
parece de lo más factible. Tiene sentido que Matilda los tuviera porque no
tenía en que ocupar su mente al estar en una clase poco adecuada para su
conocimiento y que estos se desvanecen cuando es enviada a una clase más
apropiada, que sí le permitía potenciar su genio. Para Matilda, su repentina
aparición y desaparición es una gran alegría puesto que ella no disfrutaba
tenerlos y menos aún usarlos.
Esta es una novela que te dan ganas de volver a leer y que te sigue
gustando con cada relectura. También me hizo darme cuenta de la fidelidad
espiritual que la película de 1996 posee hacia el libro. En general, Matilda es una historia llena de
esperanza, que nos muestra cómo el afecto es capaz de ganar a la indiferencia y
al abuso. Por todo ello, recomiendo su lectura.
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